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Museu policial, os Lugones, a perseguição que estes fizeram a Macedonio, diálogos com
Fuyita, menções a personagens arltianos, borgeanos e de outros. Há ainda a alusão a outras
obras de Ricardo Piglia – como a passagem “Esas historias y otras historias ya las conté, no
importa quién habla” (LCA, p. 164), que reconstrói a de Prisión perpetua “No importa quién
habla. Soy el que puede decir lo que él dijo
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” e a afirmação de que “Todo relato es policial”
(LCA, p. 159) repetida diversas vezes por Ricardo Piglia em entrevistas e textos críticos
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.
Além das referências a obras externas, a máquina refere-se ainda a suas próprias narrações,
como é o caso de “La nena” – “Tuvo una hija afásica y la educó con música” – e da trama
comum – “entre las perchas, el frasco de agua colonia, una pieza que daba a la Avenida de
Mayo, en el Hotel Majestic” (LCA, p. 167) e a esboços de futuros relatos como o do jovem
que se matou para não servir o exército ou o da mulher que recebeu seis meses depois uma
carta devolvida que havia escrito ao ex-marido. (LCA, p. 159-160).
Como vimos, no interior de suas reconstruções e traduções a máquina infiltrava
elementos de suas próprias memórias, e o monólogo segue essa característica quando
apresenta em meio à narração referências a Macedonio e à história de amor com ele, mas na
qual se lê uma possível transposição da narrativa erótica de Molly Bloom:
Él tiene ahora qué edad, dicen que encaneció en una sola noche cuando me fui,
siempre fue bello, parecido a Paul Valéry, más distinguido que Valéry, bien criollo, un
cuerpo liso y esa manera de apoyarme, sin dejar de hablar, un susurro en la nuca, una
vez, en la parecita del fondo de la casa de mi hermana, a la siesta, me sostuvo así, con
el brazo, así, me levantó una pierna y la sacó, la bragueta con botones, había estado
jugando a la paleta y tenía ese olor y me miraba la cara mientras me la ponía así, sí,
ahí, sí, casi sentada en el muro, yo andaba sin nada abajo, nunca he usado nada abajo,
sentía la pollera en las nalgas, en la raya, andaba siempre caliente, me puso primero la
mano abierta ahí (LCA, p. 163)
Seguida a essa passagem, a referência a Molly Bloom é explicitada assim como a
apropriação de outras identidades femininas:
Yo soy Amalia, si me apuntan digo soy Molly, yo soy ella encerrada en la casona,
desesperada, la mazorca, soy irlandesa, digo, entonces, soy ella y también soy las
otras, fui las otras, sou Hipólita, la renga, la cojuta, tenía un bamboleo suave a
caminar, (...) soy Temple Drake y después, ah viles, me hicieron vivir con un juez de
paz. (LCA, p. 164)
A máquina assume ainda outras identidades femininas possíveis como as loucas argentinas e
as mães da Plaza de Mayo e dos soldados das Malvinas. Iguala-se ainda a Evita Perón, “Una
mujer a la que no dejaron morir en paz, en un museo ella también, vaya a saber lo que estaba
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PIGLIA, Ricardo. Prisión perpetua. p. 62
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Veja-se por exemplo o posfácio de El frasquito de Luis Guzmán, lido por Piglia como um romance policial e
“Sobre el género policial” recolhido em Crítica y ficción.