creer que tuvo otro motivo el cielo.
Pues no siempre sus orbes celestiales,
no siempre sus luceros, sus estrellas,
árbitros de los bienes y los males,
lo mejor distribuyen que hay en ellas,
porque importa tal vez que desiguales
los dioses oigan mal nuestras querellas
y, siendo su instrumento el enemigo,
injusticia parezca el que es castigo.
Y así, dejando aparte que tuviese
otra razón mi padre, pues ninguna
es mayor que pensar cuánto le pese
ver mejorada en algo tu fortuna,
voy --o ya fuese justa o no lo fuese
la guerra-- a si hay alguna ley, alguna
razón para que, siendo prisionera,
en una torre emparedada muera.
Si yo en los ejercicios de Diana,
por ser a su deidad más parecida,
tan altiva nací, viví tan vana
que, siendo de las fieras homicida,
quise llegar con ambición ufana,
quise pasar con fama esclarecida
a serlo de los hombres, porque vieras
cuánto son para mí los hombres fieras
--a cuyo efecto vine gobernando
del ejército el trozo que postrero
se puso en fuga, ¡ay infelice!, cuando
contra mí el hado articuló severo
la infausta voz que el enemigo bando
victoria apellidó, y por eso infiero
que rigor a rigor añadir miras,
crüeldad a crüeldad, iras a iras--,
¿de cuándo acá en los reyes ha durado
desde un día rencor para otro día?
¿De cuándo acá la indignación del hado,
fiera al vencer, no es en venciendo pía?
Si mi valor te puso en tal cuidado,
mi valor es también el que debía
ponerte en el de honrarme, pues ha sido
gloria del vencedor la del vencido.
Y ya que esta razón en ti no alcanza
piedad, por tantas causas merecida,
acaba de una vez con tu venganza;
de una vez, no de tantas se despida,
porque de aquestos pies, sin esperanza
de mi muerte, no digo de mi vida,
no me he de levantar, donde en despojos
las lágrimas consagro de mis ojos.
Y porque afable esa deidad humana
responda al sacrificio que la adora,
no soy de armadas huestes capitana,
no infanta soy de Egnido vencedora,
no soy sacerdotisa de Dïana,
pues sólo soy una mujer que llora,
tan modesta en pedir que aun de esta suerte
no pido más de que me des la muerte.