8
PERLIMPLÍN. (Despertando.) Belisa, Belisa. ¡Contesta!
BELISA. (Fingiendo que despierta.) Perlimplinito. ¿Qué quieres?
PERLIMPLÍN. ¡Dime pronto!
BELISA. ¿Qué te voy a decir? ¡Yo quedé dormida mucho antes que tú!
PERLIMPLÍN. (Se echa de la cama. Va vestido con casaca.) ¿Por qué están los
balcones abiertos?
BELISA. Porque esta noche ha corrido el aire como nunca.
PERLIMPLÍN. ¿Por qué tienen los balcones cinco escalas que llegan al suelo?
BELISA. Porque así es la costumbre en el país de mi madre.
PERLIMPLÍN. Y ¿de quiénes son aquellos cinco sombreros que veo debajo de los
balcones?
BELISA. (Saltando de la cama en espléndida toilette.) De los borrachitos que van y
vienen, Perlimplinillo, ¡amor!
PERLIMPLÍN. (Mirándola y quedándose embobado.) ¡Belisa! ¡Belisa! ¿Y por qué no?
Todo lo explicas bien. Estoy conforme. ¿Por qué no ha de ser así?
BELISA. (Mimosa.) No soy mentirosilla.
PERLIMPLÍN. Y yo cada minuto te quiero más.
BELISA. Así me gusta.
PERLIMPLÍN. ¡Por primera vez en mi vida estoy contento! (Se acerca y la abraza,
pero en ese instante se retira bruscamente de ella.) Belisa. ¿Quién te ha besado?
¡No mientas, que lo sé!
BELISA. (Cogiéndose el pelo y echándolo por delante.) ¡Ya lo creo que lo sabes! ¡Qué
maridito tan bromista tengo! (En voz baja.) ¡Tú! ¡Tú me has besado!
PERLIMPLÍN. ¡Sí! Yo te he besado... ¿pero y si te hubiese besado alguien más...? Si
te hubiese besado alguien más... ¿tú me quieres?
BELISA. (Levantando un brazo desnudo.) Sí, Perlimplín chiquitito.
PERLIMPLÍN. Entonces... ¿qué me importa?... (Se dirige a ella y la abraza.) ¿Eres
Belisa?...
BELISA. (Mimosa y en voz baja.) ¡Sí!, ¡sí!, ¡sí!, ¡sí!
PERLIMPLÍN. ¡Casi me parece un sueño!
BELISA. (Reaccionando.) Mira, Perlimplín, cierra los balcones, que antes de nada se
levantará la gente...
PERLIMPLÍN. ¿Para qué? Como los dos hemos dormido lo bastante veremos el
amanecer... ¿No te gusta?
BELISA. Sí, pero... (Se sienta en la cama.)
PERLIMPLÍN. Nunca había visto la salida del sol... (Belisa, rendida, cae sobre las
almohadas.) Es un espectáculo que... parece mentira... ¡me conmueve!... ¿Y a ti?,
¿no te gusta? (Se dirige hacia el lecho.) Belisa, ¿estás dormida?
BELISA. (Entre sueños.) Sí.
(Perlimplín, de puntillas, la cubre con un manto. Una luz intensa y
dorada entra por los balcones. Bandadas de pájaros de papel los
cruzan entre el sonido de las campanas matinales.
Perlimplín se ha sentado al borde de la cama.)
PERLIMPLÍN.
Amor, amor
que estoy herido.
Herido de amor huido,
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido