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La revista DEP Diplomacia, Estrategia y Política es una publicación trimestral editada
en portugués, español e inglés, sobre temas sudamericanos, publicada en el marco del
Proyecto Raúl Prebisch, con el apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil
(MRE/Funag Fundación Alexandre de Gusmão/Ipri Instituto de Investigaciones
de Relaciones Internacionales), de la Constructora Norberto Odebrecht S. A., de la
Andrade Gutierrez S. A. y de la Embraer – Empresa Brasileira de Aeronáutica S. A.
Editor
Carlos Henrique Cardim
Dirección para correspondencia:
Revista DEP
Caixa Postal 2431
Brasília, DF – Brasil
CEP 70842-970
revistadep@yahoo.com.br
www.funag.gov.br/dep
Dados Internacionais de Catalogação na Publicação (CIP)
DEP: Diplomacia, Estrategia y Política/Proyecto Raúl Prebisch no. 8 (octubre/diciembre 2007)
–. Brasília: Proyecto Raúl Prebisch, 2007.
Trimestral
Editada en portugués, español e inglés.
ISSN 1808-0480
1. América del Sur. 2. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana,
Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay, Venezuela. I. Proyecto Raúl Prebisch.
CDU 327(05)
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Índice
Argentina y Brasil: contraste y convergencia de estructuras
Torcuato S. Di Tella
Bolivia: procesos de cambio y política exterior
Jean Paul Guevara Avila
Cultura, diversidad y acceso
Gilberto Gil
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica
chilena y sus principales legados
Osvaldo Sunkel
Colombia: un país de contrastes
Alfredo Rangel
Ecuador: sus temas fundamentales
León Roldós
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Número 8 Octubre / Diciembre 2007
Guyana: el impacto de la política externa sobre los
desafíos del desarrollo
Robert H. O. Corbin
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
Bartomeu Melià, s.j.
Pe: entre los sobresaltos electorales y la agenda pendiente
de la exclusión
Martín Tanaka • Sofía Vera
La República de Suriname y la integración regional
Robby D. Ramlakhan
Uruguay: breve evolución económica y política
Alberto Couriel
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la
Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
Isaías Rodríguez
Koki Ruiz
142
163
176
193
211
224
237
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5
Argentina y Brasil:
contraste y
convergencia de
estructuras
Torcuato S. Di Tella
*
M
e quiero concentrar especialmente en tres etapas, relativamente
recientes, de nuestra historia: en primera instancia, los movimientos populares
dirigidos por Perón y por Vargas; luego, los regímenes dictatoriales iniciados
en la década de los sesenta; y nalmente, los procesos de democratización
inaugurados veinte años después, con sus sistemas de partidos políticos.
Comenzaré con una breve mirada histórica de alguna mayor extensión que la
que me acabo de jar, porque todos venimos al mundo marcados por lo que
nuestros antepasados han hecho. ¿Pero quiénes eran nuestros antepasados?
¿Q hacían ellos cuando nuestros países comenzaron a tener una vida
independiente? Aquí la respuesta es bien distinta para los dos países: los
tatarabuelos de los brasileños de hoy, en su gran mayoría, en todos los niveles
sociales, estaban en Brasil; los nuestros estaban muy lejos, y posiblemente ni
* Universidad de Buenos Aires
Argentina y Brasil: contraste y convergencia de estructuras
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siquiera sabían que estas naciones existieran. El contraste es muy marcado, y ha
sido objeto de repetidos análisis, aunque no siempre con enfoque comparativo.
Mientras que la Argentina tuvo, durante décadas muy formativas (digamos,
entre 1880 y 1930) casi un 30% de extranjeros, Brasil apenas superaba el
5%. Es cierto que en San Pablo y en los estados del sur esta última cifra
subía signicativamente, pero ellos no constituyen un país, y son como una
isla rodeada de un gran mar de otras características étnicas y sociales. Un
resultado inevitable es que debe haber, al menos en las clases cultas, mucha
mayor memoria histórica en Brasil que en la Argentina, porque esa memoria
se transmite en gran medida a través de las tradiciones familiares. En esto la
Argentina contrasta no sólo con Brasil sino con Chile, país también con escasa
inmigración extranjera (al máximo otro 5%), y que tiene un sistema político-
partidario muy moderno, el más parecido, en nuestro continente, al europeo.
1
¿Pero entonces deberían resultar Brasil y Chile muy parecidos, contrastados
ambos con la Argentina? No necesariamente, porque las estructuras sociales
de ambos son bien diferentes, casi diría polarmente opuestas. En lo relativo
a la estructura social básica, Chile es más parecido a la Argentina, por sus ya
asentados y antiguos índices de urbanización, educación, vigencia de las clases
medias, y temprana organización obrera y sindical.
Una consecuencia de la mencionada mayor memoria histórica existente
en Brasil (y Chile) es que hay en ellos fuertes partidos conservadores, por ése u
otro nombre, característica que comparten con prácticamente todas las naciones
desarrolladas y democráticas del mundo.
2
Por “partido conservador” entiendo uno
que goza de sólidas raíces en las clases altas, y que tiene una ideoloa muy cercana
a la visn empresarial de las cosas. Por lo tanto, incluyo en Chile tanto al Partido
de Renovación Nacional (PRN), como a la Unión Democrática Independiente
(UDI), ambos con s de un siglo de historia, dada su fuente en los antiguos
partidos Conservador y Liberal. En Brasil incluyo al Partido Progressista (PP, ex
1 He tratado este tema más extensamente en “El impacto de la inmigración en el sistema político argentino,”
Estudios Migratorios Latinoamericanos 4:12, agosto 1989, pp. 211-230. Ver también Oscar Cornblit, “Inmigrantes
y empresarios en la política argentina,” Desarrollo Económico 6, n° 24, enero-marzo 1967, pp.. 641-691; Fernando
Devoto y Gianfausto Rosoli, comps, La inmigración italiana en la Argentina, Buenos Aires, Biblos, 1985; Carl
Solberg, Immigration and Nationalism: Argentina and Chile, 1890-1914, Austin, University of Texas Press, 1970;
Herbert Klein, “La integración de italianos en la Argentina y los Estados Unidos: un análisis comparativo,”
Desarrollo Económico 21, n° 81, abril-junio 1981, pp. 3-27.
2 España e Italia, hasta hace unas décadas dos de las principales excepciones a la presencia de una clara Derecha en
el espinel partidario, se han “normalizado” desde el progresivo fortalecimiento del Partido Popular de José María
Aznar, y del movimiento Forza Italia de Silvio Berlusconi, con su aliada la remodelada Alleanza Nazionale.
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Progressista Brasileiro, PPB) y al Partido da Frente Liberal (PFL)
3
, ambos hijos,
o nietos, de la Alianza Renovadora Nacional (Arena) y de la União Democrática
Nacional (UDN), incorporando incluso a sectores de la antigua derecha varguista,
el Partido Social Democrático (PSD, que no tenía nada de socialdemócrata). En
Chile ambos partidos conservadores son perfectamente capaces de alcanzar a casi
la mitad del electorado. En Brasil el PP y el PFL sumados ocupan un buen tercio
del electorado; y aunque en general no están aliados, forman entre ambos un
bastión claramente conservador, independientemente de su fraseología electoral,
sus banderas regionalistas, o de las alianzas a que el PFL se ha visto inducido en
su momento con un centro y centro izquierda encarnados en Fernando Henrique
Cardoso. Debe adirse que en el Partido do Movimento Democrático Brasileiro
(PMDB), problematizado heredero en algún sentido del varguismo moderado, hay
fuertes tendencias de derecha, que seguramente auguran mal para su continuada
unidad, ya erosionada por las ltiples escisiones que ha sufrido a lo largo de
su existencia, desde que dejó de cumplir el rol aglutinador anti dictatorial que
desempeñó por muchos años.
4
La fuerza electoral de un partido de derecha tiene dos patas. Una, que
se debilita con el tiempo, es la del campesinado tradicional, que vota por sus
patrones, o por los notables parientes de sus patrones. La otra, que se consolida
con el tiempo, es la de la clase media urbana y moderna: sin ella nunca se podría
ganar una elección. Hay quienes dicen que existe una tercera pata, los working
class tories, o rednecks, o sindicalistas burocratizados. Esta última pata es algo coja,
o bien no es realmente conservadora: me reero a los sindicalistas. Podrán ser
“socialmente conservadores” (opuestos a los hippies, los gays, los inmigrantes,
despreocupados por derechos humanos) pero no hay prácticamente casos en
que ellos integren al principal partido conservador del país, o sea al que tiene
el corazón y el bolsillo de las clases altas. Dejando para más adelante analizar
el rol de estos sindicalistas, veamos ahora la posición de las clases medias. Lo
normal para una persona de clase media es envidiar pero al mismo tiempo
admirar a los miembros de la aristocracia o del jet set, y por lo tanto aceptar
3 Recientemente cambió su nombre para “Partido Democrático” (DEM).
4 Oscar Cornblit, “La opción conservadora en la política argentina,” Desarrollo Económico 14, n° 56, enero-marzo
1975, pp. 599-639; Douglas Chalmers, Atilio Borón y Maria do Carmo Campelo de Souza, comps, The Right and
Democracy in Latin America, Nueva York, Praeger, 1991; Edward Gibson, Class and Conservative Parties: Argentina
in Comparative Perspective, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1996. Para datos electorales comparativos
ver Torcuato S. Di Tella et al., Estructuras sindicales en la Argentina y Brasil: algunas tendencias recientes, Buenos Aires,
Biblos, 1995.
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el liderazgo planteado por sus superiores jerárquicos. Esto es lo que ocurre en
la mayor parte de los países del mundo, y por lo tanto votan, en su mayoría,
por los conservadores, sobre todo después de haber pasado por etapas en que
su preferencia iba en gran parte a partidos centristas como los Radicales, los
Demócrata Cristianos, o los Liberales avanzados.
5
¿Pero qué pasa en un país
como la Argentina, caracterizado por el impacto inmigratorio? Éste fue mucho
mayor entre nosotros que prácticamente en cualquier otro lugar del mundo.
6
Se creó entonces un gran vacío de participación, pues la masa de la burguesía
urbana, y de la clase obrera de las ciudades, abrumadoramente extranjeras,
no tenían el voto, pues no adquirían la ciudadanía. Esto era grave, porque se
trataba de los dos sectores sociales más estratégicos en la consolidación de
un sistema político moderno. La consecuencia era la debilidad de un partido
liberal burgués, y de uno socialdemócrata o laborista.
Por otra parte, se puede observar en escala internacional que la
burguesía, en general, después de ser el apoyo de un Liberalismo rival de los
Conservadores, termina por unicarse en uno sólo de esos partidos, o en
uno que los engloba, o en dos casi siempre aliados, todo lo cual forma la ya
aludida solidez de la Derecha política. Pero si la burguesía, por su abrumadora
condición extranjera, tenía una actitud de alejarse de la arena político-partidaria,
esa característica a menudo transmitida a sus hijos también tenía que afectar
a la salud de un partido conservador moderno, no sólo al Liberalismo de una
etapa más temprana. Eso es, precisamente, lo que ha ocurrido en la Argentina:
el país está demasiado desarrollado para tener el tipo de conservadorismo en
5 A menudo se argumenta que la tendencia hoy día es hacia el desdibujamiento de las bases clasistas del apoyo
partidario. De hecho, nunca los partidos han estado basados completamente en bases clasistas nítidas; por
cierto muchos individuos aparecen en posiciones incongruentes, especialmente si su status es medido por su
educación, cosa que se hace a menudo, por la comodidad de la medición. Por otra parte, el Conservadorismo
tiene muchos votantes modestos, sobre todo rurales, mientras que la Izquierda es fuerte entre gente de alta
educación y un mediano nivel de vida. La diferencia entre un partido conservador y uno socialdemócrata
no estriba sólo ni principalmente en el status social de la masa de sus votantes, sino en el hecho de que
los grupos organizados del sector superior y del inferior de la pirámide social están predominantemente en
uno u otro hemisferio político. Ver Ronald J. Johnston, “Lipset and Rokkan Revisited: Electoral Cleavages,
Electoral Geography, and Electoral Strategy in Great Britain,” en R.J. Johnston, F.M. Shelley y P.J. Taylor,
comps, Developments in Electoral Geography, Londres, Routledge, 1990. Por supuesto que donde hay fuertes
enfrentamientos religiosos, étnicos o lingüísticos éstos alteran muy profundamente el clivaje derecha-izquierda.
Ver, para los Estados Unidos, Thomas Byrne Edsall con Mary D. Edsall, Chain Reaction: The Impact of Race, Rights
and Taxes on American Politics, Nueva York, Norton, 1991.
6 En Australia y Nueva Zelanda, donde la proporción de inmigrantes era parecida a la argentina, se trataba de
gente proveniente de Gran Bretaña, quienes no perdían su nacionalidad, y con ellos se trasladaba el sistema
institucional de la madre patria.
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buena medida arcaico del Brasil rural, y por otro lado tiene excesivo peso del
componente extranjero como para emular el caso chileno. En otras palabras,
la masa de la clase media o burguesía, de origen inmigratorio, ha heredado
de sus padres un cierto desprecio hacia el “país criollo”, en el que se incluye
hasta a las clases altas locales, que no fueron capaces de infundir en ellos el
respeto que en cambio se dio en el caso norteamericano.
7
Pasemos ahora a analizar lo que ocurre en el sector popular, en lo
referente a la estraticación social y sus consecuencias políticas. Es sabido
que Brasil en el pasado ha presentado diferencias de ingreso por regiones y
estratos sociales mucho más marcadas que las de la Argentina, y en ese sentido
se puede hablar, con mayor propiedad, de “dos Brasiles”, fenómeno que aún
se sigue dando, aunque en menor medida. La condición rural, acompañada
al menor peso que históricamente ha tenido la clase media moderna, está
ligada a la tardía aparición del sindicalismo y de partidos de centro como
el Radicalismo. Es recién desde 1945 que se puede hablar de un sistema de
partidos en Brasil, por encima de los clanes “Republicanos” de la República
Velha, o las “legiones” y partidos estaduales que se organizaron para apoyar
a Vargas a comienzos de los años treinta.
Esta debilidad de la clase media brasileña explica el hecho de que durante
los años veinte hayan sido los niveles medios del Ejército los que generaron
actitudes disidentes, a través del tenentismo, que no tuvo un equivalente en
la Argentina. En la Argentina existía el Radicalismo, y la Izquierda (Socialista
y Comunista) para canalizar los sentimientos de protesta. Había también
entre los uniformados una búsqueda de novedades dentro del campo del
desarrollismo autoritario, pero éstas estuvieron fuertemente coloreadas por
la Derecha, hasta que mutaron, durante la Segunda Guerra Mundial, hacia las
posiciones de la logia nacionalista, el Grupo Obra de Unicación, GOU, de
la que emergió Perón.
Es a partir de 1945 que se da una convergencia e imitación mutua entre
Perón y Vargas, tema al que volveré. Se ha escrito mucho sobre las condiciones
sociales detrás de la emergencia del peronismo, y de la faz populista del Vargas
transformado de posguerra. Mi interpretación tiende a enfatizar el rol causal
7 En EEUU el total de extranjeros nunca superó el 15%, ellos tomaban la ciudadanía, y su status era claramente
inferior al de la población ya establecida (con la excepción de los ex esclavos).
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jugado por el surgimiento de nuevos industriales necesitados de “protección
o muerte”, y de nuevas masas de recién venidos del campo a la ciudad. Es útil
señalar, de todos modos, en este lugar, una característica de las masas obreras
urbanas de Brasil: ellas son el resultado de una mucho mayor renovación
humana, y trasiego de generaciones, que en Argentina. En otras palabras: para
un individuo de los sectores populares urbanos, en Brasil, lo más probable es
que sus padres no hayan vivido también ellos en la misma ciudad, ni siquiera
en otra parecida, sino que venían del campo, de ambientes en que la conexión
con la red informativa nacional era muy endeble. Resulta de esto una escasa
memoria histórica, a ese nivel de estraticación. En la Argentina, en cambio,
el habitante urbano muy probablemente habrá oído hablar a sus padres o a
algún tío o abuelo sobre su emoción al contemplarla a Evita en el balcón, o
sobre la huelga perdida o ganada, o sobre cuando lo pusieron/llevaron preso
a Balbín y cerraron los diarios de la oposición. Y es de esa manera que se
transmiten las opiniones políticas. En Chile, que no tiene ni la tan extrema
diferencia entre el campo y la ciudad del Brasil, ni un impacto inmigratorio tan
marcado como la Argentina, la memoria histórica es directamente elefantina,
en todos los niveles sociales.
Estos aspectos, unidos a otros coyunturales, son responsables de que
el fenómeno popular brasileño, el varguismo, haya tenido raíces más tenues
que el argentino. Por lo tanto, sus huestes están más dispuestas a cambiar de
lealtades. Es así que la versión más radicalizada y caudillista del varguismo,
la del Partido Democrático Trabalhista (PDT) de Leonel Brizola, está muy
debilitada; y la línea moderada, del PMDB, ha perdido su connotación varguista,
y se ha convertido en una versión de los diversos partidos centristas en muchas
partes del mundo, tironeados desde la derecha y desde la izquierda, lo que
genera divisiones en su seno, fenómeno muy marcado en la Argentina, con la
Unión Cívica Radical (UCR).
La menor profundidad de la conexión varguista con los estratos populares,
y la mucho más intensa transformación de su sistema productivo industrial,
explican que en Brasil el panorama social y político en ese nivel social haya
cambiado muy radicalmente en los últimos años. Al desaparecer de la escena el
populismo getulista, éste ha dejado lugar para una nueva Izquierda, la del Partido
dos Trabalhadores (PT), cuya cuna está en el área industrial del Gran San Pablo.
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Tambn tiene mucho que ver aq el rol de la Iglesia Católica, que ha generado en
Brasil un ala de Teología de la Liberación mucho más inuyente que lo que pueda
haber en la Argentina. Esa Iglesia de la Comunidades de Base ha contribuido en
gran medida a la expansión del PT, dándole protección y dedicados militantes.
En esto el fenómeno se parece al del Laborismo británico, donde, al decir de
Herbert Morrison, su Secretario General por largo tiempo, la “M” importante
es la del Metodismo, no la de Marx. Por otra parte, la competencia de las iglesias
evanlicas y de los ritos afrobrasilos ha obligado en mayor medida al clero
brasilo a remozarse para conservar su grey, por contraste con el argentino. En
este ps las masas ya habían sido ganadas al catolicismo, en los comienzos de la
cada de los cuarenta, a través del peronismo, por un clero también disidente
a su manera, el de los que tean simpatías falangistas-populares, contrapuestas
a las actitudes más tradicionalmente liberal-conservadoras, algo latitudinarias,
vigentes entre las clases altas.
Si pasamos ahora a los regímenes militares, notaremos otra importante
diferencia. En Brasil el período 1964-1985 fue, si no genuinamente
constitucional, al menos reglamentario, pues las sucesiones presidenciales
se realizaron sin golpes internos, con apelaciones al electorado, bien que de
manera indirecta. En la Argentina, en cambio, todos los regímenes militares,
desde 1943 a 1983, protagonizaron al menos uno, y en general dos o tres,
golpes internos, cuyo recuerdo está aún sucientemente vivo como para tener
que enumerarlos aquí. ¿Por qué esta diferencia? ¿Será porque los militares
argentinos eran más indisciplinados, más autoritarios, más ambiciosos, que
sus pares brasileños, o chilenos? Quis ésa sea parte de la respuesta, pero
s probablemente se trate de una consecuencia de una causa subyacente.
Esa causa, a mi entender, es la naturaleza fuerte y amenazante, aunque no
del todo revolucionaria, durante décadas, del peronismo. Este movimiento,
representando en gran medida a una clase obrera urbana con más peso
social que sus equivalentes en Brasil o Chile, y con importantes capitani
del popolo negociadores, ha sido siempre un aliado apetitoso para cualquier
grupo civil o militar. Las luchas entre facciones gobernantes, que siempre
existen, han tenido en la Argentina desde la Segunda Guerra Mundial una
posible forma de generar un vencedor: aliarse con el peronismo, con el
objetivo, claro está, de dominarlo. Pero esto último no es tan fácil, ya que si
la facción innovadora se impone mediante un golpe de Estado, o un pacto
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electoral, como el de Arturo Frondizi – pronto los aliados se convierten en
huéspedes insoportables, la alianza se rompe, por el excesivo peso de su
componente popular, y se vuelve a fojas uno.
8
La principal forma de terminar
con este mecanismo es la conversión del peronismo en un movimiento ya
no amenazante, sino a lo sumo distributivista, rival pero no enemigo del
Establishment, cosa que ha estado ocurriendo.
En conclusn, quedan planteadas como hipótesis de trabajo las siguientes
características de ambos países:
1. En Brasil hay mayor diferencia entre los niveles de vida de los sectores
urbano y rural, y mayor renovación humana en los estratos populares, lo que
va asociado a una menor memoria histórica en ese nivel de estraticación, y
a un más fácil cambio de orientaciones político-partidarias.
2. En la Argentina el impacto inmigratorio ha generado una menor
memoria histórica que entre sus pares brasileños, y una menor participación
política, lo que va unido a una menor fuerza de un partido liberal burgués, o
conservador, y de uno de tipo laborista.
3. Las Fuerzas Armadas, en sus intervenciones políticas, han actuado
de manera más disciplinada en Brasil, en parte debido al control que sobre
ellas ejercen los sectores civiles de derecha, contrastado con la tentación en
la Argentina de emplear al peronismo como potencial aliado en la lucha por
el poder.
4. Un partido socialdemócrata era, en la Argentina, durante la primera
mitad del siglo veinte, s bil que en países de equivalente desarrollo
económico y cultural (como Chile, Italia o Australia) debido al gran porcentaje
de extranjeros no nacionalizados que había en la clase obrera.
5. En la Argentina el peronismo ha sido más fuerte, y más estrechamente
ligado a la clase obrera urbana, que en Brasil. Esto, sumado a la menor
intensidad de los cambios económicos en el país del Plata, le ha facilitado al
peronismo seguir vigente hasta la actualidad. En cambio en Brasil ha quedado
vacante el lugar que ocupaba el varguismo, lo que ha permitido la formación
de una nueva izquierda, el Partido dos Trabalhadores.
8 Guillermo O’Donnell se ha referido a este proceso como “el juego imposible” en su Modernización y autoritarismo,
Buenos Aires, Paidós, 1972, cap. 4.
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Contraste entre las trayectorias de Perón y Vargas
Un Plutarco redivivo, que quisiera dar a conocer a los ciudadanos del
Mercosur las hazañas de sus personajes más célebres, seguramente incluiría
al binomio Perón-Vargas. Sin pretender emular al historiador griego cuya
metodología seguramente sería objetada por mis colegas más cientícos una
exploración de este tema realizada bajo el signo del comparativismo sociológico
puede echar luz sobre nuestra evolución social y perspectivas futuras. Vargas
se suicidó para evitar un golpe de Estado, mientras que Perón vivió hasta
morir en el ejercicio del mando. Pero el varguismo ya no existe, mientras que
el peronismo perdura, aunque cambiado. Por otra parte, Vargas es hoy una
gura histórica poco discutida, lo que no ocurre con Perón. Perón dejó una
cantidad de libros en que desarrolla su doctrina, mientras que Vargas, aparte
de sus discursos, prácticamente sólo dejó un muy interesante Diario íntimo,
y una familia – en el sentido estricto y en el más amplio de la palabra – que se
ocupa de que ante su tumba se celebren los ritos correctos.
9
Las imágenes más conocidas de las “vidas paralelas” arrancan de 1945,
año en que comenzó a haber una fuerte convergencia entre los roles políticos
de ambos dirigentes. Pero Vargas (unos diez años más viejo que Perón) tenía
una muy larga historia política anterior, pues había llegado al poder a través
de la revolución cívico-militar de 1930, y ya antes había sido gobernador
(“presidente”) de un importante estado, Rio Grande do Sul. O sea, era un
miembro de la vieja clase política. Por otra parte, aunque ostentaba un grado
militar, como era habitual entre los hacendados tradicionales, nunca tuvo
como profesión la de las armas.
10
Desde 1930 pasó por diversas etapas,
principalmente la de gobernante “provisorio” pero renovador (hasta 1934), la
de presidente constitucional (hasta 1937), la de dictador “desarrollista” con una
Constitución de inspiración corporativa (hasta ser depuesto en 1945), y luego
de un intervalo, de nuevo presidente, esta vez orientado hacia la izquierda (de
1950 a 1954). ¿Será esta trayectoria un ejemplo del “movimiento browniano”
que según algunos de nuestros críticos caracterizaría al comportamiento de
los políticos en esta parte del mundo? Como parte de la mayor autovaloración
9 Getúlio Vargas, Diário, 2 vols, Río de Janeiro, Fundação Getúlio Vargas, 1995; Alzira Vargas do Amaral
Peixoto, Getúlio Vargas, meu pai, Porto Alegre, Globo, 1960; Valentina da Rocha Lima y Plínio de Abreu Ramos,
Tancredo fala de Getúlio, Porto Alegre, L&PM Editores, 1986.
10 Virgílio A. de Melo Franco, Outubro 1930, 5a ed., Río de Janeiro, Nova Fronteira, 1980.
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que debería caracterizarnos, haré un intento por establecer un poco de orden
en ese tipo de trayectorias, viendo si un sistema aunque sea ptolemaico puede
aclarar las cosas, hasta ponernos al menos en el nivel de los aclamados pero
no muy consecuentes whigs y tories que fundaron el régimen de las libertades
públicas en Inglaterra.
Perón también osciló entre una inspiración mussoliniana aduciendo,
en sus últimos os, que el Duce estaba realizando “una versión local del
socialismo” y una admiración por Mao, cuyos intentos por construir el
socialismo quizás hayan estado tan alejados de la meta como los del italiano,
aún cuando gozaran hasta hace poco de mucha mayor credibilidad. En
sus comienzos riograndenses Vargas pertenecía al Partido Republicano
local, de rz positivista comtiana, claramente orientado hacia la formación
de gobiernos fuertes, capaces de realizar transformaciones profundas
en el sentido de la modernización. Pero este partido apenas si merecía
tal nombre, y lo mismo ocurrió luego, con los varios intentos de formar
partidos ocialistas, o más bien “legiones”, que los tenentes enviados como
interventores intentaron establecer, con éxito modesto, y a lo sumo en escala
estadual. De hecho, aún en 1937, con el autogolpe del Estado Novo, Vargas
no pudo establecer un partido ocial, y por eso prerió disolverlos a los
pocos que haa, desde los que lo apoyaban hasta los opositores liberales,
fascistas, o comunistas. Es así que el régimen del Estado Novo nunca tuvo
las caractesticas de un verdadero fascismo, pues al no tener un partido
ocial el ejercicio del totalitarismo le resultaba difícil, y a lo sumo constitu
una dictadura tecnocrática, que es otra cosa. Tampoco organizó Vargas el
sistema de representación corporativa que su propia Constitución dictada
mandaba, pues aduciendo la situación crítica fue posponiendo ese momento
hasta que lo alcanzó la primavera de liberalización del n de la guerra.
11
Como es sabido, en el o cuarenta y cinco Vargas convocó elecciones
libres, presionado por la opinión pública y por los militares, cansados de la
prolongación de su mandato, y preocupados ante las tendencias a inspirarse
ahora en el exitoso ejemplo de movilizacn de masas que realizaba Perón.
Para enfrentar esta encrucijada Vargas creó dos partidos, al igual que su émulo
11 Murilo de Carvalho, José. “Armed Forces and Politics in Brazil, 1930-45,Hispanic American Historical Review
62:2, mayo 1982, pp. 193-223; Virgínio Santa Rosa, O sentido do tenentismo, 3a ed., San Pablo, Alfa-Omega, 1976
(1a ed. 1933); Aspásia Camargo et al., O golpe silencioso, Río de Janeiro, Rio Fundo Editora, 1989.
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argentino. Perón tenía, por un lado, el Partido Laborista, con fuerte anclaje
sindical, cuyo nombre signicativamente calcaba el del partido obrero inglés;
y por el otro, la Unión Cívica Radical, Junta Renovadora, agrupación poco
orgánica en la que se agrupaban políticos sueltos, muchos de ellos ligados
a redes caudillistas provinciales. Signicativamente, ambos partidos fueron
unicados de un plumazo por Perón poco desps de su victoria electoral
en 1946, evidenciando la característica verticalista, y el gran poder del líder
que operaba sobre una masa en su gran mayoría ya bastante movilizada pero
poco acostumbrada a la acción asociativa.
12
La alianza varguista y sus mutaciones
En Brasil Vargas también formó dos partidos, ambos usando nombres
tomados de la experiencia social demócrata europea, pero nunca los pudo
unicar, no porque no quiso, sino porque no pudo, o a lo mejor no quiso
sabiendo que no podía. Para el sector popular urbano, apenas sindicalizado, y
eso en estructuras mucho más dependientes del gobierno que las argentinas,
formó el Partido Trabalhista Brasileiro (PTB). Para los notables locales, sobre
todo de los estados más periricos, a menudo sólidamente conservadores
aunque resentidos contra el dominio centralista, organi el Partido Social
Democtico (PSD), cuya sigla, a diferencia de la del PTB, era un mero
nombre de fantasía.
13
De los dos partidos varguistas, casi permanentemente
aliados durante el periodo democrático que se extendió hasta 1964, al
comienzo el que obtenía más votos era el PSD, dadas las características
del electorado nacional. Pero en cada comicio, con el aujo de gente a las
ciudades, el peso del PTB aumentaba, y los sectores radicalizados en su seno
se volvían más activos. De todos modos, la alianza PSD-PTB era en algún
sentido un equivalente del PRI mexicano, o del Partido del Congreso en la
India, o sea de un partido de integración policlasista, aunque con dos cabezas,
12 No es posible aquí citar toda la extensa bibliografía acerca del rol de los sindicatos preexistentes en la
formación del peronismo, o del grado de autonomía con que operaron los dirigentes que se le acercaron.
Puede verse el trabajo de Juan Carlos Torre, Perón y la vieja guardia sindical, Buenos Aires, Sudamericana, 1990, y
mi posición algo distinta, que enfatiza más la dependencia con que actuaron los jefes sindicales, en Perón y los
sindicatos, Buenos Aires, Ariel, 2003.
13 Lucia Hippolito, De raposas e reformistas: o PSD e a experiência democrática brasileira, 1945-64, Río de Janeiro,
Paz e Terra, 1985; Ángela de Castro Gomes, A invenção do trabalhismo, San Pablo, Vértice/Iuperj, 1988; Edgard
Carone, Movimento operário no Brasil, 1877-1944, San Pablo, Difel, 1979.
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y sin una revolución previa. Esta ausencia de una revolución a pesar del
sesgo renovador del varguismo puede ayudar a comprender el hecho de
que, a diferencia de lo que fue el caso en xico por mucho tiempo, en
Brasil siempre hubo, y sigue habiendo, una derecha electoralmente fuerte
(UDN, luego Arena, y hoy PP s PFL). En el otro extremo, durante la
vigencia de la coalición varguista había una izquierda electoralmente débil
(el Partido Comunista Brasileiro era su principal componente), situacn en
esto parecida a la mexicana.
14
Luego se llegó a la radicalización extrema de la etapa goulartiana, en una
convergencia con toda la izquierda. En esa coyuntura se estaban dando las
precondiciones para un desenlace revolucionario, quizás promovido desde
el Ejecutivo y su entourage a través de un autogolpe, como en 1937, pero
esta vez de izquierda. Seguramente la eventual revolución no hubiera sido
exactamente “socialista”, pero sucientemente amenazante y expropiadora
como para alterar el sueño de las clases propietarias, siguiendo un modelo
intermedio entre la Revolución Mexicana, con alsima movilizacn de
masas, y la posterior y más elitista Revolucn Peruana o alguna de las que
se han dado en el mundo árabe o en África.
15
Esta reorientación de izquierda
había sido impulsada ya por el último Vargas, cuando armaba que había
dos formas de democracia, una de las cuales era la liberal y capitalista,
basada en la desigualdad”, mientras que la otra era “la democracia socialista,
o democracia de los trabajadores”, por la que combatia en benecio de la
colectividad.
16
Durante la agitación que precedió al golpe militar de 1964
se produjo la ruptura de la alianza varguista, pues la gran mayoa del PSD
estaba claramente opuesta a las medidas que Goulart contemplaba. Así, pues,
el golpe no fue un mero fenómeno militar, sino la ruptura de una coalición,
que signicó un amplio apoyo civil para el nuevo gimen, aprobado por
la mayoría del Congreso, formada por la derecha liberal de la UDN más la
derecha varguista del PSD, amén de otros grupos regionales como el Partido
Social Progressista (PSP) de Adhemar de Barros en San Pablo.
14 Maria Vitória Benevides, A UDN e o udenismo, Río de Janeiro, Paz e Terra, 1981; Edgard Carone, O PCB,
2 vols, San Pablo, 1982.
15 Denis de Moraes, A esquerda e o golpe de 64, Río de Janeiro, Espaço e Tempo, 1989.
16 Paulo Brandi, Vargas: da vida para a história, 2a ed., Río de Janeiro, Zahar, 1985, pp. 204-205 y 211.
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El peronismo clásico
A diferencia de la alianza bifronte del varguismo, el peronismo estuvo
siempre más unicado, en el sentido formal al menos. De hecho, sin embargo,
tenía muchas corrientes internas, que yo caracterizaría de la siguiente manera:
1. El peronismo sindical, basado en los sectores obreros urbanos de la
parte próspera del país, muy movilizados y con una no despreciable
experiencia asociativa.
2. El peronismo de las provincias internas, más caudillista y basado sobre
una población pobre poco movilizada.
3. El peronismo de las elites, minorías signicativas aunque no bien
integradas en sus clases de origen, entre las Fuerzas Armadas, el clero,
los industriales, los intelectuales de derecha, y otros “entornos” más
idiosincráticos.
17
La corriente sindical (punto 1) es parecida a la del PTB brasileño, pero
se diferencia en el hecho de que ha sido mucho más dominante. La de las
provincias internas (punto 2) es parecida al PSD, pero con más componentes
movilizacionistas, aunque los presente en menor grado que la rama obrera. El
peronismo de las elites, bastante heterogéneo, tiene equivalentes más amplios
en el varguismo, ya que éste en general tuvo mucho más consenso entre las
clases altas (periféricas y aún centrales) que su equivalente argentino. Por lo
tanto, en Brasil el sector varguista de las clases altas, al ser bastante numeroso,
no constituye una elite tan diferenciada del resto de su clase como lo que fue
el caso en la Argentina con el peronismo.
La elite peronista, aunque siempre muy minoritaria en las clases altas,
en un comienzo abarcaba a un amplio sector en algunas armas, más una
importante parte del clero menos modernizado, así como ciertos industriales
que estaban fuertemente tironeados entre los benecios que obtenían con la
política proteccionista del gobierno justicialista, y los dolores de cabeza que
la agitación social mucho más marcada que bajo Vargas les causaba en
sus empresas. A pesar de las señaladas semejanzas entre las corrientes que
17 Ver, entre otros, Cristián Buchrucker, Nacionalismo y peronismo: la Argentina en la crisis ideológica mundial, 1927-
1955, Buenos Aires, Sudamericana, 1987; Manuel Mora y Araujo, “Populismo, laborismo y clases medias:
política y estructura social en la Argentina,” Criterio 1755-1756 (1977), pp. 9-12.
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podemos llamar “tipo PSD” y “tipo PTB” del peronismo con sus equivalentes
brasileñas, las tipo PTBeran mucho más vigentes, relativamente, en la
Argentina. En cuanto a las de “tipo elite” (punto 3), ellas eran mucho más
aventureras y audaces, mucho menos ligadas a sus clases de origen, que en el
caso brasileño, y además comenzaron a abandonar al movimiento, apenas éste
demostró su potencial movilizador, y la eventual dicultad de controlar a sus
componentes ante la desaparición del líder. Es posiblemente este panorama
el que llevó a la Iglesia a enfrentar al gobierno, tomando desde 1954 sus
recaudos en la formación de dirigentes propios, lo que fue por cierto retrucado
violentamente por Perón. Es así que el golpe de 1955, como el brasileño de
1964, también puede caracterizarse como no sólo una intervención militar,
o una mayor combatividad de la tradicional oposición de raíces en la Unión
Democrática, sino que fue resultado de una ruptura en la coalición peronista,
pues también ahí su derecha la abandonó. Claro está que esa derecha no se
llevó muchos votos, como en cambio ocurrió en Brasil, pero importantes
factores de poder.
La radicalización del peronismo
Es bien conocida la radicalización del peronismo, iniciada hacia 1954,
intensicada con la “resistenciay luego con la formación de un ala guerrillera.
Aunque muchos de los individuos componentes de estas formaciones no eran
de origen, ni de gran convicción peronista, el hecho es que fueron albergados
por ese movimiento.
18
En general se puede armar, en base a la experiencia
mundial, que en etapas tempranas o intermedias del movimiento popular éste
alberga fuertes tendencias confrontacionistas y aún violentas. Tan es así, que
la incorporación de las masas populares al sistema político, su integración y
participación en el poder y la inuencia, son el principal problema a resolver en
un proceso de democratización básica, como los que estamos transitando en
muchos países del continente. Con el tiempo, en países de relativamente alto
desarrollo urbano, industrial y cultural, la tendencia es hacia una bipolarización
de la escena política, entre derecha e izquierda, ambas moderadas. Al superarse
18 Donald Hodges, Argentina, 1943-1987: The National Revolution and Resistance, Albuquerque, University of New
Mexico Press, 1987; Daniel James, Resistance and Integration: Peronism and the Argentine Working Class, 1946-1976,
Cambridge, Cambridge University Press, 1988; Roberto Baschetti, ed., Documentos de la resistencia peronista, 1955-
1970, Buenos Aires, Puntosur, 1988.
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la etapa a menudo convulsiva de la integración de las masas, se llega a una
especie de equilibrio, o empate social, en que se va formando un cierto
consenso acerca de las leyes del juego político, y un acercamiento de los
proyectos de gobierno, que hace que todos tiendan hacia el centro, aún cuando,
paradójicamente, se debilitan los partidos de centro.
Ahora bien, es posible que el modelo inicial que Perón tenía en mente
se pareciera al del PRI, ya muy estabilizado e impactante en la opinión pública
internacional desde la nacionalización del petróleo en 1938. Por cierto que en la
mente de Perón este modelo interactuó con el que Vargas estaba desarrollando
concomitantemente, y en momentos anteriores sin duda el dirigente argentino
había reconocido inspiración mussoliniana. Pero no le fue posible imitar
ninguno de estos modelos, independientemente de su voluntad. Es más,
en sus primeros momentos de miembro del régimen militar de 1943-1946,
seguramente le hubiera escandalizado la idea de generar un movimiento tan
conictivo y confrontacionista como el que nalmente formó. Es que, como
él decía, en éstas o parecidas palabras, y antes que él el político francés de los
tiempos de las barricadas Alexandre Ledru Rollin, “Soy su líder, tengo que
seguirlos”.
19
Perón sin duda aspiraba a incorporar a la mayor parte de los
industriales dinámicos, los profesionales, la clase media urbana y rural, y los
trabajadores manuales, dejando de lado quizás a algún sector recalcitrante de
los terratenientes, o grupos extremistas entre los intelectuales y los sindicatos.
Esto es difícil de documentar, pero todo hace pensar que fue así. Sin embargo,
su movimiento, orientado a consolidar a la comunidad argentina para realizar
un gran esfuerzo de expansn ecomica y quizás geopolítica, terminó
generando algunos de los mayores episodios de confrontación clasista de que
tiene memoria el país.
20
Es así que el peronismo se diferencia claramente del PRI mexicano,
a pesar de que a menudo se los pone en la misma bolsa conceptual. Se los
puede incluir dentro del concepto más amplio de populismo, o “nacionalismo
popular”, pero salvando las diferencias. Aunque éste no es el momento para
extender excesivamente el campo comparativo, debo decir que en otros
19 Ronald Aminzade, Ballots and Politics: Class Formation and Republican Politics in France, 1830-1871, Princeton,
Princeton University Press, 1993, p. 52.
20 Sobre el proyecto inicial de Perón, ver Carlos Waisman, Reversal of Development in Argentina: Postwar
Counterrevolutionary Policies and Their Structural Consequences, Princeton, Princeton University Press, 1987.
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trabajos he subdividido a los movimientos que ampliamente en un sentido
lato pueden llamarse “populistas” en:
1. De integración multiclasista: PRI mexicano, y alianza varguista
PSD+PTB.
2. Populistas de clase media: con fuerte participación de una clase media
provinciana, aparte de sectores sindicales no muy centrales, como en el aprismo
y Acción Democrática.
3. Social revolucionarios: marcados por el rol dirigente de minorías muy
radicalizadas de las clases medias, con variable inuencia obrera y campesina.
Los casos más conocidos entre nosotros son el delismo y el sandinismo.
4. Populistas obreros: con importante participación obrera urbana, muy
minoritaria incorporación de clase media, y elites dirigentes ubicadas bastante
arriba en el espacio social. El ejemplo clásico es el peronismo, y el trabalhismo
varguista o aún más el brizolista se le aproximan. Más recientemente Hugo
Chávez parece dirigir un fenómeno de ese mismo tipo en Venezuela, y lo
mismo Rafael Correa en Ecuador y Ollanta Humala en el Perú. El movimiento
de Evo Morales en Bolivia tiene algún parecido, aunque por el origen más
popular de su liderazgo se acerca más al aprista.
A esta lista hay que agregar, en el campo popular aunque no populista:
5. Partidos socialdemócratas, de raigambre sindical socialista, lo que no
impide la participación de otros sectores, sea intelectuales, o minorías a veces
importantes de las clases medias. Se incluye a la Socialdemocracia europea
(incorporando la variante ex Comunista), o sus versiones más radicalizadas, el
antiguo Socialismo o el Comunismo chilenos, o el Partido dos Trabalhadores
(PT) en el Brasil.
21
21 Debo aclarar que uso el concepto de “populismo” en el sentido en que las ciencias sociales lo difundieron para
América Latina en los años sesenta, y no como se ha puesto de moda entre periodistas y más de un cientíco
social, como equivalente de mal gobierno y de promesas populares imposibles de cumplir. También a veces se
le ha dado el mote de populista a cualquier movimiento, tendencia o dirigente político que haga apelaciones a
los sentimientos y los prejuicios populares. Para este enfoque tanto Margaret Thatcher como Ronald Reagan,
y más aún Le Pen o Hayder, serían populistas, lo que quitaría a ese rmino su signicado. Otra cosa es si se
arma, sobre esos sentimientos y prejuicios populares, un movimiento de fuerte movilización social, con banderas
antioligárquicas, en cuyo caso sí podemos hablar de populismo. Ver al respecto Ghita Ionescu y Ernest Gellner,
comps, Populism: Its Meanings and National Characteristics, Londres, Weidenfeld and Nicholson, 1969.
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Fuera de este grupo, que representa de una manera u otra al campo
popular de la arena política, están los partidos de centro, como el Radicalismo
o la Democracia Cristiana, y más lejos los de la Derecha, a que ya hemos
hecho referencia.
Trasmutaciones del varguismo y del peronismo
El varguismo, como vimos, terminó disolviéndose en el maremágnum
de las transformaciones urbanas, cortadas sus raíces en un proletariado con
poca memoria histórica, o en un notabiliado marginado por el avance de la
modernización. Es así que se creó un vacío de representación, que pudo llenar
luego el PT. El descendiente radicalizado del varguismo, el Partido Democrático
Trabalhista (PDT) de Leonel Brizola, pareció por un momento poder seguir
enarbolando las viejas banderas, pero nalmente demostró ser demasiado
puramente personalista, en condiciones nacionales ya cambiadas.
22
En cuanto al peronismo, su período de radicalización fue cortado por
el mismo Perón, una vez que lo usó para volver al poder, aunque importantes
restos quedaron ligados al movimiento. Desde entonces comenzó la evolución
en sentido reformista y consensual, que típicamente opera en un movimiento
popular una vez que los primeros entusiasmos y luchas sin cuartel dejan lugar
a competencias más ordenadas. Este proceso típicamente se da cuando el
movimiento obrero consigue ciertas conquistas sociales, y acceso a puestos de
responsabilidad, aunque sea provincial y municipal, como en el caso italiano.
En la Argentina, y en otros países del continente, como Chile, también se
está dando este acercamiento entre antiguos enemigos, a pesar de las malas
condiciones económicas y ocupacionales de buena parte de la masa popular.
Ello en parte es una consecuencia coyuntural del n del aspecto violento,
incluso de guerra civil, en que hemos estado inmersos por décadas. De ahí
el “pactismo” de las elites políticas, desde los tempranos casos colombiano y
venezolano hasta los más recientes de la Argentina, pasando por el español. El
acceso del Justicialismo al gobierno, en 1989, con Carlos Menem, intensicó
un proceso que ya se estaba dando gradualmente, sobre todo en sus sectores
dirigentes con aspiraciones a ejercer el poder político, y no sólo a confrontarlo.
22 Moacir Gadotti y Otaviano Pereira, Pra qué PT: origem, projeto e consolidação do Partido dos Trabalhadores, San
Pablo, Cortez Editora, 1989; Leôncio Martins Rodrigues, CUT: os militantes e a ideologia, San Pablo, Paz e
Terra, 1990.
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Esta reorientación se da en prácticamente todos los partidos reformistas, sean
de raíz socialdemócrata, comunista, o populista.
23
Ahora bien, esta reorientación no permite clasicar a los partidos políticos
de origen popular que la practican como “conservadores”, ni “conservadores
populares”. Si ello se hiciera, tendríamos que ubicar en esa categoría a los
socialistas españoles, o a los laboristas británicos. ¿Qué quedaría entonces para
el Partido Popular de la Península, o el Conservador de Gran Bretaña? Hay
quien dice que hoy día todos los partidos de cierto peso son conservadores,
pero entonces el término pierde signicado. También se sostiene que en la
actualidad los partidos son simplemente maquinarias orientadas a la conquista
del poder, pautadas ya no por la ideología o la raigambre clasista, sino por la
personalidad de los jefes, y por los proyectos tecnocráticos alternativos, pero
muy parecidos, que adoptan, y que pueden cambiar como un traje. Creo que
ésta es una elucubración “posmoderna” que da una imagen distorsionada,
magnicando algunos hechos, sacados de contexto.
Dicho esto, es preciso establecer dos puntos adicionales a incorporar al
análisis, a saber:
1. En algunos casos se dan alianzas entre partidos de diverso origen, que
pueden unir a agrupaciones semejantes, o a veces a algunas que no lo son
tanto pero que se unen por motivos tácticos. Esto se da desde los casos
de “Gran Coalición” vigente por décadas en Austria, o en la Alemania
de los años de la posguerra y en la actualidad, hasta las coaliciones de
los partidos catalanistas y nacionalistas vascos con el socialismo o con el
Partido Popular, de manera oscilante. En este orden de cosas es la alianza
en Brasil entre el PFL y el Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB),
o quizás el que se dio en la Argentina entre el Justicialismo conducido
por Menem y la neoliberal Unn de Centro Democrático (UCD) y otros
grupos de derecha. Ninguna de estas alianzas, de por sí, permite asignar a
cada uno de los partidos que la integran las características de sus socios,
aunque lo piensen así sus militantes más extremos.
23 Un reciente planteo de este tema puede encontrarse en Seymour Martin Lipset, Political Renewal
on the Left: A Comparative Perspective, Washington, Progressive Policy Institute, January 1990; ver también
Alejandro Foxley, After Authoritarianism: Political Alternatives,” en A. Foxley, M. McPherson
y G. O’Donnell, comps, Development, Democracy and the Art of Trespassing: Essays in Honor of Albert
O. Hirschman, Notre Dame, Notre Dame University Press, 1988, pp. 91-113.
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23
2. Dentro del espinel de partidos que estamos aquí considerando
(socialdemócratas, ex comunistas y populistas), hay un lugar especial para
los de tipo populista, que en general son marcadamente s heteroneos
en su composición de clase que los otros, aún cuando no lleguen al extremo
del PRI mexicano. El peronismo, como se seña antes, es en una
categoría particular, una de las de más raigambre sindical y obrera dentro de
los que ampliamente se denominan “populistas. Sin embargo, comparte
con éstos la presencia de una elite dirigente marcadamente diferenciada
de la masa del movimiento. Esto ocurre en alguna medida en cualquier
partido político, pero en el peronismo se da de manera más marcada.
El golpe argentino de 1966: ¿pacto militar sindical?
Durante varias décadas el peronismo ha sido visto por las clases altas
como una seria amenaza a sus intereses, aunque la mayor parte del tiempo no
asumía un cariz revolucionario. Pasó, sin duda, por episodios de violencia y
agudo antagonismo a las clases dominantes, ya desde la quema del Jockey Club
y de las iglesias, y especialmente durante su largo ostracismo (1955-1973), que
lo llevó a una alianza con grupos guerrilleros, en parte generados en su seno,
en parte venidos de afuera. Pero el peronismo siempre ha tenido también, en
su elite dirigente y sus jefes sindicales, un sector orientado hacia formas de
nacionalismo autoritario tercermundista, o aún de fascismo. Este último factor
de derecha le ha dado robustez, por las raíces que le otorga entre minorías
signicativas de las clases dominantes, aunque le ha enajenado a la intelligentsia
y a amplios sectores de las clases medias. A pesar de todo, la mayor parte del
tiempo el peronismo ha sido visto por el Establishment como potencialmente
más peligroso que los partidos marxistas locales.
24
Se decía en los mentideros poticos de nes de la presidencia del
Radical Umberto Illia (1966) que existía un pacto formal o informal entre
los uniformados y los sindicalistas para voltearlo, un “pacto militar-sindical”,
una suerte de acuerdo neo-corporativista para repartirse lo que quedaba del
país, cualquiera fuera el resultado de las urnas. Este real o supuesto pacto
24 Ver para diversos enfoques sobre este tema Carlos Waisman, op.cit.; Juan José Hernández Arregui,
Peronismo y socialismo, Buenos Aires, Ediciones Hachea, 1972; Oscar Terán, Nuestros años sesentas:
la formación de la nueva izquierda intelectual en la Argentina, 1956-1966, Buenos Aires, Puntosur, 1991.
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debe ser contrapuesto al hecho de que el principal propósito de todos los
regímenes militares que tomaron el poder en la Argentina desde 1945 hasta
1976 ha sido el voltear, o impedir el acceso, de un gobierno peronista.
25
De
hecho, los peronistas eran los principales adversarios de los militares, y de
las clases empresarias en general, independientemente de las intenciones de
muchos de sus dirigentes. Esto los obligaba a curarse en salud, actuando con
particular cautela, puesto que cualquier paso en falso de su parte produciría una
reacción inmediata y violenta del otro lado. Es así que siempre hubo un sector
negociador peronista sindicalista o no que se extremaba en los intentos
de acercarse a sus eventuales enemigos, para llegar a pactos de convivencia,
a cualquier costo, incluso el de enajenar a sectores de sus propias bases. Es
así que en la asunción del mando por el Gral Onganía se vio al metalúrgico
Augusto Vandor y a otros dirigentes rendir pleitesía a las nuevas autoridades.
Pero ese intento de convivencia no duró, y a los pocos meses el enfrentamiento
era muy grande. A pesar de todo, los sectores negociadores nunca dejaron
de esperar la reconstitución de una alianza entre Ejército y Pueblo, sin éxito
alguno. Los dirigentes negociadores del peronismo sabían perfectamente que
el objetivo del golpe de 1966 era evitar el seguro triunfo justicialista en la
futura renovación presidencial. Ellos se consideraban sin fuerzas para cortar
la hegemonía militar, pero pensaban poder ofrecer un pacto por el que se los
reconociera como comensales junior a la mesa del poder, dando garantías de
que de esa manera se radiaría a los sectores más radicalizados de su propio
movimiento. Pero este razonamiento, nada absurdo, no pudo cuajar, porque
la naturaleza contestataria e incluso violenta del movimiento que dirigían se
impuso a sus propias estrategias conciliadoras. La fuerza organizativa de los
grupos de presión en la Argentina, sumada a las características contradictorias
del peronismo, fueron la causa del fracaso de todos los regímenes militares
argentinos, incapaces de perpetuarse de manera regular, como en Chile o Brasil.
Es preciso aquí señalar que en el mundo moderno es prácticamente
imposible encontrar partidos políticos que engloben al mismo tiempo a
empresarios, nancistas, profesionales exitosos, y en general a la mayoría de
las clases medias, con los sectores obreros y populares. Ciertas experiencias
de ese tipo vigentes en el pasado, como el PRI mexicano, la alianza varguista
25 Guillermo O’Donnell, El Estado burocrático-autoritario, 1966-1973, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1982;
Eugenio Kvaternik, Crisis sin salvataje: la crisis político-militar de 1962-63, Buenos Aires, IDES, 1987 y su El péndulo
cívico-militar: la caída de Illia, Buenos Aires, Tesis/Instituto Di Tella, 1990.
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PSD-PTB, y el Partido del Congreso en la India, están en un franco proceso
de desintegración o evolución hacia algo distinto. La Argentina no es campo
propicio para la consolidación de un movimiento integrador policlasista tan
estructurado como el PRI, y en cuanto al concepto de “conservadorismo
popular”, él no tiene verdaderos referentes en ninguna parte del mundo, salvo
que le adjudiquemos el nombre a cualquier partido conservador capaz de ganar
elecciones y apelar a sentimientos algo atávicos.
La evidencia comparativa existente más bien indica que una convergencia
clasista tan amplia como la que pareció expresarse en el Justicialismo bajo
Carlos Menem (1989-1999) es difícil de mantener, y eso se ha hecho evidente
con la posterior evolución de ese movimiento reorientado por Néstor Kirchner.
La existencia, de todos modos innegable, de esa alianza nos lleva más bien
a considerarla como un caso de coalición táctica, típica de una situación de
posguerra. La guerra a que me reero no es necesariamente la “sucia”, aunque
la incluye, sino que abarca prácticamente todo el período que va desde 1945,
o quizás 1930, a 1983. No es que “el peronismo puede ser cualquier cosa”,
como a veces se arma, sino que es un típico movimiento de aglutinación de
diversos sectores sociales, más marcado en los países de la Periferia que en
los del Primer Mundo, y que con el tiempo tiende a transformarse. Pero no
es cuestión de creer que en las regiones más prósperas del planeta los partidos
no cambian. ¿O será que son también “peronistas” sin saberlo los socialistas
españoles o chilenos, que han pasado de la revolución al reformismo, o los
ex comunistas italianos o del Este Europeo, por no hablar de los ex fascistas
de Alleanza Nazionale?
Perspectivas futuras del sistema político partidario argentino
El sistema político argentino está sufriendo fuertes tensiones, y muy
probablemente cambiará de manera casi irreconocible dentro de los próximos
años, volviéndose s parecido al europeo occidental o, para tomar un ejemplo
más cercano, al chileno. Esto es lo que argumentaré en las próximas páginas, a
pesar de fuertes admoniciones de mis amigos de no meterme en futurologías,
pues uno es dueño de sus palabras sólo antes de pronunciarlas, y su esclavo
después. Pero la curiosidad humana es insondable, y la mía sucientemente
fuerte como para arriesgarme en este terreno.
Argentina y Brasil: contraste y convergencia de estructuras
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Nuestro país ha tenido por mucho tiempo una fuerte organización de
grupos “corporativos” (asociaciones empresarias, sindicales, profesionales,
ruralistas, Iglesia, Fuerzas Armadas), como es habitual en los países más
desarrollados del mundo, pero ha tenido un muy peculiar sistema de partidos.
Éste muestra las siguientes diferencias con el modelo al que está destinado –
en mi opinión – a acercarse:
1. La falta de una Derecha electoralmente fuerte, cosa que puede no ser
muy correcto lamentar, pero que de todos modos contrasta con lo que
pasa en la mayor parte de las democracias realmente existentes.
2. La continuada fortaleza, hasta hace poco, de un partido de Centro,
la Unión Cívica Radical, a pesar de no tener fuertes raíces en
organizaciones “corporativas”, tanto empresariales como sindicales.
3. La ausencia de una expresn socialdecrata de las clases populares,
reemplazada por un movimiento populista de sólidas bases gremiales.
