Junto a mi casa vivía
porque más cerca muriese,
una dama del linaje
de los noble Melioneses.
“Extremo de las hermosas,
cuando no de las crueles,
hija al fin de estas arenas
engendradoras de sierpes.
“Era tal su hermosura,
que se hallarían claveles
más ciertos en sus dos labios
que en los dos floridos meses.
“Cada vez que la miraba
salía el sol por su frente,
de tantos rayos vestido
cuantos cabellos contiene.
“Juntos así nos criamos,
y Amor en nuestras niñeces
hirió nuestros corazones
con arpones diferentes.
“Labró el oro en mis entrañas
dulces lazos, tiernas redes,
mientras el plomo en las suyas
libertades y desdenes.
“Mas, ya la razón sujeta,
con palabras me requiere
que su crueldad perdone
y de su beldad me acuerde;
“y apenas vide trocada
la dureza de esta sierpe,
cuando tú me cautivaste:
mira si es bien que lamente.
“Esta, español es la causa
que a llanto pudo moverme;
mira si es razón que llore
tantos males juntamente”
Conmovido el capitán
de las lágrimas que vierte,
parando el veloz caballo,
que paren sus males quiere.
“Gallardo moro, le dice,
si adoras como refieres,
y si como dices amas,
dichosamente padeces.
“¿Quién pudiera imaginar
viendo tus golpes tan crueles,
que cupiera alma tan tierna
en pecho tan duro y fuerte?.
“Si eres del Amor cautivo,
desde aquí puedes volverte;
que me pedirán por robo
lo que entendí que era suerte.