El sindicalismo en la Argentina, durante los años treinta e inicios de
los cuarenta, era muy similar al de Chile y Uruguay, países que comparten
muchas de nuestras características. También seguía bastante de cerca las
pautas europeas. Se diferenciaba, en cambio, de lo que ocurría en el resto de
América Latina, donde la organización obrera dependía mucho del Estado,
y había sido a menudo generada y estimulada desde las altas esferas, sobre
todo en México y Brasil. Desde el acceso del peronismo el movimiento
sindical argentino ha cambiado, hasta diferenciarse muy tidamente de
los de Chile y Uruguay, que han mantenido muchas de sus tradicionales
formas organizativas e ideológicas, aunque modernizadas. Entre nosotros
se ha impuesto un tipo de liderazgo caudillista que genera grupos dirigentes
mucho más alejados de las bases que lo que es corriente en países de
estructura democrática. Es cierto que ante los avances de la vida moderna
los gremios se han dado, en todas partes, una organización en alguna medida
buroctica, pero hay límites a ello, pues la caractestica asociacionista se
ha mantenido, y la violencia, con algunas marcadas excepciones – como los
Camioneros en los Estados Unidos no es endémica en la lucha interna.
En la Argentina la proliferación de grupos violentos en el sindicalismo fue
en parte una reaccn ante la amenaza de inltración por grupos rivales, a
menudo apoyados por gobiernos autoritarios, empezando por la así llamada
Revolución Libertadora. Pero con la consolidación de un Estado de Derecho
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la posibilidad o legitimidad de seguir aplicando estos métodos no puede
menos que esfumarse lentamente.
En Brasil la transición de un liderazgo sindical muy tradicionalmente
manipulativo, el de los “pelegos”, hacia formas de izquierda más ligadas a los
militantes, ha sido obvia, y ha sido la base del PT de Lula. ¿Es este proceso
posible en la Argentina? Quizás lo sea, aunque con importantes diferencias,
pues en el Brasil el varguismo, como ya vimos, nunca caló tan hondo en las
clases populares como el peronismo, y además el país se ha transformado
radicalmente, como resultado de una macro industrialización, que brilla por
su ausencia en la Argentina.
Si miramos ahora a la clase media, es preciso notar que, lejos de apoyar
en su mayoría a algún partido conservador, con ése u otro nombre que es
lo que hace en casi todo el mundo desarrollado ella ha sido la base de la
Unión Cívica Radical, que ostenta buenos blasones de lucha democrática, pero
pocos anclajes en intereses corporativos. Su fuerza electoral estaba bajando
hasta colocarse casi en un cuarto del electorado, o aún menos (un 21% en la
elección Balbín contra el justicialista Héctor Cámpora en 1973), hasta que la
conducción de Raúl Alfonsín le dio nuevo vigor, atrayendo a un grupo nutrido
de intelectuales y público de izquierda, cansado de sectarismo, y de vuelta de
sus ilusiones sobre el peronismo revolucionario. Pero si contamos los votos,
Raúl Alfonsín ganó en 1983 la presidencia gracias a la Derecha, que prefería
su variante centrista algo inclinada hacia la izquierda moderada, antes que la
amenazante e imprevisible movilización popular justicialista. Sin embargo, a
pesar de este apoyo, el alfonsinismo no fue lo sucientemente conservador
como para convertirse en el representante de los intereses corporativos de las
clases altas, ni menos de la Iglesia o las Fuerzas Armadas. Por el otro lado,
no tenía sucientes características de izquierda, como para identicarse con
los sectores sindicalizados de la población, ni a nivel de dirigencia ni al de las
minorías opositoras en cada gremio.
Los cambios en el peronismo
El peronismo ha estado experimentando cambios profundos
prácticamente desde su iniciación. Su naturaleza proteica ha sido tal que el
primer sorprendido de ver lo que había creado debe haber sido el mismo
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Perón. Él hubiera preferido mil veces algo parecido al Partido Revolucionario
Institucional (PRI) de México, que incorporaba a casi todo el mundo, desde los
empresarios industriales y los técnicos dinámicos, a la clase media, incluyendo
a las mayorías campesinas y obreras, pero todo claramente bajo control. Perón
rechazaba vehementemente la lucha de clases, y todo su esfuerzo inicial estaba
dirigido a consolidar la nación y prepararla para ingentes esfuerzos en el
frente industrial y posiblemente el bélico. Pero en la práctica, como ya vimos,
su partido se vio protagonizando algunos de los más duros enfrentamientos
contra las clases poseedoras que se hayan experimentado en la Argentina.
Otros movimientos populistas, típicos de países de la Periferia, y en
primer lugar el varguismo, también han pasado por importantes mutaciones,
que los llevan, en movimientos pendulares, desde posiciones cercanas si
no idénticas al fascismo, hacia otras de claro corte anticapitalista, como las
que represen João Goulart a comienzos de los años sesenta. En todas
las variantes de populismo la participación de sectores de las clases altas o
medias, o bien de grupos funcionales como las Fuerzas Armadas o el clero,
es central. Son minorías dentro de sus clases de origen, pero muy estratégicas,
ya que aportan elementos de poder a un movimiento que de no contar con
ellas se vería demasiado reducido a masas con escasa organización, o a los
séquitos íntimos de sus líderes. Esas minorías, claro está, dan cierto cariz
de moderación al movimiento, pero es evidente para cualquier observador
no muy comprometido que el control que pudieran ejercer sobre las masas,
especialmente en el momento de la muerte del der, siempre tendría un elemento
de incertidumbre. En el fenómeno socialdemócrata (o el eurocomunista en
su momento) también hay sectores de las clases acomodadas que apoyan al
movimiento, pero su número es menor, y sobre todo su arraigo en sus clases
de origen s problemático. Además, la minoría “déclase” o bien oportunista
que rodea como un enjambre al populismo no siempre es una garantía de
moderación. Muchos de ellos, ante situaciones personales angustiosas, pueden
a pesar de su ideología de raíz conservadora, cambiar súbitamente y saltar el
espectro ideológico. Los orígenes derechistas de muchos activistas guerrilleros,
en la Argentina y otros países, no deben, en ese sentido, sorprendernos.
En 1989 la perspectiva de un triunfo electoral de Carlos Menem, cada vez
más segura por las encuestas de opinión, generó un verdadero pánico tanto en
la Derecha como entre la intelectualidad, inquietas ambas, por diversas razones,
ante un retorno de lo que parecía ser un peronismo fundamentalista. Tan es así
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que se puede armar que la hiperinación fue debida, no tanto a errores del
plan económico alfonsinista que pueden haber existido ni a especulaciones
puntuales, que en estos casos inevitablemente se dan, sino, s profundamente,
al temor que atenaceó a todos los que tenían algo que perder. Era muy alta
la perspectiva de una repetición del escenario Cámpora-Perón, o del de
Allende en Chile, con diverso signo ideológico pero parecida conictividad.
La reorientación adoptada por el presidente Carlos Menem y sus asesores, de
buscar compartir el poder con los principales grupos empresarios del país,
contribuyó a la pacicación general, a pesar de sus resultados económicos,
que sobre todo en ciertas coyunturas impactaron sobre sectores humildes,
tradicionalmente peronistas. Pero ante la alternativa, realmente alta, de un
escenario de lucha civil y eventual golpe, el “pacto a la argentina” contribuyó
a consolidar el proceso democrático. Repetía, por otra parte, situaciones no
del todo distintas vividas por el Socialismo español, o el francés, por no hablar
de muchos regímenes post comunistas del Este europeo. Pero tuvo además
otros efectos, no esperados, sobre el esquema político partidario, que se harán
sentir cada vez con mayor intensidad.
Las posibilidades de fragmentación partidaria
Extrañamente, la primera ctima de la nueva imagen dada por el
peronismo – o el menemismo, si se quiere, pero el hecho es que el partido en
su mayoría lo acompañó – fue la Unión Cívica Radical, que empezó a perder
votos en elecciones provinciales y nacionales legislativas. Ocurre que, ante el
pacto de Menem con la Derecha política y económica, la “amenaza peronista”
comenzó a desaparecer. En un inicio la opinión pública dudaba de la genuinidad
de los cambios. Pero en la medida en que el tiempo pasaba, y el presidente
pagaba el precio de enajenarse a muchos militantes de su propio partido y a
sectores de la CGT, el empresariado pudo respirar tranquilo. Sólo quedaba la
nube de saber si, ante el grito de “¡traición!” tan ampliamente exclamado por
los militantes, el gobierno quedaría pronto reducido a la nulidad en el campo
electoral. Algo así le había ocurrido antes a otros en nuestra área, como a Carlos
Ibáñez en Chile en 1954, o aún al laborista Ramsay MacDonald en Inglaterra,
que aplicó remedios “neoliberales” a la crisis del año treinta, y se quedó sin
partido, y emblecado por la historiografía de sus antiguos correligionarios. Pero
como es bien sabido, en la Argentina eso no ocurrió, pues el peronismo, en
Argentina y Brasil: contraste y convergencia de estructuras
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sucesivas elecciones, apenas si bajó del nivel del 50% al del 40%, exactamente
lo mismo que le pasó a Felipe González en España.
Ante la disminución de los temores, no sólo entre la clase empresaria
sino también entre la intelectualidad, cada uno en el campo tradicionalmente
antiperonista se vio libre de seguir su propio camino ideológico, sin tener
que optar como antes por el mal menor, o sea la UCR. En otras palabras,
los electorados de centro derecha y de centro izquierda, base de lo que
el alfonsinismo había sumado al centrismo radical, quedaron liberados, y
formaron sus propias organizaciones: hacia la derecha, Recrear, de Ricardo
López Murphy, y hacia la izquierda o elmoralismo, el ARI (Argentinos por
una República de Iguales) de Elisa Carrió, ambos ex Radicales. La persistencia
de la fuerza electoral – y por lo tanto del apoyo social, organizado o no – del
gobernante Partido Justicialista se consolidó con las elecciones presidenciales
de 1995. En ellas ya no se podía decir que la prédica era opuesta a las acciones.
El justicialismo se mantuvo con el mismo 50%, aproximadamente, que había
conseguido en 1989. Ahora era, cierto es, un distinto 50%, porque al menos 10
puntos porcentuales, los mismos que sin duda había perdido hacia la izquierda,
los adquirió de una derecha que apenas podía creer que depositaba la cédula
con el escudito patrio en la urna, y que sin duda lo hacía à contrecoeur.
Los componentes del peronismo
Antes de entrar al tema del futuro del peronismo, es preciso hacer una
radiografía de las partes que lo componen, y que pueden explotar bajo los
efectos de los cambios económicos. La experiencia comparativa muestra que
en Europa Occidental los partidos socialdemócratas que adoptan políticas
“neoliberales” no han perdido mucho de su electorado, aunque la militancia
y el número de sus aliados se resienten. Grupos divisionistas, o nuevos
partidos a su izquierda, se han robustecido, pero no constituyen una amenaza
seria, en parte debido al descrédito en que han caído las utopías alternativas.
¿Pero es esta experiencia aplicable? ¿No es la situación económica argentina
mucho peor que la que ha enfrentado Europa, aún durante sus períodos de
crisis? ¿Y es acaso el peronismo el equivalente de la socialdemocracia? Sin
duda que hay diferencias, aunque también hay que observar los parecidos,
y las tendencias a la convergencia, que tras la crisis iniciada en el año 2001
han estado transformando de manera bastante radical al Justicialismo, y
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formando un nuevo conglomerado en torno al Presidente Néstor Kirchner,
que incluye a lo principal de ese partido, pero también a otros grupos sueltos
de centro izquierda. Las dos principales diferencias entre el peronismo y
la socialdemocracia son la naturaleza del sindicalismo, y la presencia de
importantes aunque minoritarios sectores de la clase alta y media alta, y de las
Fuerzas Armadas y la Iglesia. También importante, aunque en algún sentido
derivada de lo anterior, es la ideología, que en gran medida es elaborada por
los grupos recién mencionados, o sea las elites no obreras.
Tomemos, de todos modos, los diversos componentes en orden, para
ver si existen en ellos tendencias al cambio.
a) El sindicalismo
De todas las variantes del populismo, es bien sabido que el peronismo
está en una categoría especial, debido a la fuerte presencia del elemento
sindical en él, mayor que en todos los demás casos conocidos, sobre todo en
sus primeros tiempos. La forma de organización de estos sindicatos, de todos
modos, diere mucho de la de sus homólogos socialdemócratas. Esto se debe
a la manera en que fueron creados, o radicalmente cambiados, al formarse el
movimiento, o pronto después, como resultado de la presión estatal. Es cierto,
como dice Juan Carlos Torre, que algunos miembros de la Vieja Guardia sindical
tuvieron un rol protagónico en la formación del Partido Laborista, pero creo
que él exagera en lo que respecta a su peso relativo. De hecho, al poco tiempo
de creado, el Laborismo fue mandado disolver por Perón, y la resistencia
fue muy escasa. Es que la combinación de verticalismo y anuencia popular
es justamente la característica del populismo en general, y del peronismo en
particular. Y sólo ciertas condiciones sociales permiten generar esa peculiar
combinación. Cuando ella se forma, perdura por bastante tiempo, a veces aún
cuando las condiciones que la hicieron nacer han cambiado. Pero a la larga las
nuevas condiciones se imponen. Y ésas exigen hoy día un tipo de organización
gremial menos caudillista, sin por eso llegar a la democracia interna total, con
bases plenamente participativas, que no es de este mundo. La aceptación de
las políticas de privatización y otras recetas de libre mercado no se deriva
necesariamente del verticalismo, sino más bien de leer la sección internacional
de los diarios, o en su defecto charlar con quienes concurren a las numerosas
reuniones internacionales a las que los dirigentes son bastante asiduos. En este
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campo se van a dar algunas transformaciones importantes, en el sentido de
adoptar pautas más asociacionistas, lo que implica que los líderes establecidos
van a tener que tomar más en cuenta la opinión de las bases, y a coexistir con
sectores de diversa ideología. Ya ha habido bastantes cambios, sobre todo a
niveles locales, y esto obligará a desarrollar nuevas versiones de la ideología
y la práctica justicialistas. La pérdida de seccionales y aún sindicatos enteros
a grupos de oposición más militantes, peronistas o no, estimulará sin duda
este proceso. En otras palabras, antes que morir, el sindicalismo peronista se
decidirá a crecer, pero esto implica la adopción de prácticas socialdemócratas,
sea que se las reconozca como tales o no.
b) Elites de alto status
La presencia en el peronismo de numerosos, aunque minoritarios, sectores
reclutados en los estratos más altos de la sociedad es una de las características
que lo diferencia de la socialdemocracia. No es que en ésta no existan individuos
de ese origen, pero en el peronismo este tipo de componente fue en general
muy fuerte, sobre todo en su origen, aunque se vio debilitado por los episodios
confrontacionistas de los tiempos de la Resistencia y de la lucha guerrillera. El
aporte de dirigentes y votos conservadores vigente bajo el menemismo fue un
femeno distinto, porque ellos no representan una verdadera fusn política
sino una alianza táctica, como la que hubo en la España de Felipe González entre
el Partido Socialista y la muy burguesa Convergencia i Unió de Catala. Esa
alianza táctica obviamente se ha roto desde la crisis que a nes de 2001 derribó
a su símbolo, la Convertibilidad (el “uno a uno” entre el dólar y el peso). Por
otra parte, en niveles de baja clase media intelectualizada el apoyo al peronismo
es en general mucho menor que el que recibe la socialdemocracia en los países
donde ella predomina. En vez de esos sectores de clase media “ilustrada”,
el peronismo está muy cargado con grupos de orientación culturalmente
conservadora y católica, sobre todo en el interior del país. El sector “alto” del
peronismo, del cual deriva gran parte de su liderazgo puramente político, no
siempre ha estado exento de ciertas debilidades hacia el modelo fascista, sin
duda en sus orígenes y n después. De todos modos, hoy día se acerca a nivel
explicito más bien a la Democracia Cristiana o a otras variantes socialcristianas
que a la socialdemocracia. En general se identica con un modelo clásico
de nacionalismo popular, nostálgico de los años dorados de Juan Domingo
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Torcuato S. Di Tella
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Pen, con su lucha antiimperialista y antiolirquica, poco preocupada por la
“democracia formal”. Sin embargo, también hay en el peronismo numerosos
sectores, tanto a nivel político como sindical, que se ven a mismos como más
a la izquierda, y que van descubriendo que la socialdemocracia no es un mero
invento del imperialismo. Con esta composición tan heterogénea no le era fácil
al movimiento peronista mantenerse unido durante mucho tiempo, y de hecho
él se ha venido deshilachando, sin por eso debilitarse seriamente, aunque
transformándose. En el peronismo la principal fuerza que se opone a la división
es el verticalismo, y la conviccn de sus miembros de que su movimiento es
consubstancial con la nacionalidad. Pero el tiempo no puede menos que erosionar
esta creencia s bien primitiva, como lo ha hecho con otras, adoptadas con
igual si no mayor fuerza, por los militantes de partidos populares en Europa y
otras partes del mundo.
c) Ideología
La cantera de las ideas peronistas es sucientemente rica como para
proveer materiales para construir prácticamente cualquier otro credo político.
En el pasado ya ha cambiado varias veces, y lo mismo puede volver a
ocurrir. Su heterogeneidad intelectual es en parte debida a su contradictoria
composición social, pero es también el legado de la capacidad de su fundador
de integrar elementos diversos dentro de un todo ecaz. Esto, que no es simple
pragmatismo sino algo más, es una muy importante contribución que ciertos
dirigentes peronistas pueden hacer a una futura Izquierda. Uno de los principales
componentes de la variada gama del corpus peronista es un reformismo
pragmático pro sindicalista, muy parecido al New Deal de Roosevelt. Éste se
mezcla con un caudillismo latinoamericano de tipo populista, con abundantes
raíces en nuestra historia, desde las primeras décadas de vida independiente.
Nuestros intelectuales en general no han tomado muy en serio esa tradición
popular nacional, salvo en el período de entusiasmo por las potencialidades
revolucionarias del peronismo, en cuyo momento más bien las miticaron. No
vendría mal, después de pasada la borrachera del entusiasmo acrítico, una vuelta
al estudio y conocimiento de nuestras tradiciones, valorándolas al menos tanto
como hacen los franceses con las suyas. Esto ayudará a ubicar al peronismo
en coordenadas latinoamericanas, sin por eso dejar de tener en cuenta, por
supuesto, sus vinculaciones y contrapartes en otros lugares del mundo.
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Una excursión futurológica
El actual sistema de partidos en la Argentina ha cumplido ya su
rol hisrico, y tiene cada vez más dicultades en representar la nueva
conguración de fuerzas sociales. Si esto es así, tendremos que enfrentar un
período de disgregación y desorientación, que pond en peligro la solidez
de la aún endeble democracia. Si conseguimos pasar a tras de la etapa
de tensiones, al nal nos encontraremos con una estructura modernizada
y rejuvenecida de partidos políticos. Posiblemente el peronismo, aún
eventualmente perdiendo su mayoría propia en el Congreso, siga siendo el
partido individualmente considerad o con mayor fuerza electoral en el
país, con más de un tercio del total. Los Radicales sufrirían una progresiva
disminución de su caudal, tironeados por estrategias alternativas hacia la
derecha o la izquierda, como les ha ocurrido a sus pares en Chile y en Francia.
Una forma moderada de Izquierda, hoy dividida en diversas corrientes,
puede ir consolindose. En algún punto en este esquema se produciría
una división del peronismo, cosa que ya ha estado ocurriendo, pero que
n puede intensicarse. No puedo ni quiero predecir el momento, ni ligar
esto a eventos y personalidades. Más bien creo que este proceso de divisn
sería el resultado de que en la Argentina actuaran fuerzas sociales similares a
las que operan en otros países de parecido nivel de desarrollo, que generan
una bipolaridad entre un sector inspirado por valores empresariales, y otro
por los de tipo sindicalista o igualitario. Una coalicn conservadora debea
entonces emerger, basada en los varios partidos de centro derecha y de tipo
provincial, y por cierto con un importante componente peronista. Este
sector del peronismo, entonces, se ajustaría a la descripción que ciertos
observadores hacen de ese movimiento como siendo la principal expresn
de la Derecha en la Argentina, pero con una importante salvedad: se
aplicaría sólo a una parte, minoritaria, del conjunto. Del lado opuesto, una
coalición de izquierda podría tener como base numérica principal un sector
mayoritario del mismo peronismo, que apelara a sus tradiciones “nacionales
y populares”, incorporando a sindicalistas algo renovados. Al perder varias
costillas, ese nuevo peronismo necesita aliados, cosa que se hará cada vez
s evidente, y para encontrarlos deberá frecuentar a los ambientes de la
izquierda, moderada o no, y tambn del Radicalismo, cosa, esta última, que
está claramente ocurriendo.
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Torcuato S. Di Tella
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En cuanto al futuro del sistema partidario brasileño, prefiero no
aventurarme en ese tema, porque aquí hay mucha gente que sabe de eso mucho
más que yo, aunque sí lo he hecho en su pasado. Quiero sin embargo señalar
que en toda nuestra región se está dando una convergencia de mentalidades.
Hace cincuenta años en cada país había partidos que no se consideraban
hermanados a ningún otro fuera de sus fronteras que además apenas
conocían. Ahora esa situación ha cambiado, y se parece más a la europea,
donde la existencia, a caballo de los límites nacionales, de partidos como los
democristianos o los socialistas ayudó inmensamente a la unidad continental.
Dicen que una golondrina no hace verano. Pero son muchas las que ya están
volando en nuestro cielo.
DEP
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Bolivia: procesos de
cambio y política
exterior
Jean Paul Guevara Avila*
Introducción
Contexto Global de transformaciones
U
na de las características del tiempo presente es el cambio. El
momento histórico que estamos viviendo en todo el planeta, es un tiempo de
transformación que rompe patrones y tendencias anteriores. Tendencias que,
en la mayoría de los casos, respondían a paradigmas obsoletos o a inercias
desequilibrantes insostenibles. Si algo caracteriza los tiempos actuales son los
procesos de cambio complejos y profundos que estamos viviendo.
A nivel mundial la globalización, tal cual se la estaba construyendo, se
encuentra bajo un fuerte cuestionamiento. Se trataba de una tendencia que solo
globalizaba los costos y las deudas, pero no a las ganancias ni los benecios. Una
globalización que exacerbaba la competencia y los intereses particulares, olvindose
de la solidaridad, la complementariedad y el bien común de la humanidad. Se
cuestiona esta globalización porque se basa y construye a costa y a pesar del medio
* Embajador. Ministerio de Relaciones Exteriores y Cultos, República de Bolivia.
Jean Paul Guevara Avila
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
ambiente y la naturaleza, siendo que este planeta, nuestra pachamama, es el único
espacio que tenemos para vivir como especie humana.
Frente a ello, se va construyendo un consenso mundial sobre la necesidad de
cambiar este camino y modelo. A pesar de que son procesos de cambio que tienen
sus particularidades en cada país, y de tener la conciencia de que se debe construirlo,
podemos decir que se trata de un proceso global de búsqueda de alternativas.
Mundo
El modelo de acumulación capitalista es insostenible con la subsistencia
del planeta. Los patrones de consumo de la “civilización occidental” son
imposibles de ser generalizados al conjunto de la humanidad porque los
recursos naturales no alcanzan ni se renuevan al ritmo al que se consumen
1
.
La crisis energética mundial, la crisis alimentaria y la crisis que provocan los
efectos del cambio climático son expresiones de este proceso.
2
Asistimos al ocaso del consenso de Washington y del modelo neoliberal
3
.
Las políticas de liberalización comercial a ultranza y de supremacía absoluta
del mercado son cuestionadas y reajustadas para intentar ser recicladas con
un nuevo rostro “publico-privado”. La burbuja nanciera imaginaria es seis
veces la producción mundial. La concentración de la riqueza en el mundo se
incrementa y la reducción de la pobreza no avanza.
El monopolio y dominio militar son sucientes para devastar un país
e incluso una región pero no para imponer los designios de las potencias en
1 La supercie de tierra productiva y de ecosistemas acuáticos que en promedio anualmente necesita para su
consumo una persona a nivel mundial es de 2,23 hectáreas. Eso signica que actualmente hace falta un año y
tres meses para producir lo que en promedio un individuo consume al año. Un ciudadano de Europa requiere
de 4,8 hectáreas. Si todo el mundo consumiera como un europeo harían falta dos planetas. Un ciudadano de
EE.UU. necesita 9,6 hectáreas. Si todo el mundo consumiera como un estadounidense se necesitarían cuatro
planetas. En la actualidad el crecimiento económico mundial no reduce la pobreza sino que incrementa las
desigualdades e incrementa la degradación del medioambiente. Según el estudio de la OCDE, Perspectivas del
medioambiente 2.001, el deterioro del medio ambiente sigue al crecimiento del consumo.
2 Según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Lista roja de la UICN), de
40.170 especias estudiadas que habitan el plantea 16.119 están en peligro de extinción: un pájaro de cada ocho,
un mamífero de cada cuatro, un anbio de cada tres, ocho crustáceos de cada diez y tres insectos de cada cuatro.
Es la sexta crisis de extinción de las especies vivas. La tasa de extinción es 100 veces mas acelerada que en los
tiempos geológicos. En el centro del Pacíco hay 3 Kg. de plástico por 0.5 Kg. de plancton.
3 Las 500 personas mas ricas del planeta tienen un ingreso equivalente al de los 416 millones de personas mas pobres. Las
tres personas mas ricas del planeta tienen un ingreso superior al PIB de los 48 países mas pobres. (PNUD 1998)
Bolivia: procesos de cambio y política exterior
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
crisis. La fuerza del más fuerte resulta insuciente para someter a los más
débiles, pero en su implementación desesperada sólo trae destrucción, mayor
confrontación y crisis.
Unipolaridad en crisis
Gobernabilidad global debilitada
Crisis energética
Economía privada en auge
América Latina
La necesidad de nuevas miradas y de cambio de patrones antiguos,
también la encontramos en nuestra región. Una revisión de los gobiernos
actuales, democráticamente elegidos, nos muestra la dimensión del cambio:
tenemos un obrero en la presidencia de Brasil, una mujer como presidenta
de Chile al igual que una presidenta electa en Argentina, un indígena como
presidente de Bolivia, a como corrientes de izquierda (s al de los
apellidos) en Ecuador, Uruguay, Venezuela y Nicaragua.
No se trata de procesos homogéneos ni homogeneizantes, pero de
nuevos personajes y actores, que han traído nuevos aires, mayor “genuidad”
y un compromiso mucho mayor con sus poblaciones y la región.
Bolivia es parte importante de este proceso complejo de cambio. La
política exterior de nuestro país es una de sus más importantes herramientas,
no sólo como expresión de los procesos de transformación interna que vive
el país sino como instrumento para incidir de manera protanica en estos
procesos de cambio a nivel mundial. El avance de la revolución democrá-
tica y cultural que vive Bolivia es interdependiente de la evolucn de los
procesos mundiales.
En este contexto, los procesos de cambio nos han llevado a buscar
la fundación de un nuevo Estado, tratando de refundar Bolivia mediante la
descolonización interna y externa.
El gobierno del Presidente Evo Morales, al que represento, es producto
e impulsa vigorosamente esas tendencias de cambio.
Jean Paul Guevara Avila
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Por ello, existe la necesidad de comunicar, compartir y dar elementos
sobre los procesos que estamos viviendo y protagonizando.
En este sentido, el orden de exposición será el siguiente:
Imperativo Histórico de los cambios: Necesidad y sentido
Doble institucionalidad que pervivió en la historia de Bolivia
La presencia de un presidente indígena y sus logros
El Desafío de las Relaciones Internacionales en el contexto actual:
Imperativo Histórico para plantear nuevos paradigmas
Política Exterior de Bolivia en tiempos de cambio
Desarrollo
Imperativo Histórico:
Tres tiempos que se agotaron juntos
Enero del 2006, entra el presidente Morales:
1er. Presidente indígena
Presidente más votado en la historia democtica contemporánea
de Bolivia
A los seis meses conrma su votación y la amplía
Señal de la búsqueda y necesidad de cambio de la sociedad:
Crisis del modelo neoliberal de modernización y/o desarrollo
· Muestra de la necesidad de cambio
Votación en la Asamblea Constituyente
· Sentido del Cambio
· Reivindicación de las poblaciones indígenas no modernas
(por exclusión; por voluntad)
Si el cambio tiene un sentimiento y un sentido (ganas de cambiar y pro-
fundidad histórica del sentido comunitario/indígena)
Construcción de un nuevo Estado
Obliga a un rediseño de la política exterior
Política de la diversidad
Bolivia: procesos de cambio y política exterior
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Resultados del proceso
Dado que se trata de una revolución en democracia, el proceso de cambio
tiene dos caminos y varios instrumentos que se complementan.
Los cambios estructurales se los está llevando a cabo por medio de la
Asamblea Constituyente.
Los cambios inmediatos, que nos permiten ir avanzando en la coyuntura,
los realizamos por medio de la nacionalización y recuperación de nuestros
recursos naturales (hidrocarburos y minería); mediante la revolución agraria
en democracia y el Plan Nacional de Desarrollo.
Con la nueva Ley de Hidrocarburos y la Ley de Nacionalización de los
mismos – que permitió una mayor participación del Estado-, se han logrado
los siguientes resultados: los ingresos del Estado han pasado de 324 millones de
dólares en 2005 a 1.173 millones en 2007. La recuperación de dos importantes
renerías demandauna inversión de 98.286.000 dólares que permitin renar
95 mil barriles día cuando se concluya el proyecto.
Como parte de la refundación de la Corporación Minera de Bolivia,
la nacionalización del cerro Posokoni repor5.135.000 dólares de ingresos
netos a marzo 2007.
La empresa fundidora de Vinto, tambn nacionalizada/recuperada, ha
generado 2.820.000 dólares estadounidenses para el Estado en el último año.
Pero, como siempre, los intereses que se ven afectados por los cambios
que estamos realizando, ponen todo tipo de obstáculos como era de esperarse.
Al principio nos inculcaron la cultura del miedo al cambio: decían que las cosas
son “así nomás” y que siempre serían lo mismo; que nosotros, los indígenas,
no sabíamos cómo era “con guitarra” o “como era la neta”.
Cuando comenzamos a avanzar, en el caso boliviano, nos dijeron que
vendría el “aislamiento internacional”; que si la “inseguridad jurídica” no atrae
inversiones, que sin inversiones externas no se puede nada; que Bolivia era
“un país inviable”... Y muchas especulaciones más.
Déjenme contarles que la cooperación externa y los créditos y donaciones
extranjeras se han incrementado en los dos últimos años. El crédito comercial
pasó de 190 millones de dólares estadounidenses en 2004 a 35 millones el
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2006 y a 210 millones de dólares el 2007. El crédito concesional, pasó de
51 millones de dólares estadounidenses el 2004 a 7 millones el 2006 y a 160
millones en 2007. Las donaciones subieron de 114 millones de dólares el 2004
a 51 millones el 2006 y a 63 millones en 2007.
El proyecto siderúrgico del Mutún prevé una inversión de 2.100 millones
de dólares estadounidenses que generarán 5 mil empleos directos y 10 mil
empleos indirectos para los bolivianos.
Actualmente se están invirtiendo 9 mil millones de dólares en la
construcción de una planta productora de cobre catódico.
La inversión blica subió de 670 millones de bolivianos en 2005 a 905
millones el 2006 y será de 1.116 millones de bolivianos al concluir el año 2007.
En materia de carreteras, como no se hizo antes, se ha efectuado una
inversión de 38 millones de dólares entre enero y julio 2007.
Las reservas internacionales netas se incrementaron de 1.856 millones
de dólares en 2005 a 4.922 millones de dólares estadounidenses en 2007.
La Revolución Agraria del gobierno del presidente Evo Morales tiene
tres componentes: la redistribución de la tierra, otorgarle una función social
y económica de benecio para el pueblo, el respeto a las tierras trabajadas. En
ese ámbito, comparando gestione anteriores, entre 1996 y 2006 se distribuyeron
36.815 hectáreas, mientras que en el gobierno actual se distribuyeron 494.899
hectáreas. Asimismo, entre 1996 y 2006 se titularon 9,2 millones de hectáreas,
en tanto que en dos años de gobierno, el presidente Evo Morales tituló 5,5
millones de hectáreas.
Conclusiones
El desafío actual de las sociedades:
Institucionalidad para vivir entre diferentes: comunidad
El desafío de las relaciones internacionales en el nuevo milenio:
Viejos actores, nuevos escenarios (“Paradoja Davos”)
Nuevas corporaciones estatales paralelas: grandes grupos empresariales
que, en escenarios de crisis y conictos, substituyen al Estado en muchos
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ámbitos. Se trata de antiguas empresas que han encontrado en medio de las
crisis políticas y desastres ambientales –, nuevos “nichos” de mercado en los
cuales logran ganancias extraordinarias.
Este tema ha ocupado el centro de la atención en el World Economic
Forum de Davos, este año. Lo que llevó a calicarlo como “la paradoja de
Davos”: el hecho de que, en un contexto de guerras, confrontaciones, precios
altos del petróleo, ataques terroristas y caídas en la Bolsa, empresas como
Exxon Mobil (que tuvo ganancias de 40 mil millones de dólares el 2006), o
Lockeed Martin (que logcontratos con el gobierno de Estados Unidos por
25 mil millones el 2005), les va tan bien o mejor que antes. Es tan importante el
fenómeno que hasta se encontró un Indicador (“the guns-to-caviar index”).
Desmantelamiento estratégico de la capacidad de gestión del Estado
y Estados fallidos
No se trata sólo de un fenómeno de América Latina y/o de los países
llamados “subdesarrollados”; se trata de un debilitamiento global del Estado
que abarca tambn a los países “post industrializados”, principalmente Estados
Unidos: tanto se debilitaron las capacidades básicas de gestión que, durante la
tragedia del Huracán Katrina, en New Orleans, la FEMA (Federal Emergency
Management Agency), tuvo que contratar a una empresa privada para que
pudiera elaborar y llevar adelante los contratos con las empresas privadas que
se harían cargo de la reconstrucción
4
.
Decididamente, son muchas las experiencias logradas producto de la
guerra de Irak, pero otra perspectiva directa de ver estos resultados y
que tiene que ver con el nuevo rol de las corporaciones privadas frente a los
Estados desmantelados/debilitados, la encontramos en las declaraciones de
un ex comandante de las Fuerzas Delta en Irak, actual consultor gerencial, a
la revista “Fast Company”: él describe el “resultado nal” de la guerra contra
el terror como “a new, more resilient approach to national security, one built
not around the state but around private citizens and companies... Security will
became a function of where you live and whom you work for, much as health
care is allocated already” (John Robb).
4 Y – sorpresa –, las compañías que lograron los mayores contratos para la reconstrucción son las mismas que
se responsabilizaron de la reconstrucción de Irak: Halliburton KBR, Blackwater, Parsons, Fluor, Shaw, Bechtel,
CH2M Hill. Contratos que, juntos sumaron alrededor de 3,4 mil millones de dólares.
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Pero la “irrupción” de todas estas corporaciones en “ámbitos” estatales,
no se reduce sólo a contextos de crisis o emergencias, en los dos últimos años
comienza a hablarse en Estados Unidos de las “Contract city”, ciudades que
contratan a “terceros” (léase compañías privadas) para que las “gerencien”.
Inauguró este “modelo” Sandy Springs, en New Orleans. Casualmente, la
empresa que se hizo cargo del trabajo es la misma que adquirió experiencia
en Irak y en la reconstrucción de Sri Lanka, luego del Tsunami, y en New
Orleans, luego del huracán: CH2M Hill.
Contexto de desastres e institucionalidad obsoleta
La institucionalidad internacional que existe actualmente esdemostrando
su obsolescencia e inoperatividad en los escenarios de crisis ambientales,
conictos políticos y confrontaciones económico-comerciales que vivimos:
no cuenta con mecanismos que puedan consensuar y hacer cumplir acuerdos
respecto al cuidado del medio ambiente y la naturaleza; la capacidad de decidir
y “legalizar” (más al de la inconsistencia del término) intervenciones militares
directas, se encuentra en manos de los países que son los directos interesados
y beneciados de dichas intervenciones; la OMC, s allá de los postulados
de “libre comercio” y apertura de mercados, todavía no puede impedir los
subsidios a los productos agrícolas de los pses industrializados que profundizan
y mantienen las asimetrías y desigualdades económicas existentes.
Imperativo Histórico para la construcción de
nuevos paradigmas
Las condiciones objetivas del contexto de producción y reproducción de
la vida en el planeta, nos obligan a enfrentar el desafío de crear nuevos modelos
y paradigmas en las Relaciones Internacionales. El tinglado institucional
internacional que responde a los acuerdos de Yalta y de Bretton Woods, ha
mostrado su obsolescencia e inoperancia en el periodo actual, donde nuevas
tendencias y gobiernos están buscando ejercer su autodeterminación y lograr
su derecho al desarrollo.
Diseñar esquemas de relaciones que respeten y reproduzcan la
diversidad
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Que rijan las relaciones entre Estados en la complementariedad y no
en la competencia
El poder como prestigio y no como fuerza
Paradigmas que superen o se queden al margen de la modernización.
Los pilares de la nueva visión en la Política Exterior Boliviana
Diplomacia de los pueblos: Un nuevo enfoque de las relaciones internacionales
lo puede venir de una nueva articulación de la diplomacia con los diferentes
actores sociales. La diplomacia de los pueblos implica a) escuchar, dialogar y
trabajar para todos y no sólo para algunos sectores privilegiados; anteponer
los intereses de la nación a los intereses de sector; b) promover no sólo la
relación entre Cancillerías sino entre pueblos, porque la savia de los procesos
de integracn y de cambio está en los pueblos; y c) anteponer los derechos
humanos y principios de la vida a la lógica del mercado y la inversión.
Ejercicio efectivo de la soberanía: La soberanía no es una condición estática
sino un proceso dinámico. No se da de una vez para siempre sino que se ejerce,
construye y desarrolla a través de la capacidad propositiva y articuladora del
Estado. La soberanía no tiene solamente una función defensiva (proteger los
intereses del Estado) sino proyectiva (contribuir a proyectar nuevos modelos
de cambio para la convivencia armónica a nivel internacional).
Diversidad cultural: La convivencia pacíca, el respeto entre los pueblos y la
integración para un mundo más equilibrado pasan por el respeto y la práctica de
la diversidad cultural. No existe una cultura única, moderna y, menos superior
a las demás. Aceptar y reconocer los diferentes complejos de relaciones entre
los seres humanos, las diversas formas de producción, conocimiento y visión,
recuperar la historia y la memoria de todos los pueblos, respetar las diferentes
identidades, los múltiples códigos, creencias, expresiones y valores de quienes
habitamos el planeta tierra es el corazón del mensaje la Cultura de la Vida de
los pueblos originarios e indígenas de Bolivia.
Armonía con la naturaleza: Las relaciones internacionales comprenden
no sólo deben comprender las relaciones entre seres humanos, sociedades y
Estados sino de todos estos con la naturaleza. Promover un desarrollo integral,
diverso e integrador en armonía con la naturaleza es la única alternativa para
la vida en el planeta tierra.
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Reducción y superación de las asimetrías: La profundización de las desigualdades
es el factor más grande de injusticias, conictos y destrucción en el planeta.
Un mundo desequilibrado requiere de normas internacionales que se
inclinen a favor de los más desfavorecidos. Buscamos la complementariedad
y la solidaridad antes que la competitividad y la reciprocidad que parte del
presupuesto equivocado de que todas las naciones y regiones somos iguales.
La aplicación de estos preceptos debe plasmarse en todos los niveles de las
relaciones internacionales: comercio, cooperación, aspectos institucionales,
solución de controversias, etc.
Revalorización de la hoja de coca: La hoja de coca forma parte esencial de la
vida de los pueblos originarios andinos por sus usos nutricionales, tradicionales,
rituales, religiosos enraizados en su cultura y cosmovisión. Sin embargo, la hoja
de coca ha sido incorporada equivocadamente en la Lista I de la Convención
Única de Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, como si en su estado
natural fuera una droga. La revalorización de la hoja de coca requiere una
evaluación crítica de los convenios relativos a la hoja de coca, la investigación
cientíca sobre los benecios medicinales y nutricionales de la hoja de coca, el
inventario de sus usos tradicionales y culturales, el estudio de los componentes
demográcos, económicos, sociales y medioambientales de su consumo legal
en el país y en el extranjero, y la puesta en marcha de iniciativas destinadas a
promover su industrialización, comercialización y exportación.
Lucha contra el narcotráfico: La lucha contra la elaboracn, tráfico y
consumo de drogas icitas responde a la necesidad de enfrentar, en el marco
del principio de la responsabilidad compartida con la comunidad internacional
y del respeto a la soberaa nacional y a los derechos humanos, los efectos
negativos que generan estas actividades en la sociedad, la política, la economía
y en el medio ambiente. En nuestra política no hay coca cero ni libre cultivo de
coca. Conscientes de que una parte de la producción de la hoja de coca va a la
fabricacn de estupefacientes y que actualmente la producción excedentaria en
Bolivia puede contribuir potencialmente con el 9 % de la cocaína en el mundo,
el gobierno conjuntamente con las organizaciones de campesinos cocaleros está
desarrollando la racionalización voluntaria de la hoja de coca. El plan del gobierno
es: a) estabilizar en una primera fase la produccn de coca en 20.000 hectáreas,
b) retirar el equivalente al potencial de 4.000 hectáreas a través de la interdicción
y c) industrializar la producción de otras 4.000 hectáreas reduciendo de esta
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manera de 9% a 2% la participación potencial a nivel mundial en la fabricacn
de cocaína. A esto se suma la decisión del gobierno de reforzar el control en
fronteras por el crecimiento de la cocaína en tránsito hacia países vecinos, en
particular Brasil, y el acuerdo con la cooperación de la Unión Europea de realizar
un estudio integral del mercado de la hoja de coca.
Reintegración marítima: Desde la guerra con Chile, Bolivia ha declarado
objetivo permanente de su política exterior su reintegración marítima a las
costas del Pacíco, con base en derechos hisricos y jurídicos. Justica ades
esta reintegración por imperativos políticos, económicos, comerciales, y con el
n de acceder a la explotación de los recursos marinos. Sin embargo, pasados
128 os, Bolivia no ha obtenido ningún resultado fuera de lo logrado con el
tratado de 1904. A partir de la elaboración de una Política de Estado basada en la
Cultura del Diálogo, estamos presenciando un cambio histórico en las relaciones
entre los dos países, en el que Chile se abre al diálogo y logramos acordar por
primera vez una única Agenda de 13 puntos, que incluye la demanda matima de
Bolivia y establece el contenido y cronograma de trabajo en los distintos temas
de interés conjunto. El primer punto de esta agenda es lograr la conanza mutua
que permita avanzar en el tratamiento de los temas de la agenda, desde una
perspectiva de amistad y complementariedad en vez de la tradicional de enemistad
y confrontacn. Estamos trabajando para abrir nuevos escenarios y posibilidades
en las relaciones bilaterales entre Bolivia y Chile. Es fundamental realizar acciones
para la socialización, participación y transparencia en el tratamiento del tema y
comprensn del nuevo enfoque a nivel nacional; para informar y lograr apoyo
de los pueblos a la causa marítima boliviana a nivel internacional; y continuar
gestionando la inserción y tratamiento del tema matimo en la agenda de foros
internacionales como las NN.UU., OEA, NOAL y otros.
Pueblos indígenas: En casi todo el mundo los Pueblos Indígenas siguen
siendo tratados como extranjeros en sus propios territorios. Sus derechos
no son reconocidos ni respetados. Su visión y su mensaje son considerados
resabios del pasado y su identidad y su cultura son reducidos a folklore. El
futuro de Bolivia y de todo el mundo depende de cambiar esta visión y actitud.
En los pueblos indígenas está la reserva moral, la visión ética con la naturaleza
y el compromiso con la diversidad cultura y la democracia del consenso que
nos puede permitir salvar el planeta y la vida. En este marco es fundamental
avanzar en la aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
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Derechos de los Pueblos Indígenas y de nuevos mecanismos vinculantes que
garanticen dichos derechos y proyecten su visión hacia el mundo.
Biodiversidad, agua y cambio climático: La diversidad biológica y el agua que
sostienen la vida en la Tierra esn en peligro por el modelo de acumulacn
capitalista y de liberalización comercial
5
. Los biocombustibles
6
, la privatizacn del
agua, y el desarrollo de los transgénicos no hacen mas que agravar esa situación
7
.
A ello se suman los efectos del cambio climático
8
que son la expresión de la
imposibilidad de seguir por este falso sendero de desarrollo. La implementación
del Convención de Cambio Climático, el Convenio sobre Diversidad Biogica por
los pses mas desarrollados es esencial para salvar el planeta. Así como se busca
una excepcn cultural también se debe alcanzar una “excepción ambiental en
la aplicación de los acuerdos comerciales. Deben existir mecanismos vinculantes
de las Naciones Unidas por encima de otras instancias de carácter comercial u otra
índole para garantizar la biodiversidad, el agua y controlar los efectos del cambio
climático en la tierra. Frente a estos impactos por sequías e inundaciones, Bolivia
propone a las naciones del mundo conjuntamente asumir la responsabilidad de
cambiar el modelo energético y nuestrosbitos de consumo, de ir más al que
cumplir el Protocolo de Kyoto, cuyas metas ya no son más que una fracción de
las reducciones necesarias para frenar de forma signicativa el calentamiento
global. Como base de esta política, Bolivia propone al mundo asumir los valores
de la Cultura de la Vida como la única solución que pueda lograr la sustentación
y preservación de nuestro planeta tierra.
Los Bolivianos en el exterior: El país nunca con con una potica migratoria
destinada a los ciudadanos que migran por razones sobre todo económicas.
Actualmente hemos empezado promoviendo la regularización de la situación
migratoria de los ciudadanos bolivianos en Argentina, Brasil, Estados Unidos,
España e Italia, y estamos deniendo los mecanismos para garantizar el voto de
los bolivianos en el exterior. Para resolver las causas estructurales de la migración
5 El 24 % de los peces están sobre explotados. El 52 % están al límite de la sobrepesca.
6 Para hacer una tonelada de biocombustibles hace falta en promedio una hectárea de tierra. En el año 2.000 la
producción mundial agrícola representó el equivalente a 10 millones de toneladas de petróleo. O sea, el 0,3 %
del consumo mundial de petróleo.
7 Hay tres veces más agua dulce en las represas que en los ríos del planeta. 1.700 millones de personas viven en
países bajo tensión hídrica. (Millenium Ecosystem Assesment, 2.005)
8 En 10.000 años la variación de CO2 en el planeta ha sido de aproximadamente 10 %. En los últimos 200 años
ha sido de un 30 %. Desde 1860, Europa y Norteamérica han contribuido con el 70 % de emisiones de CO2.
Los países en desarrollo con un 25 %. El año 2.005 fue el mas caliente en los últimos 1.000 años.
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se requieren un conjunto de acciones que permitan superar las profundas
desigualdades entre las naciones del mundo y promover una ciudadaa plena
que garantice el respeto a los derechos humanos en todos los países.
Áreas de trabajo en el exterior
El servicio exterior en la actual coyuntura tiene como áreas fundamentales
de trabajo:
a) Dialogo Político: Para mejorar el conocimiento mutuo, la relación de
Bolivia con los otros países del mundo y proyectar la imagen de la
Revolución Democrática y Cultural que vive el país, con el n de
llegar a acuerdos que permitan la búsqueda de objetivos comunes y la
realización conjunta de programas y proyectos de interés mutuo.
b) Cooperación: Para el establecimiento de mecanismos destinados a
reducir y superar, en un marco de mutua colaboración, las profundas
asimetrías que son consecuencias de los procesos de colonización e
imposición de recetas neoliberales.
c) Comercio e inversiones: Para hacer s frucferas las relaciones de
intercambio comercial y de promoción de inversiones en nuestro
país, buscando el benecio e inclusión en el comercio exterior de los
pequeños productores urbanos y rurales, y garantizando la seguridad
jurídica para todos quienes invierten respetando la Constitución y las
leyes nacionales.
d) Turismo: Para promover el conocimiento de nuestro ps por su
diversidad cultural, su biodiversidad y su pueblo potenciando este
sector para el dialogo intercultural, la generación de empleos y el
fortalecimiento de la economía nacional.
e) Cultura: Para dar a conocer un aspecto esencial del proceso de cambio
que se lleva a cabo en el país y reconocer la inmensa contribución de los
pueblos indígenas a la formación de la identidad nacional superando
denitivamente la discriminación y la exclusión, y proyectando hacia
el mundo nuestra visión del Vivir Bien.
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f) Bolivianos en el exterior: Para prestar un servicio público de calidad a los
compatriotas que, por diversos motivos, han debido abandonar el país
para radicarse en el extranjero.
g) Movimientos solidarios: Para lograr la articulación de los movimientos
sociales, redes e intelectuales solidarios con el proceso de cambio en
Bolivia y fortalecer su relación con los movimientos sociales nacionales
haciendo realidad la Diplomacia de los Pueblos.
DEP
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50
Cultura, diversidad
y acceso
Gilberto Gil
*
I. Introducción
E
l concierto de la globalización despla la cultura hacia un lugar
singular y estratégico del debate global probablemente porque la geopolítica
del mundo contemporáneo hace que ella misma vaya cambiando su terreno
tradicional. Sobre la cartografía de los mapas nacionales, hoy vemos con más
lucidez emerger un paisaje global compuesto de una vasta diversidad cultural, de
millares, tal vez millones, de sistemas culturales diversos, ni todos coincidentes
con los paisajes nacionales. La región que une el norte de Argentina, el sur de
Brasil, parte de Uruguay y de Paraguay tiene la fuerza de un sistema simbólico
que va más allá de las fronteras nacionales.
Cito este ejemplo, no por casualidad, ya que el Mercosur y la relación con
los países de Sudamérica han sido una prioridad dentro del esfuerzo general del
Gobierno brasileño para integrar la región, no sólo económica sino también
culturalmente. Pero ese cambio no es sólo regional. El panorama general del
planeta es rediseñado cuando la cultura se desplaza hacia el centro de una
discusión sobre el tipo de desarrollo que deseamos para el planeta. Esto es
* Ministro de Cultura de la República Federativa del Brasil.
Gilberto Gil
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cuando vericamos los límites del modelo económico que pautó el siglo XX,
que provocó la migración contemporánea de la producción para formas leves e
inmateriales de generación de valor. También se rediseña cuando constatamos
la expansión de la democracia en el mundo y la armación de la educación
como prioridad global. Cuando se ven multitudes de sujetos, antes excluidos,
que empiezan a decir con rmeza: “queremos acceso a la cultura”. No se
trata solamente de un acceso mayor al consumo, sino de un acceso mayor
a las formas de expresión, a las estructuras de producción y a los medios de
circulación social.
Hoy, la agenda de cultura encuentra un interfaz con el debate económico
internacional. Esa interfaz se intensica cuando el debate económico migra
hacia la discusión sobre formas de contrato, propiedad intelectual y derechos de
autor, identicando la reposición de viejas asimetrías y de un comercio injusto
con los países pobres y en vías de desarrollo. No es por casualidad que una de
las pautas brasileñas de destaque, tanto en el ámbito interno como externo, es el
movimiento de reconocer, examinar y hacer efectivas las políticas para la llamada
“Economía de la Cultura”. Estas son las circunstancias nuevas que hacen de
la agenda cultural una agenda tan importante para Brasil y para el mundo.
En ese concierto, somos nosotros, el Brasil, una voz cada día más
integrada al destino regional de los pueblos sudamericanos, una voz que
reconoció su enorme deuda y hermandad cultural con África. Recientemente,
como forma de ampliar lazos en el ámbito cultural, llevamos a cabo la II
CIAD Conferencia de Intelectuales de África y la Diáspora, en Salvador.
En los últimos cuatro años, el Ministerio de Cultura de Brasil asumió su
responsabilidad con el ámbito regional e internacional, y también, con
la promocn de la cultura brasileña en el mundo, tanto simlica como
ecomicamente. Un buen ejemplo de ello es el o de Brasil en Francia,
que involucró decenas de millones de personas en sus actividades, así como
la Copa de Cultura, que acercó la diplomacia cultural a la diplomacia de las
zapatillas de fútbol. En muchas direcciones, hemos asumido la responsabilidad
de provocar ese desplazamiento bienvenido de la agenda: la cultura como
forma modicadora de una antigua forma de desarrollo.
Es importante recordar el rol desempeñado por Brasil, junto a muchos
otros países, en la formación de una gran base para la aprobación de la
Convención de Unesco sobre la Promoción y Protección de la Diversidad de las Expresiones
Cultura, diversidad y acceso
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Culturales, en 2005. En los próximos anos, esa convención – recién raticada
por el Parlamento Brasileño podrá signicar para la agenda cultural del
mundo lo que el Protocolo de Kyoto representa hoy para el avance concreto
de las políticas de medio ambiente: no solamente una plataforma efectiva de
principios fundamentales, sino un acuerdo sobre un nuevo papel del Estado
en lo que concierne a la cultura y a la diversidad.
Brasil tiene un rol importante porque la formación brasileña, a pesar de
las enormes desigualdades aún persistentes, es un feliz ejemplo de diversidad
y encuentro cultural. Somos mestizos, producto de poblaciones y tradiciones
diversas y vivas que ocupan un vasto territorio, que componen juntas un
amplio imaginario. Practicamos, a los ojos externos, un modo singular de vivir
y estar en el mundo. Hay un mensaje universal de paz, convivencia y enorme
creatividad explícita en la forma en que esa población abrió sus poros y asimiló
los valores de otros países y civilizaciones, en la forma que esa población
lidia con sus costumbres, etnias, razas y credos. Ese mensaje de paz es un
patrimonio del pueblo brasileño. En ese sentido, en los últimos cuatro años
de administración, tratamos de actuar en la promoción de la cultura brasileña
como portadora de contenidos singulares y valores universales.
Lo que la Convención nos indica es que tales valores culturales, tangibles e
intangibles, han sido, cada vez más, desaados por el proceso de globalización.
La carga simlica de los bienes culturales revela la naturaleza especial de
esos bienes y servicios porque, en denitiva, ellos expresan la acumulación de
las centenas de os, la inversión de diversas generaciones que depositaron
en sus expresiones el propio signicado de la existencia humana. Un alto
valor agregado de la cultura manifestado en el interés de corporaciones
por los conocimientos farmacológicos y tecnologías de los indígenas
sudamericanos, en la pericia de las manos de nuestros artesanos o incluso en
la reproduccn viral de las músicas y danzas de Brasil ganó la consciencia
de muchos y, especialmente, del Estado y sus órganos responsables por la
agenda de la cultura.
Es por tal razón que el gobierno Lula y el Ministerio de Cultura han
desplazado las políticas culturales hacia el centro del debate del desarrollo
nacional y de las relaciones de intercambio de Brasil con otros países.
Entendemos las políticas de cultura, junto con las políticas de Medio Ambiente,
como dimensiones que cualican y, en ciertos casos, condicionan el desarrollo
Gilberto Gil
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económico y sostenible. Son las políticas que fomentan el equilibrio entre la
producción económica y el bienestar de la sociedad.
La cultura posee una dimensión económica innegable. En el año de 2003,
las actividades culturales fueron responsables por el movimiento del 7% del
PIB mundial
1
. Sus actividades no se encuentran concentradas únicamente en
las expresiones simbólicas ya reconocidas como las cadenas productivas
de la música, del audiovisual y del libro, actualmente más evidentes – sino en
decenas de externalidades, en contenidos que, apoyados sobre la convergencia
tecnológica hoy en curso, se desplazan entre los medios de comunicación
tradicionales y contemponeos. Son los contenidos veloces, dinámicos
e intempestivos que hoy agregan valor a sandalias, dribles y tejidos. El
advenimiento de la tecnología digital solamente perfecciona esas posibilidades
de acceso, trabajo e intercambio que la cultura carga consigo. También potencia
nuevas formas de circulación monetaria y nuevos modelos económicos que,
en un futuro cercano, estarán plenamente sedimentados.
El reto aquí es comprender la dimensión económica creciente de la
cultura y encontrar formas de cooperación que permitan que las poblaciones
más pobres poseedoras de saber, cultura e identidad, aprovechen plenamente
los benecios y riquezas de la propiedad intelectual. Hay que encontrar formas
y medios para permitir que los conocimientos cultivados, formateados e
industrializados puedan circular y sean accedidos, equilibrando los derechos
de autor, derechos de inversores y derechos de acceso.
Sin embargo, esas características contemporáneas de la cultura adquieren
otros rasgos cuando se las encara en el contexto de los países en as de desarrollo,
como es el caso de Sudamérica. En este sesgo, la política cultural internacional
se transforma en uno de los principales elementos de enfrentamiento de
asimetrías internacionales que, al límite, resultan en modelos hegemónicos,
en formas centralizadas de comunicación social, en formas concentradoras de
gestión del contenido y en industrias que convierten en precaria la mano de
obra y contaminan el medio ambiente. Se trata, en n, de una lucha constante
para que la democracia se realice en un plan efectivamente más cultural y acoja
mejores condiciones de acceso a contenidos culturales y modelos de protección
de la diversidad cultural.
1 BIRD (Banco Mundial).
Cultura, diversidad y acceso
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Vivimos un momento histórico privilegiado. Los cambios de las formas
de producción, signicación y distribución de los contenidos culturales nos
llevan a un espacio nuevo y dinámico de las políticas culturales. La revolución
digital abre nuevas puertas a los países en vías de desarrollo. Se trata de una
oportunidad única de intervención en el modelo de globalización vigente, una
ocasión para que practiquemos el júbilo de la diversidad cultural.
La cultura posee un potencial increíble para producir sedimentos que
activan el cambio histórico. En muchos casos, es el lugar en donde el cambio
efectivamente se lleva a cabo. Pero su actuación discreta e incisiva en los
rumbos de las relaciones internacionales, sus nuevos potenciales económicos
y su actuación transversal todavía padecen de un gran desconocimiento e
incluso desconanza de las burocracias públicas tradicionales. Es hora
de hacer uso de la fuerza contemporánea de la cultura, de la fuerza para
modernizar agendas y actualizar discusiones públicas, de fomentar la paz, el
placer y conocimiento mutuo para el bien de los países en vías de desarrollo,
para el bien de Sudamérica.
II. Del ámbito doméstico al internacional
En los primeros cuatro años del Gobierno Lula, tratamos de orientar
las políticas públicas de cultura en Brasil a partir de tres directrices conceptuales.
Se entendía a la cultura en sus dimensiones simbólicas, económicas y
ciudadanas. Tal concepto representa un intento de organizar el rol del Estado y
reconocer el alcance de los fenómenos culturales en el mundo contemporáneo.
Representa una forma de traducir esos retos, políticos y simbólicos, en acciones
públicas efectivas.
El Mercosur cultural abrió una nueva frente de posibilidades. Uno de sus
principales ejes proviene, justamente, del enfoque dado al Intercambio de Políticas
Nacionales de Cultura de los países miembros del Mercosur. Focalizamos, de tal
forma, el esfuerzo en la interacción de políticas estatales y programas dirigidos
a los fenómenos culturales de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Ese intercambio es muy saludable, ya que potencia nuestro patrimonio
con (como el suelo arqueológico) y nuestras semejanzas históricas y culturales,
además de incentivar el aprendizaje recíproco de programas y mecanismos
Gilberto Gil
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que crearon respuestas consistentes e importantes para la complejidad de los
fenómenos culturales que nuestros países abrigan actualmente.
El intercambio, sin embargo, no debe estar restringido a las políticas
implementadas por los Estados. Hay que considerar las manifestaciones
culturales que están circunscritas, o altamente inuenciadas, por las dinámicas
de distribución de las industrias culturales. Datos de Unesco indican que,
en el año 2002, los Estados Unidos, Reino Unido y China, solos, fueron
los responsables por el 40% de la circulación de mercancías culturales en el
mundo.
2
Otra consecuencia de las asimetrías internacionales en el campo de
la cultura es la importancia que asumió la lengua inglesa, convertida en la gran
intermediaria de los contactos entre culturas de otros idiomas. La mayor parte
de los intercambios culturales entra las diferentes regiones “periféricas” del
globo está controlada por el centro del sistema, concentrado en el eje Estados
Unidos-Europa-Japón. Las comunicaciones de masa, que constituyen hoy un
espacio fundamental en la esfera pública de expresión, debate y formación
de pensamiento, son absorbidas cada vez más por grandes conglomerados
transnacionales que se convierten en oligopolios de la producción y distribución
de los bienes culturales masivos. Existe un increíble potencial de interacción
entre las más diversas culturas del mundo, pero tal potencial es limitado por
las lógicas de distribución de las mercancías culturales.
Es en ese ámbito que ocurre un encuentro entre el acceso, intercambio
y diversidad. La posición brasileña frente a este nuevo escenario se debe
orientar por el ejercicio de la pluralidad, contra la imposición de una cultura
única, o de la cultura transformada en una sencilla mercancía. Eso implica la
defensa y la promoción tanto de la diversidad cultural brasileña, en el interior
y el exterior, cuanto al acceso a otras culturas y los intercambios con nuestros
vecinos de Sudamérica.
III. Diversidad de las expresiones culturales, propiedad
intelectual y desarrollo
La implementación de la Convención de Unesco sobre la Promoción y Protección
de la Diversidad de las Expresiones Culturales representa un nuevo marco en
el ordenamiento jurídico internacional. Ésta trata de establecer un sistema
2 International Flows of Selected Goods and Services, 1994-2003. Unesco, 2005.
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internacional de intercambios de bienes y servicios culturales más equilibrado,
asegurando el derecho soberano de los Estados para que lleven a cabo
políticas culturales de protección y promoción de su diversidad cultural y de
garantía de acceso a la diversidad cultural de todo el mundo, por medio de
la implementación de una serie de políticas reguladoras, por ejemplo. Esa
convención propicia la creación de un circuito de intercambio sur-sur de bienes
y servicios culturales, creando la posibilidad de acceso, consumo e intercambio
de la producción cultural entre los países en vías de desarrollo, rompiendo las
eventuales hegemonías de segmentos del mercado cultural.
Otro frente internacional al cual el Ministerio de la Cultura de Brasil da
prioridad es la participación en la Red Internacional de Políticas Culturales
(RIPC), una red informal de ministros de cultura de todo el mundo que se
reúnen anualmente y que, tal vez, haya sido el gran resorte propulsor de la
aprobación de la convención en Unesco.
En 2006, cuando fuimos antriones de la reunión anual escogimos el
tema “Acceso a la Cultura, Derechos de autor y Nuevas Tecnologías: Retos en
la Evolución a la Diversidad Cultural” para reexionar sobre dos de nuestras
principales preocupaciones políticas: derechos de autor y acceso a la cultura.
Nuestra conclusión principal del estudio fue la de que los derechos de autor
pueden representar un obstáculo para el acceso a la cultura, principalmente
frente a las nuevas tecnologías, con consecuencias evidentes para la diversidad
cultural. Tal evento se puede explicar por la creciente ampliación del alcance
y del objetivo de las leyes y de los tratados que regulan el sector en todo el
mundo en las últimas décadas, haciendo que varios países en vías de desarrollo
contraigan obligaciones muy restrictivas en materia de propiedad intelectual,
incluso sin tener infraestructura y capacidad institucional necesarias para
asimilar nuevas reglas.
Tenemos hoy un sistema de Propiedad Intelectual totalmente en
desacuerdo con las modernas tendencias tecnológicas, económicas y sociales.
Un sistema que transforma la Propiedad Intelectual y, dentro de ella, los
derechos de autor, en un n en sí mismo.
Nuestro encuentro de la RIPC en 2006 demostró que el problema
con los derechos de autor es más grave para los países en vías de desarrollo,
ya que en esos países las leyes de autor son más restrictivas, ya sea por la
mayor vulnerabilidad a los grupos de presión de las grandes corporaciones
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transnacionales de la industria cultural, por la ausencia, en tales países, de
organizaciones de la sociedad civil que deenden los intereses de los usuarios
de obras protegidas y de interés público, en general, como ejemplo lo que
ocurre en los países desarrollados.
El Ministerio de Cultura de Brasil tambn elaboró, en estrecha
colaboración con el gobierno argentino, la Agenda para el Desarrollo. Nuestra
preocupación fue la de incorporar los temas relativos a los derechos de autor en
el establecimiento de un programa dirigido al desarrollo en la OMPI. De esta
forma, defendemos un dominio público robusto, con un efectivo respeto a las
limitaciones y excepciones en los derechos de autor, así como el fomento de
formas alternativas de licenciamiento de obras, tales como el Software Libre,
el Copyleft y el Creative Commons.
Las discusiones en la OMPI sobre ese tema siguen presentes, con la
participación activa del “Grupo de los Amigos del Desarrollo”, bloque de
países en vías de desarrollo liderado por Argentina y Brasil en oposición
al grupo de los países desarrollados. Dependiendo de los resultados de las
discusiones, los países en vías de desarrollo podrán contar, en la OMPI, con
un programa en donde la Propiedad Intelectual no sea un n en mismo y
una herramienta para el desarrollo, en donde los países tengan espacio para la
implementación de políticas públicas que garanticen a su población el acceso
a la cultura, al conocimiento y a la información, así como al ujo internacional
de los activos protegidos por la Propiedad Intelectual de forma más justa y
menos lamentable para el mundo en vías de desarrollo.
Otro tema relacionado con la Propiedad Intelectual que pretendemos
desarrollar en los próximos meses y años – ambicionado por todos los países
de Sudamérica es el de la Protección de los Conocimientos y Expresiones Culturales
Tradicionales. Existe un comité especializado sobre el tema en la OMPI, cuyos
trabajos han dejado mucho que desear. Pensamos que es fundamental llegar
a algún tipo de protección internacional de tales activos. Esa medida podría
beneciar, principalmente, a países en as de desarrollo y los menos desarrollados
y, entre ellos, sus poblaciones tradicionales, que normalmente poseen grandes
carencias económicas y sociales aunque sean poseedoras de un rico patrimonio
cultural. Es importante una agenda para nuestra regn que incluya la protección
de los Conocimientos y Expresiones Culturales Tradicionales como una fuente
de ingresos, digna y justa, para nuestras poblaciones.
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IV. Paz, cultura y la actual crisis del multilateralismo
Medio siglo desps del n de la segunda guerra mundial, la agenda de
cultura se vuelve a presentar en el mundo pos guerra fría y pos 11 de septiembre
como un elemento fundamental para la construcción de la paz entre los pueblos.
El discurso del aparente “colapso simbólico”, rerndose a las nuevas formas de
terror e intransigencia, nos llevan de nuevo a la reexión colectiva sobre el futuro,
así como a la necesidad de deshacer sentimientos belicosos, fundamentalistas
así como etnocéntricos que vuelven a atormentar a la humanidad.
Así como fue necesario erguir un nuevo organismo internacional en la
pos guerra, hoy crece el consenso de que el Sistema de Naciones Unidas carece
de una reforma profunda para fortalecerse y adaptarse a los nuevos tiempos,
convirtiéndolo en algo aún más plural y representativo. No se trata aquí de
apoyar solamente una reforma en el Consejo de Seguridad o en la Asamblea
General, instituciones políticas más importantes de la ONU, sino de practicar
en todas nuestras relaciones esa agenda de la centralidad de la cultura para la
democracia, la paz y el desarrollo.
La Convención de Unesco ciertamente será un instrumento fundamental
para las formas de gobernanza global del siglo XXI, pero necesitamos ir
más allá y profundizar las lecturas nacionales y regionales de tal Convención.
Ella arma, por ejemplo, el valor de la diversidad cultural en un plan aún más
amplio y global. Al hacerlo, enfrenta el discurso legitimador de conictos y
hasta aquella forma de guerra que, absurdamente, todavía se da por la noción
de choque de civilizaciones conictos culturales que serían la causa mayor
de la industria bélica y de las intervenciones unilaterales. La tesis de que la
cultura está en la génesis de los conictos contemporáneos tiene el propósito
de desviar la atención de las causas reales de las asimetrías que marcan el
destino de multitudes, destino este que tiende hacia formas restrictivas de
propiedad intelectual que limitan la tecnología y los derechos sociales y
culturales de la población.
Por todo ello, la noción de diversidad es amplia y el instrumento de la
convención debe ir más allá de la perspectiva de “protección”. Ella autoriza
a los países a fomentar la cultura como elemento central de su estrategia de
desarrollo. Eso signica, por ejemplo, que hay que construir carreteras y
puertos y modernizarlos bajo la óptica pública, ya que son las poblaciones la
razón de existir de las estructuras. Son ellas el punto de llegada y partida de
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esas estrategias. No se puede suprimir a las poblaciones del análisis de costo,
ni de las políticas de Estado. Si tomamos la restauración de centros históricos,
por ejemplo, el desconsiderar a las poblaciones involucradas signicaa
también desconsiderar todo el valor de los centros históricos, vaciar la vida
y la dinámica social de esos centros, las ferias y las estas, que son el motivo
profundo de las migraciones turísticas en el mundo actual. Fue lo que en
cierto momento ocurrió en la ciudad de Salvador, en el estado de Bahía,
cuando decidieron sacar a la población del Pelourinho, en el Centro Histórico de
la ciudad, para las labores de restauración. Tal decisión se tuvo que enfrentar
a duras penas por todos los que aún comprendían que el valor de la ciudad
está en sus comunidades – y no exclusivamente en sus estructuras.
Del punto de vista estrictamente ecomico, una visión realista o
pragmática deja de percibir que actualmente la economía de la cultura es una
de las que más se expanden en el capitalismo globalizado, y crece a un ritmo
superior a la evolución del PIB mundial. La economía creativa compite con
la industria de la guerra en Estados Unidos, aparece ya como una de las más
signicativas en la Unión Europea y muestra un desempeño fuerte en los países
menos desarrollados, como Brasil. La cultura es el sector de la economía que
más crece en el mundo, ya que genera, en promedio, mejores salarios, más
empleos e incluso lo que considero más importante inclusión social con
ciudadanía plena.
La idea de cultura como derecho, economía, política e identidad,
esparcida en las últimas décadas, debe más que nunca componer el ideario
subyacente de las propuestas de reforma de las instituciones internacionales.
En vez de choque entre civilizaciones, la cultura se le debe ver como la arcilla
exible de las relaciones globales, capaz de unir por la diversidad a distintas
comunidades sociales, naciones e incluso hemisferios enteros.
La crisis del multilateralismo no se podrá superar sin el n de cualquier
y toda pretensión hegemónica. Hegemonía, solamente si es la de la diversidad.
Si, por un lado, versiones unilaterales del mundo contemporáneo sirven
solo para empobrecerlo y amenazarlo, por otro, la fragmentación de las
relaciones internacionales – vericada en los últimos años como fruto de tal
unilateralismo – también refuerza el aislamiento de las culturas, que impiden
que el intercambio cultural se coadune con las amplias oportunidades que
surgen debido a las nuevas tecnologías.
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El Ministerio de Cultura de Brasil trabaja para restaurar al multilateralismo
en todas sus dimensiones y signicados. No solamente el rostro institucional
y de decisión, sino el mismo espíritu de cohabitación con el multilateralismo
mueven las acciones internacionales del gobierno brasileño. La concepción
multilateral se condice con la protección y fomento de la diversidad de las
expresiones culturales, así como el equilibrio entre el respeto a la propiedad
intelectual y el acceso menos asimétrico a la cultura en sus más diversas
modalidades y vías tecnológicas.
Los lazos históricos, culturales e incluso geográcos nos exigen que
combinemos nuestro universalismo con preocupaciones de orden más local.
Fortalecen, en términos regionales, nuestros nculos con Sudamérica y con los
países africanos y de lengua portuguesa. Con los países sudamericanos podemos
constituir, nalmente, un espacio multilateral de paz y solidariedad, sobre todo
si se compara con otras regiones en situaciones económicas semejantes, con
aquellos que hablan nuestro idioma. También podemos fortalecer nuestra
inserción cultural en el mundo al mismo tiempo que nos reconocemos en
nuestra propia identidad lingüística.
De Sudamérica y de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa,
seguramente partimos de bases más sólidas para enfrentar, de forma global,
los retos del mundo contemporáneo con iniciativas como el Mercosur
Cultural, la Recam (Red Especializada de Cine y Audiovisual del Mercosur),
la CASA Cultural de la Comunidad Sudamericana de Naciones, la Comisión
Interamericana de Cultura de la OEA y la Conferencia de Intelectuales de
África y la Diáspora. Sin embargo, la política de promoción de una cultura de
paz y humanista, ya sea a nivel local, regional o global, debe reconocer como
punto de partida todas las dicultades existentes. La historia está marcada
por conictos. No hay que engañarse. Pero la guerra tampoco es una verdad
inexorable cuando la cultura de paz abandona el campo de la rerica e
inuencia realmente las grandes decisiones.
V. La cultura como agenda
Por n, una breve retrospección. Desde el n de la Segunda Guerra
Mundial, la cultura entró en la pauta internacional como un elemento
imprescindible para la convivencia harmónica y pacíca entre los estados,
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pueblos y naciones. La imagen devastadora de la bomba atómica y del
Holocausto llevó a hombres y mujeres de los más diversos orígenes culturales
a la reexión sobre la necesidad de un nuevo pacto mundial.
Es en este contexto, en el cual las cuestiones culturales fueron la tónica del
debate político, que emerge la moderna concepción de los órganos multilaterales
consubstancial al Sistema ONU. Paz y cultura, con esas caractesticas históricas,
se convierten en fuerzas y fenómenos complementares. ¿Cómo pensar en la
paz, al nal, si no es por la convivencia cultural, harmónica y equilibrada entre
pueblos y naciones? ¿Cómo pensar en un nuevo mapa geopolítico, en teoría
multilateral, sin reconocer el derecho a las diferencias culturales y las formas
distintas y de organizar la vida en un plan simbólico?
No es por casualidad que la Unesco, poco tiempo después de su
fundación, invitó a un grupo de intelectuales reconocidos para que elaboraran
una serie de reexiones con el objetivo de revisar cientícamente las teorías
racistas que singularizaron la primera mitad del siglo XX
3
. En este contexto,
el antropólogo Claude Levi Strauss argumenta que la diversidad cultural es el
principal elemento fomentador del desarrollo humano.
Levi Strauss arrojó una de las primeras semillas teóricas de la Convención
sobre la Protección y Promoción de la Diversidad Cultural de la Unesco que fue
raticada en más de tres decenas de países, en el año de 2006. Él destacó la
riqueza propiciada por la inevitable interacción entre las culturas.
Ese nuevo concepto no emergió como un debate sólo teórico. Este
se despertó a través de la lucha por los movimientos de independencia y
descolonización, en el contexto pos colonial, por medio de políticas armativas
de género, grupos y etnias además de los innúmeros espacios abiertos por
el multiculturalismo.
En los sesenta años, por lo tanto, la cultura comenzó a ser armada y
practicada como un derecho, que se está profundizando ahora en un escenario
cada vez más democrático. Un escenario que parece demandar cada vez más
la universalización del derecho a la cultura. ¿Los Estados estarían preparados
para garantizar ese derecho a los ciudadanos? ¿Qué actualizaciones nuevas
se necesitan para que la diversidad cultural sea un punto de partida de las
formas actuales de desarrollo? ¿Cómo las instituciones nacionales y globales
3 Raça e Ciência Vol. 1. Unesco (Organizadora). Editora Perspectiva, São Paulo, 1960.
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que nancian el desarrollo pueden incorporar la cultura como directriz – así
como ocurrió en el pasado, cuando se incorporó en medio ambiente? ¿Cómo
la tecnología social que los pueblos desarrollaron se puede potenciar, sin tutela
y autoritarismo?
Nos encontramos hoy, como hace sesenta años, frente a un gran reto y
una enorme perspectiva de nuevos posicionamientos, con la oportunidad de
profundizar el marco de la presencia de la cultura no sólo en el debate mundial,
como aderezo para el desarrollo, sino como factor estructurante y regulador de
las relaciones sociales y del mismo proyecto de desarrollo de nuestros países.
La sociedad avanzó, las culturas avanzaron – la agenda debe avanzar.
DEP
Traducción: Cynthia Garcia
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
63
* Agradezco la colaboración de Camilo Lagos
** Universidad de Chile
osunkel@manquehue.net
Un ensayo sobre los
grandes giros de la
política economica
chilena y sus
principales legados
*
Osvaldo Sunkel**
1. Introducción
L
as escuelas de pensamiento económico que han inuido en forma
determinante en la política y la realidad económica chilenos desde mediados
del siglo pasado han sido básicamente cuatro: el pensamiento cepalino en
las décadas de 1950 y 1960; el pensamiento socialista a nes de los años 60 y
comienzos de los 70; el pensamiento neoliberal en su versión más ideologizada
desde 1974 hasta nes de la dictadura, y desde 1990 un híbrido entre el
neoliberalismo más pragmático de nes del gobierno militar y un naciente
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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neoestructuralismo, denominado “crecimiento con equidad”, orientado a la
recuperación de una estrategia de desarrollo socioeconómico de largo plazo.
En este trabajo voy a concentrarme en algunas de las expresiones concretas
en que se traduce en denitiva la evolución del pensamiento ecomico a través
de las políticas económicas respectivas. No se me escapa, por supuesto, que
no hay aquí una relación unidireccional del pensamiento a la práctica de la
política económica, y de ahí a la realidad histórica concreta. Teoría, política y
realidad interactúan y se inuencian y modican mutuamente, como queda en
evidencia sobre todo en los períodos en que cambian radicalmente de signo.
Así, por ejemplo, la Gran Depresión de los años 30 con su secuela
de crisis nancieras, del comercio internacional y de desempleo masivo
generalizado, constituyó la génesis del pensamiento y las políticas keynesianas
que prevalecieron hasta la década de los años 70. A la inversa, la desaceleración
del crecimiento económico desde nes de la década de 1960, los crecientes
desequilibrios scales y presiones inacionarias y la inecacia de las políticas
scales en la década del stop-go de los 70, además de las crisis del petróleo
y la prodigiosa expansión del sistema financiero privado internacional,
contribuyeron poderosamente al desplazamiento del keynesianismo y el
renacimiento del liberalismo decimonónico o neoliberalismo.
La evolución histórica de la política económica en Chile en el último
siglo se ha caracterizado por sustanciales cambios en el rol del estado, del
mercado, del sector privado, de las políticas sociales, del comercio exterior, y de
las relaciones nancieras internacionales, entre otras. En este ensayo, en cuya
naturaleza preliminar me permito insistir, me propongo tres tareas. Por una
parte trataré de mostrar cómo estas profundas modicaciones de la política
económica tienen como uno de sus orígenes cambios profundos en su contexto
sociopolítico interno. Por la otra, destacaré también el importante papel que
en las modicaciones más fundamentales cumplen los grandes cambios en el
contexto internacional. Y por último, señalaré algunas de las consecuencias
más importantes de largo plazo de las diversas políticas económicas, que
fueron determinantes en la acumulación de capital económico, social y humano
en los principales períodos del desarrollo de la economía chilena, y que se
constituyeron de esa manera en legados positivos o negativos para los períodos
subsecuentes. En otras palabras, sostengo la tesis que aunque se produzcan
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grandes giros de la política económica, esta no opera en el vacío sino sobre
realidades históricas heredadas acumuladas en períodos previos.
En especial me interesa mostrar que, en contraste con el discurso
neoliberal ortodoxo prevaleciente, que ha tejido una leyenda negra sobre la
etapa estatista de mediados del siglo pasado, durante ese período se echaron
muchos de los cimientos básicos de una economía moderna, en términos
de acumulación de capital económico, social y humano, que facilitaron
enormemente el establecimiento del modelo neoliberal en la fase histórica
siguiente. Esta es la razón por la que en este ensayo se dedicará una sección
relativamente extensa y detallada a dicho período.
En relación con el período más reciente de transición entre el
neoliberalismo fundamentalista inicial del gobierno militar hacia un
neoliberalismo más pragmático primero y hacia un conjunto de políticas de
corte crecientemente neoestructuralista de los gobiernos democráticos, me
interesa destacar especialmente dos cosas: por una parte, que a la par de sus
graves y reconocidas deciencias, el neoliberalismo dejó también un conjunto de
legados muy positivos; pero por la otra, que las políticas económicas y sociales
de los gobiernos de la Concertación han innovado sustancialmente respecto
del programa neoliberal clásico, constituyéndose a mi juicio crecientemente
en una alternativa de carácter neoestructuralista.
2. Tres hipótesis básicas
Una revisión de las tendencias y hechos estilizados de la evolución de
las políticas económicas de Chile durante el último siglo podría organizarse
en torno a tres hipótesis generales principales e interrelacionadas.
La primera hipótesis se reere a que, en denitiva, desde el surgimiento
de la economía capitalista internacional en el siglo XVIII, los debates de
política económica en cada país se alinean sistemáticamente en una de dos
vertientes principales: una donde prevalece una visión que asigna un papel
predominante al mercado y la empresa privada, que en adelante denominaré
“mercadocéntrica”; y otra en la que se asigna un rol predominante al estado,
que llamaré “estadocéntrica”. Cada modicación signicativa de la política
económica se inscribe en denitiva bajo el signo de otorgar una mayor amplitud
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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al juego de las fuerzas del mercado, o por el contrario, bajo el signo de una
mayor intervención estatal destinada a regular o reemplazar en mayor o menor
medida las fuerzas del mercado.
Es claro que en la pctica histórica estado y mercado no son excluyentes
sino complementarios, ambos esn siempre presentes, incluso en las formas
más extremas de economía de mercado o de economía planicada. No existe,
no ha existido, ni podrá existir jamás una economía de mercado sin un estado
que establezca y haga cumplir las reglas del juego librecambista, en los casos en
los que el mercado funciona razonablemente, y regule el de los bienes blicos y
semiblicos, donde no funciona. Por otra parte, aún en la s radical y centralizada
planicación socialista siempre habrá mercado, aunque este esté formalmente
prohibido, por lo que en ese caso se expresará como mercado negro.
De a que estado y mercado se han combinado en dosis diferentes según
distintos periodos hisricos, de tal manera que la potica económica ha tendido
a favorecer un mayor predominio del estado sobre el mercado en los períodos
estadontricos, mientras que a la inversa, ha tendido a ampliar la funcn de los
mercados y la empresa privada en los períodos mercadocéntricos. Esta referencia
histórica es importante para apreciar la variabilidad de los arreglos institucionales
a lo largo del tiempo en una perspectiva histórica prolongada.
En el caso chileno, desde nes del siglo XIX hasta comienzos de la
cada de 1930 prevalec un modelo mercadontrico. Posteriormente,
desde la década de 1940 hasta comienzos de la de 1970 se instaló un modelo
estadocéntrico, que culmi con una tentativa de instalar una economía
socialista en el gobierno de la Unidad Popular. Posteriormente, a mediados
de 1970 se establece nuevamente un modelo mercadocéntrico, caracterizado
en su primera etapa por un neoliberalismo radical, el que se atenúa en una
segunda fase del gobierno militar, y experimenta considerables revisiones y
modicaciones desde el retorno de la democracia en 1990. El reemplazo de un
modelo por otro es un proceso traumático de cambio estructural e institucional
profundo que deriva obviamente, entre otras cosas, de un cambio signicativo
en la estructura del poder político interno. Pero ese cambio no es enteramente
independiente, sino por el contrario, está fuertemente inuido también por
las trasformaciones que ocurren en el ámbito internacional. Por otra parte,
junto al drástico cambio de las políticas económicas, hay también importantes
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
continuidades en la infraestructura socioeconómica acumulada históricamente,
legados que constituirán ventajas o inconvenientes para la nueva etapa.
Por ello mi segunda hipótesis es que el grado de predominio del estado
o del mercado en el devenir histórico está decisivamente condicionado por el
grado de integración o desintegración de los mercados comerciales y nancieros
internacionales, particularmente en el caso de economías pequeñas altamente
dependientes de la economía mundial como lo es la economía chilena. En
este aspecto es probable que existan diferencias importantes entre los casos
de Brasil y Chile.
Es necesario además relacionar los arreglos institucionales en materia
comercial y nanciera con la estructura económica, social y de poder, y con
las políticas económicas. En particular es importante examinar la transición
entre un período y otro, porque es entonces cuando cambian las estructuras
nancieras y de poder político, y con ello las estrategias de desarrollo, y orecen
los debates sobre teoría y política económica.
Por último, de acuerdo a mi tercera hipótesis importa destacar que no
obstante la profundidad de los cambios que puedan ocurrir entre uno y otro
período de predominio de una política económica determinada, como ya se
indicó quedan importantes legados como herencia del período precedente,
especialmente de tipo institucional y capital acumulado, que ejercerán
signicativa inuencia sobre el desarrollo posterior.
3. El contexto internacional de mediados del siglo XX
En esta sección deseo desarrollar un poco más la idea de que existe una
fuerte relación entre el grado de integración o desintegración de la economía
internacional, y en particular de los mercados nancieros internacionales,
y el grado de proteccionismo o apertura de las economías nacionales, sus
orientaciones en materia de asignación de recursos, sus opciones entre
consumo e inversión, la conguración de sus estructuras de poder, el grado
de intervención del estado y la orientación de la política económica, todo lo
cual se traduce en reformulaciones teóricas y de política económica.
Durante el peodo al que se ha llamado de desarrollo “hacia fuera y que se
extiende desde mediados del siglo XIX hasta 1930, había una estrecha integración
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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económica, comercial y nanciera internacional que se traducía en el predominio
de la libra esterlina, una moneda fuertemente respaldada tanto económica como
militarmente, y se expresaba en amplios y crecientes ujos internacionales de
comercio, cditos, inversiones e incluso migratorios. A esa conguracn global del
Imperio Británico y sus zonas de inuencia, como América Latina y ciertamente
Chile, correspondían en general economías nacionales con estados pequeños y
débiles, economías muy abiertas y de escasa proteccn, tanto en las economías
centrales como en la periferia latinoamericana. Es la etapa del mercadocentrismo
liberal decimonónico bajo el predominio del Imperio Británico.
Ello llevó a un proceso de asignación de recursos en función de las
ventajas comparativas. Como las ventajas comparativas adquiridas por los países
centrales a lo largo del proceso de la Revolución Industrial se encontraban
principalmente en las manufacturas, sus exportaciones se especializaron en
productos fabriles, y como los países de la periferia no habían adquirido
esas ventajas, se especializaron en la exportación de productos derivados
directamente de sus abundantes recursos naturales.
A esta situación estructural correspondía una cierta organización del poder
potico: los sectores exportadores (manufactureros en el centro, productores de
materias primas en la periferia), los sectores importadores (de materias primas
en el centro, de manufacturas en la periferia), los grandes comerciantes y sobre
todos los sectores nancieros constituyen una coalición dominante de carácter
internacional o transnacional. Sus intereses de maximización del comercio y las
nanzas internacionales se traducen en una relativamente escasa intervención del
Estado en la economía, excepto en las esferas en que el Estado aporta servicios
poticos y de infraestructura de transportes y comunicaciones necesarios para el
modelo de crecimiento hacia afuera y para imponer reglas del juego apropiadas.
Predominan las políticas de laissez-faire, de libre cambio y la racionalización de
esta conguración histórica en rminos teóricos e ideogicos, es decir, la teoría
liberal clásica de la asignación de recursos por medio del mercado, tanto a nivel
nacional como internacional (teoría estática de las ventajas comparativas).
Aquella fase del desarrollo capitalista termina con la crisis de 1930,
que junto a la Segunda Guerra Mundial da lugar a una serie de profundos
reajustes. Se desintegran los mercados internacionales, desaparecen tanto el
mercado nanciero internacional como las inversiones privadas directas, y sólo
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
se conservan algunos reducidos ujos de comercio. La crisis generalizada del
comercio, las nanzas y las inversiones internacionales se expresa en cada país
en graves desequilibrios en sus transacciones internacionales, en una fuerte
depresión de la actividad económica y en profundas crisis sociales y políticas.
Todos los países cierran sus economías mediante medidas proteccionistas en
lo comercial y en lo nanciero y estimulan la recuperación y crecimiento de
la economía y el empleo mediante el gasto público y la acción deliberada del
estado. Con ello se inicia una prolongada etapa estadocéntrica.
Aquí me interesa de paso subrayar algo que no se ha destacado
suficientemente en la literatura. Este proteccionismo y activismo estatal ocurre
simultáneamente tanto en los países del centro como en los de la periferia. La sustitución de
importaciones no es un invento perverso de los países periféricos y de Prebisch y
la Cepal, como algunos economistas de escasa cultura histórica parecieran creer;
es fundamentalmente el recurso al que acuden los países centrales para enfrentar
sus propias crisis nancieras y del comercio exterior, la recesión y el desempleo.
Es el inicio de una etapa estadocéntrica de cobertura mundial que dio origen
eventualmente al Estado de Bienestar europeo, a las políticas de pleno empleo
y desarrollo regional en EEUU, al nazismo y el fascismo en Alemania, Italia y
otros países, seguidos posteriormente por las econoas sociales de mercado de
esos países. Todo esto coincid también con la expansión del socialismo, que
se había instaurado en la Unn Soviética en 1917 y se ampl posteriormente
a los países de la órbita soviética, así como con el desarrollismo estatista que se
instaló en prácticamente todo el resto del mundo subdesarrollado después de
la Segunda Guerra Mundial.
Todos acuden al estado para impulsar mediante el proteccionismo,
el gasto social y la inversión públicos la protección social, la expansión del
empleo así como el crecimiento y el desarrollo. En especial, buscan proteger y
fomentar lo que antes importaban: los países centrales los Estados Unidos y
los países europeos- protegen básicamente la agricultura, y ahí se origina una
enorme institucionalidad estatal de apoyo y fomento agropecuario, que más
de medio siglo después constituye todavía un serio impedimento al comercio
internacional y al desarrollo de los países periféricos. No hay que olvidar que
Europa mantiene sus políticas proteccionistas y de control de cambios hasta
bien entrada la década de 1960, y la protección de la agricultura todavía no se
ha abandonado ni por la Comunidad Europea ni por Estados Unidos.
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En tanto la Gran Depresn de 1930 lleva a los cambios señalados en los
países industriales, en el caso de los países latinoamericanos que han alcanzado
aln grado de industrializacn en el período previo, como Brasil y Chile, da
lugar a la protección de la industria manufacturera y marca el comienzo de la fase
de industrializacn sustitutiva. Se produce así una separación entre el sistema
de precios interno y el internacional, que se reeja en un cambio en los precios
relativos en desmedro de los productos agrícolas y a favor de los industriales.
Ello induce un reajuste en la asignación de recursos productivos: en la periferia
hacia el desarrollo manufacturero y en el centro hacia el desarrollo agrícola.
Este proceso no ocurre autoticamente sino a tras de una rearticulacn
tambn en ambos tipos de países de la coalición hegemónica de poder dentro
de las clases dirigentes. Ésta, que estaba centrada en exportadores, importadores,
comerciantes y nancistas, es remplazada, no sin profundos y generalizados
conictos políticos, por una coalicn, intermediada por el estado, de grupos
medios, intelectuales y profesionales y sectores obreros urbanos organizados,
junto a sectores empresariales que producen para el mercado interno.
Se trata de las décadas del treinta al setenta, caracterizadas en muchos
países de la América Latina por gobiernos socialdemócratas y/o populistas, que
propiciaban una activa intervención del Estado en una serie de campos más allá
de los tradicionales. Se favorecía el desarrollo industrial y las inversiones en la
infraestructura, y se propiciaban ciertas reformas estructurales como la agraria
y la redistribución del ingreso a través de la ampliación de los gastos sociales
y de políticas públicas que favorecían a los sectores medios y de menores
ingresos. La modernización institucional y la planicación aparecen como los
instrumentos orientadores que intereren y complementan el mercado.
Las teorías económicas que prevalecen se reeren básicamente al
crecimiento y a las políticas de desarrollo y la planeación. El debate teórico se
orienta hacia una crítica de la teoría económica tradicional neoclásica en función
de las necesidades de una teoría dinámica del crecimiento y el desarrollo en
países subdesarrollados y dependientes. Es el período de mayor inuencia del
pensamiento de Raul Prebisch y de la Cepal basado en una interpretación propia
del subdesarrollo latinoamericano y en la necesidad de políticas económicas
y sociales orientadas a la industrialización y la modernización económica y
social, y del correspondiente instrumento operacional de política económica
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para implementarlas: la planicación. De hecho, La Cepal realizó en muchos
países en aquella época una serie de estudios basados en las Técnicas de
Programación del Desarrollo Económico desarrolladas por un equipo liderado
por Celso Furtado.
Este pensamiento tuvo una enorme inuencia en América Latina y
desde luego en Brasil y Chile, y eventualmente en todo el mundo. Pero muy
especialmente en el caso chileno. La sede de la Cepal estaba radicada en Santiago
y sus novedosas ideas se difundieron ampliamente tanto a través de las relaciones
personales de sus funcionarios con las elites intelectuales y políticas del país,
como por los cursos de Desarrollo Ecomico que comen a ofrecer la Cepal
y por la amplia utilización y difusn de sus publicaciones, especialmente por
los profesores y estudiantes de las Facultades de Economía y Sociología de la
Universidad de Chile, así como por los de Escolatina y Flacso.
Mientras esto ocurre en el plano interno en la mayoría de los países, y
ciertamente en Chile, el sistema económico internacional también procura
resurgir de la debacle de 1930 sobre la base de la accn de los estados nacionales.
En la cada que sigue se reanima precariamente el comercio internacional pero
las inversiones privadas tanto directas como nancieras han desaparecido por
completo. Se crean en cambio algunas institucionesblicas nacionales, como
el Eximbank en los Estados Unidos e instituciones similares de nanciamiento
de sus exportaciones en otros países desarrollados. Ante la desaparición del
sistema nanciero privado internacional, después de nalizada la segunda Guerra
Mundial se crea además un sistema nanciero internacional de carácter público.
Se trata de las instituciones establecidas por los acuerdos de Bretton Woods, en
especial el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y posteriormente
el GATT. A estas instituciones se fueron agregando posteriormente los bancos
regionales de desarrollo, como el BID, las instituciones bilaterales y multilaterales
de ayuda nanciera, y las agencias estatales para extender créditos de exportación.
Hacia mediados de la década de 1960 se había creado de este modo un sistema
nanciero internacional de carácter público.
Lo que me interesa destacar es que dicho mecanismo de nanciamiento
implicaba criterios sociales de asignación de recursos puesto que los recursos
nancieros blicos internacionales pasaban en ese sistema por la mediación
del Estado, tanto en el país donante como en el país receptor. Se establean
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
criterios públicos de asignación de recursos y se promovía la planicación, para
que apoyara opciones sociopoticas tales como promover la industrialización,
dotar de capital social básico, instaurar reformas estructurales y modernizar la
agricultura, ahorrar divisas y dar empleo (recrdese, por ejemplo, la Alianza para
el Progreso). Respondían a criterios que los parlamentos de los países desarrollados
impoan a sus propios estados y sus organismos de ayuda y nanciamiento, y a
los que negociaba y adoptaba el Estado del país subdesarrollado, en la medida
en que también reejaban intereses nacionales a largo plazo.
4.Instauracn, auge, decadencia y crisis del modelo
estadocéntrico
Volviendo al caso chileno y a los cambios más importantes y signicativos
de política económica que signicaron el paso del modelo mercadocéntrico
decimonónico al modelo estadocéntrico que se inaugura con la crisis de
la década de 1930, estos se reeren al control del comercio exterior y los
cambios internacionales que asumió el Banco Central y a las medidas de
política monetaria y scal destinadas a enfrentar, entre otros problemas, la
crisis externa, la caída de los ingresos públicos y el desempleo. El estado
pasó a ser así de un agente relativamente pasivo a uno muy activo en
materia de política económica de corto plazo, es decir en la macroeconomía.
Sin embargo, desde el punto de vista del desarrollo económico de largo
plazo, la innovación más trascendental en la política económica fue sin duda
la adopción de la idea de la planicación del desarrollo, entendida como una
actividad pública deliberada para lograr cambios profundos en las estructuras
económicas y sociales tradicionales de Chile, especialmente la industrialización
y la modernización de las estructuras productivas, tomando en cuenta las
interrelaciones existentes entre los diversos sectores y regiones, las nalidades
sociales y los limitados recursos disponibles. La planicación se plasmó en
una institución clave en la historia económica del último siglo en Chile: la
Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), establecida en abril de
1939. Al Consejo de esta nueva institución le fue encargado por ley “formular
un plan general de fomento a la producción, con el objeto de elevar el nivel
de vida de la población, por medio de la utilización de los recursos naturales
del país, la reducción de los costos de producción, y el mejoramiento de la
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balanza internacional de pagos; tomando en cuenta, en la preparación del
plan, que se conserve un adecuado equilibrio entre el desarrollo de la minería,
de la agricultura, de la industria y del comercio; y tratando de satisfacer las
necesidades de las diversas regiones del país”.
La creación de la Corfo y el nacimiento de la planicación en Chile se
encuentran estrechamente relacionados con dos acontecimientos signicativos.
El primero fue el devastador terremoto ocurrido en enero de 1939; el segundo,
el terremoto político de noviembre de 1938, que llevó al poder, por primera
vez, una coalición de partidos de centro izquierda el Frente Popular en cuyo
ideario jugaban un papel fundamental la industrialización, la modernización
de la agricultura y las políticas sociales. La crisis económica externa y la
reorganización de las estructuras del poder político interno fueron claves en
este radical giro de la política económica.
El terremoto que devastó totalmente las regiones central y sur del
país, donde se concentran la mayor parte de la población y de las actividades
ecomicas, cr una situación de emergencia nacional de magnitud sin
precedentes. Esta situación tenía que ser encarada por un gobierno nuevo,
que no sólo carecía de toda experiencia administrativa, sino que, dado el
liberalismo tradicional que caracterizaba el aparato administrativo chileno, se
hallaba también impotente desde un punto de vista institucional. No existían
los medios instrumentales necesarios para proporcionar ayuda y reconstruir las
regiones devastadas. El gobierno incluso se encontraba en situación precaria
para obtener los fondos necesarios para este propósito, dado el débil y limitado
sistema de impuestos existente.
El positivo e importante papel desempeñado por la Corfo en el desarrollo
de la planicacn en Chile, a como también sus limitaciones, pueden
comprenderse sólo a la luz del terremoto político que signicó el acceso del
Frente Popular al poder en 1938. Este evento político, a su vez, no es sino una
consecuencia de cambios profundos en la economía y la sociedad, derivados
del proceso de transformación estructural que se había iniciado varias décadas
antes, y estimulado fuertemente por las consecuencias que tuvo en Chile la
Gran Depresión Mundial.
Hasta 1930, la dinámica de la vida ecomica de Chile se basaba casi
totalmente sobre la minería, que producía aproximadamente la tercera parte del
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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ingreso nacional. Durante las últimas cadas del siglo diecinueve, se incorporaron
a la economía del ps los ricos yacimientos salitreros de las provincias del norte
y, poco antes de la Primera Guerra Mundial, se desarrol también una moderna
y poderosa minería cuprífera. El sector exportador primario trajo a la economía
chilena la tecnología moderna y las formas de organizacn empresarial que
por entonces predominaban en Europa y Estados Unidos, afectando profunda
y sustancialmente algunos sectores de la estructura socio-ecomica del país,
particularmente en las zonas urbanas y mineras. No obstante, este proceso apenas
afec al resto de las estructuras productivas y sociales, las cuales continuaron
operando sobre la base de todos tradicionales, con grandes excedentes de
mano de obra, baja productividad y formas primitivas de organización; este era
particularmente el caso en las zonas rurales.
Con la expansión del comercio exterior, el estado obtuvo sustanciales
rentas adicionales de esta importante fuente de recursos, fondos que se
invirtieron en la ampliación de los servicios blicos sicos y en la construcción
de infraestructura urbana y de transportes. Con el desarrollo de estas actividades
surgieron nuevos grupos de asalariados urbanos y de clase media, que vinieron
a añadirse al proletariado minero y a los sectores medios que se agrupaban en
torno a las actividades del comercio exterior. La propia industria se desarrolló
hasta cierto punto, estimulada por la demanda interna resultante del auge de
las exportaciones mineras y por la expansión de las actividades del gobierno,
así como por el crecimiento de los sectores medios urbanos.
Los cambios en la estructura social tuvieron repercusiones importantes sobre
la vida política de la nación. El desarrollo de un proletariado industrial en las minas
preparó el terreno para la creación y rápida expansión de agrupaciones populares
de izquierda, especialmente de los partidos Socialista y Comunista. Por otro lado,
la expansn de la clase media y sus grupos anes sirvió para acrecentar las las
de la izquierda moderada y anti-clerical, que se alistaba preponderantemente en el
Partido Radical. Estas nuevas y crecientes fuerzas sociales fueron diversicando el
espectro político-social de Chile, y tuvieron su primer impacto importante sobre
la potica del Estado durante los años 20, cuando aunaron fuerzas para apoyar la
creación de un importante cuerpo de legislación social.
Desde un punto de vista político, estos grupos y fuerzas resultaron
fortalecidas con los catastrócos efectos de la Depresión Mundial en Chile.
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La crisis produjo una contracción drástica del comercio exterior; la demanda
externa por exportaciones chilenas deca gravemente y la actividad minera
prácticamente se detuvo, creando un gran desempleo. La crisis produjo también
una súbita y sustancial disminución en las reservas de monedas extranjeras y en
las rentas scales. Al desempleo en las industrias exportadoras sigu un creciente
desempleo en las ciudades y un rápido deterioro de la situación política.
Aparte de contribuir de manera fundamental a la aceleración de los cambios
en la estructura potica, la crisis tuvo también importantes efectos en la estructura
productiva, que, con el tiempo, indujeron transformaciones sustanciales en la
econoa del país. Estos cambios fortalecieron en los os siguientes la posición
potica de los partidos del centro y de la izquierda en las elecciones de 1938,
jugando tambn un rol importante en el proceso de industrializacn y, por
tanto, en las funciones de la Corfo y de la planicación.
Tales fueron los principales antecedentes socio-poticos y ecomicos
del primer peodo de planicación en Chile, con la Corfo como organización
central de planicacn en el sentido cnico, y también como institución ejecutiva
responsable de la implementación de los planes. La enorme suma de poder
económico entregada a esta nueva agencia del Estado sólo puede explicarse por
los cambios fundamentales que habían ocurrido en la estructura económica y
social. Estos cambios pusieron en escena nuevas fuerzas políticas con diversos
matices de ideología socialista, y una clase media creciente de la cual salieron
los ingenieros, técnicos y especialistas que, junto con los grupos empresariales
emergentes, se dedicaron a la industrializacn y la explotación de los recursos
naturales del país, así como a la modernización de la agricultura.
La estrategia de desarrollo adoptada por Corfo estuvo fuertemente
condicionada por aquella experiencia de dependencia externa que sometía
frecuentemente a la economía nacional a graves desequilibrios derivados de
causas externas incontrolables. De ahí la preferencia por una estrategia de
desarrollo “hacia dentro” basada en una mayor y más racional utilización de
los recursos humanos y naturales del país. Esta orientación se acentuó aún
más con la Segunda Guerra Mundial, que estalló en el preciso momento en
que la Corfo iniciaba sus operaciones. El conicto internacional ilustró una
vez más la dependencia del país respecto de los acontecimientos externos.
A pesar que los recursos nancieros eran relativamente abundantes como
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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resultado de la expansión en la exportación de minerales estratégicos, hubo
grandes dicultades para obtener en el exterior la maquinaria, equipos y demás
bienes necesarios para la expansión de la industria manufacturera. Tanto la
capacidad industrial de los países desarrollados, como sus medios de transporte,
se hallaban absorbidos totalmente por el esfuerzo bélico.
Como consecuencia de estos acontecimientos externos, y del cambio
socio-político interno, la estrategia de desarrollo del nuevo gobierno se redujo
a dos orientaciones básicas: política social e industrialización. La primera se
manifestó principalmente en mayores salarios urbanos y en nuevos y más
amplios programas de seguridad social, salud, educación y vivienda. Los efectos
fueron impresionantes y duraderos en materia de seguridad social y salud
pública, donde se crearon nuevas y poderosas instituciones, especialmente el
Servicio Nacional de Salud. La educación, particularmente la secundaria y la
técnica, también recibió nuevo ímpetu.
Es importante comprender que Corfo no tuvo que inventar una
política industrial. Por el contrario, como se ha explicado anteriormente, el
efecto de la Segunda Guerra Mundial sobre la economía chilena, igual que
sobre otras economías en situación parecida, fue inducirlas a un proceso de
industrialización, estimulado por las condiciones expansivas de la economía y
por la escasez de bienes manufacturados e insumos industriales importados.
Hacia 1940 este proceso de industrialización se encontraba ya en marcha, de
manera que Corfo heredó una orientación general que en alguna medida ya
se practicaba, una estrategia implícita, que sólo necesitaba ser racionalizada y
proseguida de manera más sistemática.
El proceso de industrialización había comenzado de hecho durante
el siglo anterior, recibiendo empuje considerable y sostenido después de la
Depresión Mundial y sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial. La crisis
en la balanza de pagos y las dicultades en la importación de mercaderías
dieron lugar a un fuerte proteccionismo, mientras los gobiernos mantenían o
acrecentaban los gastos públicos, con el n de contrarrestar la desocupación.
Se fomentó de esta manera la instalación de industrias para la fabricación
de bienes de consumo. En economías tradicionalmente especializadas en la
producción de materias primas exportables, ello signicaba necesariamente la
importación de los bienes de capital y los productos intermedios necesarios
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
para las nuevas fábricas. De esta manera, la importación de bienes de consumo
nales se reemplazaba gradualmente por la de las maquinarias y otros insumos
destinados a la producción de aquellos bienes en el país. Esto daba lugar a un
cambio en la composición de las importaciones, que constituye la otra cara
del proceso de industrialización por sustitución de importaciones.
Un sector industrial en pida expansn resultaba necesariamente
en la expansión de la demanda de combustibles, materias primas, metales
básicos, productos químicos, energía, transportes, comunicaciones, servicios
nancieros y comerciales. Se requerían también trabajadores especializados,
administradores y empresarios experimentados. Además, a causa del fuerte
esmulo a la concentración urbana derivada de la industrialización, aumentaban
en forma aguda las necesidades de servicios urbanos: viviendas, escuelas,
agua potable, energía eléctrica, alcantarillado y sistemas de comercialización
y distribución. El rápido avance del sector industrial y de la urbanización
revelaban las serias deciencias, así como la falta de exibilidad en la oferta
de estos servicios, originando tensiones y desequilibrios a través de toda la
economía. Estos fueron descritos por la nueva institución de planicación
industrial, como “un gran número de problemas concretos que han quedado
sin solución por muchos años, y que requieren una solución inmediata”.
De acuerdo a su ley orgánica, la primera tarea de Corfo era presentar un
plan general para el desarrollo de la producción. Pero no fue posible cumplir
esta tarea en tan corto tiempo. Faltaba información previa; no se disponía
de censos industriales ni agrícolas; las ideas acerca de las potencialidades de
nuestros recursos naturales eran incompletas y desorganizadas; las estadísticas
eran decientes. Por consiguiente, era imposible presentar un plan general de
desarrollo dentro de un período razonable de tiempo. Se decidió entonces
preparar los llamados planes de acción inmediata’, es decir, esfuerzos tendientes
a vencer las deciencias y vacíos más notorios de la estructura productiva.
Obviamente, las necesidades que se sintieron con mayor urgencia
fueron las relativas a insumos industriales estratégicos, tales como el acero,
los combustibles y la energía. Como estos productos y servicios intermedios
se usan en todas las actividades del sector industrial, su demanda comenzó
a acrecentarse con rapidez sin precedentes, haciendo ver claramente que el
desarrollo de estos sectores industriales constituía la tarea principal que debía
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
emprender la Corfo. La escasez de estos productos durante la Segunda Guerra
Mundial y las graves dicultades que ello ocasionaba, la importancia estratégica
que se atribuía a estos sectores en el proceso de industrialización así como
las preferencias profesionales que por ellos tenían los ingenieros que debían
componer el estado mayor de la Corfo, contribuyeron a la concentración del
esfuerzo planicador en estas áreas.
Al emprender tareas de tanta envergadura, la Corfo tuvo que iniciar
también una serie de actividades de estudio e investigación básicas en el campo
de los recursos naturales, especialmente un análisis sistemático del potencial
hidráulico del país, así como de sus bosques, suelos y de los recursos del
subsuelo. Un plan nacional de electricidad basado en la utilización de la energía
hidroeléctrica, un programa nacional del acero, un plan para el desarrollo de los
recursos petrolíferos y un plan para modernizar la agricultura constituyeron los
primeros planes sectoriales concretos que se formularon y aprobaron. Cada uno
de ellos fue llevado a la práctica por medio de una empresa subsidiaria de Corfo:
respectivamente, la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa), la Compañía
de Acero del Pacíco (CAP), la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) y
la Industria Azucarera Nacional (Iansa). Cabe mencionar aquí también, por
su crítica importancia en el posterior desarrollo agroindustrial exportador,
el Plan Chile-California desarrollado por las respectivas universidades con
nanciamiento de la Fundación Ford para investigar el potencial agroindustrial
del Valle Central de Chile.
El extenso programa de investigaciones emprendido por Corfo dio por
resultado la primera Geografía Económica de Chile más o menos completa, moderna
y seria. La Corporación de Fomento tambn puede reclamar para sí el mérito
de haber iniciado la investigación económica moderna en el país, especialmente
en materia de Ingreso Nacional y Cuentas Nacionales. El primer resultado de
este trabajo fue el cálculo de la Renta Nacional de Chile. Todo esto tenía una
importancia clave, que hoy es cil subestimar, cuando esta información es hasta
digitalmente disponible. Antes de que Corfo produjera estos lculos, no era
posible tener una visión global del desarrollo de la econoa. Por tanto, no haa
tampoco posibilidad de formular un plan coherente y equilibrado de desarrollo,
que pudiera tomar en consideración las interrelaciones entre los diversos sectores
y actividades, así como los balances macro-económicos.
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De esta manera, la estrategia de planicación seguida por Corfo durante
las primeras décadas de su existencia fue, tanto por su condicionamiento
económico y socio-potico como por la precariedad de los sistemas de
información económica, una estrategia de crecimiento sectorial y desequilibrado.
No obstante se lograron resultados notables en aquellas actividades hacia las que
estaban dirigidos sus principales esfuerzos. La prueba es la crucial importancia
que tuvieron en el desarrollo posterior esas empresas y actividades, tanto así
que la mayor parte de ellas fueron privatizadas durante el gobierno militar y
constituyen hasta hoy día pilares básicos del desarrollo chileno.
El equilibrio macroeconómico del proceso chileno de desarrollo entró en
dicultades crecientes hacia la mitad de la década de 1950. La inación escapó
a todo control como consecuencia de una profunda crisis de las exportaciones
de cobre y la econoa se estan. Estos dos fenómenos estaban, naturalmente,
relacionados, y en sus causas debe buscarse la explicación del acento puesto
sobre las políticas macroeconómicas de corto plazo que prevalecieron entre
1953 y 1964, así como también de las nuevas estrategias de desarrollo y de
planicación que se adoptarían después de 1964.
En 1954 el porcentaje de inación en Chile excedió el 70%, por lo cual
los años siguientes se dedicaron a un esfuerzo masivo destinado a detener
la inación. Estos fueron los años de los bien conocidos “programas de
estabilización” y de una aguda y prolongada controversia sobre los enfoques
monetarista y estructuralista de la inación.
Posteriormente, con el gobierno del Presidente Jorge Alessandri (1958-
1964) la planicación y la visión de largo plazo perdió importancia, pues
representaba el primer intento de la derecha política y el sector empresarial
de detener al avance de las políticas estadocéntricas. Pero las circunstancias
le obligaron, en 1960, a adherir formalmente al Programa Nacional de Desarrollo
Económico 1961-70, que había sido preparado por el personal de Corfo varios
os antes, y que fue puesto apresuradamente al día. Dos circunstancias llevaron
a esta decisión: otra vez un factor interno, el devastador terremoto de mayo de
1960, y un importante cambio externo, un radical giro de la política exterior
norteamericana en 1961 promovida por el Presidente Kennedy: la Alianza para el
Progreso. Ambos acontecimientos signicaron un aumento de la ayuda exterior
para Chile pero condicionada a la presentación de un plan global de desarrollo. El
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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antiguo programa de la Corfo iba a servir para este n, pero sin mucha inuencia
efectiva sobre la política, la cual contindominada, a lo largo de toda la cada,
por consideraciones y problemas macroeconómicos de corto plazo.
En 1964 emerg una nueva situación potica con la victoria del Presidente
Eduardo Frei Montalba y la irrupción del partido Demócrata Cristiano. Pero
antes de examinar su experiencia planicadora, debemos retroceder a los
graves económicos que condujeron a la elevada inación y el estancamiento
de mediados de la década del cincuenta, puesto que el diagnóstico de aquellas
dicultades constituuna importante base para la formulación de la estrategia
de desarrollo adoptada por el nuevo gobierno.
Como ya se ha señalado, el modelo de industrialización por sustitución
de importaciones constituyó la principal fuerza impulsora de la economía
y el elemento dimico sico en el proceso general de desarrollo. La
industrializacn inducida, basada en la permanente escasez de moneda
extranjera y en una política gubernamental expansionista, signicó no sólo
un gran aumento en la demanda de materiales y servicios básicos, tales como
acero, petróleo y energía eléctrica, sino también de toda la gama de insumos
industriales. La expansión urbana y el aumento de los ingresos en las ciudades
estimularon además la demanda de todos los variados servicios urbanos así
como de los productos manufacturados y de origen agropecuario.
Con el n de conservar algún equilibrio general en este proceso, y
vencer cuellos de botellas especícos, la producción de toda la economía
debiera haberse expandido pari pasu con el crecimiento y la diversicación de
la demanda, dada la limitada disponibilidad de recursos externos. Para que esto
se hubiera logrado se habría requerido una estructura de producción altamente
exible, elástica y dinámica; es decir, una fuerte tasa de formación de capital,
recursos humanos altamente calicados, empresarios “Schumpeterianos”,
y un marco apropiado de instituciones, valores y actitudes. La falta de estas
condiciones es, por supuesto, una de las características básicas del subdesarrollo
y explica en gran medida las dicultades y tensiones que acompañan a un
vigoroso proceso de industrialización.
El principal esfuerzo para vencer estos obstáculos tuvo que hacerlo el
sector público, que se encontraba mal preparado para tareas tan abrumadoras.
El Estado tuvo que participar activamente en la creación y reorganización
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de la infraestructura productiva para respaldar al empresario privado e
inducirlo a instalar y expandir nuevas ramas de actividad. Tuvo que asumir la
responsabilidad de desarrollar determinadas actividades industriales básicas,
creando para ello las respectivas empresas públicas. Se encontró bajo fuerte
presión política para mejorar la distribución del ingreso y extender los servicios
sociales básicos a una población urbana en rápido crecimiento. Se vio también
presionado para absorber empleados que no encontraban colocación en la
actividad económica privada. Todas estas tareas, y otras que no viene al caso
señalar aquí, signicaron una expansión formidable del sector público, tanto
en términos absolutos como relativos.
Para cumplir las nuevas funciones y ampliar las ya existentes, el gobierno
tuvo que utilizar un aparato nanciero y administrativo obsoleto. El anticuado
sistema administrativo fue culpable de mucha de la ineciencia y obstáculos que
se presentaron, constituyendo una limitación enorme en todos los sectores de
la administración para el empleo de las técnicas de planicación, programación
y proyectos. El añejo sistema scal y nanciero fue un factor agravante de la
sistemática tendencia a incurrir en grandes décits presupuestarios, tendencia
inherente a la estructura impositiva chilena.
En efecto, una elevada proporción de las rentas scales provenían de
las actividades exportadoras y del comercio exterior en general. Este sector
se contrajo en relación al Producto Interno Bruto en tanto que el sector
público se expandía, o sea, una reducción relativa de la base tributaria más
importante. Además, muchos derechos de importación y de exportación eran
de tipo especíco, de modo que su valor real y su incidencia declinaban con
el alza de precios. Por otra parte, la estructura cambiante de las importaciones
redujo gradualmente el volumen relativo de las importaciones de mercaderías
de altos derechos (las de consumo), reemplazándolas por otras de derechos
bajos o libres de derecho (materias primas y bienes de capital), así como por
crecientes importaciones del sector público, también libres de derechos de
importación. Trasladar la carga tributaria del comercio exterior y el sistema
de cambios múltiples a la actividad económica interna no era tarea fácil, por
cuanto la estructura política del país dicultaba una reforma tributaria amplia,
así como el establecimiento de una administración tributaria eciente. El
resultado fue un desordenado aumento anual de tasas y la creación sucesiva
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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de una gran variedad de nuevos impuestos, lo que produjo en denitiva un
sistema impositivo desarticulado y con escasa elasticidad o exibilidad.
El proceso de largo plazo que acabamos de describir ya se manifestó
tempranamente con una aguda crisis en 1953. En ese o, graves dicultades en
el mercado del cobre forzaron el abandono del sistema de cambios ltiples,
que subvencionaba fuertemente a las importaciones esenciales”, producndose
una substancial devaluacn de la moneda nacional. Este hecho, junto con el
aumento simultáneo de los salarios, en un intento por compensar al consumidor
por la elevacn de los precios, prend la chispa de un explosivo movimiento
inacionario que amenazó con hacerse totalmente incontrolable.
Este problema de corto plazo contribuyó a agudizar la crisis scal de
largo plazo que acaba de ser mencionada. Las crecientes necesidades del sector
público habían sido nanciadas en gran parte por una pesada y creciente
tributación sobre los principales exportadores de cobre, a través de la aplicación
de una tasa de cambio crecientemente sobrevaluada. La tributación llegó a
ser tan elevada que la producción de cobre se estancó, lo que llevó en 1956 a
revisar el tratamiento impositivo con el n de estimular nuevas inversiones.
Visto en perspectiva, este cambio en la política del cobre que se había venido
aplicando por más de 20 años, fue en verdad el primer paso en la reorientación
de la estrategia de desarrollo “hacia dentro” que se venía siguiendo desde 1940.
El segundo paso la “chilenización” de las minas- sería una de las “vigas
maestras” de la nueva estrategia adoptada en 1964.
Otra dicultad que se agudi en la década del 50, fue la falta de
respuesta del sector agrícola a la creciente demanda de alimentos por parte
de una población urbana en rápido crecimiento y con ingresos crecientes y
además un sector manufacturero cuya demanda de materias primas también
aumentaba constantemente. La lentitud en la expansión de la producción y la
productividad agrícolas inuyeron además decisivamente en el estancamiento
de la economía en su conjunto, no sólo por la importancia relativa de la
agricultura, sino también porque el estancamiento rural tendía a limitar la
expansión industrial. Era además una causa básica de presión inacionaria y
tendía a agravar las dicultades de la balanza de pagos.
La agricultura chilena se había caracterizado desde siempre por la
existencia de una estructura antieconómica en la tenencia de la tierra, en la que
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predominaban el minifundio y el latifundio. Esto dio como resultado la falta de
utilización o el mal uso de la tierra. Tal situación dicultó la introducción de la
tecnología moderna y la racionalización en el uso de los recursos agrarios. Por
tanto, era difícil que aumentaran la producción y los rendimientos, y se lograra
así la expansión de los abastecimientos agrícolas necesarios para la expansión
industrial y el desarrollo y equilibrio global del sistema.
Hacia 1950, la Corfo comenzó a extender sus actividades al sector rural,
introduciendo el cultivo agro-industrial de la betarraga azucarera. Como Chile
era importador de azúcar, había sin duda una clara motivación de sustitución
de importaciones. Pero a través de sus efectos secundarios sobre la actividad
agrícola, y en especial sobre la crianza de ganado y la producción de leche,
se pretendía también que constituyera un factor de modernización en las
zonas rurales. Por otro lado, la Corfo inició un programa de mecanización
agrícola cuyo efecto, más que el aumento de la producción, fue la elevación
de la productividad por hombre, lo que contribuyó a acelerar el proceso de
emigración rural. Pero en la medida que se constituía en un obstáculo creciente
emergía como otra área básica para la futura estrategia de desarrollo.
El propio desarrollo industrial también encontró dicultades. El Estado
había hecho inversiones sustanciales en la infraestructura de transportes, energía,
etc. Además, había creado algunas industrias básicas. La empresa privada,
fuertemente protegida y estimulada, había avanzado en forma considerable en el
reemplazo de un número apreciable de mercaderías livianas de consumo. Cada
nueva línea de sustitución de importaciones prometía benecios sustanciales,
atraía numerosos empresarios y originaba una rápida expansión de la capacidad
productiva. Pero una vez que se llenaba el vacío dejado por la suspensión del
abastecimiento externo, la demanda interna continuaba aumentando sólo en
forma moderada, de manera que, en una actividad tras otra, comenzó a haber
exceso de capacidad productiva instalada.
Por otro lado, con el n de continuar sustituyendo importaciones, la
industria tuvo que entrar a producir bienes de consumo durables, maquinaria
y equipo, y tambn productos intermedios. Esto presentaba dicultades
considerablemente mayores para los empresarios privados locales. Los
recursos nancieros necesarios eran muy superiores, los problemas técnicos
más complejos, la necesidad de recursos humanos calicados más esencial y
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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los problemas administrativos mucho más complicados. Ades, al avanzar
la industrializacn hacia estas actividades se requería cada vez más capital, y el
tamaño económico mínimo de las plantas aumentó, excediendo con frecuencia
el tamaño del mercado. Por esta razón, o debido a situaciones monopólicas –que
tienden a desarrollarse fácilmente en una situación como ésta- una creciente parte
de la estructura industrial operaba por debajo de su capacidad instalada. Por todas
estas razones, el proceso de industrialización alcanzó un punto de rendimientos
reales decrecientes por cada unidad adicional de capital invertido.
Este complejo de factores, más el efecto del estancamiento agrícola,
produjeron varias consecuencias importantes. En primer lugar, el ritmo del
crecimiento industrial tendió a disminuir. En segundo lugar, la Corfo tuvo
que entrar a apoyar con ayuda nanciera, técnica y de varias otras maneras, la
creación o expansión de industrias en estos nuevos campos, convirtiéndose
en este proceso en una especie de banco industrial. En tercer lugar se abrieron
las puertas y se dio amplio esmulo a la inversión privada extranjera, al
nanciamiento externo, a la asociación con capital exterior, al uso de licencias
y patentes, etc.
El proceso de desarrollo industrial experimentado por Chile durante
esas décadas adoleció de fallas serias. Iniciado y desarrollado en un mercado
casi absolutamente protegido de tamaño relativamente pequeño, algunas de
sus características negativas más notables han sido la ineciencia, el derroche
de recursos, la elevada concentración de la propiedad y la fuerte dependencia
de fuentes extranjeras de nanciamiento, de tecnología y de administración.
Más aún, el carácter crecientemente capital-intensivo de la estructura industrial
debido a que se entraba en líneas nuevas y técnicamente más avanzadas,
al reemplazo del equipo obsoleto en las plantas existentes, y a la sustitución
de la manufactura primitiva por la industria moderna dio por resultado la
creación de un número insuciente de nuevas oportunidades de empleo. El
desarrollo industrial se convirtió así en otro sector problemático de la actividad
económica, que requería una reorientación básica a n de que volviera a ser
uno de los factores dinámicos más importantes de crecimiento y desarrollo.
Por otra parte, Chile se caracterizaba, como otros países subdesarrollados
y dependientes, por ingresos de divisas relativamente estacionarios y altamente
inestables. Lo que es menos conocido es la manera cómo el proceso de
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
substitución de la importación dinamiparte importante de las importaciones
agravando el estrangulamiento externo.
La sustitucn de importaciones consist básicamente en fabricar dentro del
país las mercadeas de consumo que antes se importaban. Pero como no existía
en el país un complejo industrial sico fue necesario importar la maquinaria, el
equipo, así como una amplia gama de productos semimanufacturados e insumos
necesarios para la fabricacn del artículo nal de consumo. De este modo, un
proceso dinámico de industrialización dio nacimiento a un proceso igualmente
dimico de demanda de insumos industriales y bienes de capital importados.
Mientras se podía ahorrar moneda extranjera dejando de importar mercaderías
nales de consumo, para emplearla en la importacn de bienes de producción,
todo iba bien. Pero una vez que la sustitucn de bienes de consumo llegaba a su
n, la continuación del desarrollo industrial requería importaciones industriales
en pido crecimiento, en tanto que las exportaciones crecían en forma lenta
y ya no se podía ahorrar divisas dejando de importar bienes de consumo: cada
dólar debía emplearse en la importación de algún artículo esencial, por lo cual
las nuevas importaciones esenciales sólo podían nanciarse desplazando otras
importaciones igualmente esenciales.
El nanciamiento externo es, por supuesto, la respuesta de corto
plazo a la necesidad de continuar con el desarrollo industrial a pesar de esta
verdadera “trampa cambiaria”; pero, como el desarrollo industrial no había
contribuido signicativamente a dinamizar las exportaciones, por razones
obvias ineciencia y altos costos; inversiones extranjeras orientadas al
mercado interno por medio de las subsidiarias y de los contratos de licencia
y patentes; falta de acceso a los mercados de pses desarrollados, etc. el
nanciamiento externo, cualquiera sea su forma, llegó a ser pronto un nuevo
factor de desequilibrio de la balanza de pagos. En estas condiciones era
necesario encontrar rápidamente nuevas fuentes de moneda extranjera, ya
que la substitucn de importaciones haa quedado agotada como medio
de obtener recursos externos, en tanto que la industria generada en este
proceso se mostraba incapaz de contribuir signicativamente al aumento de
las exportaciones, al mismo tiempo que crecía el peso de la deuda externa.
La única manera que tenía Chile para salir de estas dicultades era lograr una
gran expansión en la producción de cobre y obtener algún control sobre la
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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política de precios de las empresas. Aq emerg entonces la piedra angular
de la nueva estrategia de desarrollo del gobierno de la Democracia Cristiana
que llegó al poder en 1964.
Un último elemento que debe ser considerado es el efecto que la estrategia
de desarrollo tuvo sobre la distribución de ingresos y la marginalidad. Las
estimaciones estadísticas mostraban que la distribución del ingreso mejoró
algo durante la década de 1950, al menos en el sentido de que los grupos de
rentas más altas perdieron algo a favor de los grupos de ingresos medios y
bajos. Sin embargo, el 10% de la población con rentas más altas aún recibía
casi el 36% de la renta total. Más aún, si se toma en cuenta el problema del
exceso de oferta y de la insuciencia de oportunidades de trabajo para los
obreros no especializados, se producían dos movimientos divergentes dentro
de los grupos de rentas más bajas.
Los obreros mejor organizados, urbanos, semiespecializados y especializados
y ocupados en actividades modernas aumentaron sus salarios reales y hasta
mejoraron su posición relativa dentro de la estructura de ingresos. Por otro lado, los
trabajadores rurales, los pequos propietarios y negocios familiares, el comercio
callejero y los artesanos, así como los trabajadores urbanos no especializados y
desorganizados continuaban recibiendo salarios de subsistencia.
La proporcn de la poblacn representada por estos grupos aumentaba.
Dada la coexistencia, en todos los sectores y en todos los niveles de la
actividad económica, de métodos avanzados de producción y de otros mucho
más primitivos; dado que una proporción siempre creciente de la actividad
económica se lleva a cabo empleando tecnología moderna y tomando en cuenta
que el volumen de empleo por unidad producida es mucho menor al nivel de
tecnología moderna que al de la primitiva, las oportunidades de empleo no
crecen sustancialmente y hasta pueden disminuir en ciertas circunstancias. Por
otra parte, con una fuerza de trabajo en rápido crecimiento, la mano de obra
cesante bien puede haber aumentado. Una indicación clara en este sentido fue la
ampliación de las poblaciones “callampaso “marginalesen las zonas urbanas
que caracteriza a las ciudades grandes y medianas de Chile, y que se convirtió en
otro problema cuya solución requería una nueva estrategia de desarrollo.
El anterior diagnóstico de algunos de los problemas fundamentales del
desarrollo de Chile lo confeccionó un grupo de economistas chilenos durante
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los últimos años de la década de 1950 y la de 1960. Uno de los estímulos más
fuertes para este análisis lo constituyó la controversia sobre las políticas de
estabilización que hacía furor entre “estructuralistas” y “monetaristas”. El
análisis estructural de los problemas que afectaban al desarrollo de Chile,
delineado anteriormente, fue la interpretación adoptada por las dos principales
agrupaciones políticas que competían por el poder en 1964. Por tanto, los
programas de la Democracia Cristiana y del Frente de Acción Popular (FRAP)
se basaban prácticamente en la misma estrategia, aunque los medios propuestos
para implementarla eran muy diferentes. Además, las dos agrupaciones políticas
tenían como uno de los puntos centrales de sus programas, la creación de
un sistema de planicación fuerte, efectivo y amplio, y se comprometían a
emplearlo como herramienta básica en su política de desarrollo.
Esta actitud de las agrupaciones políticas era en parte el resultado de la
fuerte inuencia ejercida por los grupos de economistas antes mencionados en
cada una de ellas. Hasta se establecieron ocinas de planicación como parte
de la campaña electoral, a las cuales se conó la preparación de los respectivos
planes de gobierno, y el núcleo técnico afín a la Democracia Cristiana llegó
a ser la base de la nueva ocina de planicación (Odeplan). Esta situación
reejaba en parte la posición ideológica de los principales partidos políticos,
y la experiencia de las últimas décadas. Pero el consenso nacional acerca de la
nueva estrategia de desarrollo y de la importancia de la planicación también
se vio inuenciada por el acuerdo celebrado en 1961 entre América Latina y
EEUU con la nueva administración Kennedy: la Alianza para el Progreso.
Este programa coincidía en gran parte con lo que vendría a ser la política
de desarrollo del Presidente Frei, la “Revolución en Libertad” y se basaba
en la misma aceptación de las reformas estructurales, la planicación y la
ayuda externa. En realidad, la ayuda externa se ofrecía en forma condicionada,
exigiéndose la presentación de planes de desarrollo que debían incluir la
reforma agraria, programas de mejoramiento social, reforma tributaria, etc.
Se establecieron arreglos internacionales – el Comité de los “Nueve Sabios”-,
para evaluar los planes y las realizaciones, y para conceder la autorización de
ayuda nanciera de acuerdo al grado de cumplimiento de los compromisos
con la Alianza. Por consiguiente, la preparación de planes y la creación de
sistemas de planicación fue fuertemente estimulada, y hasta impuesta a los
países renuentes, a través de las presiones del nanciamiento exterior. Con
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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este n se creó la Ocina de Planicación Nacional (Odeplan) como asesora
de la Presidencia de la República.
El programa del nuevo gobierno incla los siguientes objetivos principales:
reforma agraria, expansión de las exportaciones de cobre, fuerte expansión de
los servicios sociales (principalmente vivienda y educación), desarrollo industrial
y, por sobre todo, control de la inacn. En consecuencia y con el n de llevar
a cabo su política de reforma agraria y mejoramiento de la agricultura campe-
sina, se fortalecieron considerablemente dos instituciones: la Corporacn de
Reforma Agraria (CORA) y el Instituto de Desarrollo Agrícola (Indap). Con
el n de dar impulso vigoroso al programa habitacional del gobierno – que ya
se hallaba en marcha en el sector privado – se creó el Ministerio de la Vivienda
y varias corporaciones complementarias de la ya existente Corporación de la
Vivienda (Corvi), como la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu), la
Corporacn de Servicios Habitacionales (Corhabit), etc. En el área de la minería
del cobre se creó la Corporación del Cobre y se procedió a la “chilenización
de las empresas mediante sociedades mixtas. Corfo creó nuevas subsidiarias o
comisiones especiales (Comisión Automotriz, Comisión Electrónica, etc.) con
el n de impulsar el desarrollo industrial en determinadas ramas; y el Ministerio
de Educacn fue reorganizado, concedndose fuertes recursos adicionales. La
potica macroeconómica de estabilización se puso enteramente en manos de
los Ministerios de Hacienda y de Economía y del Banco Central, en tanto que
un Comité Económico informal en el que tomaban parte algunos ministros
así como representantes de ciertas entidades públicas – actuaba como agencia
coordinadora de la política de corto plazo.
Como puede verse, todas las principales políticas de la estrategia de
desarrollo y de estabilización del gobierno fueron encargadas directamente a
poderosas Corporaciones estatales o a determinados Ministerios, todos con
amplia autonomía dentro del sector público y respaldados por poderosos grupos
de interés – como la Cámara de la Construcción en el caso de los Ministerios
de Obras Públicas y de la Vivienda o bien por fuertes compromisos políticos
como en el caso de la Reforma Agraria y del control de la inación. Frente a
esta fragmentación del poder público y de los organismos encargados de tomar
decisiones, un cuerpo consultivo como Odeplan tenía pocas posibilidades
de llegar a desempeñar un rol decisivo en la coordinación de las políticas
de estos diversos gigantes, o de hacerlos adherir en forma coordinada a
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
algún programa de desarrollo a largo plazo dentro de una marco de equilibrios
macroeconómicos de corto plazo.
Sin embargo, especialmente durante los tres primeros años de gobierno,
se logró alguna coordinación, debido sobre todo a que se trataba por primera
vez de un gobierno de un solo partido, de manera que el acuerdo sobre ciertas
decisiones básicas de largo plazo podía tomarse en el ámbito del partido y del
gobierno. Pero al deteriorarse con el tiempo esta condición de unidad política,
al aumentar los conictos entre el partido y el gobierno, y dentro del partido
mismo, este elemento de coordinación también se debilitó.
La situación se agrapor el hecho de que el gobierno se había com-
prometido a lograr algunos objetivos extraordinariamente ambiciosos en las
actividades mencionadas más arriba, al mismo tiempo que se hallaba absolu-
tamente comprometido a detener la inación por medio de un programa de
desaceleración de la misma en tres años. Como la economía se encontraba
relativamente deprimida, lograron durante varios años el milagro de acelerar
el crecimiento reduciendo al mismo tiempo el aumento de precios. Como los
precios del cobre aumentaron considerablemente y el mercado mundial era muy
favorable, al mismo tiempo que la tributación interna también se aumentaba,
fue posible considerable expansión en los gastos del gobierno durante los dos
primeros años, cuando los ministerios y principales corporaciones comenza-
ban a realizar sus ambiciosos objetivos. Pero tan pronto como la economía
recuperó niveles altos de actividad, las presiones inacionarias empezaron a
acumularse nuevamente y la proyectada disminución en el aumento de los
precios se convirtió en lo contrario. La necesidad de contener la expansión
scal constituyó la prueba denitiva para la planicación, ya que era necesaria
una reducción coordinada de los varios programas, con el n de evitar una
depresión o serios desequilibrios en la economía. En este momento crucial
para la planicación se demostró más allá de toda duda que la coordinación
no era posible y que cada fragmento de poder público empleaba todo su peso
con el n de mantener su propio programa a expensas de los demás.
Nuevamente la necesidad de lograr un mínimo razonable de equilibrios
macroeconómicos complicó el cumplimiento de las metas de largo plazo. La
frustración de las políticas estadocéntricas para lograr la industrialización,
modernización y mejoramiento de las condiciones sociales de la mayoría de
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
la población generó durante la década de 1960 un re-examen crítico de dichas
políticas y un profundo debate que derivó en tres posiciones y propuestas
claramente diferenciadas.
Por una parte, una incipiente propuesta neoliberal, que rechazaba de forma
radical las poticas que se habían venido implementando en las décadas anteriores
desde una perspectiva mercadocéntrica. Fue formulada inicialmente por la Misión
Klein-Sachs contratada para combatir la crisis inacionaria de la segunda mitad
de los os 50 y desarrollada posteriormente en forma sistetica y progresiva
por los economistas norteamericanos y chilenos que renovaron la ensanza
de la econoa en la Universidad Católica sobre la base de un convenio de
colaboración con la Universidad de Chicago. Este fue inspirado y promovido por
el gobierno de los EEUU para enfrentar las corrientes de pensamiento cepalinas
y socialistas, en el contexto de una de las etapas más álgidas de la Guerra Fa y
la creciente inuencia de la Revolución Cubana.
En segundo lugar, una corriente de profundización de la propuesta
desarrollista del gobierno del Presidente Frei que se acaba de resar:
industrialización, reforma agraria y sindicalización campesina, políticas sociales
y promoción popular, reforma tributaria, planicación, etc.
En tercer lugar, una radicalizada propuesta tambn basada fundamentalmente
en el diagstico desarrollista pero de inspiracn marxista, a partir de la crítica
derivada de una de las corrientes del enfoque de la “dependencia” que se
popularidesde mediados de la década de 1960. Se argumentaba básicamente
que el desarrollo no era viable dentro del sistema capitalista internacional por
cuanto este, sen la formulación de uno de los autoress populares de esta
corriente, propendía al “desarrollo del subdesarrollo”.
Este pensamiento tuvo una importante inuencia en el programa de
gobierno de la Unidad Popular, corriente política de izquierda que llevaría a la
Presidencia a Salvador Allende en 1970, con un programa que, además de las
reformas estructurales como la Reforma Agraria, creaba un sector socializado
formado por la expropiación de las grandes empresas privadas, nacionalizaba
la Gran Minería del cobre, ampliaba la participación popular, etc.
La irrupción de la Unidad Popular y su posterior y dramático colapso
no puede entenderse sino en el contexto del desarrollo mismo del modelo
estadocéntrico y en particular, en el ascenso de las clases obreras y campesinas,
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y el desarrollo de la intelectualidad a nivel de las clases medias, producto de las
grandes transformaciones en lo económico y social de los 50 y 60.
El fortalecimiento de las organizaciones obreras, y de los partidos
de izquierda alcanzó su cenit con el triunfo de Salvador Allende en 1970.
Estos llevaron adelante un programa de gobierno que, sobre la base de un
modelo desarrollista pero con una crítica marxista al capitalismo, aspiraba a la
construcción de una sociedad socialista mediante el desarrollo de las fuerzas
sociales y productivas vinculadas a un Estado mucho más activo y con mayor
injerencia en todos los ámbitos del quehacer económico. Lo anterior, y en ello
descansaba lo novedoso, en un ambiente de legalidad democrática.
El primer año del Gobierno de la Unidad Popular se caracterizó por
una activa acción del Estado. Se aplica un fuerte impulso a la política scal y
monetaria, apuntando a elevar los ingresos y aumentar así la demanda interna.
Esto se tradujo en un incremento de 40,7% en el gasto público, provocando
un décit scal equivalente al 8% del PIB. Sin embargo, gran parte de este
décit scal fue nanciado con créditos desde el Banco Central. Lo que se
traduciría en incrementos inacionarios ya en el segundo año.
El aumento de la demanda interna llevó a que el PIB creciera en 9%
mientras que el desempleo (solo medido entonces en el Gran Santiago) bajara
a 3,8% en diciembre de 1971 habiendo sido de 8,3% en el año anterior.
Pero el nanciamiento del cit scal vía emisión desató una escalada
inacionaria que alcanzó niveles de un 163% en 1972 y cerca de un 500% en
1973, con los consabidos efectos sobre salarios y contratos. Lo anterior lleva
a la administración económica a jar precios máximos, generando exceso de
demanda y por consiguiente escasez de productos. El décit scal alcanzó en
1972 al 12,7% del PIB y este sufría una caída del 2%.
La agudizacn del conicto social y político, la radicalización tanto del
movimiento popular como de los sectores más moderados y conservadores
condujeron a un desorden productivo sin precedentes. Entre enero y julio de 1973
la producción industrial caen un 94%. Ya para mediados de 1973 el país estaba
paralizado, y las capacidades de maniobra del gobierno de la Unidad Popular
sumamente limitadas. El desenlace fue dratico y por todos conocidos. El 11
de Septiembre de 1973 no solo se abrió un período sumamente doloroso para
el país en términos de la pérdida de derechos ciudadanos y de graves violaciones
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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a los derechos humanos, sino que mar también el n de un proyecto que
movilia millones de personas, que abr esperanzas en los s humildes
de cambios en sus condiciones de vida, que hasta entonces no habían podido
ser resueltas. De este modo, el modelo de desarrollo estadocéntrico, que había
tenido una fase extremadamente positiva para el desarrollo y la modernización
del país, terminaba por colapsar de forma traumática.
5. El contexto internacional en los años 70: transnacionaliza-
ción, ascenso del neoliberalismo y decadencia del estado
Durante la década de 1960 hace su reaparición la inversión privada directa
internacional, encarnada ahora en la emergente corporación transnacional,
al comienzo únicamente norteamericana y posteriormente también europea
y japonesa. Ésta aprovecha los mercados nacionales creados en los países
periféricos gracias a las medidas proteccionistas y las políticas de fomento
industrial, para saltar las barreras comerciales mediante la instalación y/o la
adquisición de liales manufactureras locales. Es el comienzo del proceso de
transnacionalización (globalización) al nivel de la estructura productiva, y de
su extensión y profundización al de los patrones de consumo.
En esos años comienza tambn a recrearse con el auge de los eurodólares
un mercado nanciero privado internacional, cuya expansión durante la década
de 1970, después de las crisis del petróleo de 1972 y 1979 alcanza dimensiones
extraordinarias, facilitando un endeudamiento generalizado y desmesurado
del mundo subdesarrollado. Esta situación insostenible desemboca en la crisis
de la deuda externa de 1982, al aplicarse en el mundo desarrollado políticas
monetarias extraordinariamente restrictivas de altísimas tasas de interés para
enfrentar los desequilibrios desencadenados por las crisis del petróleo.
En síntesis, el péndulo regresaba a un nuevo período de integración
económica internacional, conocido ahora como el fenómeno de la globalización,
que comenzó con la recuperación del comercio, siguió con la expansión de la
inversión privada transnacional, y se ha completado, sobre todo después de
1973, con la creación de un gigantesco mercado nanciero transnacional de
carácter privado. Este fenómeno tiene una serie de consecuencias, pero lo que
interesa destacar en primer lugar es el debilitamiento del sistema nanciero
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internacional blico, y en general, de todo el sistema internacional de asistencia
bilateral y multilateral al desarrollo.
Durante la cada de los setenta, una parte considerable de la estructura
institucional nacional e internacional que emergió del período anterior de cambios
sistémicos fue nuevamente objeto de una sustancial reorganización. El proceso de
Reforma Económica que se ha generalizado en la actualidad se inició en la práctica
a mediados de los años sesenta: la eliminación de los controles de cambio sobre
las transacciones nancieras que n persistían en ciertos países pertenecientes
a la Organizacn para la Cooperación y el Desarrollo Europeo (OCDE) desde
el período de la posguerra (lamentablemente, sus esquemas de “sustitucn de
importaciones” para el apoyo y la protección de la agricultura todavía están
vigentes); los intentos de liberalizacn en países socialistas tales como Hungría,
la URSS, Polonia y China; el paso resuelto de las estrategias de sustitución de
importaciones a la promoción de las exportaciones en Corea y Taiwan. Tambn
en América Latina y en Chile se dieron pasos en esa dirección: esquemas
de reducción y simplicación arancelaria, introducción de la reajustabilidad
cambiaria, el reemplazo de los controles cuantitativos de las importaciones por
depósitos a plazo, la reducción y simplicación de los controles y subsidios de
cambios y precios, la promoción deliberada de exportaciones manufactureras
en Brasil y de las frutas, el pescado y los productos forestales en Chile, las ores
en Colombia, etc. En varios países este proceso se vio frustrado por intentos
abortados por llevar a cabo revoluciones socialistas y, posteriormente, por el
“mal holandés”, síndrome producido por los efectos del auge petrolero en los
países exportadores de petróleo y por la permisividad nanciera y el boom del
endeudamiento de nales de los años setenta.
El nacimiento de la nueva era a nivel internacional se anunció en forma
dramática con el colapso del sistema de relaciones económicas internacionales
de Bretón Woods, las dos crisis del petróleo de los años 1973 y 1979 y la
adopción de políticas neoliberales radicales por las administraciones Thatcher
y Reagan. Todo esto forma claramente parte central del proceso global de
transformaciones. Pero estos acontecimientos y los que estallaron en forma
repentina e inesperada en los antiguos países del bloque soviético, han estado
ocultando fuerzas más profundas que estaban en movimiento durante varias
décadas allí y en otras partes del mundo.
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Algunos de los fenómenos que revisten más signicación para nuestros
fines son los siguientes: Estados Unidos ha consolidado el aplastante
predominio que tuvo durante más de medio siglo y sigue manteniendo y
ejercitando sus indiscutido poderío militar; Europa y Asia, especialmente
China, están emergiendo como potencias económicas y comienzan ejercer
el correspondiente rol político; el sistema público multilateral de relaciones
económicas internacionales que emergió después de la Segunda Guerra Mundial
se ha visto erosionado por la expansión de las empresas multinacionales
y la emergencia de la corporación global y por la desregulación nanciera
internacional. De este modo ha surgido un sector empresarial transnacional
privado estrechamente integrado y muy poderoso, especialmente en las
esferas nancieras y de inversiones, así como por los mecanismos informales
y sumamente elitistas de coordinación económica internacional.
El socialismo, tal como existió en los países del bloque soviético, se derrumbó,
y con él la confrontación Este-Oeste que caracterizó el sistema mundial bipolar de
la Guerra Fa; la desaparicn del Segundo Mundo ha eliminado prácticamente
la confrontación Norte-Sur dejando a los países que compoan el anterior
Tercer Mundo, en proceso de reabsorción, como los restos del socialismo, por
un nuevo sistema capitalista globalizado o simplemente abandonados en el limbo
y desintegrándose económica, social e incluso políticamente.
Ha tenido lugar una profunda revolución cientíca y tecnológica que ha
cambiado el énfasis anterior en las disciplinas físicas a las biológicas y a través del
desarrollo de la microelectrónica y la revolución de la información, la rotica,
la biotecnología y los nuevos materiales ha producido cambios fundamentales
en todo el sistema económico y social, incluyendo la naturaleza de las relaciones
inter e intra rmas y los procesos laborales a como las ventajas comparativas y
de localización internacional de carácter tradicional. La degradación del medio
ambiente, el agotamiento de los recursos naturales y las amenazas a los ecosistemas
locales, regionales y globales han introducido toda una nueva dimensn en los
asuntos humanos – la necesidad de un cambio hacia un desarrollo sustentable
según lo proclamado en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro.
Finalmente, y de fundamental importancia para nuestro argumento,
el rol predominante del Estado que emergió después de la Segunda Guerra
Mundial, bajo diversas formas socioeconómicas y políticas, ha dado lugar a
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
una sociedad civil renovada y fortalecida en las esferas social, política y cultural.
Se podría argumentar que los acontecimientos de Mayo de 1968 en Paris y
la Primavera de Praga que le siguió fueron señales premonitorias, tanto en
el mundo capitalista como en el socialista, respecto del fortalecimiento de
los movimientos sociales que representan los derechos de las minorías y las
mujeres, el poder verde, la juventud, la descentralización y la participación
democtica, la defensa de los Derechos Humanos, etc., todo lo que ha
llevado a la correspondiente proliferación de las organizaciones de base y las
Organizaciones No Gubernamentales y a una relativa retirada del Estado.
Este ha sido también el caso en el campo económico, incluyendo como
lo más destacado el creciente predominio del mercado y el fortalecimiento de
la empresa privada, conjuntamente con una participación declinante del gasto
público en el PIB, un proceso masivo de privatización de empresas y servicios
públicos y una mayor inversión privada en relación a la inversión pública. Este
proceso ha sido reforzado por su vinculación con la gran expansión de las
Corporaciones Transnacionales que, como se ha señalado, han dado origen
a un proceso de globalización sin precedentes y a nuevas formas de relación
entre ellas, el Estado y el capital nacional. Todo ello signica una profunda
reorganización de las relaciones entre los sectores público y privado, tanto a
nivel nacional como al internacional.
Con la globalización y las formas s complejas de interrelación
económica privada de los mercados, los fenómenos antes mencionados
generan nuevos problemas tales como, por ejemplo, aquellos asociados a las
diferentes prácticas nacionales que afectan la competitividad internacional.
Esto se convierte inevitablemente en parte de la condicionalidad bajo la cual se
persigue la Reforma Económica. En consecuencia, las agendas de negociaciones
internacionales y también regionales- se encuentran en una coyuntura crítica en
que las negociaciones están avanzando desde el tratamiento de los productos al
tratamiento de las políticas. Esta es la razón de la búsqueda de un mandato más
amplio para la Organización Mundial del Comercio en la dirección de evaluar
diferencias de políticas e institucionales como fuentes de “distorsiones”.
Es en este contexto global de integración capitalista transnacional que se
produce en Chile el traumático colapso del estadocentrismo y la implantación
drástica y brutal del mercadocentrismo neoliberal.
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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6. El mercadocentrismo neoliberal en Chile
Chile es un país atípico en relación a otros países de América Latina en
lo que se reere al retorno de las orientaciones mercadocéntricas. Desde luego,
la implementación de un programa radical de desmontaje de las instituciones y
políticas estadocéntricas de las décadas del 40 al 70 se anticipó por más de un
lustro a la crisis de la deuda externa de 1982, a raíz de la cual los demás países de
América Latina se vieron forzados a emprender también en los años siguientes
profundos procesos de ajuste macroeconómico y de reformas estructurales
neoliberales. Ello fue consecuencia de la profunda crisis económica, social y
potica en que desembo el gobierno de la Unidad Popular y del golpe militar
con que culmi. De ahí derivó otra singularidad del proceso chileno, esto es,
que se llevó a cabo en las condiciones políticas de un férreo gimen dictatorial.
Ello contrasta con la experiencia del resto de América Latina, donde en la década
de los 80 se generalizan por el contrario los regímenes democráticos.
De las tres opciones de política económica que se habían denido en
los años 60, la profundización del desarrollismo se agotó con el gobierno del
Presidente Frei y la opción socialista con el del Presidente Allende. El gobierno
militar, después de un año de indecisiones, optó por la tercera alternativa,
la neoliberal. Esta le ofrecía un programa completo y detallado de drásticas
reformas económicas, un equipo humano que se había estado preparando para
una oportunidad como esta durante largo tiempo, y un apoyo decidido de los
sectores empresariales nacionales y extranjeros, de la comunidad nanciera
internacional y del gobierno norteamericano. Todo ello, como se acaba de
reseñar, en un contexto internacional en profunda trasformación en un sentido
coincidente y muy favorable al retorno del mercadocentrismo.
La crisis interna de los modelos anteriores, y particularmente el
catastróco desenlace de la experiencia socialista, coincidieron así con la
reanudación y fuerte expansión de las inversiones extranjeras privadas. Estas
se materializaban ahora mediante la multiplicación de las corporaciones
transnacionales junto con la enorme ampliación del sistema nanciero privado
internacional. Esta se inició con el mercado de los eurodólares a nes de la
década de 1960 y se multiplicó exponencialmente con la acumulación de las
reservas de petrodólares en la banca privada internacional como consecuencia
de la crisis del petróleo. Todo esto coincidió con el giro que estaba teniendo
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
lugar en materia políticas económicas y de pensamiento económico ante el
creciente fracaso de las políticas keynesianas durante los años 70 para estabilizar
las economías desarrolladas y recuperar el crecimiento.
La crisis de la deuda externa obli después, en los años 80, a los países
deudores a realizar profundos ajustes macroeconómicos y fue la ocasión
que aprovecla nueva constelación internacional de intereses nancieros y
comerciales para imponer un conjunto de Reformas Estructurales, bautizadas
posteriormente como “el Consenso de Washington”, destinadas a desmontar la
institucionalidad estadocéntrica montada en las décadas anteriores, mediante la
reducción drástica de los aranceles y controles cambiarios, la apertura nanciera, la
privatización de las empresas y servicios públicos, la desregulación y liberalización
de los mercados, la política social focalizada, y en general la jibarizacn del estado
y su nanciamiento básicamente mediante impuestos indirectos. Se trataba de
reestablecer y ampliar al máximo el predominio del mercado en una economía
abierta y desregulada con la menor intervención estatal posible.
La integración nanciera transnacional, el reinicio del acceso fácil y amplio
al sistema nanciero privado internacional y la posibilidad de endeudarse en gran
escala signicaron una gran presión y estímulo para adoptar políticas de apertura
comercial y nanciera. Cuando el conicto político entre diversas coaliciones se
dene en ese sentido, ello induce una reasignación de recursos hacia los sectores
de ventajas comparativas naturales, ampliado en algunos países hacia actividades
manufactureras con ventajas adquiridas durante el proceso de sustitución de
importaciones. Esto constituye un hecho nuevo de la mayor importancia: el
dinamismo de las exportaciones no tradicionales no podría explicarse sin la
creación de capacidad productiva en la etapa anterior.
Ahora bien, los criterios de mercado responden a la distribución del ingreso,
a las preferencias de los consumidores de rentas más altas y a las estrategias de
mercado de los grupos privados nacionales y transnacionales de mayor poder
y dinamismo económico. Los empresarios tienen una libertad mucho mayor,
pero es dudoso si esa mayor libertad de maniobra es necesariamente ventajosa
para los países que reciben estos grandes ujos de capital privado, a menos que
existan estímulos institucionales en el país para invertirlos productivamente
y condiciones de estabilidad macroeconómica para asegurar sus retornos. A
menos que se trate de sociedades rmemente comprometidas con políticas de
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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desarrollo, la holgada disponibilidad nanciera privada externa puede desviarse al
consumo y/o a la fuga de capitales en lugar de contribuir a ampliar y diversicar
la capacidad productiva. Además, el mercado por solo no es el instrumento
s adecuado para orientar los recursos al desarrollo de un sistema productivo
diversicado, con justicia social y sostenible a largo plazo. Por supuesto que ello
no es responsabilidad de los bancos que prestan sino de los países que reciben los
recursos. A q se destinan estos abundantes recursos nancieros internacionales
es la pregunta fundamental.
Todo esto va acompañado de la consolidación de la nueva coalición
hegemónica: aparecen con renovado vigor –apoyados en el nanciamiento
privado internacional- los exportadores, los importadores, el comercio y los
sectores nancieros, integrados ahora en las Corporaciones Transnacionales,
comandadas e integradas por el sector nanciero, formando una coalición que
procura remplazar la que constituyeron los sectores industriales, los grupos
medios y los sectores obreros. La reducción de la intervencn del Estado deja
que el mercado – sobre todo los principales grupos económicos – funcione lo
más libremente posible, una reactualización de las políticas del tipo laissez faire
y de toda la ideoloa del mercado, el libre cambio, las ventajas comparativas, el
masivo apoyo de los nuevos centros de poder nanciero transnacionales, etc.
En este contexto, en Chile, la receta neoliberal en sentido estricto se
aplica fundamentalmente desde 1974 hasta comienzos de la década de 1980.
Sus elementos básicos son los siguientes: un drástico ajuste scal basado en la
reducción de los gastos públicos corrientes, sociales y de inversn y la ampliacn
de la base tributaria mediante impuestos indirectos, la privatizacn de la mayor
parte de las empresas blicas y de parte de los servicios públicos, la eliminación
de la política industrial, la focalización compensatoria del gasto social, la apertura
externa unilateral comercial y nanciera, y la desregulación de los mercados de
bienes y servicios y de factores productivos: tierra, trabajo y capital.
Se trataba de erradicar completamente el modelo estadocéntrico de las
décadas anteriores, no sólo en la reciente versión extrema del gobierno de la
Unidad Popular, sino incluso desde sus orígenes en la legislación y políticas
sociales pioneras de la cada de 1920. Hay un esfuerzo fundacional de
crear una economía y una sociedad de libre mercado, basada en el respeto
irrestricto de la propiedad privada, el rol subsidiario del estado, reduciendo sus
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compromisos sociales y productivos y concentrándolo en la tarea de mantener
los equilibrios macroecomicos (entendidos como estabilidad nivel de
precios), la eliminación de las instituciones corporativas (colegios profesionales,
sindicatos, gremios, etc.), y la plena integración al mercado internacional.
Esto viene a ser la culminación de los intentos de la derecha económica
de revertir la orientación estatista implantada a partir de los años 50, primero
en la época de la Misión Klein-Sacks y luego durante el gobierno de Jorge
Alessandri, muy vinculada al empresariado nacional y a la derecha política.
En el caso gobierno de Pinochet, este desconaba profundamente de los
políticos, incluso de los de derecha, y los economistas de Chicago por su
parte desconaban del empresariado nacional, tradicionalmente protegido y
favorecido hasta el advenimiento del gobierno socialista. Al asumir todo el
poder económico, con pleno respaldo político del gobierno militar y sin tener
que preocuparse de las consecuencias sociales y políticas de sus acciones,
el equipo económico contó con toda la fuerza del régimen dictatorial para
imponer su programa integralmente.
La fase más purista de implantación del nuevo modelo de política
económica dura hasta mediados de los años 80. La crisis de la deuda externa
a comienzos de esa década produce, entre otros efectos, la quiebra del sistema
bancario y nanciero y eleva el desempleo generado por las políticas anteriores
a niveles desmesurados. Ante estas circunstancias se abandona parcialmente
la ortodoxia neoliberal de repliegue del estado. Por el contrario, este vuelve a
actuar enérgicamente reorganizando el sistema nanciero mediante una fuerte
intervención y subsidios estatales, devaluando sustancialmente la moneda
con el n de estimular las exportaciones y la sustitución de importaciones,
expandiendo el gasto y las inversiones públicas para estimular la demanda y el
empleo, creando condiciones extremadamente favorables, léase subsidios, para
estimular la inversión extranjera, particularmente en la minería, y en los sectores
de empresas y servicios públicos privatizados, estableciendo las condiciones
para crear empresas privadas administradoras de los fondos previsionales
acumulados históricamente por el antiguo sistema de Previsión Social y
orientados a los sectores de rentas altas y medias, fondos que contribuyen
sustancialmente a la creación de un sistema de nanciamiento de largo plazo,
controlado y orientado por el estado.
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Es necesario e importante recordar tambn que en sus comienzos, antes
de la irrupción del equipo económico de los llamados Chicago Boys, el gobierno
militar emprendió dos acciones de política industrial de enorme trascendencia,
que sobrevivieron al embate neoliberal del equipo económico. Se trata de
la política de subsidios al desarrollo del sector forestal y de la creación de la
Fundación Chile, una institucn blica, apoyada y administrada conjuntamente
por el estado y el sector privado, destinada a fomentar el desarrollo de nuevos
sectores productivos exportadores que incorporaran innovación tecnológica
avanzada. Ambas poticas han sido extraordinariamente exitosas en estimular
el crecimiento y la diversicación de las exportaciones.
Por otra parte, el nuevo gobierno recib algunas herencias excepcionalmente
positivas de los gobiernos anteriores. Por una parte recib los benecios de la
nacionalizacn de la Gran Minea. La principal empresa blica nacional
CODELCO –, al omitirla del programa de privatizaciones de empresas estatales
por presión de algunos militares nacionalistas, se constituyó en otra excepción
notoria al proyecto neoliberal de eliminar la funcn productiva de las actividades
del estado, conservando de este modo además su considerable aporte a las
nanzas públicas y al manejo de la política cambiaria.
De similar relevancia son los benecios de largo plazo que en denitiva
dejaron los procesos de modernización agropecuaria y de Reforma Agraria de
las décadas anteriores, por cuanto crearon las condiciones para el desarrollo
de las nuevas actividades productivas agroexportadoras y para el surgimiento
de nuevos propietarios rurales, que conformaron eventualmente una clase
empresarial moderna y dinámica.
La autonomía de que gozó el equipo económico durante los primeros
años del régimen militar se vio reforzada también por el debilitamiento de
la clase empresarial manufacturera heredada del período de sustitución de
importaciones, que sufrió un masivo proceso de expropiaciones durante
el gobierno de Salvador Allende, y que también fue reemplazada por una
nueva o renovada clase empresarial que comenzó a operar en condiciones
extremadamente favorables: fuertes incentivos a la inversión, costos bajísimos
de la mano de obra, estabilidad de las reglas del juego, etc., así como por la
represión y aplastamiento de las organizaciones obreras y sindicales urbanas.
Todo lo anterior permitió la creación y rearticulación de un sector empresarial
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privado dinámico y moderno y la generación de un proceso acelerado de
capitalización y crecimiento a partir de nes de la década de 1980.
7. Del neoliberalismo al neoestructuralismo
Es en este contexto que se recupera la democracia en 1990 y se realiza el
proceso de transición negociada en lo político y de continuidad y cambios en la
política económica. Se asumió en gran parte el sistema económico instaurado
por la dictadura, para luego ir reformándolo y ajustándolo gradualmente,
particularmente enfocado en el plano social y en la inserción productiva
internacional del país.
Algunos de los principales cambios en la política económica y social
desde 1990 son los siguientes:
importante reforma tributaria para incrementar los ingresos del estado
reasignación del gasto público para aumentar sustancialmente el
gasto social
reforma laboral
aumento del salario real mínimo
establecimiento de criterios para el reajuste periódico del salario mínimo
implementación de varias medidas nancieras, entre ellas el encaje, para
reducir y controlar la entrada de capitales volátiles de corto plazo
implantación del sistema de concesiones de obras blicas (inversiones en
autopistas, aeropuertos, represas, tratamiento de aguas servidas, etc.)
programas sociales especiales para la reducción de la pobreza (Chile
Barrio, Chile Solidario, etc.)
cobertura total y reforma de la educación
reforma de la salud pública (Plan AUGE)
reforma de la justicia procesal penal
reforma de la administración pública
tratados de libre comercio (EEUU, Comunidad Europea, Asia)
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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reinserción en América Latina (Mercosur y tratados bilaterales)
creación de diversos organismos regulatorios (Superintendencias)
creación de una institucionalidad y política ambientales
En mi opinión, estos cambios y muchos otros se pudieron realizar
en buena medida porque fue posible lograr una transición negociada entre
el régimen militar y la coalición de partidos por la democracia. No es fácil
explicar a quienes no vivieron el período de transición las razones por las
cuales se optó por una transición negociada y pacíca entre el gobierno militar
y el nuevo régimen democrático en 1990. Y como parte de ello, por qué se
asumió en gran parte el sistema económico instaurado por la dictadura, para
luego, como acabamos de ver, irlo reformando y ajustando gradualmente. Para
comprenderlo, permítaseme una digresión sociopolítica muy personal.
Las décadas del 60 a las del 90 fueron sin duda de las más traumáticas
en la historia de Chile. La convivencia ciudadana se fue resquebrajando por
las transformaciones de todo orden que el país comenzó a experimentar, con
especial intensidad desde mediados de la década de 1960. El tejido social se
fue agrietando con antagonismos que entorpecían cada vez más las relaciones
normales entre grupos sociales, corrientes de pensamiento y sectores políticos.
La propia vida cotidiana se resintió al deteriorarse las relaciones entre colegas,
compañeros, amigos y hasta familiares.
En estas décadas se experimentaron los profundos procesos de reformas
institucionales y estructurales que se desencadenaron en los os 60 y se acentuaron
posteriormente; el predominio que adquirieron el pensamiento y las acciones
de carácter revolucionario y contrarrevolucionario de izquierdas y derechas; el
cacter crecientemente descontrolado y conictivo del gobierno de la Unidad
Popular y de la oposición; el violento derrocamiento del Presidente Allende
mediante la intervención militar con su aguda secuela de acciones represivas
y violaciones de los derechos humanos; la intensa lucha por la restauración
democrática y las acciones de violencia y terrorismo contra el gobierno militar
así como su despiadada represión; y las dsticas transformaciones ecomicas,
institucionales y culturales que bajo los lemas de la “revolución en libertad”,
la “vía chilena al socialismo” y el “neoliberalismo” se impulsaron, y en alguna
medida se impusieron y deshicieron parcialmente en este período.
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Este tumultuoso y dramático período dejó en muchos sectores una herencia
negativa de profundas divisiones, odios y recelos. Numerosos grupos sociales y los
individuos y familias que los componen, cual más cual menos, sufrieron pérdidas,
agravios e injusticias, que atribuyen a otros sectores, grupos e individuos, que a su
vez sienten lo mismo respecto de los primeros. Y cada uno tiene algo o mucho de
razón. Todos tenemos o conocemos casos de familiares, amigos o conocidos que
sufrieron la muerte, la represión, la tortura, el exilio, la expulsión de su trabajo; o la
expropiación, toma, ocupación o quiebra de su fundo o empresa; o que se vieron
obligados a dejar la actividad de toda una vida, incluso abandonando el país. Es
que los procesos acelerados y agudos de cambio macrosocial se traducen al nivel
cotidiano individual y familiar en traumas y desgarramientos de todo orden, que
alteran dstica y profundamente la convivencia diaria y los proyectos de vida de
las personas y sus familias, con mucho sufrimiento y tremendas injusticias.
Sin embargo, todo ese sufrimiento, por muy doloroso que haya sido
para muchos, parece no haber sido en vano. Se han ido superando las
recriminaciones mutuas, aunque reotan periódicamente, y se ha hecho un
gran esfuerzo para apreciar también lo positivo que se ha heredado de este
período tan traumático. En sus distintos niveles y facetas, la sociedad chilena
ha dado a lo largo de estas décadas pasos trascendentales que la colocan en
condiciones relativamente favorables, en contraste con su propio pasado y
respecto a otros países, para enfrentar los retos de consolidar una democracia
solidaria, una economía dinámica y justa y una cultura compartida. También
para encarar los desafíos de las profundas transformaciones de todo orden
que vive el mundo al comienzo del tercer milenio.
Así, por ejemplo, pareciera que en el plano político, la exacerbación
militante de los proyectos ideológicos globales y excluyentes de izquierda,
centro y derecha, han dado lugar en la mayoría ciudadana a la búsqueda de
consensos fundamentales para restablecer el juego democrático, en que cada
sector revisa y renueva su propuesta ideológica utópica, pero entiende que para
gobernar aquí y ahora es necesario lograr entendimientos básicos por medio
de negociaciones en que todos tienen que ceder en algo para coincidir en lo
que es fundamental para consolidar la convivencia democrática.
En el plano ecomico, por otra parte, se comienza a reconocer, por ejemplo,
que sin la Reforma Agraria y las políticas de implantación y esmulo a nuevos
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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sectores transables que se iniciaron en la década de 1960, difícilmente tendríamos
en la actualidad un sector agroexportador dinámico. Pero haba que aceptar
también que sin la profunda reorientación de la política económica en el sentido
de favorecer la apertura de la economía y la acción del empresario privado, dichos
pasos iniciales tal vez no se hubieran materializado tan rápida y ecazmente.
Podría argumentarse asimismo que la nacionalización de la gran minería del
cobre fue un hito histórico fundamental. En lo más estrictamente económico-
nanciero porque signicó un aporte considerable al nanciamiento scal y de
la Balanza de Pagos, contribuyendo de esa manera a un manejo más expedito
y ecaz de las políticas scal, cambiaria y monetaria y al decidido esfuerzo de
ordenamiento, modernización y saneamiento del sector público que emprend
y en buena medida logró el gobierno militar.
Más polémica continúa siendo la política social, de desregulacn generalizada
y de privatizaciones que se llevaron a cabo y que ha afectado tanto a empresas
como a servicios públicos con enormes repercusiones sociales y económicas, en
que se reconocen efectos positivos y negativos que se debaten apasionadamente.
Quizás también sea posible esclarecer y racionalizar esta polémica, sobre todo si se
la coloca en su contexto histórico. En las cadas posteriores a la Segunda Guerra
Mundial, no obstante múltiples deciencias, la expansión del rol del Estado cumplió
un papel fundamental en la modernización de la economía y la sociedad chilenas:
muchos de los logros de los últimos os tal vez no hubieran sido posibles sin
la importante trayectoria pública en materia de salud y educación, de creación de
infraestructura energética y de transportes, de expansión y diversicación de la
capacidad productiva en sus diversos sectores.
Pero debiera aceptarse igualmente que ese activismo del Estado,
que constitu un apoyo decisivo al sector privado durante esos os,
posteriormente adquirió un sesgo desmesuradamente estatizante que condujo
sin duda a múltiples problemas de inhibición y desplazamiento de la iniciativa
privada así como de proteccionismo desmesurado y rentista, de entrabamientos
burocráticos de todo orden, de distorsión del sistema de precios, de profundos
desequilibrios macroeconómicos.
El examen desapasionado de estos movimientos pendulares hacia el
exceso de intervención o de prescindencia del Estado deberían dar lugar a
una apreciación más pragmática respecto de las formas más apropiadas de
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complementación del Estado y el mercado, y el rol de la sociedad civil y las
organizaciones ciudadanas, en las nuevas condiciones, desafíos y tareas, tanto
nacionales como externas, que el país enfrenta.
En relación con estas últimas, un análisis estratégico que anticipe reexivamente
las tareas del futuro debe tener como un eje principal de preocupación el rápido
avance de la integracn transnacional en los campos ecomico, potico y cultural,
a los que se han agregado s recientemente, con especial intensidad y velocidad,
los circuitos nancieros y tecnológicos. Este complejo y penetrante proceso de
globalizacn ha generado pautas que operan como verdaderos “imperativos” a
los cuales ningún Estado puede sustraerse. El problema ecológico representa, en
otro sentido, un similar criterio universal. Por otra parte, este mismo proceso de
transnacionalización se desarrolla a través de circuitos segmentados que tienden
a profundizar la fragmentación de nuestra sociedad ya dividida. No son pues
solamente las experiencias trauticas de nuestro pasado, sino tambn este nuevo
contexto, caracterizado por el doble movimiento de integración y exclusión, lo
que nos obliga a repensar el Estado.
Considerando la nueva situación se visualiza la magnitud del tema, pues
se hace necesario no sólo revisar las tareas que incumben al Estado y su acción
concreta, sino incluso la noción misma de la cohesión del Estado nacional
en esta nueva fase histórica. En la perspectiva de la nueva etapa democrática
parece oportuno y conveniente, por tanto, organizar una reexión colectiva
acerca de nuevas modalidades de organización, acción y gestión del Estado
y la sociedad civil sugeridas y motivadas por las grandes transformaciones
ideológicas, socioeconómicas y políticas recientes, que se suceden tanto en el
país como en el mundo, con el propósito de examinarlas a la luz de la realidad
chilena y llegar eventualmente a propuestas concretas.
El proceso de consolidación democrática se inició con un rico caudal de
ideas acerca de las tareas y desafíos que debían enfrentarse en los principales
sectores del desarrollo del país y de las orientaciones de política que corresponde
aplicar en cada uno de ellos, pero tenemos menos experiencia acerca de cómo
materializar institucionalmente y organizar la gestión de esas políticas a través
de un Estado renovado y una sociedad civil reorganizada. Esto incluye nuevas
formas de interacción entre el Estado y el mercado y también entre estos
y el ciudadano, la sociedad civil, las organizaciones solidarias de base, y las
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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regiones; un mayor énfasis en la ecacia, la exibilidad y la descentralización;
y una preocupación primordial por los aspectos tecnológicos.
8. Algunas conclusiones preliminares y un mensaje de la
experiencia chilena
Período cepalino – décadas de 1950 y 1960
La crisis de 1930 marcaría el n de una época de desarrollo capitalista
que se caracteri por un extendido proceso de integración ecomica
internacional. Esta crisis dio lugar a un profundo proceso de reajuste de las
políticas de desarrollo seguidas hasta entonces, caracterizando este proceso
con la instauración creciente de políticas proteccionistas, y el estimulo a
la producción y el empleo mediante el incremento del gasto público y la
intervención directa, activa y creciente del estado.
En este contexto internacional, a nivel de los países de América Latina,
el aporte teórico desde la Cepal, jugaría un papel clave. En particular, el
pensamiento de Raúl Prebisch, basado en una interpretación propia de las
causas del subdesarrollo latinoamericano y la necesidad de políticas orientadas
a la industrialización y modernización de las economías del continente, alcanzó
una enorme inuencia en las capas intelectuales y políticas, particularmente
en Chile, dado que la cercanía geográca (la sede de Cepal estaba radicada
en Santiago) permit una mayor difusión, especialmente a nivel de las
instituciones académicas.
En este sentido, el Estado pasó a ser un agente muy activo en la adopción
de políticas económicas. La creación de un conjunto de instituciones, y el
impulso de políticas públicas universales por parte del Estado pueden ser
considerados como los principales legados positivos de esta época. Entre
estas políticas, destacan por cierto, la creación de una institucionalidad
poderosa y perdurable para el impulso del desarrollo productivo de largo
plazo (Corfo). La creación de un conjunto de empresas públicas para la
provisión de una infraestructura energética (Endesa, ENAP); o de provisión
de insumos industriales básicos (CAP); para la modernización de la agricultura
(Iansa); el desarrollo del transporte reo nacional (LAN); el desarrollo
de las telecomunicaciones (Entel), entre otras. Junto al desarrollo de una
Osvaldo Sunkel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
institucionalidad estatal poderosa, esta época también se caracterizó por el
impulso desde el Estado de políticas sociales universales, en los ámbitos de la
salud, vivienda, educación y previsión social.
La sociedad chilena también sufre en esta época importantes cambios. El
mayor acceso a la educación por parte de las capas medias, permitió mayores
niveles de movilidad social. Se foren torno al desarrollo de las empresas
públicas, una clase empresarial y profesional pública de alto nivel. Junto a ello,
se fortalece las organizaciones obreras y los partidos populares de izquierda.
Si el desarrollo de la industria, y las poticas sociales del Estado
permitieron el desarrollo y crecimiento de los sectores medios urbanos, en el
sector rural la reforma agraria y la sindicalización campesina serían el motor
de grandes transformaciones estructurales, tanto económicas como sociales.
A pesar de lo enormes logros de este peodo, tambn se desprenden
algunos legados negativos que hay que destacar. La persistente inestabilidad
macroecomica, con la sucesión de brotes inacionarios y los programas de
estabilizacn y el estrangulamiento externo por ausencia de desarrollo exportador
fueron a mi juicio los mayores legados negativos, de un etapa caracterizada por
un una profunda transformación y modernización industrial y social del país.
Unidad Popular – 1970 a 1973
La irrupción de la Unidad Popular y su posterior y dramático colapso
no puede entenderse sino en el contexto del desarrollo mismo del modelo
estadocéntrico y en particular, en el ascenso de las clases obreras y campesinas,
y el desarrollo de la intelectualidad a nivel de las clases medias, producto de las
grandes transformaciones en lo económico y social de los 50 y 60.
Al Gobierno de Salvador Allende le tocó enfrentar un período de agudas
contradicciones sociales y radicalización política tanto de la izquierda como de
la derecha, y tanto a nivel nacional como internacional, que implicó además de
un grave desorden social un desorden productivo importante, en el contexto
del agotamiento nacional e internacional del modelo estadocéntrico.
A pesar de la grave crisis institucional que vivió el país en esos 3 años, se
pueden señalar algunos importantes logros de este período como la nacionali-
zación de la gran minería del cobre y la profundización de la Reforma Agraria,
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
la que permitió el n del latifundio, y por ende, generar las condiciones para
aumento en la productividad y uso de la tierra. Entre los legados negativos
están los profundos desequilibrios macroeconómicos, la inación descontro-
lada y la desorganización productiva.
Ortodoxia neoliberal – 1974-1990
El agotamiento del modelo Estadocéntrico y la crisis ecomica e
institucional que se generó a partir de la experiencia de la Unidad Popular
en Chile, coincidieron a nivel internacional con un reacomodo de las ideas
dominantes, particularmente en EEUU e Inglaterra, donde estaba teniendo
lugar un profundo giro desde las políticas económicas de corte keynesiano
hacia políticas neoliberales.
El gobierno militar optó en materia económica por esta última alternativa.
El control total del poder del Estado, la ausencia e incluso prohibición de todo
tipo de organización sindical o social, permitió la aplicación sin contrapesos
de un completo programa de reformas económicas. Sus elementos básicos
fueron: un drástico ajuste scal basado en la reducción de los gastos públicos
corrientes, sociales y de inversión y la ampliación de la base tributaria mediante
impuestos indirectos, la privatización de la mayor parte de las empresas públicas
y de parte de los servicios públicos, la eliminación de la política industrial,
la focalización compensatoria del gasto social, la apertura externa unilateral
comercial y nanciera, y la desregulación de los mercados de bienes y servicios
y de factores productivos: tierra, trabajo y de capital.
El período s purista de aplicación de las recetas neoliberales se extendió
desde 1974 hasta mediados de 1980. No obstante el país sufr una fuerte recesión
económica entre 1982-1984, después de lo cual se adoptaron medidas más
pragmáticas de política económica que permitieron la recuperación de la economía
y el inicio de un proceso de aceleración del crecimiento con relativa estabilidad.
En este sentido, no cabe duda que entre los principales hitos positivos
que deja la aplicación más ortodoxa del modelo neoliberal de mercado, se
destacan aquellos relacionados con una búsqueda permanente de los equilibrios
macroeconómicos, el saneamiento de las nanzas públicas, la creación de
condiciones macro para el desarrollo exportador, instituciones y políticas para
Osvaldo Sunkel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
el desarrollo productivo, la privatización de empresas públicas (no obstante
sus criticables procedimientos), la formación de nuevas clases empresariales
privadas y la manutención de un estado fuerte.
No obstante estos logros, la aplicación de esta ortodoxia económica
conllevó una serie de legados muy negativos: un profundo deterioro social, el
desmantelamiento de los servicios sociales públicos, especialmente la salud y
la educación, la acentuación de la desigualdad social, una alta concentración
del poder y la riqueza, el endeudamiento externo y un fuerte deterioro de las
clases medias.
Período neoestructuralista – 1990 en adelante
El retorno a la democracia marcó el n de un período de agudos enfren-
tamientos en la sociedad chilena. Entre la década del 60 y 90 se experimentaron
profundas reformas institucionales y estructurales del país, bajo los lemas de la
“revolución en libertad”, la “vía chilena al socialismo” y el “neoliberalismo”,
se impulsaron y en alguna medida se impusieron y deshicieron parcialmente
estas reformas.
Hay consenso a estas alturas que el retorno a la democracia fue un
proceso pausado y negociado. La naciente administración optó por una política
de consensos en el plano político y también en lo económico. Se asumió en
gran parte el sistema económico instaurado por la dictadura, para luego ir
reformándolo y ajustándolo gradualmente, particularmente enfocado en el
plano social y en la inserción internacional del país.
En este contexto, se puede resumir que los principales logros del período
post 1990 se reeren a conservar y fortalecer los equilibrios macroeconómicos,
instaurando una regla de equilibrio scal, que la respeta en el tiempo, generando
alta credibilidad en este aspecto; impulsa una reforma tributaria, que soporta
en un corto plazo una política social mucho s expansiva y focalizada,
dirigida en particular a la disminución de la pobreza que disminuye de un 45%
en 1990 a un 18% en el 2003; Se intenta corregir las externalidades propias
del mercado, mediante el establecimiento de una fuerte institucionalidad
regulatoria; se introduce al mercado en el desarrollo de tareas tradicionales
del estado, como por ejemplo, las obras públicas, desarrollando una fuerte
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
políticas de concesiones; se estimula el desarrollo tecnológico y productivo;
se crea una institucionalidad y política ambiental; y nalmente no cabe duda
que la profundización de la inserción internacional en el plano económico y
político es también un logro de este período.
No obstante los enormes logros de este período, se continúa arrastrando
muchos de los legados negativos del período neoliberal más ortodoxo, como
son la excesiva concentración de la riqueza y el poder; una alta desigualdad
distributiva; la ausencia de política de ordenamiento territorial; y una ausencia
de visión y estrategia de desarrollo de largo plazo.
A modo de conclusiones: el mensaje de la experiencia chilena
El análisis y revisn del proceso hisrico de cambios en potica
económica que ha vivido Chile permiten extraer importantes conclusiones, y
por cierto aclarar también ciertas confusiones que están en el imaginario de
una parte importante de quienes hacen ciencia económica, que tienden a mirar
la aplicación de las políticas económicas descontextualizándolas del período
concreto en el cuál de desarrollan, tanto a nivel nacional como internacional,
y de su contexto histórico.
De la revisión de la política económica chilena en el último siglo puedo
extraer entonces algunas de las siguientes conclusiones respecto del período
mercadocéntrico más reciente:
(1) la importancia determinante del legado de empresas productivas
públicas estratégicas creadas en el período estadocéntrico y
privatizadas por el régimen militar;
(2) importancia crucial de las reformas estructurales e institucionales
básicas de los períodos cepalino y socialista: especialmente la Reforma
Agraria y nacionalización del cobre;
(3) el caso chileno no constituye un ejemplo químicamente puro de
políticas neoliberales exitosas, como se le considera habitualmente:
el estado cumplió un papel decisivo en importantes políticas públicas
de desarrollo productivo desde el comienzo del gobierno militar y de
reactivación keynesiana después de crisis de la deuda;
Osvaldo Sunkel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
(5) desde 1990, el modelo chileno se identica aun menos con el
neoliberalismo. No hay que confundir neoliberalismo con el respeto
a los equilibrios macroeconómicos y la economía de mercado, que
son inherentes a cualquier economía contemporánea. Por otra parte,
desde 1990 se fortalece el estado con reformas tributarias, sociales,
regulatorias, productivas, concesiones obras públicas, etc;
(6) la receta del relativo éxito chileno desde 1990 parece basarse princi-
palmente, entre otros elementos, en lo siguiente:
el legado de una economía en relativo equilibrio macroeconómico
y elevadas tasas de inversión, exportaciones y crecimiento;
el mantenimiento y perfeccionamiento de los equilibrios macroeco-
nómicos;
la reforma tributaria;
un fuerte acento en las políticas sociales, especialmente laboral,
pobreza, salud y educación;
el fortalecimiento de las políticas de innovacn tecnogica y
desarrollo productivo;
la creación de incentivos a la inversión privada en infraestructura,
especialmente mediante el sistema de concesiones;
el establecimiento y fortalecimiento de diversas instituciones
regulatorias;
políticas activas de promoción de exportaciones e insercn
internacional.
De estas conclusiones de la experiencia chilena se destaca un común
denominador: un Estado fuerte y proactivo, que no se inhibe ante el mercado
sino que desarrolla un amplio abanico de políticas blicas para inuir en
el mercado.
Un ensayo sobre los grandes giros de la política economica chilena y sus principales legados
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DEP
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
114
Colombia: un país de
contrastes
Alfredo Rangel*
Unos datos generales
C
olombia es el tercer país más poblado y la quinta economía en tamaño
de América Latina. Es el cuarto país en extensión en Suramérica y su supercie
equivale a las de Portugal, España y Francia juntos. Tiene una geografía
privilegiada y de enorme diversidad, pues es el único país con salida a los dos
océanos que es simultáneamente caribe, andino y amazónico. Con solo el 0.7%
de la supercie de la Tierra, Colombia tiene el 15% de la biodiversidad global,
y es solo superada por Brasil.
Con 42 millones de habitantes, es un país demográcamente muy
desconcentrado: el 28% de su población vive en las cuatro ciudades principales,
Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. En Bogotá solo vive el 15% de la
población total, tiene 8 ciudades con población superior a medio millón de
habitantes y 22 con más de 100 mil habitantes. También es económicamente
desconcentrado: Bogotá se localiza el 22% de la actividad económica, en
Medellín el 15% y en Cali el 12%. Pero es una economía muy diversicada: el
55% de sus exportaciones son de una gran variedad de productos distintos al
* Director de la Fundación Seguridad y Democracia
alfredorangelsuarez@yahoo.com
Alfredo Rangel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
petróleo, el carbón y el café, que son sus principales rubros de exportación y
representa el 25%, 13% y 7% del valor de las exportaciones, respectivamente.
Pero también es una economía muy poco globalizada: sus exportaciones
representan solo el 17% de su producto interno.
Su intrincada geografía atentó durante decenios contra la integración
nacional. Las dicultades de las comunicaciones obstaculizaron la integración
de las economías regionales entre y de estas con los mercados externos. Ha
sido un país muy insular que solo recientemente se está abriendo al mundo.
No obstante siempre ha contado con una de las élites políticas, intelectuales y
empresariales más cultas y sosticadas de la región. Hoy Colombia, junto con
Brasil y Argentina, es uno de los países con mayor número de profesionales
competentes, principalmente en los más altos niveles corporativos, y se ha
convertido en un exportador neto de capital humano calicado
También ha sido, simultánea y paradójicamente, el país más violento
de la región y el más estable económica y políticamente durante los últimos
decenios. Tiene la Constitución más antigua de América, exceptuando la de
Estados Unidos. También tiene los partidos políticos más antiguos de la región
y allí habita y combate el guerrillero más viejo del mundo.
Es un país de contrastes y paradojas. Un país con una gran tradición
civilista en el que las Fuerzas militares nunca han tenido una inuencia política
signicativa, a pesar de que vivió durante el primer siglo de vida independiente
nueve guerras generales y 54 revoluciones locales, que culminaron con la Guerra
de los Mil Días en los albores del Siglo XX, luego una confrontación partidista
durante los años cincuenta de la misma centuria, y un conicto armado interno
de carácter insurgente en los últimos cuarenta años, que no se ha terminado
todavía. Un país civilista sin tradición de militarismo, pero con un arraigado
sectarismo político partidista entre los civiles, tal vez sin par en la región, el cual
llevó en el pasado a frecuentes enfrentamientos armados entre miembros de los
dos principales partidos políticos tradicionales, el Liberal y el Conservador.
Historia reciente
Después de la Guerra de los Mil Días, ocurrida en los últimos años
del Siglo XIX y los primeros del Siglo XX, y que enfrentó a partidarios del
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Partido Liberal contra sus similares del Partido Conservador, Colombia vivió
medio siglo de paz política que fue interrumpida por un nuevo enfrentamiento
partidista durante los primeros años de la década de los años cincuenta del siglo
anterior. Ese período recibió el nombre genérico de La Violencia, ocasionó
entre 300 mil y 500 mil muertos, y generó un inmenso desplazamiento de
campesinos hacia las principales ciudades del país.
Esa confrontación fue interrumpida por el golpe militar acaudillado
por el General Gustavo Rojas Pinilla, que contó con el respaldo de una
fracción del Partido Conservador, curiosamente el partido al que pertenecía
el presidente depuesto por el golpe, y ofrec una amnisa general que
desmovilizó a la mayoría de las huestes partidistas que se habían levantado
en armas. Esa dictadura duró solo 4 años y fue reemplazada por muy breve
gobierno militar que preparó el retorno hacia la democracia. Para poner n
a la violencia partidista,los dos partidos tradicionales, Liberal y Conservador,
llegaron a un acuerdo para alternarse en el poder durante los siguientes 16 años,
repartiéndose también de manera milimétrica toda la burocracia del Estado.
Este pacto se denominó el Frente Nacional y aún cuando pudo n a la
violencia partidista, ocasionó un cierre importante de los espacios políticos y una
asxia del pluralismo democrático. Durante las décadas de los os sesenta y setenta
el ps se urbanizó aceleradamente, empezó a surgir una clase media educada, se
multiplicaron los medios masivos de comunicacn, y el gimen político del Frente
Nacional comenzó a dar síntomas de agotamiento. En el entretanto, algunos de los
grupos armados campesinos de la violencia partidista que no aceptaron la amnistía,
se transformaron en la guerrilla de las FARC, adoptaron una ideoloa comunista, y
así empezó a gestarse su proyecto insurgente. Simultáneamente, con el impulso de
los vientos de la Revolucn cubana, surgia otro movimiento guerrillero, el ELN,
cuyos cuadros dirigentes eran predominantemente estudiantes universitarios, pero
que lograa inicialmente una pequeña base campesina que le servia de sustento.
Posteriormente, en los comienzos de los setentas, surgiría el M-19, movimiento
guerrillero urbano que reivindicaa el supuesto triunfo electoral del general Rojas
Pinilla en las elecciones de 1970 y que según sus seguidores fue usurpado por la
alianza frentenacionalista de los partidos tradicionales.
Estos grupos guerrilleros fueron muy débiles en sus comienzos, estaban
mal armados, sus nanzas eran famélicas, no contaban con signicativos
Alfredo Rangel
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apoyos sociales y su capacidad militar era muy precaria. Tanto el ELN como
las FARC hibernaron durante sus primeros veinte años de existencia en zonas
muy marginales de Colombia, de su existencia se sabía solo por ocasionales
asaltos a pueblos muy distantes para asaltar pequeños bancos o para robarles
las armas a un par de policías. El M-19 era tan pobre como las guerrillas
rurales, pero lo compensaba con acciones audaces de propaganda armada en
las ciudades que le daban una importante resonancia en los medios masivos
de comunicación. Esta situación cambió cuando el ELN, que a comienzos de
los años ochentas estaba al borde de su extinción, encontró en la extorsión a
las compañías petroleras una fuente inmensa de recursos económicos, y las
FARC hicieron lo propio con los recursos del narcotráco, después de algunos
años de titubeos por razones ideológicas. El M-19, por su parte, nunca tuvo
una estrategia ecaz de nanzas y por tanto siguió siendo pobre, cuando se vio
obligado a refugiarse en zonas rurales luego de haber sido casi desvertebrado
por los organismos de seguridad del Estado a nales de los años setenta.
La década de los ochentas sería una de las más convulsionadas del país por
la irrupción del narcotráco con una fuerza inusitada, con grandes carteles de la
droga que enfrentaron violentamente al Estado con el n de evitar la extradición
de narcotracantes a Estados Unidos. Fueron los años del narcoterrorismo
en los que fueron asesinados por las maas candidatos presidenciales, jueces,
militares, policías, altos dignatarios del Estado, parlamentarios y centenares
de personas del común, tanto en asesinatos selectivos, como en masacres
indiscriminadas que buscaban generar terror entre la población. Fueron las
épocas de Pablo Escobar y de Rodríguez Gacha, dos de los nombres más
famosos de la maa colombiana.
Simulneamente, las guerrillas de las FARC y del ELN se fortalecían,
ampliaban su presencia territorial, multiplicaban el número de sus hombres en
armas, aumentaban su capacidad militar e incrementaban sus apoyos sociales
y políticos. El M-19 fortalecido en zonas rurales, seguía realizando acciones
espectaculares como la toma de la Embajada de la República Dominicana en
Bogotá, cuando tomó como rehenes a decenas de diplomáticos. Simultáneamente,
el Presidente Belisario Betancurt iniciaba la era de las negociaciones de paz con las
guerrillas, en particular con las FARC y con el M-19, se proclamaba una amnistía
general para las guerrillas y se implantaba lasqueda de una solucn política
al conicto armado como elemento esencial de la agenda política nacional.
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Infortunadamente, ese primer intento de paz terminó catastrócamente con
la toma del Palacio de Justicia en Bogotá por parte del M-19, luego de una
accidentada tregua salpicada de violaciones de parte y parte.
No obstante, al nal de esa década el gobierno de Virgilio Barco lograa
llegar a un acuerdo de paz con el M-19 y su sucesor, César Gaviria, lo haa
con otros cuatro pequeños grupos, el EPL, el Quintín Lame, el PRT y la
CRS. Simultáneamente era convocada una Asamblea Nacional Constituyente
que ampliaría los espacios poticos y realizaría reformas institucionales muy
importantes para democratizar el régimen potico. Pocos años después sean
desarticulados los principales carteles de la droga, sin que eso signicara el n del
narcotco, sino la aparición de decenas de pequos carteles que, al contrario
de los anteriores, no buscaron una confrontación violenta con el Estado, optando
por la corrupción de políticos y funcionarios, asumieron un bajo perl social y
político, aún cuando sus fortunas seguían siendo enormes.
Los diálogos de paz que intentó el gobierno Gaviria conjuntamente con
las FARC y el ELN, primero en Caracas y luego en Tlaxcala, Méjico, fracasaron.
Su sucesor, Ernesto Samper, presidiría un gobierno afectado por el escándalo
generado por la penetración de recursos del narcotráco en la nanciación de
su campaña electoral. La crisis política generada impidió que los diálogos de
paz avanzaran, pero, por el contrario, esa crisis fue el telón de fondo de la más
grande escalada militar de la guerrilla de las FARC que le propinó al Ejército
colombiano los más grandes golpes de la historia de su lucha contrainsurgente.
Simultáneamente, aparecieron con mucha fuerza en el escenario los grupos
paramilitares que, aún cuando eran organizaciones básicamente regionales,
lograron articularse y coordinarse en una organización nacional denominadas
AUC. Estas organizaciones iniciaron una acción sistemática de exterminio
contra quienes ellas consideraban servían de apoyo a las guerrillas, provocando
desplazamientos masivos de personas en todo el país. Al poco tiempo, las
guerrillas responderían con tácticas similares contra las bases de apoyo de los
paramilitares, generándose así una verdadera crisis humanitaria, originada por
el desbordamiento bárbaro del conicto armado interno en Colombia.
El ambiente de fracaso militar, la escalada guerrillera, el auge de los
paramilitares y la crisis humanitaria llevaría al ps a clamar por el reinicio de los
diálogos de paz con la guerrilla. Este factor decidiría la sucesión presidencial que
Alfredo Rangel
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ganó Andrés Pastrana, quien al poco tiempo de elegido desmilitarizó una amplia
zona del país, más de 40 mil kilómetros cuadrados, a n de iniciar conversaciones
de paz con las FARC. Este fue un tortuoso intento que culminó en un rotundo
fracaso, con responsabilidades divididas en ambas partes. La guerrilla adoptó
una actitud triunfalista como producto de sus recientes victorias militares y, con
la expectativa de seguir avanzando en el terreno militar para derrotar al Ercito
Nacional y tomarse el poder nacional, utilizaron los dlogos de paz como una
ctica política dentro de su estrategia de guerra. Nunca tuvieron real voluntad
de llegar a un acuerdo. Por su parte, el gobierno de Pastrana, nunca tuvo una
estrategia de negociación clara, le apos s a los gestos de buena voluntad que
a la ecacia política, y aparecfrente a la opinión pública como exageradamente
ingenuo y débil frente a una guerrilla cada vez más soberbia. Los abusos de la
guerrilla contra la población en la zona desmilitarizada nalmente darían al
traste con los diálogos de paz, los cuales se rompieron pocos meses antes de las
elecciones que escogerían al sucesor de Pastrana, el presidente Alvaro Uribe.
La situación actual
Las elecciones presidenciales del año 2002 se transformarían en un
plebiscito en contra de la guerrilla y a favor de la mano dura contra ella. Fue
el candidato Alvaro Uribe quien convenció al electorado de que él era la
mejor opción para devolverle la seguridad al país y para poner en cintura a los
violentos. Entró en la contienda electoral como un candidato independiente
a pesar de haber sido toda la vida un miembro destacado del Partido Liberal,
derrotando al candidato de este partido, que inicialmente parecía ser el más
seguro ganador, en la primera vuelta, cosa inédita hasta ese momento en la
historia electoral colombiana.
Fiel al mandato recibido de sus electores, la política de Seguridad
Democtica sería el eje principal del gobierno del presidente Uribe. Su
objetivo era recuperar el control del territorio en aquellas zonas donde hasta
entonces campeaban los violentos, asegurar a la población el ejercicio de las
libertades hasta ahora constreñidas por la inseguridad, y debilitar a los grupos
irregulares para obligarlos a negociar en las condiciones del Estado. Para ello
buscaría fortalecer y modernizar las fuerzas de seguridad del Estado, ampliar
su pie de fuerza, mejorar sus comunicaciones, incrementar su movilidad,
Colombia: un país de contrastes
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mejorar su entrenamiento y su dotación. También buscaría que la ciudadanía
de manera voluntaria se organizara para dar un apoyo activo al Estado en la
derrota de los violentos por medio de amplias redes de informantes. Buscaba
de esta manera mantener e incrementar de manera sustancial el esfuerzo que ya
había iniciado su antecesor instancias del Plan Colombia, un amplio programa
de cooperación del gobierno de Estados Unidos iniciado dos años atrás y
motivado por la preocupación que entonces suscitaba en dicho gobierno la
eventualidad de que las guerrillas colombianas pudieran derrocar el sistema
democrático en Colombia.
Sin embargo, el gobierno Uribe dejó la puerta abierta para unas
eventuales negociaciones de paz con cualquier grupo irregular, pero ampliando
las condiciones para hacerlo. Las principales eran una tregua unilateral e
incondicional por parte del grupo interesado, una agenda limitada exclusivamente
a acordar las condiciones jurídicas y sociales de su desmovilización y desarme,
una veeduría internacional que garantizara la seriedad de las conversaciones y
los compromisos adquiridos, y una negativa rotunda a desmilitarizar cualquier
zona del territorio nacional para realizar esos diálogos. Las guerrillas se negaron
de manera tajante a aceptar esas condiciones, pero los grupos paramilitares
las aceptaron. Así empezó entonces la desmovilización de estos grupos que
culminó tres años más tarde con el desarme de la mayoría de ellos.
Para lograr esa desmovilización el Congreso colombiano aprobó un
marco jurídico especial que se denominó Ley de Justicia y Paz, la cual se aplicará
a los paramilitares acusados de delitos de lesa humanidad o de crímenes de
guerra. Esta Ley ofrece una rebaja sustancial de penas bajo la condición de que
el inculpado revele la verdad de todos sus crímenes y entregue todos los bienes
que posean a n de reparar a sus víctimas. Si faltare a una de estas condiciones
será trasladado a la justicia ordinaria y sobre el caerá todo el peso de la ley, que
implica la multiplicación por varias veces los años de cárcel que tendrá que
pagar por sus delitos. Los paramilitares no acusados de ese tipo de crímenes
serán indultados por el delito de asociación para delinquir simple.
Como resultado de este proceso se desmovilizaron 32 mil personas
pertenecientes a esos grupos paramilitares, 16 mil de las cuales entregaron sus
armas, el resto hacían parte de grupos de apoyo logístico, de inteligencia, etc.
Los principales 50 líderes de estos grupos se encuentran recluidos en una cárcel
Alfredo Rangel
121
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
de máxima seguridad, y muchos parlamentarios y políticos que se aliaron con
ellos también están detenidos y están siendo juzgados por esos hechos.
De manera paralela, las guerrillas han sido debilitadas por el Estado y
se han visto obligadas ha replegarse, han visto decrecer su pie de fuerza y
han disminuido sustancialmente el número de sus acciones violentas. Así, el
ELN pasó de tener 4 mil 500 hombres a solo unos mil 200 y de realizar 680
secuestros en el año 2001 a efectuar solo 60 en el 2006. Por su parte, las FARC
pasaron de 18 mil hombres en armas a unos 14 mil y de realizar 60 tomas de
pueblos en el año 2002 a solo 4 tomas en al 2006.
Debido al fortalecimiento del Estado, a la desmovilización de los
paramilitares y al debilitamiento de la guerrilla, la seguridad se ha recuperado
de manera muy signicativa en Colombia. En efecto, en los últimos cinco
años la tasa de homicidio por 100 mil habitantes pasó de 63 a 33, de 1700
secuestros extorsivos cometidos en el año 2002 se paso a unos 280 el 2006, en
este mismo periodo se pasó de 180 retenes ilegales en las carreteras a solo 9, y
de 32 ataques guerrilleros a poblaciones a solo 4. Esta sustancial mejoría en las
condiciones de seguridad ha incidido de manera muy positiva en la economía
nacional la cual esta creciendo a niveles cercanos al 8% anual, mientras su
reciente promedio histórico era de solo 3% anual. La inversión extranjera que
era en promedio de 2 mil millones de dólares anuales este año pasara de 7
mil millones de dólares. Como consecuencia, la tasa de desempleo que en el
año 2002 era de 17%, ahora esta en 10.5%. Son solo algunos indicadores del
efecto positivo de los avances en seguridad sobre la economía.
A pesar de lo anterior, el narcotráco es un problema que se resiste
a ceder en Colombia. El fracaso del presente Gobierno se suma al fracaso
de gobiernos anteriores que no han podido aplicar una estrategia exitosa
para reducir la cantidad de cocaína producida y exportada en Colombia.
Después de cerca de diez años de fumigaciones a las plantaciones de coca
y de centenares de extradiciones de colombianos hacia Estados Unidos, la
cantidad de cocaína producida no disminuye. Lo que ha disminuido es el
área de cultivo de coca, pero esta es una victoria pírrica, pues ahora se produce
la misma cantidad de cocaína en la mitad del área cultivada, gracias a los
progresos de los cultivadores y narcotracantes para elevar sustancialmente
la productividad de esos cultivos. Ante esta situación el Gobierno parece estar
Colombia: un país de contrastes
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
examinando de manera más crítica los resultados de la lucha antinarcóticos y
de momento ha anunciado una disminución en las fumigaciones de cultivos y
un mayor esfuerzo en erradicación manual y en la interdicción de las drogas
ilícitas. Pero la alta rentabilidad de este negocio y la ampliación sin pausa sus
mercados internacionales atentan contra las posibilidades de éxito de estos
nuevos esfuerzos.
Pero hay otros indicadores relativos a la libertad política en la que también
se ha avanzado sustancialmente. Las recientes elecciones locales realizadas en
octubre de 2006 fueron las más seguras y menos violentas de los últimos diez
años. Colombia tuvo un record histórico en participación electoral y en número
de candidatos inscritos. A pesar de las intenciones de los grupos violentos de
sabotear las elecciones, en esta ocasión con relación a los comicios realizados
en 1997 hubo dos veces menos asesinatos políticos, 36 veces menos secuestros
y el número de municipios afectados por la violencia fue tres veces menor.
Sobre estas elecciones haba que decir tambn que demostraron
la fortaleza y el pluralismo de la democracia colombiana. Candidatos
independientes, tanto de centro como de izquierda, que se enfrentaron a
maquinarias políticas consolidadas ganaron las alcaldías de Bogotá, Medellín,
Cali y Cartagena, entre los casos más notables. También salieron fortalecidos
al menos cuatro partidos nacionales de reciente creación, como el Partido
de la U, Cambio Radical, Convergencia Ciudadana y el Polo Democrático
Alternativo. No obstante lo anterior, los partidos tradicionales, el Liberal y
el Conservador, a quienes algunos les habían expedido el acta de defunción
recientemente, demostraron renovado vigor y fortaleza ubicándose en el
primero y segundo lugar en la preferencia de los votantes, pero ya no son
los partidos que hace unas décadas dominaban amplia y exclusivamente el
panorama político nacional.
Perspectivas de seguridad y paz
No obstante los importantes avances conseguidos en los últimos cinco
años, la seguridad y la paz siguen siendo temas principales en la agenda política
nacional. Es necesario consolidar los avances alcanzados en seguridad y seguir
avanzando en el camino hacia la paz.
Alfredo Rangel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
El Gobierno de Alvaro Uribe, elegido por segunda vez en primera vuelta
en el año 2006, ha estructurado un plan de consolidación de la Seguridad
Democrática. Para ello contará durante los próximos cuatro años con el
más alto presupuesto de seguridad que haya tenido el país, robustecido por
un impuesto extraordinario que pagarán los sectores de más altos ingresos
económicos de la sociedad. Esos recursos servirán para fortalecer la presencia
del Estado en todo el territorio nacional, seguir debilitando la capacidad y
reduciendo la presencia de los grupos armados ilegales, recuperando para
el Estado el monopolio de la fuerza, y ampliando las garantías de todos los
ciudadanos para el ejercicio de sus derechos y el disfrute de las libertades.
En el camino de la paz resta culminar con éxito el proceso con los grupos
paramilitares y lograr acuerdos de paz con los grupos guerrilleros FARC y ELN.
Como ya se ha mencionado, los principales jefes de los grupos paramilitares se
han sometido a la Ley de Justicia y Paz, y se espera que sus proceso judiciales
logren dosis signicativas de verdad, de justicia y de reparación a sus víctimas, lo
cual no se había logrado en proceso de paz anteriores con grupos guerrilleros.
A decir verdad, esa Ley es tal vez la más avanzada y rigurosa del mundo en lo
que tiene que ver con la justicia transicional que se ha aplicado para lograr la
paz y resolver conictos armados. Paralelamente, se espera que el Estado logre
el desmonte de algunos grupos emergentes que han surgido recientemente,
de pequeñas bandas que no se acogieron a la desmovilización, o conformadas
por paramilitares reincidentes. Estos grupos parecen tener una naturaleza
distinta, no contrainsurgente como los anteriores grupos ya desmovilizados,
y más dedicados al narcotráco y a la sustracción de rentas ilegales de distinto
tipo en algunas regiones del país.
De otra parte, el Gobierno es adelantando desde hace dos os
conversaciones de paz con el ELN en La Habana, Cuba. Aún cuando no se hayan
logrado avances muy signicativos, lo importante es que al parecer ese grupo
insurgente ya tomó la decisión de abandonar las armas como forma de acción
política y de aceptar un acuerdo de paz con el Estado. Su propio debilitamiento
y los avances electorales alcanzados en Colombia y en el continente por la
izquierda democtica son factores que esn detrás de la decisión del ELN de
abandonar la lucha armada. El proceso de negociación tal vez será lento pero,
al contrario de otras ocasiones, esta vez parece irreversible. La desmovilización
del ELN es, pues, cuestión de tiempo, dos o tres años, a lo sumo.
Colombia: un país de contrastes
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La parte más dura es la desmovilización de las FARC. Este grupo no
parecería aún muy convencido de haber llegado al límite de sus posibilidades
políticas apelando a la lucha armada. A pesar de haber disminuido por primera
vez en su historia el mero de sus hombres en armas, y de haber sido obligadas
a salir de zonas donde antes tenían mucha presencia y relativo control, las FARC
consideran que el Gobierno no pudo derrotarlas después de haber realizado
el esfuerzo militar más grande en los cuarenta años de lucha contrainsurgente
como fue la campaña denominada Plan Patriota. Esto las lleva a asumir una
actitud muy dura de cara a unas eventuales negociaciones de paz.
No obstante, el acuerdo humanitario, que consiste en un intercambio de
secuestrados políticos en manos de la guerrilla por guerrilleros presos en las
cárceles del país, es el paso previo indispensable para poder realizar nuevas
conversaciones de paz entre el Gobierno y las FARC. Luego de infructuosas
gestiones por parte de mediadores nacionales, que incluyeron ex -presidentes
de la República y la Iglesia Católica, el proceso del intercambio humanitario
parece haberse destrabado con la solicitud que el Presidente Uribe le hiciera
al Presidente venezolano para que sirviera de mediador en esta gestn
humanitaria. Chávez le ha impuesto una dinámica muy activa al asunto y su
gestión tiene altas probabilidades de verso coronada por el éxito pues cuenta
con la conanza y el respeto de ambas partes, condición necesaria para una
mediación exitosa. Después de hablar con Uribe y con las FARC se espera
que un encuentro directo entre las dos partes que hace pocos meses era
impensable – sea posible en Venezuela y que Chávez les presente propuestas
que permitan superar los principales escollos procedimentales que hasta ahora
han impedido la realización de ese acuerdo humanitario.
De tener éxito la gestión de Chávez el intercambio se realizaría antes de
seis u ocho meses. Es improbable que con una agenda interna e internacional
tan complicada y conictiva como la suya, Chávez le dedique más tiempo
al asunto. De realizarse el intercambio, el siguiente paso sería convenir las
condiciones de una nueva negociación política entre el Estado colombiano y
las FARC. En el mejor de los caso podría pensarse que en dos años se iniciarían
conversaciones de paz y que en los tres o cuatro siguientes se podría lograr
un acuerdo. Esto coloca las perspectivas de paz más optimistas en Colombia
en un horizonte de más de cinco años.
Alfredo Rangel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Esta dinámica tendrá una gran inuencia sobre las perspectivas políticas y
electorales en Colombia, donde ya se empieza a discutir sobre la posibilidad
de un tercer mandato del presidente Uribe. De generarse una expectativa
favorable a unos fructíferos diálogos de paz antes del n del presente mandato
del Presidente Uribe, las posibilidades de su segunda reelección podrían ser
muy altas.
DEP
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Ecuador: sus temas
fundamentales
León Roldós*
N
o hay Estado, nación o sociedad en posibilidad de autarquía, esto es
de no requerir de otro conglomerado, por ser autosuciente social, política y
económicamente, pero el gran esfuerzo colectivo es y debe ser que las relaciones
se den en condición de dignidad y desarrollo. La principal responsabilidad
estará siempre en las clases dominantes, en que el rol de los gobernantes
está en propiciar que sirvan para la justicia y la equidad, así como prevenir
y sancionar la injusticia y la iniquidad. Nadie debe excluirse, todos tienen la
obligación de aportar.
La dignidad más se vincula con los principios y el deber ser, antes que
con los resultados.
Al éxito, los actores deben llegar con dignidad, no corrompiendo ni
sometiéndose a la corrupción, no mintiendo ni generando falsas expectativas,
no siendo desleales con los que hicieron posible el éxito, pero tampoco
asumiendo la condición de todo poderoso e infalible, peor si el éxito tuvo
motivaciones de engaño lo que incluye las medias verdades. Los actores
* Rector de la Universidad de Guayaquil
leonroldos@yahoo.com.mx
León Roldós
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
deben ser magnánimos en el triunfo y justos en las responsabilidades que
asumen, justicia implica, de un lado, no entrar en excesos y desvalorización
de los demás, por prepotencia, persecución o revancha; y, de otro, no creer
que perdonar y olvidar al infractor ayuda al bien común, ya que la impunidad
es forma de injusticia y aliciente a la reincidencia.
En el revés y el sacricio también se debe ser digno, nunca humillarse,
tampoco potenciar amargura, recordar que aun en lo singular ni la muerte es
el n, porque la ausencia física puede potenciarse hacia otras formas de vida.
Si los procesos colectivos se despersonalizan, como debe ser, porque nadie
es imprescindible ni irremplazable, siempre habrá la posibilidad de nuevos
actores y de construir una realidad diferente.
El desarrollo también implica necesariamente justicia y equidad. Ahí
está la diferencia con el sólo crecimiento y la acumulación. Es verdad que
hay que crear riqueza, no se puede distribuir pobreza, pero es criminal que
las cifras macro económicas del crecimiento y la acumulación resulten de la
explotación sin respeto de los valores sociales – fuerza laboral y otros – y del
deterioro ambiental.
Lo territorial y limítrofe
El achicamiento del territorio nacional a 256.310 kilómetros cuadrados
marca buena parte de nuestra historia. El siglo XVI, en Quito se inició la
expedición de Francisco de Orellana que demostró que por el Río de las
Amazonas, saliendo del Océano Pacíco se llegaba al Atlántico, pero desde
la Real Audiencia de Quito, condición política impuesta desde España, en
relación a los Virreinatos de Bogotá y de Lima, hasta los acuerdos con el
Perú de octubre de 1998, la percepción de los ecuatorianos es que fuimos de
recortes en recortes territoriales.
No vamos a analizar lo jurídico de los conictos limítrofes, ni las amenazas
militares, ni los entornos en que se arrinconó a temerosos negociadores, sino
las circunstancias en sí: en los siglos XIX y XX, la política internacional se
condicionó por lo territorial; en el siglo XXI, la sensación es que ya se dieron
las amputaciones. Hoy hay que trabajar en el Ecuador real.
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
El desafío es fortalecer el desarrollo en los sectores fronterizos con
Colombia y Perú, lo que parece posible donde hay población económicamente
activa, más difícil en la Amazonía, en que lo ambiental nunca excluible-
condiciona severamente toda inversión.
Aun cuando no limitan Ecuador y Brasil, la macro potica de la Amazonía
obliga a acuerdos de los países de la cuenca del Amazonas, dirección en que
ya hay trabajos importantes, pero se requiere decisiones oportunas, no guiadas
por las empresas interesadas en invertir y obtener réditos sino por las
conveniencias nacionales y de la humanidad. Si el benecio de la conservación
ambiental va más allá de las naciones y los estados de la Amazonía, tenemos
derecho a ser acreedores de compensaciones de otras naciones y estados
que además principalmente los de mayor crecimiento económico- son
responsables de los deterioros ambientales que debemos revertir para intentar
recuperar la calidad ambiental.
En lo fronterizo y limítrofe, dos temas si generan preocupaciones.
El primero, la presencia dominante de la guerrilla colombiana en parte
de los sectores limítrofes – quizás con algo de exageración, pero para alertar
del problema – el Ministro de Defensa del Ecuador, días atrás expresó que el
Ecuador al Norte, en determinados sectores, más que limitar con Colombia,
bajo gobierno electivo y efectiva soberanía, lo hace con la guerrilla colombiana
y el poder del narco tráco. Hasta ahora, las principales afectaciones han estado
en las fumigaciones aéreas con productos de alta toxicidad, hoy suspendidas;
y, los desplazados. El Ecuador ha solicitado indemnizaciones a Colombia;
daría la impresión que ese requerimiento más es una toma de posición que
pretensión de efectivizar el reclamo.
Un tema vinculado con Colombia es el de la base norteamericana en
Manta que será analizado más adelante.
El segundo es con el Perú. Los acuerdos de octubre de 1998, en Brasil,
entre los gobiernos de Ecuador y Perú, en base de la opinión de los gobiernos
de los llamados países garantes del protocolo de Río de Janeiro de 29 de enero
de 1942, a la que se le dio el matiz de vinculante, fueron relativos al Ecuador
continental, sin mención especíca a límites marítimos, lo que posiblemente
no se consideró necesario por los instrumentos suscritos por Ecuador, Pe
León Roldós
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
y Chile que integraron el acuerdo del Pacíco Sur de la década de los años
cincuenta del siglo XX que jaba el mar territorial en doscientas millas,
postura no aceptada por otros Estados, ni por la Convención del Mar-
declarando los tres países que la línea marítima era el paralelo correspondiente
al punto de unión de la tierra rme con el mar. Sin embargo, el Perú, el año
2005, asumió la tesis de la bisectriz generada por la prolongación de la línea
limítrofe continental – no el paralelo geográco antes explicado – y así se lo
hizo saber a Chile, expresando que los instrumentos del Acuerdo del Pacíco
Sur no generaban límites sino zonas económicas. Respecto al Ecuador, los
gobiernos de Toledo y García han sido explícitos, toda diferencia se terminó
con los instrumentos de octubre de 1998, pero en el Ecuador no falta la
preocupación de que poda activarse una pretensión del Perú contra el
Ecuador similar al reclamo presentado a Chile y hay voces que plantean un
acercamiento con el gobierno chileno para unir posiciones.
Lo deseable es que no se alimenten dudas y recelos, ni se den pretensiones
de confrontación. La integración social y la económica es indispensable. Los
buenos ejemplos deben ser referentes y Europa nos los ha dado, cientos de
conictos y dos guerras mundiales, con decenas de millones de muertos y
gastos guerreristas para matar y destruir, bajo el argumento – ¿ o pretexto? –
de fronteras, han quedado atrás.
Composición poblacional
La población del Ecuador se aproximará a catorce millones de personas,
para nes del 2008, con una emigración que puede estar en el orden de dos
millones, en mayor número concentrada en Estados Unidos y en Europa.
El Ecuador es multiétnico y pluricultural.
La población que se declara o reconoce indígena representa algo más
del 10%, habita sobre todo en la Sierra – con elevado nivel de integración- y
en el Oriente o Amazonía, con una integración menor, inclusive hay pueblos
que hasta hoy no se vinculan con el mestizaje.
Los que sienten las raíces afro ecuatorianos llegan al 4%.
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Los nacidos en el Ecuador, descendientes de europeos y orientales, que
todavía no asimilan el mestizaje, apenas excede el 1 ½ %.
No hay que confundir los requerimientos de nacionalidad y ciudadanía
de los países de origen por los descendientes de extranjeros como negación
o resistencia al mestizaje, sino interés de tratamiento preferente en ujos
migratorios, por la expoliación y explotación que signica el trámite de visas
para ingresar a Estados Unidos y a los países europeos.
Hay la práctica de sectores de ingresos económicos altos y medios altos
de viajar a Estados Unidos para el nacimiento de sus hijos explicable si
habría una razón de salud – a n que tengan la ciudadanía gringa por el lugar
de nacimiento.
Los mestizos están entre el 84 y el 85%.
Las culturas indígenas y la afro ecuatoriana han potenciando las fortalezas
y una especie de orgullo de sus etnias.
En el caso de los pueblos indígenas, demandan el tratamiento de
“nacionesy el reconocimiento del Estado ecuatoriano como “plurinacional”,
no sólo multiétnico.
El tema de la plurinacionalidad alimentó la organización política
del indigenado, que en la década de los años noventa del siglo XX, por la
crisis del movimiento sindical y de otras organizaciones sociales, pasó a la
vanguardia de las causas sociales. Será gravitante en la Asamblea Nacional
Constituyente convocada para reformar la institucionalidad del Estado y dictar
una nueva Constitución. La mayoría de la Asamblea Constituyente 80 del
movimiento País, liderado por el Presidente Correa, de 130 asambleístas
no creo que permita mucho más del enunciado de la plurinacionalidad, que
debe incorporarse en la carta fundamental, junto al reconocimiento de la
diversidad cultural y de idiomas, y algunos derechos económicos y sociales,
como la aplicación de su justicia consuetudinaria, en lo que no sea contrario
a las convenciones de derechos humanos.
Entre los puntos que no creo vayan a aceptarse dentro del macro tema
de la plurinacionalidad está la territorialidad de las nacionalidades porque
limitaría severamente el derecho del gobierno central a tomar decisiones de
inversiones en petróleo, minería y obras de infraestructura. Puede ser que se
León Roldós
131
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
establezcan procesos de audiencias con las diversas nacionalidades, pero a la
potestad decisoria no va a renunciar el Presidente Correa.
La división política territorial. Su administración. Centra-
lismo y autonomías
La Cordillera de los Andes genera en el Ecuador continental la división
natural de tres regiones.
La Costa, entre la Cordillera Occidental y el Océano Pacíco, hoy dividida
en seis provincias.
Cinco históricas: Esmeraldas, Manabí, Los Ríos, Guayas y El Oro.
La sexta provincia de la Costa, Península de Santa Elena, de muy reciente
creación, fue separada de la Provincia del Guayas, dejando a ésta sin los mayores
accesos a mar abierto Océano Pacíco –, los que se reducen a sectores cercanos
al Golfo de Guayaquil.
La Sierra históricamente situada entre la Cordillera Occidental, incluyendo
sus estribaciones occidentales, especies de balcones hacia la Costa, y la que antes
se llamó Oriental de los Andes, hoy conocida como Central, por identicar
con el nombre de Oriental a cordones montañosos en las estribaciones hacia
la Amazonía. Hasta inicios del siglo XXI, fueron diez provincias, Carchi,
Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Bolívar, Cañar,
Azuay y Loja. De reciente creación es Santo Domingo de los Tsáchilas, en las
estribaciones occidentales, antes parte de la Provincia de Pichincha.
La Región Oriental está en la Amazonía y su división política territorial
más responde a la presencia y fuerza de los colonos provenientes de diferentes
sectores territoriales del Ecuador, la mayoría mestizos, que a la voluntad de
los pueblos originarios. Hoy son seis provincias, Sucumbíos, Orellana –ambas
principales depositarias de la mayor riqueza petrolera de la Patria- Napo,
Pastaza, Morona y Zamora.
Las islas Galápagos hoy conforman una provincia.
Las regiones geográcas del Ecuador continental no tienen la condición
jurídica de generar propia gestión como región. De hecho, hay provincias
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
costeñas social y económicamente más vinculadas con provincias de la Sierra,
que con otras de la Costa.
La división territorial legal divide las provincias en cantones y en el
último cuarto de siglo la ebre de cantonización fue imparable, para asegurar
rentas que se destinen al desarrollo local.
Los cantones se dividen en parroquias urbanas integradas en las
cabeceras cantonales- y rurales, con juntas parroquiales de poco peso real.
Las etnias de los pueblos indígenas o nacionalidades si así llegan a
denirse en la Sierra y en la Amazonía, y las organizaciones de sectores sociales
originarios en partes de la Costa y de la Sierra, que se llaman Comunas, para su
organización y sus bienes colectivos o comunales tienen sus propios gobiernos
y normas, reconocidos parcialmente en los textos legales nacionales.
Las provincias, desde la Constitución de diciembre de 1946, se fueron
fortaleciendo con la creación de gobiernos seccionales, llamados Consejos
Provinciales, con Prefectos y Consejeros de elección popular.
Sin embargo, los gobiernos locales de mayor signicación social y política
son los de los municipios, en que la principal autoridad es el Alcalde de elección
popular igual que los Concejales. Desde la Constitución de 1998, se incrementó
su fuerza económica, por importantes transferencias de competencias y
recursos desde el Gobierno central y el Presupuesto del Estado.
El gobierno del Presidente Rafael Correa ha anunciado que va a proponer
a la Asamblea Constituyente una división política territorial diferente, en
base de regiones – se menciona la posibilidad de siete a nueve regiones – que
integren provincias de Este a Oeste, sin importar la ubicación natural de ser
preferentemente de Costa, Sierra y Oriente, con distritos metropolitanos que
serían las ciudades que exceden el millón de habitantes, Quito y Guayaquil, y
el Distrito especial de Galápagos.
El ensayo de regiones integradas, como propone Correa, se sustenta en los
ujos sociales, en econoas similares o complementarias, en los cauces y cuencas
uviales, así como en las vías de comunicación, existentes o proyectadas.
En el gobierno militar de los años setentas, con mucho dinero petrolero,
ya se intentó el proyecto y se denió la llamada “región uno”, integrada por las
provincias del Norte – Esmeraldas, Carchi, Imbabura y Napo, aun no existía
León Roldós
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
en la Amazonía la fragmentación de la última con las provincias Sucumbíos
y Orellana –, pero fracasó por la oposición de los sectores dominantes de
las provincias, con el argumento que la regionalización impuesta es para
profundizar el centralismo.
Recordemos que en los tiempos anteriores a la ocupación española, antes
del Incario y con éste, la vinculación indígena estuvo en la Sierra y parecería que
hubo espodicos contactos con los pueblos junto al mar. Es con la Colonia
Española y la jurisdicción que se establece de Quito la vinculación de Costa y
Sierra, generándose expediciones hacia la Amazonía. No nos olvidemos que
Orellana, que por el Río de las Amazonas llegó al Océano Atntico, es el espol
que funda Santiago de Guayaquil, en su ubicación en el cerro de la culata, donde
se unen los os Babahoyo y Daule, para formar la Ría Guayas, la principal cuenca
hidrográca de América del Sur sobre el Pacíco, que vierte sus aguas en el Golfo
de Guayaquil, la más importante entrada de mar de la región.
Cuando los mayores ujos de comunicación y transporte eran por el
mar, hasta inicios del siglo XX, la importancia de Guayaquil era condición de
sobrevivencia. Por eso, Guayaquil Independiente por la revolución del 9 de
Octubre de 1920, inicia la campaña libertaria que apoyada por las fuerzas de
Bovar, comandadas por Antonio José de Sucre, luego Mariscal de Ayacucho, y
por uno de los batallones de San Martín, culmina con la batalla del Pichincha que
libera a Quito del sometimiento a España el 24 de Mayo de 1822, cuyo pueblo
ya había proclamado su independencia el 10 de Agosto de 1809, en ese entorno
de asumir en América la defensa de España contra la invasión napoleónica.
Guayaquil generó la pretensión de Bolívar de su anexión a Colombia y de
San Martín que reclamaba su vinculación con el Perú, y el encuentro de Bolívar
y San Martín en Guayaquil, 25, 26 y 27 de julio de 1822, acontecimiento y
acuerdos que llevan luego a las batallas de Junín y Ayacucho, las dos en territorio
peruano, que acabaron con la dominación española en América del Sur.
Las tres ciudades más importantes de la Real Audiencia, Quito, Guayaquil
y Cuenca, fueron los ejes designados por Simón Bolívar, para el Sur de la Gran
Colombia; y, de la República del Ecuador, en 1830.
El federalismo nunca se asum en el Ecuador porque no hubo el
desarrollo de ciudades cabezas de estados federales, con suciente peso
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
económico y político, fuera de Guayaquil, cuyo enunciado – que también fue
formulado en Loja – más se tomó como pretensión de separatismo.
Quizás también pesó, para mantener el principio del Estado unitario,
que sectores dominantes de Guayaquil, desde Vicente Rocafuerte, el segundo
Presidente del Ecuador, en buena parte de la historia Patria han ejercido el poder,
aun y lamentable con prácticas centralistas. Los principales acontecimientos
históricos que marcaron procesos políticos, calicándoselos de Revolución,
tuvieron su principal escenario en Guayaquil: la Revolución Marcista – llamada
así porque se dio el 6 de Marzo de 1845 contra el poder del General venezolano
Juan Jo Flores, primero y tercer presidente del Ecuador; la Revolucn Liberal
del 5 de Junio de 1895, con la que llega al poder el General Eloy Alfaro; la
Revolución Juliana, del 9 de julio de 1925, que cierra una etapa de la burguea
liberal bancaria – a Alfaro lo haan asesinado el 28 de enero de 1912 – y junto
con la modernidad del Estado,paradoja del destino, fortalece el centralismo; y,
la Revolucn del 28 de Mayo de 1944, que con la Asamblea Constituyente de
1944-1945, promovió reformas de contenido socialista, pero que fue rebasada por
el único ecuatoriano que por cinco veces fue Presidente del Ecuador, invencible
en las urnas, determinante en la historia desde mediados de los años treinta hasta
1972 que es separado del poder, José María Velasco Ibarra, de pensamiento
conservador y liberal del siglo XVIII e inicios del XIX, pero profundamente
latinoamericanista y antiimperialista.
Guayaquil, de los procesos políticos más trascendentes y de los mayores pesos
económicos, sobre todo por la agroexportación, cuna de decenas de gobernantes,
se declara afectada por el centralismo y si lo es –, aun cuando en otras provincias
de menor desarrollo se habla de “bicentralismo: Quito y Guayaquil”.
Posiblemente también pesa una práctica muy guayaquileña desde el siglo
XIX, que frente a necesidades insatisfechas, se preeren soluciones locales,
en salud más de un siglo en que los mejores hospitales públicos son de una
fundación privada, de gran importancia, la Junta de Benecencia, que además
administra la única lotería autorizada en el Ecuador; en el desarrollo de vías
de comunicación, el Comité de Vialidad que en la dictadura de 1970 fue
suprimido: en materia vial y de tránsito, la Comisión de de Tnsito del Guayas,
que cuando se aproxima 60 años de su existencia, su control acaba de asumirlo
el Gobierno central, al modicarse la estructura de su directorio.
León Roldós
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Entidades especializadas de salud, contra la tubérculosis, contra el cáncer,
otras de gestión, autoridades portuarias marítimas y de tránsito aéreo, por
ejemplo se iniciaron desde Guayaquil.
No olvidemos que el Ecuador anterior a la exportación petrolera
década de los setenta sustentaba sus mayores volúmenes de divisas en la
agroexportación de producción costeña.
No eludo deniciones en uno de los macro temas más sensibles; el
régimen político-territorial y su administración.
Soy contrario al centralismo y a la acumulación de poder, creo
en la descentralización efectiva que no hay que confundir con la sola
desconcentración de trámites y en avanzar hacia autonomías nancieras y de
gestión, teniendo como eje a los gobiernos locales, con la mayor transferencia
de competencias, pero con calicación de gasto y auditorías conables.
Las autonomías deben entregar sus aportes de solidaridad y comple-
mentariedad que fortalezcan macro poticas de identidad nacional y auxilien a
jurisdicciones deprimidas o de menor desarrollo, deben alimentar al Ecuador
incluyente y demostrar que no hay que ser separatista exageración que se acusa
en Santa Cruz de Bolivia Tampoco deben permitir la formación de grupos
dominantes protectores y protegidos de los poderes locales, que más temprano
que tarde desafían por sus intereses al gobierno central, olvindose que las
migraciones internas que forman los barrios marginales y marginados de las
grandes ciudades usualmente provienen de los sectores territoriales y sociales
s deprimidos por lo que sus ciudadanos nunca dejan de sentirse ctimas de
los mayores grupos dominantes.
Las regiones impuestas, sin consensos que sólo podrían darse con
consultas populares, tienen el riesgo de fortalecer el centralismo, a menos que
tengan órganos de gobierno no dependientes del poder central.
Cuando asumo el concepto de autonomía, no confundo su vigencia con
la razón de ser del modelo autonómico de España, porque el Ecuador con
un mestizaje entre el 84 y el 85%, para nada puede compararse con lo que
signican las alegadas nacionalidades y sus regiones que conviven en España,
ni la conciliadora Cataluña, ni el demandante pueblo Vasco.
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En el Ecuador hay matices diferentes entre sus regiones naturales y sus
grupos poblacionales, de ahí que la diversidad debe respetársela y trabajar
sobre esa realidad, porque ese respeto y trabajo se constituirán en los mejores
soportes de la unidad nacional.
Crecimiento y desarrollo
El Ecuador no es excepción en Latinoamérica. Su crecimiento económico
es superior a sus niveles de desarrollo, porque la acumulación tiene nichos de
beneciarios, ahí están los que realizan prácticas monopólicas y los carteles
empresariales, pero tambn el propio Estado que no es ejemplar en la
asignación de recursos.
En el texto constitucional, el modelo es de economía social de mercado, en
la práctica lo social es una palabra y el mercado en buena parte es una cción.
En los años de la década de los noventa del siglo XX, el sistema jurídico
económico y empresarial del Ecuador entró en la dinámica de la modernización
y la apertura a la inversión extranjera y a las concesiones. No tuvo la aceleración
de otros países de la regn, por eso, citando lo que se avanzaba en las
privatizaciones en Argentina con Mennen y Cavallo, en Bolivia con Sánchez
de Lozada y en Perú con Fujimori, se acusaba que el Ecuador iba a “perder el
tren de la historia”. Con los años, en Argentina el modelo de convertibilidad
quebró, Sánchez Lozada, hoy procesado penalmente, debió huir de Bolivia,
Fujimori está preso.
La referencia anterior no es para defender el estatismo ni el antiguo
modelo cepalino de sustitución de importaciones y de subsidios.
El denominador común de todos los atrasos y fracasos está en la
corrupción estimulada por los privilegios y la impunidad.
El precio del petróleo y las recticaciones en la participación del Estado
ha incrementado los recursos scales.
El incremento de las importaciones de los últimos años ha signicado
afectación de la cuenta corriente no petrolera de la balanza de pagos, pero las
exportaciones no petroleras tienen un buen nivel en volúmenes y en precios.
León Roldós
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La tendencia a la desaceleración de la economía, por dudas políticas en
las expectativas de los actores económicos, en lo inmediato, puede signicar
baja en las importaciones que en cuanto a bienes de consumo puede ser
conveniente para que salgan los stocks acumulados, pero si se da en bienes de
capital puede afectar la producción y la inversión. Más aún, esas dudas pueden
signicar fuga de recursos líquidos, por lo que desde el Ejecutivo y la Asamblea
Constituyente se debe pensar y actuar generando certezas.
En lo relativo a endeudamiento externo, el Presidente Correa ha
expresado que fuera de créditos ya comprometidos con la Corporación Andina
de Fomento y los desembolsos pendientes es probable que el Ecuador
no requiera más crédito externo. Respecto a la deuda anterior existente, cada
vez con menor peso relativo en el Presupuesto del Estado y en proporción al
Producto Interno Bruto, el discurso político de su depuración, bajo la tacha
que hay endeudamiento ilícito, parece que no pasa de las palabras y su servicio
es de absoluta regularidad.
Políticamente Correa ha tomado distancia del Fondo Monetario
Internacional, con el que no habrá ni se requiere carta de intención alguna,
y del Banco Mundial, por la tacha de sus condicionalidades. No creo que se
el paso siguiente de retirarnos de los dos organismos, pero si van a congelarse
las relaciones con esas dos entidades. Diferente es la actitud respecto del Banco
Interamericano de Desarrollo y de la Corporación Andina de Fomento.
El rol de Correa en el impulso al Banco del Sur, como fuente de cdito y
depositario de la liquidez del Banco Central y del Estado, ha sido muy importante.
El profesionalismo y no politización de ese Banco podría signicar su éxito.
Otra cosa será la pretensión de una moneda regional, imposible en el
corto y mediano plazo por las homogenización de políticas económicas que se
requerirían, no parece posible modicar aceleradamente los tiempos, quizás no
se requerirían las décadas de Europa, pero nunca será cosa de pocos años.
El tema monetario en el Ecuador es complejo. Tanto el Presidente Correa
como el posible Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Alberto Acosta,
en la teoría económica antes del ejercicio del poder, plantearon la eliminación de la
dolarización establecida en enero del 2000, al desaparecer la emisión monetaria en
sucres. En campaña electoral y en el ejercicio de las funciones a su cargo, han sido
enfáticos en mantener la dolarización como realidad irreemplazable en los años
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
inmediatos, rechazando, eso si, la pretensión de la derecha potica y de sectores
empresariales, de dar a la dolarización carácter constitucional.
En los últimos días, el Presidente Correa se ha referido con dureza
sobre la pérdida del valor del dólar en relación al euro y a otras monedas que
se han revalorizado, señalando la verdad que no hay devaluación en moneda
nacional el sucre hasta inicios del 2000 pero por la dolarización se deteriora
nuestra realidad monetaria, nos arrastra el dólar, planteando el Presidente que
las exportaciones de petróleo podrían liquidarse y cobrarse en monedas más
fuertes que el dólar, lo que además conllevaría que parte de la liquidez pública
en el exterior y de las cuentas nacionales se reeran a tales monedas.
¿Cómo los actores económicos y sociales recibirían y asimilarían aquello
de dos o tres o s monedas circulando en el Ecuador? ¿Convencerá la
sustentación del Presidente Correa, si es que la Asamblea deciden la diversidad
monetaria? ¿Se asustarán los actores que manejan liquidez, cualquiera que sea
su monto? Difícil es encontrar respuestas. Si me tocara decidir, mantendría
la dolarización en la liquidez de pagos; y, los valores que se manejen en
otras monedas, los contabilizaría en dólares, ingresando como incremento
cambiario las diferencias que se generen por la desvalorización del dólar, de
seguirse dando, y la revalorización de las monedas fuertes, pero éstas deben
ser selectivamente denidas, no signos monetarios de otros países por solo
razones políticas, aun cuando se encubran en ujos de negocios o inversión,
ni nuevas monedas para eliminar ceros de las que han estado en circulación,
por más disciplina o liquidez coyuntural del país que la emita.
La pregunta esperada es ¿por qué Correa puede orientar cambios radicales
en la economía ecuatoriana, aun con sesgos estatistas y centralistas?. Sin lugar
a dudas, por la profunda iniquidad en las relaciones económicas, acumuladas
y potenciadas por los vínculos de grupos dominantes con quienes ejercían el
poder político real.
La quiebra bancaria generalizada con congelamiento de depósitos y la
desvalorización de la moneda nacional el sucre entre 1998 y el 2000 –, que
desembocó en la dolarización arrastrando quiebras empresariales, extinción
de ahorros, emigración fruto de la desesperación por pobreza y falta de trabajo,
todavía no ha tenido el castigo que merece, los actores económicos y políticos
que la provocaron, permitieron y encubrieron gozan de impunidad, más aun
León Roldós
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siguieron gobernando en los años siguientes y algunos hasta se atreven a
aparecer en diversas dirigencias ponticando en política y en economía.
A lo expresado se suman las prácticas de evasión y elusión tributaria,
los círculos de los negocios del Estado, las simulaciones y réditos no
transparentados en concesiones del Estado y otras formas de corrupción.
Las formas de monopolios y de carteles empresariales mediante los cuales
desaparece toda competencia siguen existiendo. El caso s patico vinculado
al cartel de las instituciones bancarias es el de los costos del dinero, ya que en la
economía dolarizada, por lo tanto sin devaluación frente al dólar, inación que no
llega al 3% anual, pagos en operaciones pasivas que no exceden del 5% y excesos
de liquidez, los intereses de los créditos, en los diversos segmentos, en promedio
superan de largo el 15% anual, porque la autoridad tiene como base de lculo
lo que los bancos quieren cobrar en promedio mes a mes.
Voy a la Asamblea Constituyente y estaré, como ya lo expresé, por las
certezas. Cito algunas. No generar incertidumbres monetarias. Fortalecer la
capacidad de regulación y control del Estado, pero no extender innecesariamente
la estatización en la economía. Transparentar las concesiones. Respetar la
propiedad privada, en función social, sin ensayos conscatorios. Estimular
inversiones productivas y competitivas. Incorporar más actores económicos
y sociales a la producción. Establecer reglas claras de benecio mutuo para
la inversión y la fuerza laboral. Desmontar monopolios e impedir carteles
empresariales. Sancionar la corrupción, incluyendo a los responsables de las
impunidades. Rescatar la contratación pública, sin fundaciones que canalicen
negocios en círculos dominantes, ni emergencias declaradas para eludir la
normativa contractual blica. Impulsar la integración regional latinoamericana.
El entorno ambiental y el adecuado uso y aprovechamiento del agua deben
ser transversales en toda inversión y obra pública y privada.
En cuanto al gasto público, privilegiar la asignación de recursos para lo
social, incluyendo la sustentación económica de los históricamente marginados,
en fuentes de trabajo, vivienda y otros rubros.
La salud, la educación, la cultura, el deporte, la seguridad social, no sólo
requieren recursos, sino también calidad. Las mejores estadísticas de poco
sirven en los números si no hay calidad.
Ecuador: sus temas fundamentales
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Debemos tener expectativas positivas, objetividad, valentía y oportunidad
para asumir posiciones, sabiduría y tolerancia para generar coincidencias.
La gobernabilidad
El deterioro social, económico y político del Ecuador se aceleró desde
la década de los noventa. A pretexto de gobernabilidad, se reformaron la
Constitución y las leyes para perpetuar partidos y grupos dominantes a los que el
Presidente Correa ha tachado de “partidocracia” y “pelucones” en su orden.
En su momento, caliqué de trapiche el ejercicio real de poderes
dominantes en el Ecuador, porque actores que llegaron al poder político
cuestionando la perversa realidad, más temprano que tarde, terminaron
sometiéndose, hasta que siendo innecesarios, se los echaba como bagazo.
El entorno internacional fue propicio para que Rafael Correa llegue al
poder. Su cuestionamiento a los Estados Unidos, en particular en lo relativo a las
negociaciones para un Tratado de Libre Comercio y el n de la base de Manta,
la simpatía de la izquierda latinoamericana, la evidente y abierta inuencia del
Coronel Hugo Chávez, entre otros factores, fueron determinantes.
Rafael Correa se benecia de experiencias de Hugo Chávez, pero no
lo creo su incondicional. De hecho, los Estados Unidos y Colombia – cuyos
gobiernos han sido cuestionados por Correa- han preferido no enfrentarlo y
propician espacios no ortodoxos de conciliación. La izquierda con matices de
social democracia los gobiernos de Brasil, Chile, Argentina y Uruguay- le ha
abierto espacios, inclusive los gobiernos de España e Italia.
En lo interno, Correa genera y responde confrontaciones en las palabras
y en las acciones. A más de su elección presidencial, los dos procesos relativos
a la Asamblea Nacional Constituyente, la consulta para su convocatoria y la
elección de asambleístas, los ha ganado ampliamente con más de la mayoría
absoluta, claro que, en el segundo proceso citado, usó todos los espacios
de poder, inclusive los recursos del Estado para publicitar al gobierno e
incrementar y crear nuevos subsidios, debiendo mencionarse que aquello
no es que se hace por primera vez, siempre fue práctica de la partidocracia
acusada por Correa.
León Roldós
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La explicación de la fortaleza del Gobierno está dada en el contexto de
esta ponencia, desaó y sigue haciéndolo a los poderes dominantes reales.
No se le puede demandar transigir con aquéllos, pero si tolerancia y respeto
a las libertades fundamentales.
Para fortalecer los cambios, en democracia y en la construcción de la
nueva institucionalidad, sin aquezas, y del orden jurídico y constitucional que
permita pensar y actuar en justicia y equidad, iremos asambleístas y ciudadanos
a la Asamblea Nacional Constituyente.
DEP
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
142
Guyana: el impacto
de la política externa
sobre los desafíos del
desarrollo
Robert H. O. Corbin
Prefacio
E
n obra reciente
1
, el ex-Ministro de Relaciones Exteriores de Guyana,
Rashleigh Jackson examinó la tradición diplomática de Brasil en los términos
siguientes:
“Mi primer contacto con la alta calidad de la diplomacia brasileña ocurrió en 1963
cuando asistía a curso de entrenamiento diplomático para profesionales del Caribe que
fuera organizado por las Naciones Unidas y se realizó en Barbados. En el panel de
distinguidos expositores estaba el Embajador Roberto Campos de Brasil. Él impresio
1 Rashleigh Jackson (2003), Guyana’s Diplomacy: Reections of a Former Foreign Minister, Free Press
Georgetown, ISBN: 976-8178-11-6.
* Ex Secretario-General del Congreso Nacional del Pueblo (PNC)
Robert H. O. Corbin
143
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
a los participantes con el brillo de su intelecto y con su demostracn de lo que un buen
diplomático debe ser… Mis contactos con esos dos diplomáticos (el otro era el Sr. Costa
e Silva), provocó mi interés en el proceso de formación de los diplomáticos brasilos.
Posteriormente, me di cuenta de la buena reputacn y de las excelentes instalaciones del
Instituto Rio Branco. Es para fuente de satisfacción que cuando fui Ministro, jóvenes
diplomáticos guyanesas fueron seleccionados para frecuentar ese Instituto por intermedio
de becas brasileñas. Ellos tuvieron ahí buen desempeño.
2
Esta institución, entre otras, puede atribuirse la buena tradición diplomática
de Brasil. Me siento privilegiado por haber sido invitado a hacer una presentación
sobre Guyana ante esta distinguida institución, que tiene papel central en la
preparación de estudiantes de relaciones internacionales de todo el continente.
El hecho de que otros países del continente confíen la formación de sus
diplomáticos a este instituto es prueba del aprecio de que es objeto.
Introducción
Guyana es una sociedad multtnica, multicultural y plural que ha
enfrentado innumerables problemas antes y después de la independencia de los
británicos en 1966. Entre los muchos desafíos están, lograr la unidad nacional
y la cohesión social en una sociedad que ha estado afectada por conictos
y confrontaciones de carácter racial, étnico y político; acelerar el desarrollo
económico y reducir la pobreza en un ambiente global crecientemente hostil;
preservar su integridad territorial ante reivindicaciones de dos vecinos; y
explotar sus abundantes recursos naturales.
Esta presentación traza un breve boceto de Guyana y del origen y naturaleza
de algunos de sus problemas, cuya solución ha representado serio desao para
el pueblo del país. No bastaa, sin embargo, simplemente presentar un boceto
biográco de Guyana. No me atrevería a dar orientación profesional sobre
las cnicas requeridas para conducir relaciones interestatales que involucran
negociaciones complejas y consultas reservadas que exigen gran habilidad. Los
éxitos de los esfuerzos diplomáticos resultan en atractivas portadas en los medios
de comunicación pero frecuentemente, no así el arduo trabajo y su cuidadosa
2 IBID, Pág. 40.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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preparación
3
. Espero, sin embargo, poder al menos darles una perspectiva de
Guyana que sea relevante para sus carreras profesionales.
Como esta presentación está destinada a actores de relaciones
internacionales, ofrece alguna información sobre como la conducta de la
política exterior y de las relaciones internacionales de Guyana ha contribuido
para la resolución de algunos de esos problemas y para el alcance de los
objetivos nacionales, sobretodo la preservación de su integridad territorial
4
.
Pongo énfasis especial en las relaciones bilaterales entre Brasil y Guyana.
Brasil – Una potencia económica
He tenido el privilegio de servir en el gobierno de Guyana en una
administración política que defendía las relaciones formales con Brasil.
Era de opinión entonces, y todavía lo soy, de que aceptamos nuestro destino
continental hace casi cuatro décadas al avanzar más allá de nuestras fronteras
para encontrarnos” con vecinos de quien nos haamos separado por
accidente histórico. Es necesario a agregar, sin embargo, que la separación
fue exclusivamente un fenómeno de la región de la costa, ya que siempre
existieron lazos entre los pueblos indígenas más allá de las fronteras. Esos
lazos han permanecido y se han fortalecido.
Los brasileros se acordarán de la dramática imagen de un jaguar invocada
por el Ministerio de Hacienda para ilustrar el fuerte desempeño de la economía
del país por ocasión de la presentación de los resultados económicos del
país al comienzo de 2006. En junio de este año, durante una presentación
en Georgetown, Su Excelencia Arthur V.C. Meyer, Embajador de Brasil en
Guyana, recorque desde el inicio de la presente cada la tasa de crecimiento
del Producto Interno Bruto real de Brasil creciera alrededor de 3 por ciento
anualmente y que los pronósticos actuales para 2007 indican una tasa de
crecimiento de alrededor de 4 por ciento. Con respecto al sector externo de
la economía brasilera, dijo lo siguiente:
3 Vide Jackson (2003) pág.1.
4 Venezuela sigue reclamando casi dos tercios del territorio de Guyana hacia el oeste: Esequibo; Surinam
reclama territorio hacia el este: el triángulo de The New River; La cuestión del límite marítimo fue recientemente
resuelta por arbitraje.
Robert H. O. Corbin
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
“Ha habido superávits en la cuenta corriente de la balanza de pagos en los últimos tres
os. Los resultados del ujo de comercio de bienes representan alrededor de 25 por
ciento del PIB nacional mientras que la totalidad de los bienes exportados ultrapasa
largamente los cien mil millones de lares norte-americanos. Como resultado, la cantidad
total de la deuda externa de Brasil ha estado disminuyendo de manera constante y las
reservas internacionales de Brasil alcanzan hoy el signicativo nivel de 140 mil millones
de lares. La inversn externa directa y las inversiones externas en el mercado de
capitales de Brasil también se han incrementado a tasas expresivas. Brasil es hoy día
uno de los más importantes países en desarrollo en materia de atraccn de inversiones
externas. Las perspectivas para la economía brasileña son cada vez mejores”.
No cabe duda del status de Brasil como potencia económica global
emergente. Por lo demás, por intermedio de instituciones como el Tratado de
Cooperación Amazónica y el Mercosul, Brasil está totalmente involucrado en
el progreso económico del resto del continente. Lejos de ser lo que se podría
llamar un “vecino de puerta”, Brasil es, del punto de vista de Guyana, un aliado
estratégico vital. En las palabras del ex-Ministro Jackson: “esas relaciones tienen no
apenas aspectos políticos y económicos: también tienen implicaciones en materia de seguridad.
Relaciones con Brasil representan elemento esencial de una política de fronteras coherente
e internamente consistente. Has sido igualmente importantes para ayudar a consolidar la
identidad de Guyana como estado sudamericano, sin disminución de su papel y sin afectar
su carácter como miembro del Caricom
5
.
Esta visión ha sido endosada por la presente administración política
en Guyana, que mientras en la oposición, había expresado dudas cuando, en
1969, el gobierno de Guyana estableció una Embajada en Brasil
6
. El valor de
las relaciones de Guyana con Brasil ha sido reconocido por el Ministerio de
Relaciones Exteriores en Georgetown y por el Presidente Bharrat Jagdeo
7
.
La nuestra ha sido una historia de compromiso constructivo, de coexistencia
pacíca, de buena vecindad, y creo que seguramente sirve de modelo para
relaciones entre estados en el continente.
5 IBID, Pág.45.
6 Vide, nota de prensa de agosto 1969, “El último desperdicio de fondos públicos es la apertura de una
embajada en Brasil”; Vide, Mirror de agosto, 10, 1972, “La cuestión de Brasil”; Vide,Jackson (2003), pág.42.
7 Vide, Informe anual del Ministerio de Relaciones Exteriores de 2000; Vide, Discursos del Presidente Jagdeo
durante la reciente cumbre del Grupo de Rio en Georgetown.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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Guyana: la génesis de los desafíos
Los desafíos de Guyana empiezan con la lucha de nuestros pueblos indígenas
contra la colonización y la amenaza de genocidio. Después, vino la esclavitud, la
lucha contra el colonialismo y la lucha por la independencia política. Hubo también
luchas por los derechos del trabajo y por la independencia económica.
Guyana contemporánea es el resultado de una interesante circunstancia
geocultural. Aunque estamos situados en el continente de Sudamérica, nuestra
historia y cultura han sido claramente caribeñas. Compartimos con Brasil la
experiencia de pueblo indígena cuya presencia en el continente es muy anterior al
arribo de los europeos y de las demás razas que hoy componen nuestro país.
Guyana
8
, el único país angfono de Sudamérica, está rodeado, de forma
única, por países de lengua hispánica, portuguesa y holandesa
9
. Esto proporciona
un estudio de caso interesante, si no triste, de un país que lucha por el desarrollo
en el contexto de una sociedad plural multicultural en la cual el conicto étnico
ha dominado la política. La población de menos de un millón de ciudadanos
10
incluye pueblos de seis orígenes étnicos
11
viviendo en una superficie de
83.000 millas cuadradas (215.970 kilómetros cuadrados). Cabe subrayar que
el noventa por ciento de la poblacn de Guyana vive en una angosta faja de
470 millas de extensión de la costa Atlántica. Esta antigua colonia británica
12
,
desafortunadamente, ha tenido dicultad para explotar sus abundantes recursos
naturales
13
y para dar a todos sus ciudadanos una calidad de vida aceptable.
Los viajes de Colón al nuevo mundo dieron comienzo a un período de larga
rivalidad europea para establecer colonias en las Indias Occidentales y en Sudamérica
con el objetivo de extraer riqueza, que inicialmente se creyó existir en ciudades de
Oro. Esa busca por el nunca alcanzado El Dorado estimuló muchos viajes. El último
de Sir Walter Raleigh, (1617), le costó a él su cabeza por el fracaso en entregar a
8 Un término amerindio, que signica “Tierra de muchas aguas”, recoge la idea de los muchos ríos que cortan
el paisaje.
9 Venezuela al oeste; Brasil al sur y sureste; Suriname al este.
10 El ultimo censo en 2000 registró 750.000 habitantes.
11 Amerindios nativos de diversas tribus; africanos; nativos de las Indias orientales; portugueses, chinos.
12 Mientras que Gran Bretaña fue el último poder colonial, el país fue regularmente colonizado por los
holandeses y franceses.
13 Abundantes selvas tropicales, variedad de minerales, incluyendo oro, diamantes, bauxita, uranio, petróleo;
una llanura costera apta para una variedad de cultivos, incluyendo, caña de azúcar, arroz, y verduras; una rica
plataforma marina que permite una activa industria de pesca y camarones.
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la Corona el codiciado metal. La alegación de Raleigh de que El Dorado
14
tea,
s abundancia de oro que cualquier parte de Perú y tantas otras, incluso mayores,
ciudadesnunca se comprobó. Fue la agricultura que trajo a Europa su riqueza
caribeña
15
. El Azúcar se volvió Rey. La riqueza mineral vino mucho más tarde,
pero en ese entonces el azúcar, junto con el arroz y la bauxita, ya eran los pilares
de la economía de Guyana. Esta situacn predominó por cerca de dos siglos hasta
las exploraciones de la BG Consolidated Gold Fields Ltd
16
. Más recientemente, la
empresa de minas de oro Omai
17
, descubrió su propio El Dorado.
Mucho antes de que la rivalidad europea empezara, los pueblos aborígenes
habían instalado en esas tierras
18
. Sobrevivieron a las más devastadoras
enfermedades y al tratamiento inhumano y hoy representan alrededor del 10%
de la población
19
. Igualmente signicativo es el hecho de que ellos han guardado
sus varias lenguas
20
.
Los holandeses establecieron el primer asentamiento en Guyana en
1616, un entrepuesto comercial en el Río Esequibo
21
. Originalmente dividida
en tres colonias, Essequibo, Demerara y Berbice, separadas por tres ríos de
nombres iguales, que corrían todos hacia el Atlántico, y con una línea costera
fronteriza que se extendía por 432 kilómetros, Guyana fue nalmente unicada
en 1831 bajo control británico. El período intermedio asistió a las tres colonias
cambiando de mano entre holandesas, francesas e inglesas
22
. Evidencia de tal
puede todavía hoy ser encontrada en la arquitectura contemporánea y en los
nombres de muchos lugares en la Guyana de hoy.
23
Los británicos continuaron
14 Vide, Adamson and Holland, (1969), pág. 232; vide Barber and Jeffrey, (1986), Guyana:Politics, Economics
and Society, ISBN: 0-86187-418-8, pág. 4.
15 Algodón, tabaco, y azúcar.
16 Una compañía que extrajo grandes cantidades de oro del área de Tumatumari en la región de Mazaruni,
construyó la primera hidroeléctrica para facilitar sus operaciones.
17 Una compañía canadiense que se estableció en un área del mismo nombre en 1989 y exportó grandes
cantidades de oro comparada con extracciones anteriores.
18 Según un relato, tan temprano como el año 900 d.J.C.
19 Vide, Censo Poblacional y Habitacional, 2002.
20 Los Arawacs y los Caribes básicamente han perdido su lengua pero los amerindios del interior hablan sus
numerosas lenguas: Arawak, Caribe, Warau, Patamona, Akawaio, Arecuna, Macushi, Wapishana y Wai Wai,
haciendo del inglés su segunda lengua.
21 Historiadores dieren sobre la fecha del primer asentamiento, si fue el de New Zeelandia o Kyk-Over-Al,
pero Guyana acepta el último.
22 Vide, Baber & Jeffrey.
23 Hoy en día muchos lugares retienen el nombre holandés o francés: Staebroek, Market, La Reconnaince, La
Bonne Intention.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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con la extracción de riqueza y mantuvieron control hasta la independencia en
26 de mayo de l966 bajo una constitución parlamentar, a la Westminster. En
1970, Guyana se volvió una República con una presidencia ejecutiva.
Fue la caída de la producción de algodón y de tabaco y las enormes
ganancias obtenidas del azúcar los que funcionaron como catalizador de la
singular conguración del paisaje
24
y de la demografía
25
de Guyana. La población
esclava africana aumentó de 2.500 en los años1660 a 100.000 alrededor de
1812.
26
Por el 1891, el censo Decenal registró una población total de 278.328.
27
Algunos historiadores, sin embargo, han calculado en millones los africanos que
en realidad partieron hacia el mundo nuevo, pero no llegaron jamás.
La abolición del tráco de esclavos, (1807), y más tarde de la esclavitud,
(1838), obligaron a los dueños de las plantaciones a buscar mano de obra
en otros lugares. El experimento con los europeos fue un enorme fracaso y
como describe un escritor. “el experimento con los alemanes fue un desastre; a cierta
altura llegaron inclusive a negarse a salir a los campos”.
28
Los portugueses de Madeira
dieron mejor resultado, (40 fueron inicialmente traídos en 1834 y 429 fueron
traídos en 1835) pero, como los chinos que fueron traídos a parir de 1853,
se mostraron una fuente de trabajo poco conable debido a su interés en el
comercio apenas expiraban sus periodos contractuales.
29
De la India vino la mayoría de los trabajadores forzados, siendo registrados
en 1838 los primeros arribos. Cuando el sistema de trabajos forzados se terminó
en 1917, un total de 31.645 portugueses, 238.979 indios, 14.189 chinos, y
42.343 ciudadanos de las Indias Occidentales habían llegado a la colonia y
alrededor de 1921, el informe del Censo indicaba una población de alrededor
de 297.691 personas.
30
Ochenta y un año más tarde, en 2002, el informe del
24 La recuperación de la tierra del mar: el gran malecón construido por los holandeses se extendía a lo largo de
la costa por seis pies bajo el nivel del mar, para hacerla cultivable, el vasto sistema de canales, de drenajes, zanjas
y diques construidas en su mayoría con trabajo esclavo, y que son hoy en día esenciales para la producción
agrícola en la costa.
25 Importación de esclavos y de trabajo forzado de diversos países.
26 ARF Webber
27 Censo Decenal, 1841-1891, citado en Moore, B L (1987) Race, Power,and Social Segmentation in Colonial
Society, London, Gordon and Breach, pág. 274; vide, Kampta Karran, (2004) Racial Conicts in Guyana,
reproducido en, Racial Conict Resolution and Power Sharing in Guyana, Selected Readings, Kampta Karran,
ed. (2004) ISSN: 10128239 Offerings (Georgetown), pág. 69.
28 Baber & Jeffrey, Guyana: Politics, Economics and society, (1986), pág. 12.
29 Mary N Menezes, 1986) Scenes from the History of the Portuguese in Guyana, London, pág. 6.
30 Vide Baber & Jeffrey, (1986), pág. 13.
Robert H. O. Corbin
149
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
censo revelaba una población declinante. Hoy, la población comprende 43%
de originarios de las Indias Orientales, 30% de africanos, 10% de amerindios,
17% de raza mixta y menos de 1% de otros grupos.
31
Conicto étnico, político y social
Algunos autores sustentan que la coexistencia involuntaria de grupos étnicos
en Guyana creó las condiciones para conicto y que ese ha sido fomentado por la
potencia colonial para facilitar un sistema de divide and rule.
32
Otros apuntan para
la inuencia de una economía de monocultivo de exportación, del pluralismo
cultural
33
, de problemas inherentes a una sociedad plural
34
, del impacto de
la división de clases
35
, de la rivalidad política
36
y de diferencias culturales.
37
Estudio más reciente
38
cita la inuencia de la religión combinada con nociones
de superioridad racial como los factores principales que generaron un ciclo de
antagonismo racial en Guyana. Mientras algunos líderes políticos
39
han tratado
de negar que la raza sea una causa central de conicto, Guyana hoy enfrenta
serios desafíos al intentar resolver creciente conicto étnico
40
y acertadas quejas
contemporáneas de marginalización racial
41
resultante del mal uso del poder
potico. Más adelante, discutiré el papel de las relaciones externas en el esfuerzo
para resolver esos desafíos.
31 Informe del Censo de Población y Vivienda de Guyana, 2002.
32 Vide, Baber and Jeffrey, pág. 13.
33 George Beckford,(1972) Persistent Poverty: Under development in plantation Economies of the Third
World, London: Routledge.
34 J S Furnival, (1948) Colonial Policy and Practice: a comparative study of Burma and Netherlands India,
Cambridge University press; M G Smith (1965) The Plural society in the British West Indies, Berkeley, University
of Californa Press; Leo Despres (1967), Cultural Pluralism and Nationalist Politics in British Guiana, Chicago:
Rand Mc Nally & Co.; Kampta Karran (2004) Racial Conict Resolution and power Sharing in Guyana, 1831-
1905, Selected Readings, pág. 13-15.
35 Clive Thomas (2000), Revisiting theories of Class and ethnicity en the Caribbean, in Kampta Karran (ed),
Race and Ethnicity in Guyana: Introductory Readings, Guyana: Offerings Pub;Baber & Jeffrey, Chapter 3,
Guyanese Social Structure – Race and Class, pág. 38-54.
36 Jagan Cheddi, West on Trial.
37 George Beckford,(1972) Persistent Poverty: Under development in plantation Economies of the Third
World, London: Routledge.
38 Kean Gibson, (2003) The cycle of Racial Oppression in Guyana, University Press Of America.
39 Cheddie Jagan, Forbes Burnham, Walter Rodney.
40 Baber & Jeffrey (1986), Guyana: Politics, Economics and society.
41 El partido político PNCR, ACDA: African Cultural Development Association, y muchas otras organizaciones.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
150
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Desarrollo ecomico real probablemente no podrá ser alcanzado
en la presente condición de división étnica. Diversas organizaciones
42
e
intelectuales
43
han presentado propuestas de cambios institucionales como
instrumento para solucionar el problema, siendo las más recientes la gobernanza
compartida, propuesta que ha sido tratada con poco interés por la presente
administración. La “Estrategia de Desarrollo Nacional (2001-2010): Erradicar
la Pobreza y Unicar Guyana”
44
, arma, entre otras cosas:
El más grande obstáculo par el desarrollo de Guyana se encuentra en el carácter
divisivo de su política. Desde los años que precedieron a la independencia del país, toda
actividad de la nación ha sido dominada por dos partidos políticos, cuyos principales
seguidores provienen de uno u otro de los dos principales grupos raciales. De manera
general, los indo-guyaneses apoyan al Partido Popular Progresista y los afro-guyaneses
al Congreso Nacional Popular (ahora Congreso Nacional Popular Reformado).
En parte a causa de la prevalencia de fuertes rivalidades políticas raciales entre esos dos
grupos, en parte porque la Constitución de Guyana está en gran parte basada en el modelo
de Westminster que no contribuye a la inclusión en la gobernanza Ha habido poco o
ningún acuerdo entre esos poderosos partidos políticos con respecto a cualquier importante
tema político, social o económico desde que Guyana se tornó independiente.
Es evidente, sin embargo, que para que Guyana alcance algún nivel, aunque modesto, de
desarrollo en los próximos diez años más o menos, es esencial que sean tomadas algunas
decisiones, basadas en discusiones objetivas e inteligentes entre los dos Partidos.”
El capítulo tercero del Documento de Estrategia que está totalmente
dedicado al tema de la gobernanza concluye que el cuadro que emerge es muy
pertubador
45
. Recomienda que procedimientos de consulta y participación
necesitan ser institucionalizados en todos los aspectos de la administración.
Enfatiza que la historia de la gobernanza en Guyana demuestra que las orígenes
mismas del país, sus varias constituciones, sus conguraciones políticas, etc.,
han conspirado contra la democracia consultiva. El actual sistema de gobierno
local y regional
46
tampoco se presta a una participación signicativa y de hecho
42 ACDA, PNCR.
43 Dr. David Hinds, Kampta Karran, Clive Thomas.
44 Government Publication: National Development Strategy (2001-2010): Eradicating Poverty and Unifying
Guyana, A Civil Society Document.
45 IBID pág. 8, párrafo 3. II. 2.
46 El país está dividido en diez regiones políticas y administrativas, y sesenta y cinco órganos gubernamentales
Robert H. O. Corbin
151
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
sólo acentúa las imperfecciones del gobierno central. Finalmente, entre otras
muchas recomendaciones se hizo la de,
examinar la relevancia del tipo “Westminster” de sistema de gobierno para Guyana
y de tener una serie de discusiones nacionales estructuradas de: (i) el signicado de
“consociatismo” y federalismo y otras formas de inclusión y participación en el poder,
y (ii) su aplicabilidad a Guyana.
47
A pesar de cambios constitucionales
48
, reformas electorales
49
y diálogo
50
entre los principales partidos y líderes políticos, el objetivo de un nuevo e ilustrado
sistema de gobernanza permanece ilusorio. La existencia de un Documento de
Desarrollo Estratégico es en misma ejemplo del impacto de las relaciones
exteriores en la política interna. El documento tuvo su génesis en la colaboración
del ex Presidente de Estados Unidos Jimmy Carter que quiso negociar soluciones
para las divergencias entre los principales partidos. La participación del Caricom,
el papel de la Secretaria del Commonwealth, incluyendo el nombramiento de un
enviado especial para facilitar la solución del conicto político, todo apunta al
impacto de las relaciones exteriores en la política interna.
La economía de Guyana
En su presentación del presupuesto del 2 de febrero de 2007, el Ministro
de Finanzas Dr. Ashni Singh describió como excelente el estado de la economía.
Usando como referencia la última edición del World Economic Outlook que estima el
crecimiento global en 5,1% para 2006 (Estados Unidos registró lo un crecimiento
de 3,4%), planteó que el crecimiento de Guyana de 4,7% era encomiable.
Argumentó que la producción de azúcar crec 5,5% a 252.588 toneladas y que
el arroz pasó los niveles de 2005 en 12,4% alcanzando 307.041 toneladas. Dijo,
llamados Consejos Vecinales Democráticos. Hay también veinte Consejos de Pueblos Amerindios que
administran los asuntos locales en sus respectivas comunidades.
47 IBID, pág.15, párrafo 3.IV.1.1.10.
48 El más reciente después de la violencia electoral de 1997 y la participación del Caricom, una comisión
constitucional fue creada y cambios fueron hechos en 2000; la Constitución fue también alterada previamente
en 1980 para hacerla socialista.
49 Hubo cambios electorales drásticos en 1992,1997, 2001; Vide, Informe sobre las recomendaciones de la
Comisión de Reforma Constitucional 1999.
50 Entre líderes del Gobierno y el Presidente, Hoyte/Janet Jagan 1997, Corbin/Jagdeo 2003; también entre los
tres principales partidos políticos.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
152
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
también que a pesar de que hubo una disminución en ciertos sectores
51
, otros
sectores agrícolas registraron fuerte desempeño
52
. Con una inación de 4,2% y el
aumento salarial de 5%, aseguró que Guyana estaba bien económicamente.
La ciudadanía, sin embargo, no comparte este punto de vista. De hecho,
se piensa que si no fuera por el alto nivel de remesas del exterior, el costo de
vida habría tenido un impacto mucho mayor en la vida de la gente.
Un análisis del presupuesto
53
de la rma de contabilidad Ram y McRae
rechazó la evaluación del Ministro. Cuestiona abiertamente las cifras del
crecimiento e inación, salando que las cifras de crecimiento del acar y arroz
no eran sucientes para revertir las pérdidas de 2005. Concluye, entre otras cosas,
que sin nuevas y serias medidas y con la inación proyectada de 4,9% y 5,2%
respectivamente, no inspira conanza en que Guyana vuelva a corto plazo al crecimiento
de inicio de los noventa.
54
Hay que señalar que las altas tasas de crecimiento de los noventa fueron
resultado del Programa de Recuperación Económica (PRE) introducido en
1989 por el gobierno del Presidente Desmond Hoyte, (1985-1992). Tyrone
Ferguson
55
entrega un análisis estructurado de la economía de Guyana, el contexto
de la Reforma de la Política Ecomica y del PRE. Ferguson deende que las
manifestaciones de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial en la potica
económica de Guyana fueron probablemente determinadas por la interaccn de
consideraciones internas e inuencias externas durante períodos especos. Los
identica como el período de la lucha por la descolonización de los os cincuenta
e inicio de los sesenta caracterizado por: una lucha interna por el control de la economía
política que incluía divergencias políticas, rivalidades étnicas y raciales y las ambiciones personalistas
de los líderes políticos más prominentes.
56
La economía se convirtió en rehén de la
intervención extranjera, ya que existió una manipulación deliberada de la situacn,
51 La industria minera y de extracción de piedra cayó 22,4%; la producción de bauxita disminuyó 9,2%; la
declaración de oro a 200.000 onzas: una disminución de 23,3%.
52 La industria forestal 11%; el sector manufacturero 4% estimulado por una expansión del 36,5% del crédito para
el sector privado; construcción e ingeniería 12%; transporte y comunicaciones 12%; la balanza de pagos aumentó a
US$44,9 millones de US$8,1 millones en 2005; reservas del Banco de Guyana valoradas en US$278 millones.
53 Focus On The Budget, (2007) Ram McRae, Chartered Accountants, Professional Services Firm.
54 IBID, pág. 6.
55 Tyrone Ferguson, (1995), Structural Adjustment And Good Governance: The Case of Guyana, Public
Affairs Consulting Enterprise, ISBN 976-8136-69-3.
56 IBID, pág.1.
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153
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
que prevalecía, de tensión y conicto, en nombre de un imperativo estratégico
global relacionado con la guerra fría.
Ferguson caracterizó el próximo periodo, los años setenta, como uno de
transformación radical y estructural de las relaciones políticas y económicas del país”
57
,
con cambios de gran alcance sobre el control de escasos recursos nacionales
en nombre de intereses partidarios. Esto fue posible sólo debido a un contexto
internacional muy permisivo que presentó a los países en desarrollo con una
gama de opciones tanto para la organización y funcionamiento de sus políticas
económicas como para la conducción de sus relaciones exteriores.
El foco de este estudio, el período de 1985 a 1992, reeja un patrón
semejante. No obstante, a diferencia del período anterior existieron, agudas
confrontaciones para conseguir ascendencia política junto con marcha atrás en los experimentos
económicos socialistas, una reestructuración radical de la economía para armonizarla con los
principios organizativos del capitalismo y el triunfo de la economía de mercado”
58
. Esto fue
favorecido, sostiene, por la intromisión activista de los principales gobiernos
occidentales e instituciones internacionales para asegurarse de que se implanten
las líneas maestras de la política económica. El Programa de Recuperación
Económica, PRE (1989-1992) fue también facilitado por un cambio ideológico
y generalmente se lo considera como un éxito económico
59
. El costo social fue
grande y no hubiera tenido éxito sino fuera por la Comunidad de Donantes
60
,
el papel del Servicio Exterior de Guyana en la realización del PRE no puede
ser subestimado. Al dirigirse a la Conferencia de los Jefes de Misión de Guyana
el 17 de julio de 1987, el Presidente Hoyte declaró, inter alia,
nuestra política exterior debe promover intereses nacionales y no puede divorciarse de
éstos. Por esto, ningún embajador puede ser efectivo sin tener un buen conocimiento de
la situación interna y sus evoluciones y sin ser capaz de relacionar objetivos nacionales,
situación interna y la política externa que debe ejecutar”
61
.
57 IBID.
58 IBID.
59 Eradicating Poverty and Unifying Guyana; National Development Strategy, 2001-2010, Capítulo 4, pág.
21,párrafo 4.I.
60 Guyana: The Economic Recovery Programme and Beyond: Report for a Commonwealth Advisory Group,
Commonwealth Secretariat Doc. (August 1989).
61 Hoyte (1991) Guyana Economic Recovery: Leadership, Will-Power and Vision, Selected Speeches, Free
Press Georgetown, pág. 48 “Economic Independence and Self Reliance”;IBID p. 23, Speech on 11th July 1986
to Heads of Mission, “The Economy: the diplomatic effort”.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
154
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
El Presidente Hoyte estaba rearmando lo que su predecesor
62
buscó
63
y entendió plenamente y lo que el actual gobierno ha emulado en su objetivo
por la condonación de la deuda
64
y la inversión extranjera.
Hay consenso entre los economistas que los avances económicos
registrados en los años 1990
65
, mucho después de haber terminado el gobierno
de Hoyte, se seguía atribuyendo estos avances a la PER
66
. Un examen del
presupuesto de 2007, sin embargo, revela que Guyana es fuertemente
dependiente de los sectores tradicionales para el éxito económico, a pesar de
lo que señala el documento Estrategia para el Desarrollo Nacional, “El problema
básico es que la economía de Guyana tiene una base muy estrecha y no está sucientemente
diversicada. Además, el país depende casi exclusivamente para su desarrollo económico
en la producción y exportación de materias primas.”
67
No obstante, el Ministro
de Hacienda al describir Visión 2011
68
, apunta al “proyecto principal”: el
Proyecto de Modernización de Skeldon
69
, de US$169 millones programado
para completarse en 2008, y que va a facilitar la producción de valor agregado
y reducir el costo de producción de azúcar. La expansión de este sector en el
momento en que el “rey blanco” es rehén de la Unión Europea
70
en el nuevo
contexto de comercio internacional, ha sido cuestionada. Cualesquiera sean
sus méritos, la adquisición de los recursos para llevar adelante el proyecto
es por si sólo un éxito diplomático. Considerando el estado del azúcar en la
economía global, es imprescindible redoblar los esfuerzos diplomáticos. De
nuevo vemos aquí que la cooperación bilateral entre Guyana y Brasil puede ser
mutuamente beneciosa, particularmente por la experiencia y el conocimiento
de Brasil en energías alternativas y la producción de etanol.
62 Linden Forbes Burnham, Primer Ministro 1964 – 1980 y Presidente 1980 – August 6th 1985.
63 Relaciones con USSR, Yugoslavia, China, India, Grupo de los no Alineados, Caricom, Grupo de los 77, The
ACP etc., para compensar la hostilidad del occidente a sus tendencias socialistas.
64 El Presidente Jagdeo tuvo una actitud semejante al rehusarse a delegar la dirección de las negociaciones
con el IFI y ha dirigido personalmente las negociaciones diplomáticas en asuntos económicos, como ser las
negociaciones de la ACP para el azúcar.
65 1991:5.9%; 1992:7.7%; 1993:8.3 %; 1994:8.5%; 1995:5.1%; 1996:7.9%; 1997:6.2%; 1998: -1.3%; 1999:3.0%;
See National Development Strategy pág. 22, párrafo 4.I.6.
66 Ferguson, (1995) Structural Adjustment and Good Governance: The case of Guyana.
67 Estrategia de Desarrollo Nacional, pág.23, párrafo 4.I.1.3.
68 Presentación del Presupuesto 2007, pág.24.
69 La Construcción de una gran renería de azúcar en la región de Berbice.
70 Reform of the European Union Sugar Regime: ACP Sugar Industries Under Threat, A compilation of
Speeches and Articles, Printed Ministry of Foreign Affairs: Pavnick Press (2005).
Robert H. O. Corbin
155
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Al considerar el futuro, el Gobierno ha esbozado una visión para
reestructurar la economía que incluye el fortalecimiento de los sectores
tradicionales; desarrollo de un fuerte, enertico, diversicado y competitivo
sector manufacturero; promoción del sector de turismo; esmulo al desarrollo
y expansión del ganado, industria camaronera, y acuicultura, y el sector forestal,
centndose en el emergente sector de información y tecnología y en la prevencn
de los efectos del calentamiento global. Además, hay gran expectacn en relacn
a la exploración de petleo, especialmente después de la satisfactoria conclusión
de la disputa con Suriname sobre el límite marítimo noreste.
Si todo esto va a satisfacer la necesidad de diversicación está por verse.
Hay dos puntos que deben ser rearmados. Primero, una solución política
es esencial para un progreso duradero en Guyana; segundo, una diplomacia
efectiva es esencial para el éxito económico.
Política y relaciones externas
Los objetivos de Guyana desps de alcanzar la independencia inclan la
preservacn de la integridad territorial; el forjar una unidad nacional y el desarrollo
económico
71
. Su estatus de ps independiente necesitaba nuevas relaciones políticas
y económicas y la reestructuracn de sus relaciones antiguas y tradicionales.
Por lo tanto, entre 1964 y 1992, la diplomacia de Guyana se mantuvo ajena a la
división ideológica y se aproximó a los países del Tercer Mundo y del Caribe.
Naturalmente, la aproximación regional tuvo objetivos económicos y de otro tipo,
como ser, sobrevivir en el entorno hostil de la Guerra Fría y facilitar el apoyo a la
independencia del sur de África, pero la prioridad de la preservacn del territorio
fue el determinante principal. La reexión del Primer Ministro Burhham apunta a
esta necesidad cuando dice: hay que tener un territorio antes de pensar en cómo desarrollarlo”.
El ser miembro del Movimiento de los No Alineados, el Grupo de los 77, y las
Naciones Unidas, era considerado importante en el contexto del desarrollo de
alianzas para impedir cualquier violación a la integridad territorial de Guyana.
Por ejemplo, el ser miembro de los No Alineados obviamente incentivó
al Primer Ministro Forbes Burnham a anunciar, durante su tercera cumbre
71 Rashleigh Jackson (2003), Guyana’s Diplomacy: Reections Of a Former Foreign Minister, Free Press
Georgetown, ISBN: 976-8178-11-6, Foreword by Dr. Cedric Grant, pág. vii.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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en Lusaka, Zambia (1970), una contribución a los movimientos de liberación
del sur de África.
La posición de Guyana basada en principios sobre la lucha de África
y de hecho todas las luchas de liberación, no se fundamentó en meras
consideraciones internas, pero por los principios de su política exterior de auto
determinación y de no intervención. Fue esta posición basada en principios
que hizo posible que Guyana condenase la invasión de Grenada por Estados
Unidos, así como la la intervención soviética en Checoslovaquia, ilustrando
la declaración del primer Ministro Burnham que “no seremos peones ni del
este ni del oeste”. De la misma forma, en el tema de la Falklands, cuando un
hermano país de América del Sur enfrentó un conicto con un poder del
norte, le fue difícil a Guyana dar pie atrás de su política basada principios.
Primero, hacerlo habría puesto en riesgo su posición con respecto a sus dos
controversias fronterizas, al postular que las fronteras ya delimitadas no podían
ser revisadas y el principio de la solución pacíca de controversias.
No fue la primera vez que los intereses nacionales de países de la región
entraron en conicto, tampoco fue la última. Los intereses de Brasil, Guyana
y otro país hermano del Caricom se enfrentaron en 1985, a raíz de la elección
de un juez para la Corte Internacional de Justicia
72
. Aún así, debido a grandes
esfuerzos diplomáticos, estas diferencias eventuales de posición no llevaron
a fricciones permanentes en las relaciones diplomáticas. Es en este tipo de
situación en la que el verdadero valor y calidad de los diplomáticos de pone
a prueba, y es tal vez la razón por la que Brasil ha puesto tanto cuidado en la
preparación de su servicio exterior.
Destino continental o caribeño
Las circunstancias geoculturales de Guyana han levantado un debate
sobre las lealtades del país en relación a otros Estados. Los partidarios de lo
que denominan ‘destino continental’ sostienen que la geografía o la proximidad
debería ser determinante principal en nuestras relaciones diplomáticas. Hay
otros, que sostienen que la experiencia común de ser colonia británica, hecho
72 El Dr. Mohamed Shahabuddeen, anterior Fiscal General del Estado de Guyana, era el candidato de Guyana y
fue elegido; el otro candidato era un juez titular brasileño y un candidato de Jamaica; ver, Jackson (2003) pág.9.
Robert H. O. Corbin
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que compartimos con el Caribe, y sus consecuentes similitudes sociales,
económicas y culturales, nos empujan hacia un destino caribeño.
Lo que las dos escuelas de pensamiento ignoran es que el hecho de que
las circunstancias geoculturales llevan el país a adoptar ambos ‘destinos’, por
así decirlo, sin renunciar a ninguno. De hecho, la realidad que se maniesta más
claramente es la de que Guyana sirve de puente entre el continente y el Caribe.
Esto, en mi opinión, es la realidad que Guyana debe aceptar. Efectivamente,
con la llegada de Suriname y Haial Caricom, el movimiento perdsu carácter
de comunidad anglófona que solía ser su marca.
Los logros del Caricom y la considerable contribución de Guyana para
forjar una política externa común en asuntos de interés común, más que justica
la relaciones de Guyana con el Caribe. El reciente Mercado Con del Caricom
promete ser uno de los más señalados logros de la comunidad
73
. Ades, se
comprende la relevancia de ambos, Caricom y el Grupo de África, Caribe y el
Pacíco (ACP) en el contexto de los actuales esfuerzos para salvar el mercado
del azúcar en el que era el entorno protegido de la Unión Europea.
La relacn de Guyana con el continente se ha visto obstaculizada por una
política colonial que dictaba las relaciones bilaterales entre colonias y el poder
imperial. Incluso en el inmediato periodo poscolonial, la realidad del ‘bilateralismo
colonial’ que incluía relaciones comerciales, políticas y humanas, siguió desalentando
cualquier voluntad de acercamiento con los vecinos continentales.
El futuro
Es improbable que los principales determinantes de la política externa de
Guyana puedan cambiar, habrá cambios en el énfasis considerando los cambios
en las circunstancias mundiales. El cambio climático y sus consecuencias para
el medio ambiente se han convertido en asunto de la máxima importancia.
Claro que la importancia del medio ambiente fue reconocida años atrás cuando
un millón de hectáreas de nuestra selva tropical fue donada al mundo como
laboratorio ambiental para que sea estudiada.
73 Hall, Kenneth O (ed.) (2001),The Caribbean Community: Beyond Survival, Ian Randle Publishers, University
of West Indies, Mona Campus, ISBN 976-637-047-8.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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Los términos del comercio internacional reejados en las negociaciones
actuales de la Ronda de Doha
74
, y otros temas problemáticos de la agenda
de Doha, turismo y la promoción de nuevas inversiones van a tener mayor
importancia en la agenda de política externa de Doha
75
.
Relaciones entre Guyana y Brasil
Espero que los participantes de otros países del continente me perdonen
el hecho de darle atención especial a la relación Brasil-Guyana, pero la realidad
es que estamos en Rio. En 1968, Guyana y Brasil establecieron relaciones
diplomáticas. Desde entonces, diversos intercambios de delegaciones de alto nivel
han ocurrido, comenzando por la visita del Vice Primer Ministro de Guyana, Dr.
P.A. Reid. La apertura de la Embajada de Brasil y del Centro Cultural de Brasil se
siguieron a esa visita. Sin embargo, un acercamiento más activo con Brasil se dio
a nes de la década de 1970 y de acuerdo con el Dr. Mark Kirton
76
surgió de “la
necesidad de diversicacn de contactos internacionales así como perspectivas
para nuevas oportunidades económicas y diplomáticas en América Latina.
Otro factor que atrarelaciones bilaterales estrechas entre Guyana y
Brasil durante la primera década de la independencia de Guyana fue la histeria
anticomunista conducida por los Estados Unidos que reprobaba las políticas
socialistas de Guyana. De hecho, el periodo más dicil en las relaciones entre
Guyana y Brasil coinciden con el uso del territorio de Guyana para abastecer aviones
cubanos en ruta hacia Angola, durante la guerra de liberación de este país.
El orecimiento de las relaciones entre Guyana y Brasil empezó realmente
alrededor de 1978, quando el Gobierno de Brasil comenzó un nuevo enfoque a la
potica externaen la región, en general, y en particular en relación a Guyana y una disminución
de la desconanza y sospechas que habían caracterizado las relaciones anteriormente”. De hecho,
fue en 1977 que comenzaron a aparecer señales de que un reorganización en la
política externa hemisférica de Brasil. En ese periodo, Brasil comenzó a ver su
propio desarrollo en conjunto con el del resto del continente, y cuando la inuencia
del Movimiento de los No Alineados lo hizo adoptar la causa de la ‘Cooperación
74 Doha Development Agenda (DDA); vide, Discurso del Presidente Jagdeo’s en la Cumbre de Rio,
Georgetown,(2007)
75 Discurso del Presidente Jagdeo, Georgetown, (2007)
76 Uno de los principales estudiosos de las relaciones Guyana-Brasil.
Robert H. O. Corbin
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Sur-Sur’. Estos cambios en la potica externa brasileña, que, por cierto, estuvieron
también inuenciados por la búsqueda de aliados comerciales en el hemisferio,
coincidió con el establecimiento de relaciones más cercanas con Guyana.
La rma del Tratado de Cooperación Amazónica en 1978 incentivó la
cooperación bilateral en una gran variedad de áreas incluyendo la investigación
cientíca y técnica, desarrollo social así como consultas sobre desarrollo del
área de frontera, desarrollo de transporte, comunicación, turismo y salud.
Generalmente, los desarrollos en ese período, incluyendo la expansión de los No
Alineados, creó una plataforma que le permitió a Brasil, Guyana y otros países
en desarrollo el diseño de políticas externas más independientes de Washington.
La primera reunión de la comisión Conjunta Guyana Brasil en enero de
1979 fue testigo de la rma de varios acuerdos
77
; y mucho más se consiguió tras
la visita del entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Embajador
Ramiro Saraiva Guerreiro (Enero 1982), seguida de una visita a Brasil del
Presidente Forbes Burham el mismo año. Es signicativo que cuatro de los
seis Presidentes ejecutivos de Guyana hayan visitado Brasil. Éstas no fueron
meras excursiones turísticas, reejaron el reconocimiento de la importancia
de Brasil como vecino estratégicamente relevante.
Es, claro, accidental que mi visita aquí coincida casi exactamente con el
25 aniversario de la rma en 1982 del Acuerdo de interconexión entre Guyana
y Brasil que establece una carretera entre los dos países. Esta ocasión, sin
embargo, me permite reexionar sobre la naturaleza visionario de la política
externa de Guyana que todos estos años consideró las implicaciones del papel
que tendría esta carretera en el estrechamiento de las relaciones entre Guyana
y Brasil. Es un homenaje a ambos países el que el Puente sobre el río Takatu
esté casi listo.
Temprano en su presidencia, el Presidente Hugh Desmond Hoyte notó
que las relaciones de Guyana con sus vecinos y con Brasil en particular se han convertido
en prioridades de la política externa de Guyana.” El énfasis de la administración
Hoyte en la libre empresa amplió el campo para la cooperación bilateral. Fue,
creo, el Presidente José Sarney, durante su gobierno, que señaló: “las relaciones
de Brasil con América Latina y el Caribe y en especial con sus vecinos inmediatos están
77 Los acuerdos contenían provisiones para el entrenamiento de técnicos guyaneses, equipos farmacéuticos y
hospitalarios para Guyana y el desarrollo de los sectores agrícolas e industriales en Guyana.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
entre nuestras prioridades. Nuestra Constitución ha jado la interacción regional como
imperativo constitucional.”
También fue signicativo del período entre mediados de 1960 cuando
Guyana se tornó independiente, y mediados de 1980 fue el fuerte aumento
de la actividad económica entre los dos países. Es difícil creer que en 1967,
las importaciones de Guyana de Brasil consistían en meros US$ 183.000.
En 1980, esa cifra había alcanzado US$ 6.6 millones, que aunque minúsculo
sirve para ilustrar un movimiento en las relaciones económicas y comerciales
que una década antes eran prácticamente inexistentes. En la misma época, las
exportaciones de Guyana a Brasil subieron de US$ 480.000 en 1967 a US$ 2,48
millones en 1980. También aquí, el signicado no está en las cifras en sí, pero
muestran la emergencia de un fortalecimiento gradual de las relaciones Guyana-
Brasil. Por ejemplo, hay que subrayar que el Gobierno de Brasil suministró
valiosos fondos a través de la Agencia Financiera para la la Promoción de
Exportaciones del Banco Central de Brasil (CACEX), para la construcción
de una carretera uniendo Georgetown y Boa Vista.
Los primeros años del siglo XXI han visto una gran actividad diplomática,
comenzando con el Primer Encuentro del Mecanismo para la Cooperación
Política Bilateral
78
, el término de otra fase de las prácticas de hitos fronterizos de
la Comisión Mixta de Fronteras Guyana-Brasil; y el segundo encuentro del Grupo
de Cooperación Consular Guyana-Brasil, sostenido en Georgetown (2005).
Los resultados de la visita a Guyana en noviembre 2005 del Presidente
Luis Inácio da Silva están todos contenidos en el comunicado conjunto emitido
al concluirse la visita. La visita del Presidente Lula da Silva fue un hito en las
relaciones de los dos países.
No obstante, hay desafíos que voy a comentar brevemente. Primero,
existen barreras de lengua y cultura que van a subsistir hasta que haya un
movimiento signicativo de personas en ambas direcciones de la frontera.
Segundo, están las consideraciones de seguridad fruto del aumento en
el movimiento fronterizo que ya han causado problemas en Guyana.
Tercero, hay una aparente incapacidad de Guyana de aprovechar la ayuda
bilateral que Brasil ofrece.
78 Junio 2004.
Robert H. O. Corbin
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Cuarto, existen desafíos que el sector productivo de Guyana tiene que
enfrentar para responder a las oportunidades del mercado que van a llegar
como resultado del uso de la red vial que se va a completar.
Quinto, está el desafío de asegurar que ambos países reconozcan y
ejecuten de manera responsable sus obligaciones hacia los pueblos indígenas,
sus tierras ancestrales y los recursos ambientales comunes.
Es importante que ambos gobiernos enfrenten la necesidad de establecer
un mecanismo para examinar estos desafíos antes de que se termine la carretera
que nos va a unir.
Las nuevas oportunidades que emergen de las relaciones entre Guayana y
Brasil pueden, y en mi opinión, tener un impacto en las relaciones continentales
en general y van a crear nuevos lazos entre Suramérica y el Caribe. Ambos,
Guyana y Brasil, por lo tanto, parecen destinados a producir un impacto en
las relaciones internacionales regionales y hemisféricas de una forma que
transciende las fronteras de ambos países. Esto, a mi modo de ver, promete
ser un extraordinario logro.
Conclusión
Al examinar los problemas y los desafíos que Guyana enfrentó a n
de conseguir un desarrollo económico para entregar una vida mejor a su
gente, queda claro que la política y las relaciones exteriores han inuenciado
signicativamente su solución. El papel del servicio exterior para crear un
entorno para la ayuda internacional es claramente visible en los ejemplos citados
aquí. Por ejemplo: el Programa de Recuperación Económica, negociaciones
con instituciones nancieras internacionales, el proyecto azucarero de Skeldon,
y más recientemente en la condonación de la deuda externa. El impacto de
la asociación con el Caricom y otras organizaciones como la ACP es notable
en negociaciones como la del azúcar con la UE y el establecimiento de un
mecanismo común de negociación en el Caricom.
De la misma forma, los benecios de las relaciones internacionales
en la preservación de la integridad territorial son claros. La relación con el
Commonwealth, Caricom y el Centro Carter también maniestan el impacto
de la política externa en asuntos internos como la resolución de conictos.
Guyana: el impacto de la política externa sobre los desafíos del desarrollo
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Finalmente, quiero concluir señalando que he sido incapaz de describir
otros ángulos en el esbozo que he procurado trazar de Guyana. Un escritor
describe el país como, una tierra de contradicciones y superlativos”. Se refería a lo que
procuraba describir, la belleza y el sutil espíritu que puede ser experimentado lo
al viajar por el Interior. Un Interior que es también la casa de la nutria gigante,
el jaguar, de la Folivera gigante (perezosos) y el Arapaima, el más grande pez
de agua dulce. Tambn se encuentra el ecosistema diverso de la selva tropical
que es parte de la Amazonia. Se sabe que hay 6.100 especies de plantas, 1000 de
árboles, 450 tipos de pájaros, 400 especies de peces, 120 especies de anbios, y
180 especies de mamíferos en un área que cubre el 80% del país.
Cuando se agrega a esto, la singular mezcla cultural y religiosa que se
expresa en la cocina y en las celebraciones nacionales de Cristianos, Indios,
Musulmanes, Africanos, Amerindios y otros festivales y celebraciones y el
hecho de que en la temporada adecuada se celebra cada una de estas culturas,
un retrato más completo aparece.
Guyana, otro escritor señala, presenta una ‘tabula rasa’ en la cual cada uno inscribe
su visión del paraíso, transformando milagrosamente nuestra existencia en la tierra”.
Sin embargo, coloco que con la diversidad de problemas que se nos
presentan, la gente ya pasó del momento de querer escribir su visión del paraíso.
Quieren su paraíso manifestándose ahora en la tierra, y no en sus sueños.
DEP
Traducción: Soledad Rojas
163
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Paraguay: identidades,
sustituciones y
transformaciones
Bartomeu Melià, s.j.*
E
l Paraguay, en su forma actual, ha surgido de un proceso colonial, que no
se puede dar todavía por concluido. Por su parte la colonización de los tiempos
modernos, en la que se incluye la hispánica desde el siglo XVI, parece haber
tenido objetivos comunes, haberse regido por estructuras análogas y seguido
procesos parecidos. Pero al mismo tiempo se pueden distinguir en ella formas
particulares, debidas no tanto a la acción del colonizador cuanto al modo de ser
del que se pretendía colonizar; en este caso el sustrato de pueblos guaraníes.
El proceso histórico colonial puede ser categorizado de diversos modos,
precisamente por la forma del contacto entre dos o más pueblos y los resultados
que de él derivan. Los efectos imaginarios de la historia son bien conocidos. La
historia es siempre memoria selectiva. Las causas en historia son generalmente
ya resultados históricos de ideas contemporáneas.
Es cierto que los procesos y resultados mudan de sentido según la ideoloa
con que se les considera. Una es la idea que se hace el colonizador, que tiene en
su haber y a disposición documentos e imágenes que son a su vez reinterpretadas
* Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch – CEPAG
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
según el propio sistema, y otra es la visión e imaginario con que las sociedades
colonizadas vieron y sufrieron la nueva forma de vida que les llegaba y que
frecuentemente se les imponía. El nuevo poder no afectaba solamente la libertad
individual de la persona, sino que se extendía a su sistema lingüístico, religioso
y económico, para citar algunos aspectos más fundamentales.
Convencionalmente se divide la historia del Paraguay y su proceso colonial
en una “prehistoriaguaraní, un tiempo colonial (1537-1811) y un periodo
independiente. Aunque esta periodización tiene un fuerte arraigo popular
y cultural es lo que ha sido transmitido por los historiadores ideólogos y
ocialmente desde la escuela hay que preguntarse si ella no actúa como nube de
opio que impide encarar las nuevas y decisivas formas del coloniaje más reciente,
no sólo el que se introduce desps de la llamada Guerra Grande de 1865-1870,
sino la más moderna iniciada después del Tratado de Itaipú (1973).
El andamio colonial
La llegada de los otros abre procesos que esquemáticamente podemos
calicar y caracterizar del siguiente modo:
1. destrucción;
2. encubrimiento;
3. sustitución;
4. transformación;
5. creación.
Ninguno de estos procesos suele completarse totalmente en mismo, ni
actuar enteramente por separado, pero es sucientemente determinante para que
podamos tomarlo como indicador especíco. Este esquema es el que se aplica
al mundo colonial por antonomasia, pero sus categorías son probablemente
transtemporales y reincidentes.
1. Destrucción
De la casi totalidad de los pueblos y sociedades encontradas en los primeros
años de conquista, apenas ha quedado memoria de sus nombres, sin que tengamos
Bartomeu Melià, s.j.
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siquiera datos de la lengua que hablaban ni en qué tipo de sociedad vian. El
hálito de la nueva presencia europea fue mensajero de muerte irreversible. Es
difícil calcular la dimensión del desastre y la magnitud del genocidio, y aunque es
verdad que se puede caer en exageraciones tanto minimistas como maximalistas, el
hecho es sucientemente grave para alertar sobre las consecuencias de la aventura
colonialista. Los llamados pueblos de Occidente difícilmente toman conciencia
de esos resultados destructivos, cuando les parece que su proyecto “civilizador”
justicaba y sigue justicando sucientemente esos daños “colaterales”.
La destrucción de pueblos es en el Río de la Plata, como en otros regiones,
un fenómeno de amplio espectro. ¿Qué se hizo de los Arechanés y Cariyós?
¿Dónde están los Chandules y Querandíes, los Charrúas, Yaros, Bohanes,
Chanáes y Mepenes? ¿En que acabaron los famosos Agaces y Payaguáes de
río arriba? Podría entrar aquí la lista interminable de pueblos indígenas que
aparecen en los relatos de conquista. Es cierto que no todos perecieron en
la primera hora, pero los más desaparecieron antes de que se cerrara el ciclo
colonial y la mayoría antes del siglo XX. A veces son los nombres los que han
desaparecido, y algunas de estas sociedades chaqueñas resurgen después con
otras denominaciones, como veremos.
Hay quien salda la cuestión con esa ligereza y desparpajo tan propios
de esa mentalidad vigente hasta hoy, de que los pueblos indígenas están
“naturalmente” destinados a morir.
“Con el avance español, todas estas generaciones fueron declinando sensiblemente,
hasta desparecer las unas y fundirse las otras en razas más robustas. Algunas de ellas
formaron reducciones bajo los padres serácos [franciscanos]” (Cayetano Bruno,
Historia de la Iglesia en la Argentina, Buenos Aires, 1966, p. 37).
Sólo a nivel de lengua, como puede verse a partir de los catálogos de
lenguas indígenas de Cestmir Loukotka (1968) y Antonio Tovar (1984), las
pérdidas fueron enormes e irreparables. Pero también a nivel cultural, aunque
persistimos en no valorarlo por motivos de lejanía temporal, olvido y desprecio.
De hecho, pueblos milenarios no pudieron resistir siquiera unos cortos días de
contacto colonial, en los que se desencadenaron epidemias, guerras y malos
tratos. Su n no era inevitable y ninguna teoría cultural, económica o política
podría justicarlo. Esa destrucción es un hecho histórico, y por lo tanto
humano, y tiene que cargar con su propia responsabilidad.
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
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Por otra parte el hecho de algunos pueblos indígenas no hayan sido del
todo destruidos, como es el caso de los Guaraníes, no hace sino reforzar el
proyecto de apreciar y revalorizar sus aportes como memoria de futuro. No
sólo la lengua, sino diversas formas de su modo de ser indígena de su teko
económico, político y religioso, se muestran cada vez más modernos en un
mundo cuyos valores se están desgastando rápidamente y se muestran del todo
insostenibles. Los problemas indígenas no son problema, son solución.
2. Encubrimiento
Menos cruel que la destrucción, pero de efectos análogos, aunque más
ambiguos, es el encubrimineto colonial. El descubridor se hace encubridor.
Persiste en no ver, no saber ver o en tapar lo que a veces, sin embargo,
vislumbra, entre admirado y temeroso.
Diversas obras de la Dra. Branislava Súsnik, como Los aborígenes del Paraguay I y
III/1, subtitulados “Etnoloa de Chaco Boreal y su periferia (Siglos XVI y XVII)”
yEtnohistoria de los chaqueños (1650-1910) presentan con bastante detalle la
situación de marginalidad de los indígenas del Chaco respecto al proceso colonial
paraguayo, del cual prescindieron y huyeron, cuando pudieron, o al cual amenazaron
repetidamente, sin integrase a él propiamente. Encubiertos durante siglos, aparecen
y surgen de nuevo cuando son atraídos por las empresas tanineras del Chaco y
por las incipientes estancias ganaderas bajo un régimen de verdadera esclavitud, o
contactados por proyectos religiosos, no del todo ajenos a intereses de colonización,
como la Misn Inglesa con los Enlhet-Lengua. La misma autora, junto con Miguel
Chase-Sardi, en Los indios del Paraguay (Madrid 1995), ofrece en s apretada síntesis
el mismo proceso tan marcado por el encubrimiento y desprecio, que hace que el
Paraguay haya desconocido prácticamente la existencia de esos pueblos y por lo
tanto no haya incorporado conscientemente ninguno de sus valores, ni siquiera
los relativos a la ecología en la que son maestros. Se puede decir que por lo menos
a primera vista la cultura paraguaya no ha sabido recibir nada de esos pueblos del
Chaco, cuyas raíces y desarrollo nos quedan tan a trasmano.
Por lo que toca a los guaraníes la situación es más compleja. Se piensa que
el mundo guaraní es el sustrato ordinario de la identidad del Paraguay y el mundo
guara ha sido asimilado por el paraguayo y de tal modo transformado que lo ha
hecho suyo. Es una manera de encubrir la realidad. El guaraní “tribal”, constituido
Bartomeu Melià, s.j.
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por seis pueblos diversos, es vivo y culturalmente goza de buena salud. No
se puede tapar ni encubrir esta realidad, como de hecho se hace; el Paraguay
desconoce a los Guaraníes libres, los discrimina y los margina. El Mundo Guaraní,
sin embargo, no se podrá construir sin los grandes aportes de los pueblos guaraníes
del Paraguay. Es precisamente gracias a su existencia que el mundo guaraní es
todavía aprovechable en el mundo paraguayo y le da sentido.
El encubrimiento es muchas veces el resultado de la incapacidad
estructural de ver y entender sistemas que nos son ajenos. Sólo atención y aun
admiración por lo ajeno es lo que levantaría en parte el velo que encubre un
realidad de la que todos podemos aprender.
Ese “encubrimiento”, sus mecanismos y sus derivaciones ya los traté en
ensayos: “El encubrimiento de América” (Razón y Fe 1.108, Madrid, febrero 1991:
159-167) y “El quid pro quo del descubrimiento-encubrimiento de América”
(Fronteiras; Revista Catarinense de História, n. 8. Universidade Federal de Santa
Catarina. Florianópolis 2000: 9-31), idea que retomó Augusto Roa Bastos en la
parte XLVI de La vigilia del Almirante (Madrid, Alfaguara, 1992: 331-333).
A este propósito se debe advertir la incoherencia y hasta necedad que
signica en muchos casos la tarea que a veces asume la sociedad nacional al
querer legislar sobre realidades que le están casi del todo encubiertas, y, peor,
que ella misma encubrió.
3. Sustitución
El colono, recién llegado, ocupa un espacio del que poco a poco excluye
a los antiguos habitantes, desarraigando a las poblaciones de sus tierras,
atrayéndolas al ámbito de dominio español o relegándolas a zonas s o menos
lejanas y marginales. Los mismos indígenas, en vez de atacar, huyen.
Fuera de su lugar las cosas son diferentes y eso ocurre muy especialmente
con las sociedades indígenas y campesinas.
A partir de la colonia el traslado y desplazamiento de puntos referenciales
tradicionales fue notable. Por una parte la ciudad era un enclave en el que la
sociedad indígena ya no tenía cabida. Se sustituía la desnudez por el vestido,
los días y las horas por un calendario nuevo y tareas obligadas, la economía
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
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de reciprocidad por el precio vengativo de las cosas, como explicaremos.
Paulatinamente los “naturales” (que así se llamaba a los indígenas) tienen que
abandonar sus tierras, ocupadas cada vez más por las implacables vacas.
“[Las vacas] hacen daño a las rozas y labranzas de los indios comarcanos de esta
ciudad, que es causa padezcan grandes necesidades y hambres, y desamparen sus
asientos y se vayan a partes remotas, apartándose de la doctrina cristiana y servicio
de los españoles a quienes están encomendados” (Ordenanza de Juan de Garay
del 17 de octubre de 1578, en Aguirre, Diario, I, 1ª parte: 197-98).
La reducción de Altos en 1580 habría nacido como respuesta cultural
y social para proteger a los agricultores guaraníes de los ganaderos españoles
(ver Necker 1979: 64).
“Visto que los españoles se iban acercando a los Indios a hacer estancias, y que
ellos estaban divididos por parcialidades… hicieron de un partido de ellos una
reducción en la parte que hasta hoy en día está en el pueblo que llaman de los
Altos” (“Información de 1618”, en: Enrique de Gandía, “Orígenes de
franciscanismo en el Paraguay y Río de la Plata, Revista del Instituto de ciencias
genealógicas, año 5, n. 6-7, Buenos Aires, 1946-47: 48-82, p. 60).
Domingo Martínez de Irala percibió muy claramente el problema, que
redundaba en disminución de productividad. Así dirá:
“nadie puede estorbarles ni en sus tierras, campos, pastos, cazas, pesquerías, asientos
de pueblos y términos que ellos tienen y han tenido por uso y costumbre [...]”
(Ordenanzas de Irala 1556, citado por Susnik 1979-1980: 112).
El trastrueque del panorama ecológico y de la espacialidad, además de
atentatorio de derechos fundamentales, era contraproducente tanto para la
cultura como para la economía. De hecho, la sustitución de espacios físicos y
culturales se sigue practicando hasta hoy, con los mismos nefastos efectos.
Siempre procurada, pero no siempre conseguida, la sustitución quiso
extenderse a todos los aspectos de la vida y la cultura. Los trataremos después.
La historiografía paraguaya, al colocar al mestizaje como clave interpretativa de
su proceso colonial, hace suponer que los espacios fueron respetados y la nueva
sociedad se forcon saludables inclusiones y sin exclusiones traumáticas.
Las repetidas rebeliones y huidas de los Guaraníes fuera del cuadro colonial
harían pensar en lo contrario.
Bartomeu Melià, s.j.
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4. Transformación
El pudor histórico ante la muerte y destrucción de tantos pueblos y
formas de vida y la necesidad ideológica de crear una sociedad homogénea
de ciudadanos iguales delante de la ley, dio aliento al paradigma del mestizaje
cultural como interpretación global de la formación del pueblo paraguayo. La
selección de datos parciales y cierta explicaciones ingenuas y mal documentadas
crearon la ilusión de estar delante de algo original. La generalización del uso de
la lengua guaraní en todos los estamentos de la sociedad paraguaya reforzaba
la explicación.
Los Guaraníes no habrían sido ni destruidos, ni encubiertos ni sustituidos;
solo transformados en una armónica mezcla de sangres y culturas. Por supuesto,
tampoco los españoles habrían desaparecido, y se maniestan por doquier.
Esta tesis es la predominante hasta ahora, y aunque no siempre sepamos a
ciencia cierta en qué consistiría la transformación, la suponemos y le buscamos
argumentos. Este mismo “informe” debería arrimar pruebas en este sentido. Y
lo hará, pero en un intento crítico, examinando el dudoso paso entre sustitución
y transformación. He aquí la cuestión.
Tratándose de mestizaje no se puede prescindir de las estadísticas de
población, aunque éstas en los tiempos coloniales no hayan pasado de “ciencia
de opiniones” como ya notaba Silvio Zavala (1977: 138).
De todos modos, los sucesivos conteos y censos, al mostrar la poca
densidad del elemento español, no son capaces de armar un intenso mestizaje
biológico, especialmente si tenemos en cuenta que en los pueblos de indios
regidos por clérigos, por franciscanos o por jesuitas – donde estaba la mayor
parte de la población de la provincia, ésta era absolutamente indígena. Por
otra parte no se debe olvidar tampoco el alto porcentaje de “pardos” que
en 1782, en vísperas de la Independencia, dentro de una población total de
96.526, eran 10.846, o sea el 11.1%, mientras en una Asunción de apenas
4.941 personas representaban el 24,9%. También con ellos a la larga se da la
coexistencia y la comunicación social y cultural con su propios conictos. La
eventual transformación o sustitución nunca se opera a través de los genes
o lo biológico, pero sí en la imaginación, constante y agresiva, que sustentan
rasgos físicos y colores; eso que llamamos racismo, del que raramente nos
vemos libres.
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
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Para esa misma época de 1782 los “españoles” conformaban algo más
de la mitad de la población paraguaya: 55.616 personas, o sea el 57,8%. En
Asunción los españoles europeos o peninsulares eran solamente 82 (1,7%) y
los españoles americanos 2.038 (41,2%).
Durante la colonia los que hay suponemos mestizos se identicaban
como españoles americanos, en contraposición con la minoría peninsular o
europea. Ahora bien, prescindiendo del lugar de nacimiento, la diferencia más
profunda probablemente consistía en que los primeros hablaban guaraní casi
exclusivamente guaraní – y los segundos, no, o muy poco. La sociedad no era
bilingüe, aunque la administración “ocial” (sea en relación con la metrópoli u
otras provincias, la jurídica y en algunos aspectos la religiosa) fuera en castellano.
Ese bilingüismo diglósico, como lo designan los sociolingüistas, da la medida
de las transformaciones culturales operadas.
En términos de transformación se había dado un cambio genético que,
sin embargo, no afectaba la práctica cultural, es decir la económica, social y
política, con la misma simetría mecánica de la biológica. En el mestizo se dan
simultáneamente destrucciones, sustituciones y transformaciones, que no se
pueden pensar genéricamente, pero tampoco sólo individualmente. Muchas
de estas transformaciones se daban también en el seno de la sociedad indígena
colonizada. La colonialidad tiende a ser global en los espacios donde se instala,
aunque no siempre en el mismo grado y la misma extensión.
Las transformaciones culturales del Paraguay siguen lo que podríamos
llamar líneas isobáricas según presiones coloniales especícas y relativamente
homogéneas. La evolución de estas presiones no ha sido en el Paraguay ni
constante ni uniforme, pero haciendo ciertos cortes en el tiempo podemos
visualizar una cartografía con regiones bastante denidas.
El primer período de la conquista, que podemos delimitar entre 1537 y
1556, y su continuación de 1556 a 1610, representa una horrenda y espantosa
caída demográca, que de 200.000 Guaraníes es una hipótesis muy plausible
para lo que se entendía el área de inuencia española habría bajado a no más
de 20.000 (ver Necker 1979: 145-46). Sólo las Reducciones o pueblos de los
franciscanos iniciados hacia 1580 (ibid.: 62) lograron estabilizar la población
que en vez de caer verticalmente seguirá una pendiente casi horizontal con
puntos de disminución y recuperación según lugares y años.
Bartomeu Melià, s.j.
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Si hacemos un corte temporal hacia 1650, cuando la conquista está ya
interrumpida, vemos unas pocas ciudades de españoles, existen tres clases de
pueblos de indios: los regentados por el clero secular, por los franciscanos
y por los jesuitas, y se sospecha una población indígena libre en los montes,
tanto en la región oriental como en el Chaco. Es pues a partir de este panorama
donde se dibuja la complejidad de la colonia paraguaya.
El mestizaje, más como construcción imaginaria y cultural, que hecho
biológico, puede ser aceptada como acertada y bien humorada síntesis que
parece haber evitado tensiones sociales por un tiempo. El paradigma pudo ser
aplicado con relativo éxito a diversas épocas a pesar de que las proporciones
de sus elementos fueron muy variadas.
Desde la fecha de la expulsn de los jesuitas (1768) se desarrollan una serie
de sucesos, entre los cuales la Independencia de 1811 es un episodio menor cuyo
sentido se concretará en la dictadura del doctor Jo Gaspar Rodríguez de Francia.
Para los viajeros franceses e ingleses del siglo XIX la visn etica de nuestro
Paraguay no deja de tener su encanto al mismo tiempo que enseña las sustituciones
irreversibles y las transformaciones que se han dado. Al extranjero que llega al
Paraguay entre 1811 y 1853 se le ofrece una imagen romántica (Nagy 1969), que
hasta hoy permanece como referencia nostálgica de un Paraguay perdido.
En este trabajo procuraremos analizar en detalle las que nos parecen las
transformaciones más signicativas del tiempo colonial y las que permanecieron
en el siglo XIX.
El cuadro del siglo XX, sin embargo, acusa la profunda ruptura instalada
después de la guerra grande que acaba en 1870 y produce un país fragmentado
bajo la ilusión de una democracia de partidos de ideología liberal.
5. Creación
La transformación es movimiento de generación de nuevas formas por
el diálogo entre dos o s elementos puestos en contacto, que en sus varias
relaciones, aun conictivas, conduce a un nuevo modo de ser. La transformación
da paso a la invencn de nuevas realidades que acaban en creacn. La formacn
del pueblo paraguayo se puede observar desde esta perspectiva, que por ambigua
e ilusionista, no se debe descartar. Aun las sustituciones pueden ser creativas y
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
172
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
rebasar los rminos impuestos en su origen. La creacn se distingue por los
saltos cualitativos que le otorga la acción libre e imaginativa. Por esto mismo hay
condiciones de creatividad relativas y especas que se dan en ciertas ocasiones
y no en otras. ¿Dónde y cómo se dio la creatividad en el pueblo paraguayo?
Las creatividades son varias, según los diálogos llevados acabo, y es lo
que deberíamos rastrear sistemáticamente en este ensayo.
El mundo guaraní paraguayo
Cuando se busca el mundo guaraen el mundo paraguayo, y si se excluye
la lengua, estamos en el jardín de los senderos que se entrecruzan sin rumbo
jo. Los ecos que se adivinan parecen quebrarse en mil pedazos sin llegar a
formar una frase claramente inteligible.
Al Paraguay lo han denido y se dene como un país mestizo y bilingüe.
En estas imágenes se da la ntesis de contrarios, cuando esos contrarios en
realidad imposibilitan cualquier síntesis, o llevan a una síntesis de burla.
En el Paraguay, el llamado criollo es mestizo, y el mestizo pasa por criollo.
Ya desde el tiempo de Azara, a nes del siglo XVIII, queda congurada esa
nueva invención un tipo de persona que se llamará paraguayo que podía
sustentar muy bien la nacionalidad paraguaya independiente.
El proceso paraguayo que al nal se impuso fue el de una población mayo-
ritariamente guaraní por parentesco y por lengua, por sus rasgos siológicos y por
modo de ser y cultura, pero en la que se había desguaranizado, sin prisa pero sin
pausa, profunda aunque no radicalmente, el sistema político y el sistema ecomico.
La clase de los encomenderos y sus sucesores, los ociales militares, crearon la con-
dición campesina con la que el Paraguay tradicional se ha venido identicando.
En el Paraguay comenzó en el siglo XX un nuevo colonialismo, anunciado
de varios modos, pero que se fue armando decididamente a partir del Tratado
de Itai (1973). La modernidad, proyectada y prometida por los mecanismos
capitalistas que le son propios, no redundó en avance ni desarrollo de la nacn.
De este modo, la sociedad se encuentra “dislocada”, como decía Luis A. Galeano
(2002), entre los cazadores, valga la imagen, y los agricultores, cuyo trabajo pasa a
ser “cazado”, en un sistema que genera exclusión nuevas y amplias migraciones
internas y al exterior, por ejemplo –, pobreza y frustración.
Bartomeu Melià, s.j.
173
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
El continuo proceso de colonización en el que estamos inmersos reper-
cute de modo especial en la mayoría campesina, que no ha dejado su condición,
de momento, por el hecho de haber migrado a los centros urbanos. Poder
entender ese nuevo proceso es una tarea apremiante. La rápida deforestación
en la que se ve sumergido el Paraguay actual no es sólo una cuestión de desastre
ecológico y economía insostenible, sino inquietante metáfora de desastres e
impasses de todo orden.
¿Hay que aceptar una ruptura radical entre el Paraguay anterior a 1870
y el que surge desps, en el siglo XX? Aceptando que se trate de una nueva
colonización, ¿sería ésta del mismo tipo que la de antes de la Guerra Grande?
Hoy parece que el lugar de la cultura se encuentra en un mítico y místico
escondrijo de puerta estrecha adonde sólo los “expertos en paraguayidad”
serían capaces de entrar. Pero esos expertos, al n de cuentas, no vienen con
algo signicativo y comunicable en las manos. La identidad muere así como
frágil anécdota, algo tradicional y folklórico, que a los más no nos interesa.
La identidad estaría en actitud vergonzante, escondida detrás de la puerta, sin
atreverse a reclamar un lugar bajo el sol.
De hecho, el proceso sigue una línea de continuidad histórica, en la cual
una parte de la sociedad se distancia de la otra, unida apenas por los frágiles
hilos de una supuesta común herencia, que sería lo guaraní.
Pero ese mismo mundo guara, aunque fuera mejor conocido, es relegado
de hecho a un pasado alejado, ajeno y extraño. Las virtudes del mundo guaraní,
que por otra parte son muy reales y dinamizadoras, no cuentan en la construcción
del ps, ni en lo económico ni en lo político. Las mismas palabras guaraníes
que se reeren a esos campos karaí, mburuvichá, jopói, tepy , han sufrido
transformaciones tan radicales que casi hacen irreconocible su origen y sentido.
Es ilusorio pensar en la reivindicación y convalidación del mundo guaraní en el
Paraguay actual;ase el estado en que se encuentran las dos experienciass
aunticamente guaraníes: los pueblos indígenas y las ruinas jesuíticas. De ninguna
manera se constituyen en referencia real para la construcción de la nación.
El Paraguay esexpuesto en estos años iniciales del siglo XXI al proceso
colonizador más amplio y radical de toda su historia. En ningún momento
anterior el Paraguay había abierto tan “generosamente” (valga la ironía) su
territorio a la colonización. Incluso las tierras que pasaron a propiedad de
Paraguay: identidades, sustituciones y transformaciones
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
grandes rmas Industrial Paraguay, Carlos Casado, Mate Larangeira –,
tuvieron mejor suerte; sus dueños y señores las poseían y las explotaban, las
degradaban ciertamente, pero no las colonizaban propiamente.
Desde la colonizacn menonita, midamente iniciada en 1927, con un
pequeño contingente de unas 1.250 personas, y la brasileña cuyo origen puede
verse simbolizado en la apertura del Puente de la Amistad el 27 de marzo de 1965,
el colonialismo adquiere otras características; lo paraguayo, sea lo que fuere lo que
por ello se entiende, no cuenta como referente; no siquiera el Estado como tal. Pero
no se trata de sólo de estas comunidades, que están en el Paraguay, pero no son
del Paraguay, sino de un sector variopinto de sociedad económica, supuestamente
moderna en el manejo de tecnología y productos ganaderos, sojeros y comerciantes
de informática, para citar los más notorios –, pero que responde a un modelo de
colonialismo atrasado y paralizante, al tiempo que muy activo y eciente. Para este
sector el mundo guaraní y sus variaciones son un elemento residual.
Traducida en rminos culturales, esta tendencia excluye como sobrante
como un “todavía” que debe ser superado el mundo guaraní, lengua y modo
de ser que, si aparece, sólo lo podrá hacer travestido de exotismo e historia
de una “parcialidad”, la paraguaya, en vías de mayor concentración hacia los
antiguos núcleos de población, en condición de marginalidad y de potencial
migración hacia el exterior.
Algunas notas bibliográcas
De la frondosa selva de títulos sobre el Paraguay indígena, jesuítico, colonial
y contemporáneo que aparece en Mundo Guara(Bartomeu Melià, Asuncn,
2006, p. 187-261), se puede recuperar a Carlos PASTORE, 1972, La lucha por la
tierra en el Paraguay, Montevideo, 526 p. y lo producido por algunos investigadores
extranjeros – pero de escasima inuencia en los medios paraguayos- como Jan
M. G. KLEINPENNING, 1992, Rural Paraguay, 1870-1932 (Amsterdam, CEDLA,
1992, 528 p.) y Paraguay 1515 1870: A Thematic Geography of its Development (2 vols.,
Madrid, Frankfurt am Main: Iberoamericana-Vervuert, 2003, 1820 p.) y estudios más
recientes sobre la entrada brasileña en el Paraguay, como el de Sylvain Souchaud,
Piooniers bréliens au Paraguay (París, Kartthala, 2002, 406p.), ahora en castellano. Sobre
la movilidad y reconguración de un mapa en plena formación que parece ser lo
propio del Paraguay actual tierra sin hombres, hombres sin tierras que la
Bartomeu Melià, s.j.
175
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
política da cuenta de la situacn el juego de intereses económicos y culturales
típicamente coloniales en los que seguimos inmersos. A falta de estudios históricos y
sociológicos relevantes habría que buscar en el especializado campo de la econoa
y población, sin descartar la literatura de cción. El Congreso Paraguayo de Población;
16 al 18 de noviembre 2005, Memorias (Asuncn UNFPA/ADEPO, 2007, 178p.),
por ejemplo, es a este respecto del mayor interés. Es de lamentar la poca producción
universitaria institucional sobre la realidad paraguaya.
No es extraño que ciertas organizaciones internacionales deseen realizar
un estudio sobre la identidad del paraguayo y su herencia guaraní, con especial
énfasis en la poblacn campesina y urbana parte de la población mestiza, aparte
de la lengua guaraní, que llevaa a revisar las políticas existentes en materia
cultural y las instituciones responsables; identicar los vacíos y contradicciones,
a nivel de poticas, leyes y organización institucional; y elaborar una propuesta
de política cultural realista y viable. La política deberá integrar, entre otros, los
siguientes temas: la recuperación de la identidad guaraní de los paraguayos; la
puesta en valor de dicha identidad y la adopción de las facilidades necesarias para
dicha puesta en valor, incluyendo medidas en el campo educativo, en el manejo
de publicidad y medios de comunicación, y las normas e incentivos necesarios
para facilitarla; la identicación de Paraguay como centro del Mundo. Guara
ante la comunidad internacional; y la denición del papel de la identidad guaraní
en la convivencia ciudadana; la diferenciación del papel del gobierno central y
sectorial, del sector privado, la sociedad civil, los pueblos indígenas y demás
minorías étnicas en la implementación de dicha política.
DEP
176
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Perú: entre los
sobresaltos electorales
y la agenda pendiente
de la exclusión
Martín Tanaka*
Sofía Vera**
Resumen
E
n el Perú, el 2006 fue un o electoral. A lo largo de éste se renovó a todas
las autoridades cuya designación depende de elecciones populares. El hecho más
saltante fue el triunfo de Alan Gara en las elecciones presidenciales, así como
el sorprendente auge y posterior desplome del candidato antisistema, Ollanta
Humala, entre la elección presidencial de abril y las regionales y municipales
de noviembre. El discurso anti-sistema y la imagen de autoridad que proyec
el capin en retiro Ollanta Humala concitó un amplio apoyo electoral, cuya
distribución geográca puso en evidencia las divisiones sociales que atraviesan
* Director General del Instituto de Estudios Peruanos
mtanaka@iep.org.pe
** Asistente de Investigación. Instituto de Estudios Peruanos
svera@iep.org.pe
Martín Tanaka · Sofía Vera
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el país. Estos resultados hicieron que se pusiera como tema central en la agenda
potica la cuestn de la inclusión social. Sin embargo, la debilidad de la oposición
al gobierno de García ha hecho que esta cuestión se vaya disipando, aunque las
razones de fondo que ameritarían su presencia sigan presentes.
1. Coyuntura
En el Perú, el 2006 fue un año electoral. A lo largo de éste se renovó a todas
las autoridades cuya designación depende de elecciones populares; el Presidente
de la República y los congresistas; los presidentes regionales, los alcaldes
provinciales y los alcaldes distritales, con sus respectivos consejos. El hecho s
saltante fue el triunfo de Alan García en las elecciones presidenciales, a pesar del
mal recuerdo que se tiene de su primera gestión gubernamental (1985-1990). Este
triunfo fue posible porque García tuvo éxito en plantear una candidatura que
ocupó el centro potico, alternativa tanto a “la candidata de los ricos”, Lourdes
Flores, de Unidad Nacional, como al candidato radical antisistema, Ollanta
Humala, cuya irrupción en el escenario electoral fue inesperada. La candidatura
de éste se impuso con la votación más alta (30%) en la primera vuelta de abril de
2006, y aunque su votación alcanzó el 47.4% en la segunda vuelta en junio, fue
vencido por García, quien obtuvo el 52.6%. El discurso anti-sistema y la imagen
de autoridad que proyectó el capitán en retiro Ollanta Humala concitó un amplio
apoyo electoral, cuya distribución geográca puso en evidencia algunos de las
divisiones sociales que atraviesan al país. El outsider Humala alcanzó sus mayores
votaciones en las regiones del sur andino, en las zonas más empobrecidas y
abandonadas, y en las localidades con presencia de grupos étnicos minoritarios.
García ganó en la ciudad de Lima, y en las ciudades más modernas e integradas
a los circuitos económicos más dinámicos, ubicadas en la costa.
Estos resultados hicieron que se pusiera como tema central en la agenda
la cuestión de la inclusión social. Si bien la economía en general marcha bien, lo
que se expresa en buenos indicadores macroeconómicos, y empieza a percibirse
cierto optimismo respecto al futuro del país en lo social el Perú no deja de ser
un país con cerca de la mitad de su población en condiciones de pobreza. A,
de un lado, tenemos que la economía ha crecido consecutivamente durante
sesenta meses, se proyecta que el producto bruto interno (PBI) alcance el 7,7 por
ciento de crecimiento respecto al 2006, y que la recaudación tributaria en el 2007
Perú: entre los sobresaltos electorales y la agenda pendiente de la exclusión
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
crezca 98 por ciento respecto al 2001
1
. Por otro lado, los indicadores de pobreza,
desempleo, así como el nivel de los sueldos y salarios no han mostrado mejoras
en los últimos años. Con todo, la combinación de una relativa buena situación
económica, el aumento de los recursos scales, un manejo político prudente, y la
debilidad de la oposición, han hecho que los primeros siete meses del gobierno
de Alan García hayan estado signados por una relativa estabilidad.
En el plano internacional, los temas más relevantes fueron, entre otros,
la búsqueda de la aprobación de un Tratado de Libre Comercio con los
Estados Unidos, tanto del gobierno de Alejandro Toledo como del de Alan
García, hasta la fecha infructuosa; la intervención de Hugo Chávez en la
campaña presidencial a favor del candidato Ollanta Humala, lo que enturbió
la relación bilateral, dado el triunfo de García; y las reiteradas tensiones en la
relación bilateral con Chile (una de las cuales ha sido, por ejemplo, el tema de
la delimitación marítima de la frontera), que han tratado de ser mejoradas a
través de un contacto personal entre los presidentes García y Bachelet.
A continuación presentamos una reseña de los aspectos políticos más
importantes del periodo del 2006 y lo que va del 2007, y de los procesos
políticos en marcha que pueden congurar nuevas perspectivas para el país.
2. Cambios institucionales
El cambio de gobierno no ha signicado un cambio drástico en las políticas
públicas o una modicación sustantiva en el funcionamiento de las instituciones
en el Perú. El periodo presidencial iniciado en julio de 2006 comienza a tomar
ciertas decisiones en dirección a una reforma de Estado, enfatizando como valor
la austeridad, y buscando mayores niveles de eciencia. Cabe mencionar que
durante el gobierno anterior se implementaron algunos cambios en el sistema
electoral y en la legislación sobre partidos, que se aplicaron recién en la coyuntura
electoral del 2006. La ley de partidos de noviembre de 2003 establecrequisitos
nimos a las organizaciones políticas que quisieran presentar candidatos; la
ley de barrera electoral (octubre 2005), buscó evitar la fragmentacn extrema
del parlamento. Los resultados de las elecciones, que veremos más adelante,
demostraron que estos cambios parciales por sí solos no resuelven la debilidad
1 Fuente: Banco Central de Reserva del Perú, Memoria 2005 y Apoyo Consultoría SAC.
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
en el sistema de partidos; ni el número de candidatos fue menor este o, ni en
el congreso se han formado bloques partidarios consolidados.
3. Elecciones
En 2006 se realizaron tres tipos de elecciones, la presidencial, la congresal,
y las regionales y municipales. La elección presidencial, que dio por ganador a
Alan Garcíarez, se desarrolló en dos rondas, la primera el nueve de abril y la
segunda el cuatro de junio. El sistema electoral peruano establece que las elecciones
presidenciales deben ganarse con al menos el 50 por ciento s uno de los votos
válidos. De no obtenerse esa cifra, se convoca a los dos candidatos más votados. A
Ollanta Humala, candidato por Unión por el Perú, quedó en primer lugar, con algo
más del 30% de los votos; tuvo que competir en una segunda vuelta presidencial
con Alan García (Partido Aprista Peruano), der del partido más antiguo del país
y ex presidente de la república entre los años 1985-1990.
Ollanta Humala intentó participar en las elecciones con un partido nuevo,
el Partido Nacionalista Peruano (PNP), pero, al no lograr su inscripcn, presen
su candidatura bajo el auspicio de Unn por el Pe. Humala se perlaba como
un liderazgo de oposicn radical a las políticas neoliberales, el candidato que
encarnaba el “giro a la izquierda” que se registraba también en Venezuela y Bolivia,
cuyos presidentes dieron muestras públicas de apoyo político a su candidatura
2
.
Si bien García triunfó en la segunda vuelta electoral, Humala ganó en la primera.
Si bien García se impuso por una diferencia muy estrecha a Lourdes Flores, sus
votos se sumaron para derrotar a Humala. Los resultados fueron imprevistos, a
la luz del desarrollo de la campaña. Lourdes Flores encabezó la intención de voto
hasta febrero del 2006, pero quedó fuera de la contienda electoral por menos de
un punto porcentual de diferencia frente al candidato aprista. Otra sorpresa la dio
la agrupación fujimorista Alianza por el Futuro, que logel cuarto puesto, a pesar
de los sucesos que forzaron a Fujimori a abandonar la presidencia en el o 2001
y los procesos judiciales abiertos en su contra. Martha Chávez obtuvo incluso más
votos que Valentín Paniagua, candidato del Frente de Centro, a pesar de la evaluación
positiva que suscita su gestión como presidente transitorio en 2000-2001.
La distribución del voto en la primera vuelta muestra en términos generales que
Humala ganó en la mayoría de regiones, Lourdes Flores sólo en Lima, y García en la
2 Considerar la reunión en Caracas en marzo 2006 con Evo Morales de Bolivia y Hugo Chávez de Venezuela.
Perú: entre los sobresaltos electorales y la agenda pendiente de la exclusión
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costa norte. La votación de Humala estuvo por encima del promedio en las regiones
sur andinas, donde se encuentra la mayoa de la poblacn de origen indígena, y
de mayores niveles de pobreza. Por el contrario, los sectores más integrados a los
circuitos económicos modernos apoyaron opciones políticas más moderadas.
Tabla 1 – Porcentaje de votos en elecciones presidenciales
Candidatos
1era vuelta
(9 abril)
2da vuelta
(4 junio)
Ollanta Humala (UPP) 30.62 47.4
Alan García (APRA) 24.32 52.6
Lourdes Flores (UN) 23.81
Martha Chávez (Alianza por el Futuro) 7.43
Valentín Paniagua (Frente de Centro) 5.75
Otros candidatos (menos del 5% de votación) 8.06
Total 100.00 100.00
Graco 1 – Resultados de las elecciones
presidenciales por regiones - 1era vuelta
UPP
APRA
UN
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La elección del Congreso es simulnea a la eleccn presidencial, se llevó a
cabo el nueve de abril. El congreso peruano consta de una cámara única de 120
legisladores, electos en 25 circunscripciones plurinominales. El tamaño de las circuns-
cripciones va de 1 a 7 escaños, con la excepción de Lima que es la más grande, con
35 escaños. Cada elector vota por alguna de las listas que compiten en su circuns-
cripción, y luego puede votar especícamente por dos candidatos dentro de la lista
(voto preferencial). La alianza UPP PNP obtuvo la mayor cantidad de escaños en
el congreso (45 puestos), seguido por el Partido Aprista, con 36 representantes. Es
importante remarcar que, a pesar de que el porcentaje de votación de ambas fuerzas
políticas fue de 21 por ciento (2.213.623 frente a 2.274.797) de votos, la distribución
nacional de sus votos le permitió a UPP tener muchos más escaños.
Tabla 2 – Porcentaje de votos y número de escaños obtenidos
por las agrupaciones políticas en las elecciones congresales 2006
Partido Político
Unión
por el Perú
Partido
Aprista
Unidad
Nacional
Alianza por
el Futuro
Frente de
Centro
Perú Posible
Restauración
Nacional
Otros 1/ Total
Región
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
% votos
n° escaños
Amazonas
23 1 22 1 10 0 10 0 18 0 3 0 3 0 12 0 100 2
Ancash
21 2 26 2 13 1 7 0 4 0 3 0 4 0 21 0 100 5
Apurímac
34 2 17 0 9 0 3 0 5 0 1 0 4 0 27 0 100 2
Arequipa
35 3 14 1 14 1 10 0 4 0 2 0 0 0 22 0 100 5
Ayacucho
54 3 6 0 8 0 11 0 4 0 1 0 0 0 16 0 100 3
Cajamarca
20 2 18 1 12 1 17 1 7 0 2 0 2 0 20 0 100 5
Callao
14 1 26 2 22 1 12 0 5 0 5 0 5 0 9 0 100 4
Cusco
39 4 19 1 7 0 4 0 8 0 1 0 3 0 19 0 100 5
Huancavelica
46 2 11 0 8 0 17 0 6 0 3 0 0 0 10 0 100 2
Huánuco
36 2 13 1 8 0 6 0 7 0 2 0 9 0 20 0 100 3
Ica
22 1 25 2 22 1 6 0 5 0 4 0 3 0 13 0 100 4
Junín
29 2 18 1 13 1 15 1 6 0 2 0 0 0 16 0 100 5
La Libertad
10 1 45 5 11 1 7 0 2 0 2 0 4 0 19 0 100 7
Lambayeque
16 1 32 2 11 1 13 1 5 0 1 0 3 0 19 0 100 5
Lima
14 6 17 7 20 8 19 8 8 3 7 2 5 1 10 0 100 35
Loreto
22 1 15 1 10 0 2 0 17 1 1 0 14 0 19 0 100 3
Madre de Dios
20 0 12 0 15 0 3 0 4 0 14 0 21 1 12 0 100 1
Moquegua
30 1 22 1 14 0 3 0 14 0 2 0 2 0 13 0 100 2
Pasco
18 1 1 0 8 0 20 1 10 0 3 0 6 0 35 0 100 2
Piura
19 2 28 1 13 1 9 0 7 0 5 0 4 0 15 0 100 6
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Puno
36 3 12 3 7 0 7 0 9 1 3 0 4 0 22 0 100 5
San Martín
29 1 21 1 13 0 17 1 7 0 1 0 6 0 6 0 100 3
Tacna
32 1 20 1 12 0 3 0 11 0 1 0 0 0 20 0 100 2
Tumbes
19 1 22 1 14 0 11 0 11 0 5 0 8 0 11 0 100 2
Ucayali
22 1 21 1 12 0 5 0 10 0 1 0 4 0 25 0 100 2
Total
21 45 21 36 15 17 13 13 7 5 4 2 4 2 15 0 100 120
1/ Con menos del 4% de la votación valida total.
Resultados elecciones congresales por región
Congresistas UPP Congresistas APRA Congresistas UN
UPP-PN tiene congresistas en todas las regiones del país, salvo en
Madre de Dios; el APRA colocó congresistas en 21 de las 25 regiones, con
votaciones sobresalientes en La Libertad, Piura y Ancash. La tercera fuerza
política en el congreso, Unidad Nacional, tiene un voto evidentemente costero
y limeño (sus más altas votaciones se encuentran en Lima, Callao, e Ica). Si
bien siete agrupaciones alcanzaron representación, es importante señalar que
se presentaron 24 listas.
Las elecciones regionales y municipales fueron celebradas sólo cinco
meses después de las elecciones generales, en noviembre del 2006. En ellas
se eligieron representantes para 25 gobiernos regionales, 195 municipalidades
provinciales y 1830 municipalidades distritales. Los gobiernos regionales
con autoridades electas fueron creados recientemente, en el o 2002,
como resultado del proceso de regionalización. Se instalaron en base a la
Martín Tanaka · Sofía Vera
183
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
circunscripción de los departamentos, que durante la época de Fujimori
funcionaron bajo Consejos Transitorios de Administración Regional (CTAR)
designados por el Ejecutivo.
Tabla 3 – Porcentaje de votos validos, cargos obtenidos y
candidatos presentados por organización política en las
elecciones regionales y provinciales
Organizaciones políticas
Presidencia regional (25) Alcaldía provincial (195)
%
votos
validos
%
cargos
obtenidos
%
candidatos
presenta.
%
votos
validos
%
cargos
obtenidos
%
candidatos
presenta.
Partido Aprista Peruano 18% 8% (2) 100% (25) 14% 9% (18) 94% (184)
Partido Nacionalista 8% 0% (0) 100% (25) 6% 5% (10) 79% (155)
Unión por el Perú 6% 4% (1) 68% (17) 5% 9% (17) 72% (140)
Unidad Nacional 3% 0% (0) 36% (9) 17% 2% (4) 26% (51)
Restauración Nacional 3% 0% (0) 40% (10) 7% 4% (7) 35% (69)
Fuerza Democrática 3% 4% (1) 16% (4) 1% 2% (4) 15% (29)
Partido Movimiento
Humanista Peruano
3% 4% (1) 8% (2) 0% 0% (0) 4% (8)
Si Cumple 2% 0% (0) 64% (16) 3% 1% (1) 36% (71)
Acción Popular 2% 0% (0) 40% (10) 4% 5% (9) 51% (100)
Avanza País - Partido de
Integración Social
2% 4% (1) 16% (4) 1% 0% (0) 7% (14)
Perú Posible 2% 0% (0) 24% (6) 0% 1% (2) 12% (23)
Otros Partidos Políticos 1/ 6% 4% (1) 12% 12% (23)
Independientes 2/ 43% 72% (18) 30% 51% (100)
Totales 100% 100% (25) 100% 100% (195)
1/ Con menos del 2% de la votación válida total en las elecciones regionales.
2/ Se presentaron 81organizaciones independientes en las elecciones regionales y 217 en las provinciales.
Los resultados rearman la dispersión del sistema de partidos peruano
y auguran escenarios regionales desarticulados entre y poco cohesionados
al interior. En siete de las veinticinco regiones han ganado candidatos
respaldados por algún partido político nacional, el resto (dieciocho) quedó
en manos de organizaciones políticas “independientes” de alcance regional.
Es decir, en el mapa político predominan los líderes independientes que no
tienen lazos políticos formales con otras presidencias regionales país, y que
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
pertenecen a organizaciones políticas sin alcance nacional. El APRA, si bien
no disminuyó signicativamente el porcentaje de votación que obtuvo en la
elección presidencial del mes de abril, perdió nueve de las doce presidencias
regionales que ganó en 2002, quedando reducida su representación solamente
a las regiones de Piura y La Libertad, sus bastiones electorales” tradicionales.
En cuanto a los demás grupos políticos, tenemos que en esta ocasión se
presentaron separados el Partido Nacionalista de Ollanta Humala y Unión
por el Perú. Ellos obtuvieron ocho y seis por ciento de la votación válida total,
luego de que en la primera vuelta de la elección presidencial UPP obtuviera el
30% de los votos, y el 21% de los votos válidos en la elección del congreso.
Los demás partidos nacionales prácticamente desaparecen en los ámbitos
regionales y locales; quienes predominan son los líderes independientes.
¿Qué puede decirse de la gran diversidad de movimientos regionales?
Algunas constataciones: apenas uno de los electos en 2002 logser reelecto;
muchos de los electos ya habían postulado en las elecciones de 2002; en
algunas regiones, el movimiento ganador ganó también en varias de las
alcaldías provinciales, mientras que en otras prima una gran desarticulación
entre el ámbito regional y el provincial; un buen número de presidentes
regionales cuenta con experiencia política y administrativa previa, a diferencia
de los electos en 2002; todo lo cual permite abrigar esperanzas moderadas
de que harán gestiones importantes. De otro lado, tenemos otros presidentes
electos sin mayor experiencia previa, electos por márgenes estrechos y con
un porcentaje no muy alto de votos, situación que podría llevar a problemas
de gobernabilidad en un contexto regional fragmentado.
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Tabla 4 – Porcentaje de votos validos y porcentaje
de diferencia con el 2do puesto en elecciones regionales
Región Presidentes regionales electos
% votos
válidos
% diferencia
con el 2do
puesto
Puno
Pablo Fuentes
(Avanza País - Partido de Integración Social)
18.8 0.4
Lima
Nelson Chui
(Concertación para el Desarrollo Regional Lima)
20.3 0.0
Piura César Trelles (APRA) 24.7 2.5
Ayacucho
Isaac Molina
(Frente Independente Innovación Regional)
25.2 6.2
Pasco Félix Serrano (Movimiento Nueva Izquierda) 25.5 5.2
Junín Vladimiro Huaroc (CONREDES) 25.8 8.1
Huancavelica Federico Salas (PICO) 26.6 1.2
Amazonas Oscar Altamirano (Fuerza Democrática) 26.8 6.1
Moquegua
Jaime Rodríguez
(Movimiento Independente Nuestro Ilo-Moquegua)
26.9 0.5
Huánuco Jorge Espinoza (Frente Amplio Regional) 27.0 9.1
Apurímac David Salazar (Frente Popular Llapanchik) 27.0 4.2
Ancash
Cesar Álvarez (Movimiento Independente Regional
Cuenta Conmigo)
28.3 10.8
Cajamarca Jesús Coronel (Fuerza Social) 29.2 11.8
Ica Rómulo Triveño (PRI) 32.1 10.1
Cusco Hugo Gonzales (Unión Por el Perú) 32.6 5.1
Tacna Hugo Ordoñez (Alianza por Tacna) 32.7 13.1
Tumbes
Wilmer Dios
(Movimiento Independente Regional Faena)
32.8 1.3
Madre de Dios
Santos Kaway
(Movimiento Independente Obras Siempre Obras)
33.5 18.1
Ucayali Jorge Portocarrero (Integrando Ucayali) 34.1 3.5
Arequipa Juan Guillén (Arequipa, tradición y futuro) 34.9 14.7
Lambayeque
Yehude Simon
(Partido Movimiento Humanista Peruano)
39.6 20.9
Loreto Yvan Vasquez (Fuerza Loretana) 42.0 17.1
San Martín César Villanueva (Nueva Amazonía) 44.5 21.8
La Libertad José Murgia (APRA) 48.0 34.1
Callao Alexander Kouri (Chimpun Callao) 49.6 16.3
Perú: entre los sobresaltos electorales y la agenda pendiente de la exclusión
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En todos los procesos electorales del 2006, la participación electoral
fue mayor al 85 por ciento; 88.71 por ciento en las elecciones generales
(presidencial y congresal), 87.71 por ciento en la segunda vuelta presidencial
y 87.41 por ciento en las regionales y municipales. Respecto a años anteriores,
la participación electoral es ligeramente mayor, por ejemplo, en las elecciones
regionales del año 2002, esta alcanzó un 84 por ciento
3
. Hay que tomar en
cuenta que en el Perú el acto de votar es obligatorio hasta los setenta años y
la ausencia a los comicios se sanciona con una multa. El padrón electoral está
conformado por la población mayor de dieciocho años inscrita en el registro
civil peruano (RENIEC). Desde 2005, los miembros de las Fuerzas Armadas
y de la Policía Nacional también tienen derecho al voto.
Tabla 5 – Participación electoral en los procesos electorales del 2006
Elecciones 2006
Elecciones
presidenciales
1era vuelta
(9 abril)
Elecciones
congresales
(9 abril)
Elecciones
presidenciales
2da vuelta
(4 junio)
Elecciones
regionales y
municipales
(19 noviembre)
Total de
votos emitidos
14,632,003 14,625,000 14,468,278 14,505,647
% participación
electoral (1/ y2/)
88.71 88.66 87.71 87.41
1/Electores hábiles en elecciones presidenciales y congresales: 16.494.906
2/ Electores hábiles en elecciones regionales y municipales: 16.594.824
En cuanto a la representación de los grupos desaventajados, encontramos
que entre los nuevos congresistas tenemos 35 mujeres, mientras que en el año
2001 se eligieron sólo a 22. En el poder ejecutivo, el gabinete de 16 carteras
ministeriales designado por el nuevo gobierno aprista cuenta con 6 mujeres
ministras
4
. Sin embargo, este no es el caso entre las nuevas autoridades
regionales y locales. Ninguno de los nuevos presidentes regionales es mujer,
apenas cuatro de los alcaldes provinciales son mujeres (es decir, el dos por
3 12,800 000 electores sobre 15,298 237 electores hábiles según el padrón electoral en el 2002 de la ONPE.
4 A la fecha, Pilar Mazzetti, ministra del interior ha sido destituida y reemplazada por Luis Alva Castro.
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
ciento), y 46 mujeres son alcaldes distritales (tres por ciento)
5
. A favor de la
participación de las mujeres en la política, existe una regulación sobre cuotas de
género que rigió en las últimas elecciones, y que establece que el 30 por ciento
de las listas de candidatos al congreso, al gobierno regional y a los gobiernos
locales, deben ser mujeres
6
; sin embargo, la ley no estipula en qué lugar de las
listas deben estar ubicadas las candidatas.
4. El Ejecutivo
Como se ha mencionado líneas arriba, el poder ejecutivo cuenta con
dieciis ministerios, donde, según la Constitución, el Presidente de la
República nombra y remueve al Presidente del Consejo. Nombra y remueve a
los demás ministros, a propuesta y con acuerdo, respectivamente del Presidente
del Consejo”
7
. Alan García Pérez asumió el 28 de julio del 2006 la presidencia
de la república y nombró como su presidente del consejo de ministros a un
aprista de conanza, Jorge del Castillo. El gabinete tiene una composición
plural, donde hay apristas e independientes de orientaciones diversas, que en
conjunto proyectan cierta solvencia profesional.
Tabla 6 – Gabinete del inicio del gobierno
de Alan García Pérez (28 de julio del 2006)
Ministerio Nombre Partido Nacimiento Profesión
Presidencia del
Consejo de Ministros
Jorge del Castillo APRA 2 Julio 1950 Abogado
Agricultura Juan José Salazar APRA Ing. Agrónomo
Comercio Exterior y
Turismo
Mercedes Aráoz Independiente 5 Agosto 1971 Economía
Defensa Alan Wagner Tizón Independiente 7 Febrero 1942 Relaciones Internacionales
Economía y Finanzas Luis Carranza Independiente 21 Diciembre 1966 Economía
Educación José Antonio Chang Independiente 19 Mayo 1958 Ing. Industrial
Energía y Minas Juan Valdivia APRA 6 Febrero 1948 Arquitecto
Interior Pilar Mazzetti Soler Independiente 9 Setiembre 1946 Médico cirujano
Justicia María Zavala Independiente 15 Enero 1956 Abogada
5 Transparencia, datos electorales n 27.
6 Según las resoluciones 1230-2006-JNE, 1230-2006-JNE,1247-2006-JNE, 1234-2006-JNE.
7 Constitución del Perú, 1993.
Perú: entre los sobresaltos electorales y la agenda pendiente de la exclusión
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Ministerio Nombre Partido Nacimiento Profesión
Mujer y
Desarrollo Social
Virginia Borra Toledo APRA Economía
Producción Rafael Rey Rey
Renovación
Nacional
26 Febrero 1954 Ing. Industrial
Relaciones Exteriores José A. García Belaúnde Independiente 16 Marzo 1948 Diplomático
Salud Carlos Vallejos APRA Cirujano
Trabajo Susana Pinilla Independiente 31 Mayo 1954 Antropología
Transportes y
Comunicaciones
Verónica Zavala Independiente 1968 Administración y Derecho
Vivienda y Construcción Hernán Garrido Lecca APRA 1960 Economía
Además del Presidente de la República y el Presidente del Consejo
de Ministros, el poder legislativo también tiene la facultad de remover a un
ministro. Según la Constitución, “Toda moción de censura contra el Consejo
de Ministros o contra cualquiera de los ministros, debe ser presentada
por no menos del veinticinco por ciento del número legal de congresistas.
Su aprobación requiere del voto de más de la mitad del número legal de
miembros del congreso. El Consejo de Ministros o el ministro censurado,
debe renunciar”
8
. Esto es expresivo del peso político que el poder legislativo
tiene frente al ejecutivo.
En cuanto al funcionamiento del Consejo de Ministros presidido por
Jorge del Castillo, y su relación con la presidencia de Alan García, encontramos
en éste un estilo de conducción con un notorio protagonismo presidencial,
y la subordinación del Consejo de Ministros. En los primeros meses del
gobierno de García, éste se ha presentado como “por encima” de los errores
y conictos al interior del gabinete, apareciendo como un poder dirimente.
Esto, hasta el momento, le está funcionando, lo que se expresa en los altos
niveles de aprobación a la gestión del presidente, por encima de sus ministros,
y en que algunos escándalos que afectaron la legitimidad de sus ministros no
han alcanzado al Presidente.
8 Constitución del Perú. 1993. Artículo 132.
Martín Tanaka · Sofía Vera
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5. El Legislativo
El periodo legislativo 2006 – 2011, como ya se ha mencionado, se inicia
con un congreso en el que la UPP tiene la mayor cantidad de escaños (45) sin
llegar a una mayoría. Sin embargo, algunos congresistas electos militan en la UPP,
mientras que otros son del PNP de Ollanta Humala. Rápidamente, la alianza entre
ambos se rompió en el congreso. Además, la UPP sufrió deserciones adicionales9.
Por su parte, el partido de gobierno obtuvo 36 congresistas, que constituyen
sólo el treinta por ciento del total de miembros del congreso. Si comparamos el
Congreso actual con el Congreso 2001-2006, encontraremos un menor grado de
fragmentacn. El Congreso 2001-2006 sufr además de graves problemas de
disciplina interna: por ejemplo, Perú Posible (PP) sufrla deserción continua de
congresistas, a tal punto que, en el último año del mandato de Toledo, PP había
pasado de tener 47 escos a 34. Asimismo, Unidad Nacional tuvo dicultades
para sostenerse unicada durante el periodo 2001-2006 y perdseis de los
diecisiete congresistas con los que inició.
Composición Congreso 2001 Composición congreso 2006
Entre los partidos políticos más inuyentes del congreso en los dos
últimos periodos están UPP, APRA, UN, y PP. UPP fue fundado en 1994 por
Javier Pérez de Cuellar (ex secretario general de las Naciones Unidas) quién
particien las elecciones de 1995 contra Fujimori (Pérez de Cuéllar se alede
la UPP poco tiempo después de 1995). En el 2005 se al al Partido Nacionalista
para sostener la candidatura de Ollanta Humala. Su tendencia política es de
centro izquierda. El APRA es el partido más antiguo del Perú, fundado en
1924 por Víctor Raúl Haya de la Torre; Haya no pudo ser Presidente del Perú,
el primer gobierno del APRA fue encabezado por García (1985-1990). En
9 Fueron tres: Gustavo Dacio Espinoza, Rocío de María Gonzales, Carlos Alberto Torres Caro.
Perú: entre los sobresaltos electorales y la agenda pendiente de la exclusión
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
este momento, su gestión gubernamental podría ser calicada como de centro
derecha. Perú Posible fue fundado en 1999 y su candidato Alejandro Toledo
compitió contra Fujimori en las cuestionadas elecciones de 2000; Toledó ganó
la presidencia en 2001, venciendo en segunda vuelta a Alan García. PP podría
ser considerado un partido de centro.
El Congreso se organiza en 25 comisiones ordinarias (además de comisiones
de investigación, especiales y de ética que se instalan extraordinariamente), que
se encargan de debatir los proyectos de ley que ingresan al congreso. Una vez
que las comisiones dictaminan favorablemente un proyecto de ley, éste pasa a
ser debatido en una sesión del pleno del congreso, en el que para ser aprobada
la ley se necesita el apoyo de la mayoría de legisladores. En el periodo 2001-
2006 el legislativo aprobó 4.116 normas legales, en lo que va del 2006 – 2011
se han aprobado 117, lo cual supone que la eciencia en la aprobación de leyes
ha aumentado en relación a años anteriores
10
.
En lo que va del actual gobierno, si bien el APRA no cuenta con mayoría
en el congreso, no ha tenido problemas en armar mayoría, ya sea con UPP, con
UN, o con la AF, dependiendo de los temas en debate. En general, la percepción
es que, en la actualidad, no existe una oposición signicativa al gobierno.
6. Relación entre poderes del Estado y niveles de gobierno
La combinación entre una relativamente buena situación económica,
bonanza scal, y debilidad de la oposicn, hacen que García pueda ejercer su
liderazgo político, hasta el momento, con comodidad. Como signos preocupantes
esn, en primer lugar, el mantenimiento de una brecha entre la dinámica de la
capital (en la que la popularidad de García aumenta) y el conjunto del país (en
la que se mantiene o disminuye); el mantenimiento de altos niveles de pobreza
y exclusión, sin que se perciban todavía iniciativas importantes de reforma;
nalmente, un cierto malestar social en algunos sectores del país, en el que se
percibe que, a pesar del crecimiento ecomico y del aumento de los recursos
presupuestales, la situacn de las familias no cambia, lo que podría expresarse
en protestas, que, al darse en un contexto de debilidad de los partidos, tiende a
seguir caminos no estructurados ni institucionales, y bastante proclives al uso
10 Congreso de la república. Informe de los indicadores de la gestión parlamentaria correspondiente a la
primera legislatura 2006 – 2007.
Martín Tanaka · Sofía Vera
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
de la violencia. Por el momento, las preocupaciones en el gobierno de García
no están en el congreso, ni en los gobiernos regionales o alcaldías provinciales,
a pesar de no contar con una presencia mayoritaria en estos ámbitos. Por ahora,
los principales conictos que ponen en dicultades al gobierno se relacionan
con las pugnas al interior del partido de gobierno, que el presidente administra
de modo de aparecer siempre como el poder dirimente.
7. Evaluación general sobre el funcionamiento y calidad
de la democracia
La democracia en el Pe se halla en una suerte de encrucijada, ilustrada de
manera muy gráca en los resultados de las últimas elecciones presidenciales. De
un lado, se ubicó un país más integrado, moderno, sicamente limeño y costeño,
que mira con expectativa el actual ciclo de crecimiento económico, y que opta por
correcciones graduales al modelo económico y potico que ha seguido el ps en
los últimos años; por otro lado, un país signado por la pobreza y la desigualdad,
básicamente en la sierra y la selva, que percibe que los benecios del crecimiento
no le alcanzan, que desconfía de las instituciones y de las élites políticas y sociales,
y que considera que un cambio radical, una refundacn institucional, es lo que el
país necesitaría para salir adelante. Estas dos visiones mostraron fuerzas parejas en
la elección presidencial de abril y junio de 2006, pero al nal se impuso la primera,
lo que hizo que el Perú se alejara del camino que hoy parecen estar siguiendo
Venezuela, Bolivia o Ecuador, y se emparente más con el camino que hoy sigue
Colombia, por ejemplo. Dependedel destino del gobierno del presidente
García el que Perú consolide este camino, o caiga por una senda de polarización
e inestabilidad como en otros casos, o como en su propia historia pasada.
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DEP
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La República de
Suriname y la
integración regional
Robby D. Ramlakhan*
Informaciones generales
S
uriname es ubicado en el norte de Sudamérica y colinda con la
Guyana Francesa en el este, con Brasil en el sur, con Guyana en el oeste y con
el Océano Atlántico en el norte. Es el menor país de Sudamérica en términos
de supercie y población. Tiene un área de 163.820 km2, de la cual el 80% está
cubierto por bosques tropicales. Hasta nales de 2006, tenía una población
de 498.000 habitantes. La capital es Paramaribo, con 220.000 habitantes. El
idioma ocial es el holandés, pero el sranant tongo, un dialecto local, el hindustani,
el javanés y el inglés también se utilizan. Debido a la presencia de muchos
brasileños y chinos, el portugués y el chino también se hablan. El sistema de
gobierno es el de la democracia parlamentar, lo que signica que el pueblo
elije los parlamentares para la Asamblea Nacional y éstos elijen al Presidente
y al Vicepresidente. El Presidente es el Jefe de Estado y de Gobierno.
* Embajador. Ministerio de Relaciones Exteriores, República de Suriname
La República de Suriname y la integración regional
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
El nombre de Suriname se originó a partir del nombre de una tribu
indígena, los Surinem, y el nombre de Paramaribo es una variación del nombre
Parmurbo, un pueblo indígena que estaba ubicado en donde se encuentra
hoy la capital. En el siglo XVI, los españoles descubrieron el país y desde
principios del siglo XVII, se llevaron a cabo varias tentativas por parte de los
holandeses e ingleses para colonizar al país. Con el Tratado de Breda, en 1667,
Holanda se quedó denitivamente con Suriname. Un detalle interesante es que
en aquella época, Suriname era posesión inglesa y fue cambiado con Holanda
por Nueva Ámsterdam, la actual Nueva York. Trajeron esclavos de África para
trabajar en los plantíos de azúcar y algodón, pero fueron muy maltratados por
los hacendados. Muchos se escaparon por la selva y empezaron a atacar los
plantíos. A estos fugitivos se les llamó Marrones (quilombos) y sus acciones
contribuyeron para la abolición de la esclavitud en Suriname en 1863.
Para suplir la falta de trabajadores en los plantíos, los holandeses trajeron
trabajadores de China para Suriname y después, trabajadores contratados de
India y Java.
Esto explica la diversicación en la composición de la población de
Suriname:
37% es de origen hindú;
31% de origen africano;
15% javanés;
10% marrón;
2% indio;
2% chino; y
3% europeo y otros.
Estos números deben ser ajustados, porque a lo largo de los últimos
años muchos brasileños, se estima entre 30.000 y 40.000 mil, se mudaron a
Suriname para vivir y trabajar, principalmente en las minas. Además de ello,
muchos chinos tambn migraron a Suriname y están trabajando principalmente
en el comercio.
Robby D. Ramlakhan
195
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
De los Surinameses:
27% es hindú,
25% protestante,
23% católico,
20% mahometanos, y
5% tradicional y otros.
El aspecto más importante de esta mezcla es la aceptación mutua. Ello
lleva a que Suriname sea descrito como una pequeña Naciones Unidas por su
unión en medio de tanta diversidad.
Política
En 1954, Suriname ganó autonomía parcial, y se declaró la independencia
el día 25 de noviembre de 1975. El país fue víctima de un golpe militar en
1980 y la democracia se restauró en 1987 a través de elecciones generales. En
1990, el gobierno civil de nuevo fue derrocado por las fuerzas armadas y desde
septiembre de 1991, Suriname tiene un régimen democrático de gobierno. Las
últimas elecciones se llevaron a cabo en 2005 y las próximas serán en 2010. El
gobierno actual está formado por una coalición de 8 partidos. En las elecciones
de 2005, lo que era entonces una coalición de cuatro partidos tradicionales en
el Parlamento que tiene 51 asientos, cade 33 para 23 asientos. Un nuevo
partido, que tiene su base principalmente en los marrones en el interior del
país, ganó 5 sillas y la antigua coalición run convenio de cooperación
con este partido.
De inmediato, otro parlamentar se unió a la coalición y el gobierno
pudo contar con 29 sillas en el Parlamento. Así, el mayor partido político de
Suriname, con 15 sillas, se fue a la oposición. Este partido tiene como principal
representante al mismo militar que lideró los dos golpes militares.
Vale mencionar que este militar es condenado por la justicia holandesa
por tráco ilegal de drogas y lo está buscando la Interpol.
La República de Suriname y la integración regional
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Economía
En términos económicos, Suriname pasa por un periodo de crecimiento
y mejoras en los fundamentos económicos. En el informe Anual de la Cepal de
octubre de 2006, se hace referencia a Suriname como un país con crecimiento
continuo. El PIB real creció en 2004 un 8%, debido a las nuevas inversiones
en minería. En 2005, el PIB de Surinam fue de USD 1.4 mil millones, un
crecimiento de 5% en comparación con el año anterior. La inación subió al
17% en 2005 por el aumento del precio del petróleo. El crecimiento económico
anual en los últimos 5 años fue del 4,2%. El ingreso per capita en 2004 fue
de USD 4,300.00. En 2005, la balanza comercial tenía un décit de USD 42
millones, y el 2006 obtuvo un saldo positivo de USD 96 millones. Este resultado
fue consecuencia de mejores precios de nuestras commodities, como petróleo,
alúmina y oro, y de un gran desarrollo en el sector de turismo.
Suriname tiene gran potencial. Tiene, entre otros productos comerciales:
oro, bauxita, madera, arroz, plátano, petróleo y pescado. El ecoturismo y
la agricultura también ofrecen grandes oportunidades. El Banco Mundial
concluyó que Suriname se encuentra entre los países ricos en términos de
riquezas naturales. Hoy la dependencia de la extracción mineral es grande:
de 70% al 80% de las exportaciones de Suriname provienen de las minas. En
2005, la producción de petróleo llegó a 4,4 millones de barriles, un aumento
del 5% en comparación con 2004. La exportación de alúmina en 2005 llegó
a USD 450 millones, y subió a USD 643 millones en 2006. La producción
ocial de oro era de 2,500 Kg. en 2005, y subió a 16,000 Kg. en 2006, aunque
son difíciles de obtener datos conables debido al gran número de buscadores
de oro que se llevan el mineral fuera del país ilegalmente. El sector agrícola
contribucon un 5% del PIB y con un 7,5% en las exportaciones (pesca, arroz
y plátanos). Se considera el turismo uno de los sectores de prioridad, porque
aporta bastante para la diversicación económica. El número de turistas subió
de 100.000 en 2000 a 138.000 en 2004, acompañando un aumento promedio
de un 8% por año. En 2006, 160.000 turistas visitaron el país y últimamente
cruceros también paran en Suriname para nes de ecoturismo.
Conforme estos datos, Suriname, con su potencial y población pequeña,
tiene todas las condiciones para ser un país rico. ¿Pero porqué no hay desarrollo
sostenible en Suriname?
Robby D. Ramlakhan
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Una explicación es la de que existe una distribución de ingresos muy
desequilibrada. Una pequeña parte de la población posee gran parte de la ri-
queza, pero una redistribución de ingresos más equilibrada va a depender de
la voluntad política, que no siempre es fácil de movilizar.
Otra explicación es que el estado no obtiene muchas ventajas de las
riquezas nacionales, porque empresas extranjeras dominan los sectores
importantes, tales como la bauxita y el oro, dado que los acuerdos rmados en
el pasado no fueron muy favorables por la falta de experiencia en negociaciones
con empresas multinacionales.
Las uctuaciones en los precios de nuestras conmodities en el mercado
internacional también traen consecuencias para la balanza comercial del país. Es
un hecho que Suriname tuvo un saldo positivo en la balanza comercial el año
pasado, y es una consecuencia de mejores precios actuales de oro y alúmina,
y no de una mayor producción.
La liberalización del comercio mundial con la globalización y la
eliminacn de preferencias tradicionales, tales como los acuerdos de
preferencias arancelarias con la Unión Europea, también inuyeron en nuestra
competitividad. Todo esto signica que el mundo está cambiando y por lo
visto no a favor de los países pequeños.
El mundo en transformación
Los acontecimientos contemporáneos confirman cada vez más la
existencia de un nuevo orden mundial. Características de este nuevo orden
son, entre otras:
El nuevo contexto político y económico como resultado del proceso
de globalización;
La imposición de prácticas neoliberales en las relaciones económicas
internacionales;
La creación de bloques regionales;
La eliminación de preferencias contenidas en acuerdos tradicionales
de preferencias;
La República de Suriname y la integración regional
198
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La importancia creciente de la telecomunicación a nivel mundial;
Los efectos de los atentados del 11 de septiembre de 2001, razón por
la cual la seguridad y el combate al terrorismo ganaron la más alta
atención en las agendas de los países desarrollados;
El debilitamiento del multilateralismo y la manifestación del unilate-
ralismo, y
El surgimiento de países emergentes, tales como Brasil, Rusia, India
y China.
Empezamos diciendo que el mundo está cambiando y también
mencionamos algunas características de este cambio. Un ejemplo de tal cambio se
puede encontrar en la composición del comercio mundial actual. La participación
de commodities en el comercio mundial disminuyó del 23% en 1985 al 12% en
2000. La proporcn de los manufacturados producidos con recursos naturales
disminuyó del 20% al 16% en el mismo periodo. Pero la participación de
productos de tecnología sica e intermedia sub del 43% al 46%, y de tecnología
de punta del 12% al 23%. Esto signica que más de dos terceras partes de las
exportaciones mundiales están compuestas por productos tecnológicos y que la
participación de los productos hightech es creciendo rápidamente. La exportacn
de commodities y semi manufacturados es todavía una fuente de ingresos más
importante para nuestros pses, pero no podemos quedarnos como productores
de commodities para siempre. Hay que alcanzar un nivel de tecnología más elevado
para seguir participando en el comercio internacional.
Otro ejemplo del cambio es el crecimiento de la participación de los
servicios en la economía mundial, de USD 400 mil millones 1980 a USD 1,600
mil millones en 2002. Sectores como turismo, informática y comunicación,
outsourcing, ocupan cada vez más espacio en la economía mundial. Por lo
tanto, se trata de un cambio en la composición del comercio en la economía
mundial, de commodities y productos con base en recursos naturales, para
productos tecnogicos y servicios. Lo qua hay que hacer es transformar nuestra
economía basada en commodities en una economía con productos tecnológicos
y evaluar como prestar servicios especializados. Para nuestros países es de
suma importancia tomar en cuenta estas tendencias y tratar de crear espacio
para asegurar y garantizar nuestros intereses nacionales.
Robby D. Ramlakhan
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
¿Pero nosotros como países en as de desarrollo qué tenemos como
espacio? La OMC tiene que garantizar la observación de las normas y reglas
destinadas a la liberalizacn del comercio mundial. Cada país, sea grande o
pequeño, fuerte o débil, rico o pobre, debe seguir estas reglas para poder participar
en el comercio internacional. Un estudio más detallado muestra que los países
ricos tienen todo el interés que se sigan rigurosamente las reglas de la OMC.
Del punto de vista de los países en vías de desarrollo, las ventajas serán mayores
para los países mayores y más industrializados, como Brasil, India, China, Corea
del Sur, Sudáfrica, etc. que tienen más acceso al mercado internacional gracias
a una base productiva mayor. Los países menores no tienen estas condiciones y
dependen mucho de preferencias que, además, se están eliminando.
Los países menores tambn tienen industrias subdesarrolladas que
no van a sobrevivir a la competencia mundial y la recaudación de impuestos
sobre exportaciones va a disminuir, debido a la liberalización del comercio
internacional. Pedidos de estos países para que haya un tratamiento especial y
diferenciado no son escuchados. También es un hecho que gran parte de estos
países obtienen su recaudación con exportación de productos agrícolas para
los países ricos y que éstas constituyen la fuente de ingresos más importante.
La liberalización del sector agrícola, por lo tanto, podría abrir oportunidades
para estos países pequeños. Aunque precisamente en este sector los países
ricos se niegan a abrir sus mercados internos.
La política externa de Suriname
En la ejecución de su política externa, Suriname es guiado por los si-
guientes principios:
Respeto a la dignidad de Suriname y de los Surinameses;
El mantenimiento de relaciones con otros países basadas en el respeto
y benecio mutuo, conanza y mantenimiento de la soberanía;
El mantenimiento, promoción y expansión de la seguridad nacional,
regional e internacional;
La promoción de lazos de cooperación dirigidos hacia el crecimiento
y el desarrollo sostenible;
La República de Suriname y la integración regional
200
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Respeto a los principios de democracia y el estado de derecho;
Respeto a los derechos humanos;
Protección del medio ambiente.
Los objetivos principales de la política externa son:
Desarrollo económico sostenible, en donde el comercio basado en
competencia honesta se le considera un instrumento importante;
Participación en procesos de integración relevantes para Suriname;
Lazos de cooperación con países amigos y organismos multilaterales;
Reglamentación del tráco migratorio y defensa de los intereses de los
ciudadanos Surinameses en el extranjero.
La “diplomacia comercial”, o sea, la diplomacia volcada para el desarrollo
es un instrumento importante de la política externa, y ello signica que las
representaciones diplomáticas y los Cónsules Honorarios de Suriname en el
extranjero divulgan las oportunidades que el país puede ofrecer, para poder
aportar al desarrollo socioeconómico.
El aporte de los Surinameses en la diáspora también es de importancia
en este contexto.
En lo que concierne a los países fronterizos, la política externa está basada
en los principios de buena convivencia, cooperación y solución pacíca de contro-
versias. Se consideran como países fronterizos a: Brasil, Guyana, Guyana Francesa
y Venezuela. Las relaciones con estos países se intensicarán y la cooperación
sebasada en las necesidades propias en las áreas de comercio e inversiones,
educación, salud, agricultura, justicia, defensa, cultura y asistencia técnica.
Se le da importancia a la relación con Brasil por:
su ubicación geográca como país fronterizo;
la presencia de una gran cantidad de ciudadanos brasileños en Suri-la presencia de una gran cantidad de ciudadanos brasileños en Suri-
name;
el liderazgo político, económico, militar, tecnológico y cultural de Brasil;
el potencial de cooperación bilateral, no sólo en el área técnica, sino
también en el combate a la criminalidad internacional;
Robby D. Ramlakhan
201
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La cooperación en el contexto de la Comunidad Sudamericana de
Naciones (CASA), la Organización del Tratado de Cooperación
Amazónica (OTCA) y la Iniciativa para la Integración de Infraestructura
Regional en Sudamérica (Iirsa); y
el apoyo de Brasil para el acceso al mercado del Mercosur (el Norte), como
ocurrió en el acuerdo de arroz que se ren 2005 cuando Suriname tuvo
la oportunidad de exportar arroz para el norte de Brasil.
La importancia de la cooperación con Guyana se debe colocar en el
contexto de:
su ubicación geográca como país fronterizo;
su situación similar en diversos sectores tales como producción, co-su situación similar en diversos sectores tales como producción, co-
mercio, exportación e infraestructura;
los ujos migratorios intensos como consecuencia de un mejor acceso
a los territorios de ambos países;
la cooperación en el contexto del Caricom, CASA, OTCA e Iirsa;
la existencia de una disputa fronteriza, tanto en la frontera del norte
como en la frontera del sur.
En lo que se reere a la disputa fronteriza en el norte es importante mencionar
que en 2004 Guyana interpuso un proceso contra Surinam. El procedimiento para
arbitraje en el contexto de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho
del Mar para la determinación del mite marítimo entre ambos países ya es
nalizando y en junio se tomará una decisión (respecto de la frontera del norte).
En cuanto a la controversia en la frontera del sur es importante decir que ambos
países tratan de solucionar este problema a través del diálogo.
Suriname también trata de mejorar sus relaciones con Guyana Francesa
que es parte de Francia. Esto se debe a:
su ubicación geográca como país fronterizo;
los ujos migratorios;
la presencia de muchos ciudadanos Surinameses en Guyana
Francesa;
La República de Suriname y la integración regional
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
el hecho de que Guyana Francesa es parte de Europa;
la cooperación con Francia en el contexto EU-ACP;
el interés de Francia para contribuir con el desarrollo del área fronte-el interés de Francia para contribuir con el desarrollo del área fronte-
riza;
la posibilidad de tener a través de Guyana Francesa, una conexión
terrestre con el resto del continente.
La relación con Venezuela también es de importancia debido:
a la ubicación geográca de este país;
a la cooperación que ya existe en el contexto de CASA, OTCA e
Iirsa;
a la cooperación existente en el área de pesca y petróleo.
En la implementación de la política externa se da prioridad también a la
integración de Suriname a la región.
Como país con una economía frágil Suriname tiene que estar continuamente
al tanto de los desarrollos internacionales para poder proteger sus intereses. En
cuanto al proceso de integración que ocurre a nivel mundial Suriname trata de
aliarse a los bloques económicos y políticos regionales.
La participación de Surinam desde 1995 en el Caricom y en la Comunidad
Sudamericana desde 2004, se debe apreciar en este contexto. En la formulación e
implementación de la política externa se seguirá dando atención a la integración
en la región caribeña, principalmente debido al establecimiento del Mercado y
Economía Única del Caribe (MEUC). Suriname participa intensamente en la
Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en la Iniciativa
para la Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (Iirsa) y en la
Comunidad Sudamericana de Naciones (CASA). Una posible participacn en la
Asociación para la Integración Latinoamericana (Aladi) se estudiará ya que ésta
se la puerta de acceso a la zona de libre comercio de CASA. En ese contexto
se toman en cuenta también los compromisos de Suriname en el Caricom.
La política de integración de Surinam no se limita a aspectos nancieros y
económicos, pues la integración de la infraestructura física, energética y en el área
de telecomunicaciones separte integral de esta política. Suriname se encuentra
Robby D. Ramlakhan
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
en una posición estratégica, ya que se puede acceder tanto a Guyana como a
Guyana Francesa a través de la conexión Este-Oeste. Una conexn permanente
a través de la construcción de un puente sobre el río Marowijne y el o Corantijn
y una conexión terrestre con Brasil también hacen parte de los objetivos por
realizar. Siendo una economía pequeña, Suriname necesita estar siempre al
corriente de los desarrollos internacionales para poder defender y garantizar los
intereses nacionales. Las tendencias mundiales, como la creación de bloques, la
liberalización del comercio internacional, el combate al terrorismo, la amenaza
al medio ambiente, etc., y sus consecuencias, son tan amplias y dsticas que se
hace necesario acompañarlas y adaptarse a ellas. La realidad obliga a reconocer
que Suriname, solo, no va a tener condiciones de enfrentar estos retos y que la
mejor respuesta es la intensicación de las relaciones bilaterales y multilaterales,
y la participación en bloques y acuerdos regionales y extra regionales.
Con la rma de la Declaración de los Jefes de Estado de la Comunidad
Caribeña para establecer el Mercado Único del Caricom durante la inauguración
formal del Mercado Único del Caricom (CSM) en el día 30 de enero de
2006, se comenzó el proceso para la realización de la Economía Única del
Caricom en 2008. La participación de Suriname en el Caricom desde 1995,
en la OTCA, en la Iirsa y en la CASA se debe colocar en este cuadro. En esta
estrategia de integración cabe también la intensicación de las relaciones con
Guyana Francesa, es decir con Francia. Esto, para poder optimizar el uso del
posicionamiento de Suriname en el cruce de las rutas de comercio entre el
Caribe, Sudamérica y Europa a través de Guyana Francesa.
Con una participación activa en el Caricom, en la CASA y en la Iirsa,
Surinam trata de servir como puente en las relaciones entre el Caribe,
Sudamérica y Europa.
Otra estrategia es la identicación de sectores y socios estratégicos.
El punto de partida son los objetivos nacionales de desarrollo, en
donde los sectores estratégicos se identican y que en un corto plazo puedan
contribuir para mejorar las condiciones de vida del ciudadano. En esta fase, se
identicaron los sectores de petróleo, oro, servicios, pesca, agricultura, bauxita
y derivados, información y telecomunicación, turismo y madera. Nuestras
relaciones internacionales están orientadas para el mantenimiento de lazos
estrechos de cooperación con socios o aliados externos, tales como Estados
La República de Suriname y la integración regional
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Unidos, Europa, Brasil, Japón, Canadá, el Caricom, India, China, etc., socios
que pueden contribuir para alcanzar nuestro desarrollo.
Ejemplos.
Datos del Departamento de Geología de los Estados Unidos (el US
Geological Survey) muestran que Suriname posee una reserva de gas de 15
mil millones de barriles, la tercer mayor reserva de la región, solamente atrás
de la Cuenca de Campos y el Lago Maracaibo en Venezuela. Tres empresas de
España, de Dinamarca y de Estados Unidos respectivamente, ya ejecutaron
actividades de exploración en el área offshore de Suriname y ahora se están
preparando para la producción.
En el área del oro, Canadá tiene gran experiencia y por ello una empresa
canadiense obtuvo licencia para explorar oro en Suriname y recientemente,
la Compañía Vale do Rio Doce también mostró interés en el sector minero
de nuestro país.
En el sector de pesca, tenemos una cooperación tradicional con Japón
y tomando en cuenta nuestras experiencias positivas, la cooperación bilateral
con este país es ese sector se va a intensicar y expandir.
En el sector agrícola, queda cada vez más claro que las semejanzas
climatológicas y geográcas hacen de Brasil el mejor socio de Suriname para
el desarrollo de este sector. Brasil acumuló gran experiencia en investigación
agrícola y en ciertos sectores, como ca y etanol, ocupa la posicn de
líder mundial. La Embrapa es conocida mundialmente y rmo un acuerdo
cooperación con el Ministerio de Agricultura de Suriname para compartir las
experiencias brasileñas con nuestro país.
Con relación a la información y comunicación, India tiene buena
reputación. Suriname tiene orgullo de mantener una relación histórica y
estrecha con este país.
Siguiendo el ejemplo de Jamaica y Barbados, cuyas economías obtienen
cada vez más ventajas de outsourcingy procesamiento de datos, Suriname
puede optar por India como socio en el desarrollo de este sector.
Con estos ejemplos se quiere mostrar que Suriname conscientemente fomenta
el estrechamiento de la cooperación con países amigos que pueden contribuir para
su desarrollo económico, por lo tanto, se trata de la diplomacia para el desarrollo.
Robby D. Ramlakhan
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
No se arma que las relaciones con otros pses no contribuyen para nuestro
desarrollo, pero llegamos a la conclusión que acuerdos iguales de cooperación con
varios países no traen el desarrollo deseado. Entonces, por motivos de eciencia
y efectividad, acuerdos de cooperación sectoriales serán concluidos después de
hacer una evaluación de sus puntos fuertes y débiles. Además de la identicación
de socios estratégicos, tambn es necesario que Suriname identique productos
estratégicos que pueden servir como catalizador del desarrollo económico. El
producto más importante de exportacn todavía es la amina. Por mucho tiempo
el sector de bauxita sirvió de motor para la economía, sin embargo la producción
y exportación se encuentra en las manos de empresas multinacionales. Suriname
no tiene condiciones de inuenciar los volúmenes y los precios de producción y
de exportación, por este motivo este sector no pueden servir de catalizador. La
exportación de arroz y plátanos nunca fue capaz de traer desarrollo económico
duradero y hoy estos sectores enfrentan grandes problemas por la eliminación de
preferencias concedidas por la Unión Europea.
Pero existen otros productos que pueden empujar la econoa de Suriname.
Como se dijo antes, Suriname tiene grandes reservas de petróleo y su alto precio
en el mercado internacional puede transformar este sector en catalizador para
el desarrollo ecomico. El mayor problema n es que Suriname tiene una
producción muy pequeña (13,000 barriles diarios). El incremento de la producción
a corto plazo, con tecnoloa y capital extranjero es una necesidad urgente. Surinam
también tiene grandes depósitos de oro. Las exportaciones llegaron as de 15
toneladas el año pasado, pero nadie sabe a cuanto asciende el contrabando de los
buscadores de oro. El precio del oro subió substancialmente, pero el Estado no le
está sacando provecho por el acuerdo desfavorable rmado con una multinacional.
En este momento estamos evaluando nuestras opciones para aumentar nuestra
recaudación por medio de la renegociación del acuerdo y por medio del combate
al contrabando. Otros dos productos que, en mediano plazo, ofrecen buenas
perspectivas para Suriname, son el etanol y la soya. El etanol es considerado como
la fuente de energía del futuro y la soya como oro blanco.
En ambos casos, Brasil acumuló gran experiencia y know how y ya se
puso a disposición para compartirlo con otros países de la región. Suriname,
antiguamente, era una colonia de plantíos y éstos aún poseen una buena
infraestructura. Con pocos esfuerzos estos plantíos se pueden transformar
en cultivos de caña de azúcar y soya.
La República de Suriname y la integración regional
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Ya se dijo que el territorio de Suriname está cubierto por bosques tro-
picales. Hoy en día se habla mucho en crédito de carbono como fuente de
ingresos para países con mucho bosque. Aquí, se trata de una nueva modalidad
de preservar los bosques y ganar dinero al mismo tiempo con el mismo bos-
que, como lo plantean algunos. Hay otros, críticos, que dicen que la propuesta
es una farsa, para que los países desarrollados puedan seguir contaminando.
De todas formas, es importante la propuesta. En Suriname, los debates a este
respecto están recién empezando.
Al principio de esta presentación, se dijo que los servicios esn ocupando
un espacio cada vez más importante en la economía mundial. Suriname está
consciente de que las estructuras actuales de producción, no tienen condiciones
de enfrentar la competencia internacional. Se necesita, un cambio de rumbo
orientado hacia la prestación de servicios internacionales.
Ya mencioné el aporte creciente del turismo a la economía Surinamense,
pero la prestación de servicios no se limita solamente al turismo. Outsourcing”,
procesamiento de datos, offshore banking (con buen monitoreo) y servicios en
las áreas de seguros y telecomunicación también pueden contribuir para el
desarrollo económico.
En nuestra opinión, estos sectores y productos abren buenas
oportunidades para el crecimiento económico de Suriname a corto y mediano
plazo. Suriname aún depende y mucho de la exportación de commodities. Debido
a la competencia, precios bajos en el mercado internacional y subsidios enormes
en los países ricos, nuestra recaudación con la exportación disminubastante.
Desafortunadamente, no nos encontramos en la posición de exigir cambios.
Por ello, la colaboracn con otros pses y la diversicación de nuestra
infraestructura de producción y exportación son elementos importantes para
poder participar con éxito en el comercio mundial.
La integración de Sudamérica
Lo que vale para Suriname, vale para la mayoría de los países de
Sudamérica también. Nosotros sabemos que Sudamérica tiene entre otros,
muchas riquezas naturales, un gran mercado interno y una población
relativamente bien instruida, pero que también tiene grandes diferencias entre
Robby D. Ramlakhan
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
nosotros en términos de desarrollo económico, estructuras económicas no
muy competitivas y una gran desigualdad en los ingresos.
Cómo integrar nuestro continente en la economía mundial, tomando en
cuenta esos factores es el gran reto del momento. En Sudamérica sabemos que
participar en el proceso de globalización es una necesidad. A través de la integración
continental, estamos tratando de adaptarnos de la mejor forma posible a las
circunstancias contemporáneas. Iniciativas como Mercosur, CAN, CASA, OTCA
e Iirsa, tienen como objetivo armonizar e intensicar la cooperación potica,
económica y técnica entre nuestros países, para garantizar nuestra participación
efectiva en el comercio mundial. El continente tiene dos sistemas de integracn,
el Mercosur y la CAN y nuestros líderes se comprometieron a integrarlos para
facilitar la creación del espacio económico sudamericano. El Mercosur está
compuesto por cinco miembros que, juntos, son responsables por el 75% del
PIB de Sudamérica. La CAN se debilitó mucho con la salida de Venezuela que,
en términos ecomicos, era el miembro más importante del bloque. Si la salida
Venezuela debili a la CAN, su adhesn es de suma importancia para el Mercosur,
debido a la conexión geográca entre la región amazónica y el Caribe, y debido a
grandes reservas de gas y petróleo en este país. Acontecimientos como el acuerdo
de comercio bilateral que Uruguay r con Estados Unidos ciertamente no van
a desestabilizar el Mercosur.
Para Surinam, al ser parte del continente sudamericano, es importante
acompañar los acontecimientos de cerca, mientras no seamos miembros ni del
Mercosur, ni de la CAN. La CAN es una entidad exclusivamente para países
de la Comunidad Andina, a la cual Surinam no pertenece, pero por otros
motivos, por ejemplo dentro del cuadro de Iirsa, estamos discutiendo nuestra
participacn en la CAF. Surinam tampoco es miembro del Mercosur. No se
trata de falta de interés pero una eventual adhesión merece más estudios. Una
condicn para tal adhesión es la participación de Suriname en la Aladi, pero al
ser Suriname miembro pleno del Caricom, debemos estudiar la compatibilidad
de las obligaciones que tendríamos frente a ambas organizaciones.
Además de ello, el Mercosur ya está en negociación con el Caricom
para una cooperación más estrecha, y no queremos gastar tiempo, energía y
dinero buscando un entendimiento bilateral con el Mercosur. Esperaremos el
andamiento de las negociaciones entre los dos bloques. Pero la participación en
La República de Suriname y la integración regional
208
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Aladi para nosotros es muy importante. Sin ella no podremos participar en el
proceso de integración económica en el continente. Es importante mencionar
que estamos trabajando juntos con la Secretaría General de Aladi para preparar
y facilitar la entrada de Suriname en esta organización.
Nuestra política está orientada para seguir como miembro del Caricom,
y también ser parte de la unión sudamericana. Esta estrategia cabe totalmente
dentro de nuestra política de servir como puente entre Sudamérica y el Caribe.
Además, otros acontecimientos en la región obligan a Surinam a que preste
mucha atención. Me estoy reriendo a las relaciones extra regionales, como
ASPA (Sudamérica Países Árabes), la Afras (África Sudamérica) y, en breve,
el Focalal (Foro de Cooperación entre Sudamérica y Asia del Este). Suriname
es miembro de CASA y por ello apoya plenamente estas iniciativas, partiendo
de la posición que un país pequeño puede negociar mejor y ganar más a través
de un esfuerzo en conjunto. Pero la realidad nos obliga también a analizar
cuidadosamente nuestros propios intereses. Suriname, dentro del cuadro de
la CASA, no tiene una voz fuerte. Es el miembro menor y es natural que los
miembros mayores cuiden primero de sus propios intereses.
A primera vista, las ventajas para Suriname de esas iniciativas serán
nimas. Por otra parte, ya tenemos cooperación intensa con los países
árabes, porque es miembro de la Organización de la Conferencia Islámica
(OIC). Dentro de esta cooperación, ya tenemos algunos proyectos en fase de
ejecución en Suriname, por ejemplo en las áreas de educación y salud. Suriname
históricamente, tiene un fuerte vínculo con África y la intensicación de los
lazos bilaterales con este continente ocupa un lugar importante en nuestra
política externa. Con el Focalal, la situación no es muy diferente. Los lazos
bilaterales con algunos de los países de Asia, principalmente los denominados
países de origen, de donde vinieron muchos de nuestros ancestros, son de los
mejores. La cooperación bilateral con estos países ha contribuido bastante
para nuestro desarrollo. Y seguramente no vamos a poner en riesgo una
sólida cooperación bilateral a cambio de una cooperación regional llena de
incertidumbre para nosotros.
Hay que aclarar que apoyamos las iniciativas destinadas a la cooperación
birregional, pero la continuación de la cooperación bilateral para nuestro
desarrollo adquiere más destaque en nuestra potica externa. Claro que
Robby D. Ramlakhan
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
queremos y estamos listos para contribuir para la integración del continente
sudamericano. Pero todavía tenemos un largo camino que recorrer.
De aquí para allá, vamos a enfrentar muchas dicultades. Pero la
integración es un proceso histórico y no puede juzgarse por acontecimientos
aleatorios. La unicación europea también no sucedió sin problemas y hasta
hoy no todos los países decidieron aceptar el Euro como moneda única. En
Sudamérica el proceso de unicación también va a demorar porque la región
está lidiando con intereses diversos y, en muchos casos, en conicto.
Los problemas actuales solo sirven de aprendizaje para el proceso de
integración continental. Pero junto con la integración política y económica
de Sudamérica, el problema de las asimetrías económicas en el continente
se debe tratar. Se deberán tomar providencias especiales para apoyar a los
países económicamente más débiles, como ocurrió en la Unión Europea. El
motivo principal de la integración económica no debe ser las ventajas a corto
plazo de grupos de interés pero si una estrategia de desarrollo a largo plazo.
No nos podemos olvidar que la unión es una “condítio sine qua non” para
Sudamérica para poder asegurar y garantizar nuestros intereses. Negociaciones
realizadas a partir de una posición débil y fragmentada nunca llevaron a buenos
resultados. El Mercosur mostró en las negociaciones sobre el ALCA que es
un excelente vehículo para defender los intereses sudamericanos. En este
caso se recomienda que la cooperación dentro del Mercosur se profundice y
eventualmente se amplíe.
Conclusiones
La globalización no trajo los resultados prometidos por los protagonistas
del neoliberalismo. Parece que las reglas del comercio internacional
contemponeo solamente sirvieron para defender los intereses de la oligarquía.
Únicamente los grandes países en vías de desarrollo se van a adaptar a las nuevas
reglas y aprovechar las ventajas de la liberalización. Los países pequeños en
desarrollo no tienen condiciones de responder a los retos de la globalización
con sus propios esfuerzos. Sus estructuras de producción y exportación no
son competitivas. Para el sector privado de estos países es una tarea difícil la
de servir de motor del desarrollo económico. Por lo tanto, en estos países, el
Estado va a tener que seguir ejerciendo un rol importante en la vida económica.
La República de Suriname y la integración regional
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En Sudamérica, nuestros líderes políticos están conscientes de que integración
y cooperación intensiva ofrecen las mejores respuestas para los retos de la
globalización. Pero el continente es muy fragmentado. Para que la integración
continental tenga éxito hay que reducir las asimetrías económicas entre los
países. Tenemos que tratar de llegar a una mejor distribución de ingresos, a
una mejora de las infraestructuras de producción y exportación, etc.
Suriname se estratando de proteger de la mejor forma posible contra los
impactos negativos de los cambios en la constelación internacional. Integracn
regional, y la identicación de sectores y socios o aliados de cooperación,
ofrecen posibilidades. El reto es grande, pero Suriname tiene bastante potencial
para garantizar prosperidad y bienestar para cada ciudadano.
DEP
Traducción: Soledad Rojas
211
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Uruguay: breve
evolución económica
y política
Alberto Couriel*
A. Uruguay diferenciado en la región
U
ruguay está ubicado como una especie de Estado tapón entre Argentina
y Brasil. Su territorio abarca 178.000 km2 y su población alcanza los 3.300.000
habitantes. Su ingreso por habitante medido por las paridades de poder de
compra alcanza actualmente los U$S 12.300 dólares, mientras que Argentina
tiene U$S 17.000, Chile U$S 13.800, Brasil U$S 9.500 y Venezuela U$S
7.400. Su esperanza de vida al nacer alcanza a los 76 años de edad. Uruguay,
históricamente, se ha diferenciado del resto de los países latinoamericanos por
su estabilidad política y social, por el arraigo a la democracia, por su calidad
de vida y por su integración social.
La diferenciación surge desde el primer tercio del siglo XX, donde su
crecimiento económico provenía de la exportación de rubros ganaderos que
cubrían todo el territorio nacional, con propietarios nacionales en la pro-
ducción primaria con cierto grado de industrialización que dinamizaban la
* Senador de la República Oriental del Uruguay
acouriel@parlamento.gub.uy
Uruguay: breve evolución económica y política
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
ciudad-puerto. Un país con alto grado de urbanización tuvo la creatividad
de su Estado de bienestar -anterior a las experiencias nórdicas europeas- que
brindó educación gratuita, atención en salud y regímenes de seguridad social
que fueron pioneros en la región. La creación de empresas públicas en el cam-
po nanciero, en los servicios energéticos, en combustibles y en ferrocarriles
constituyeron otra demostración de la originalidad del modelo uruguayo. Estos
elementos económicos e institucionales permitían un alto nivel de integración
social con bajas tasas de analfabetismo y de mortalidad. Es un país sin con-
ictos étnicos después de procesos de exterminación de sectores indígenas en
la primera mitad del siglo XIX. La primera mitad del siglo XX fue una etapa
de elevada inmigración europea que trajo sus conocimientos, sus valores, su
cultura y que se integraron muy bien en la sociedad uruguaya, que comienza a
mostrar su arraigo por la democracia, por el respeto y la tolerancia al de otros
valores, otras culturas y otras religiones.
Las caractesticas de sus productos de exportación, antítesis de los enclaves
de otros países de la región, y la creatividad del Estado de bienestar le permitieron
una muy buena distribucn del ingreso, que se mantiene hasta la actualidad,
donde el coeciente de GINI de 0,44 es de los más bajos de América Latina.
La historia de Uruguay lo muestra como un país abierto y receptivo.
Abierto a procesos migratorios e inclusive a recibir exiliados políticos de
Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia. Abierto en el plano nanciero donde
intenta durante varios períodos congurar una plaza nanciera para lo cual,
desde 1974, tiene libertad irrestricta en el movimiento de capitales. Es un país
sin conictos fronterizos, con una aceptable seguridad pública, con cultura
democrática y, al decir de Carlos Real de Azúa, “el país de las cercanías”:
todos se conocen, todo queda cerca y hay un alto grado de igualdad en las
relaciones personales entre los distintos sectores sociales. Presenta un muy
buen nivel cultural en la comparación regional, con mucha inuencia europea,
a tal punto que los currículums de materias de la enseñanza media provienen
de la educación francesa.
Es un país estable, donde los cambios se dan en forma gradual, y donde el
grado de integración social facilitó la existencia de acuerdos sociales implícitos
e inclusive explícitos y, sobre todo, con una cultura de acuerdos políticos como
lo marca la historia de convivencia del bipartidismo.
Alberto Couriel
213
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
B. Breve evolución económica
Uruguay tuvo un importante crecimiento hacia afuera basado en el
dinamismo de sus exportaciones hasta la crisis de 1929. Al igual que otros países
de la regn que habían iniciado procesos de industrialización Uruguay
continuó creciendo con énfasis en su industria manufacturera durante la Segunda
Guerra Mundial. Aprovechando el aumento de los precios internacionales
derivados de la guerra de Corea mantuvo un fuerte dinamismo hasta 1955,
donde se limitó el proceso de industrialización y entró en una larga etapa
de estancamiento de más de 20 años. La entrada de capitales que facilitó el
crecimiento de la segunda mitad de los setenta se vio afectada por una política
cambiaria inadecuada, conocida como “la tablita”, que generó una elevada
fuga de capitales, con muy fuerte endeudamiento externo y profundas crisis
nancieras. La década del 80 es conocida, en Uruguay y en la mayoa de los
países latinoamericanos, como la década perdida. La política económica estuvo
centrada en asegurar el pago de los servicios de la deuda externa basada en
las clásicas recetas del FMI: altas devaluaciones y contracción de la demanda
interna por la vía crediticia, scal y salarial para garantizar un saldo positivo de
la balanza comercial. Las altas devaluaciones tran inación y las restricciones
a la demanda interna afectaban el nivel de la actividad económica y el propio
crecimiento. Los costos de la deuda externa lo pagaban en exclusividad los países
deudores, con una transferencia neta de recursos de alrededor del 4% del PBI.
En la década del 90 se reto el crecimiento al inujo de una nueva entrada
de capitales. Es la década de auge del neoliberalismo, que busca minimizar la
acción estatal porque se sostenía que el sector privado y el mercado estaban en
condiciones de resolver los problemas económicos y los conictos sociales.
Es la etapa de las privatizaciones, de la liberalizacn comercial y nanciera, de
la desregulacn económica y de la exibilidad laboral. En el caso de Uruguay
se profundiza la liberalización comercial con una apertura unilateral extra
Mercosur, mientras que la liberalización nanciera se había concretado en 1974
con la libertad irrestricta en los movimientos de capitales. En cambio no se
pudieron concretar los clásicos procesos de privatización, ya que un referéndum
en 1992 impidió la privatización de la empresa estatal de comunicaciones. La
potica económica estuvo centrada en asegurar la plaza nanciera y avanzar en
la estabilizacn de precios por la vía del ancla cambiaria al estilo de la ley de
convertibilidad implantada en Argentina. Los atrasos cambiarios de Argentina,
Uruguay: breve evolución económica y política
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Brasil y Uruguay entre 1994 y 1998 profundizaron los intercambios comerciales
dentro del Mercosur. En 1998 el 53% de las exportaciones uruguayas tenían
como destino los países del Mercosur. La devaluación de enero de 1999 en Brasil
desnudó los atrasos cambiarios de Argentina y Uruguay generando dicultades
en el proceso de integración que se mantienen hasta nuestros días. El estilo de
desarrollo permit crecimiento, con crisis productivas, especialmente en el sector
de la industria manufacturera, crisis sociales que culminaron en una profunda
crisis nanciera en el 2002.
C. Principales características políticas
El sistema político y la sociedad uruguaya tienen una gran vocación
por la democracia, por la libertad y la justicia, por el sufragio universal y el
pluripartidismo, por la garantía de los derechos humanos y la independencia
del Poder Judicial, por la vigencia total del Estado de Derecho. La democracia
está profundamente arraigada en la sociedad uruguaya, que es muy informada,
muy politizada, muy participativa. A los uruguayos les gusta votar y hay normas
que permiten formas de democracia directa. En Uruguay hay posibilidades
constitucionales de enfrentar cualquier ley sancionada por las autoridades
correspondientes por la vía de referéndum. Por esta vía se enfrentaron las
privatizaciones y, también, por la vía del referéndum se saldó en ese momento
una ley de caducidad en defensa de los militares que violaron los derechos
humanos durante la dictadura que el país sufrentre 1973 y 1985. Este proceso
dictatorial coincidió con regímenes similares en varios países de la región donde,
bajo el liderazgo de EEUU, se combatía el comunismo internacional y acciones
guerrilleras que se suponía tenían vinculaciones con la revolución cubana. Para
un país con elevada cultura democrática podríamos considerar esta etapa de
la dictadura como una excepción a la regla. Hubo otro quiebre democrático
en la década del 30 pero sin intervención de las Fuerzas Armadas.
Las instituciones políticas muestran las siguientes características:
(a) el Poder Ejecutivo está integrado por el Presidente de la República
designado directamente por sufragio universal y el Consejo de
Ministros. Para acceder a la Presidencia se requiere el voto del 50%
más uno de ciudadanos que participaron en el proceso electoral,
régimen que se instauró en 1996 por temor a un triunfo electoral de
Alberto Couriel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
la izquierda. En las elecciones de 1999 triunfó el Frente Amplio en
la primera vuelta pero, al no lograr la mayoría absoluta, hubo una
segunda vuelta. En ésta se unieron los partidos blanco y colorado y
obtuvieron el triunfo. En la siguiente elección en el año 2004 triunfó
el Frente Amplio en la primera vuelta al superar el 50% de los
sufragios. Históricamente Uruguay tuvo un Poder Ejecutivo basado
en regímenes colegiados que, junto a la cohesión social y el arraigo
democrático, facilitaba que se le denominara la “Suiza de América”.
(b) El Poder Legislativo se basa en un régimen bicameral con muy pocas
diferencias en sus funciones. Los legisladores son elegidos directamente
por sufragio universal, bajo el régimen de listas y se designan de manera
proporcional con respecto al total de votos emitidos.
(c) Hay un predominio del Ejecutivo sobre el Legislativo basado en la
posibilidad de vetos, de disolución de las maras, por la vía de las
iniciativas privativas del Ejecutivo como la exoneración de impuestos o
los mites a los gastos presupuestarios. El Legislativo queda subordinado
al Ejecutivo en la medida que, por ejemplo, no cuenta con información
propia, o que de la política económica solo pasa por el Legislativo la
potica scal. En esencia el Poder Ejecutivo está más directamente
vinculado a los factores de poder, inclusive a los vinculados al campo
internacional, que profundiza su predominio derivado de las propias
normas constitucionales. Salvo en el caso de las interpelaciones los
debates son escasos en el ámbito parlamentario. En los hechos los
grandes debates se dan a través de los medios de comunicación.
Los partidos políticos presentan un elevado grado de estabilidad. Los dos
partidos tradicionales, el blanco y el colorado, tienen más de un siglo y medio y
gobernaron el país durante toda su historia hasta el reciente triunfo del Frente
Amplio en el año 2004. Partidos policlasistas con diversidades ideológicas dentro
de cada partido, fueron determinantes en la construcción del país. En esencia
se tuvo un régimen bipartidista donde gobernaron los colorados, salvo la etapa
de 1959 a 1967 y de 1990 a 1995 donde triunfaron los blancos.
El gran cambio político lo constituye la fractura del bipartidismo
con la presencia en las elecciones de 1971 del Frente Amplio que alcanzó
el 18% de los votos. El Frente Amplio es una combinación de coalición y
Uruguay: breve evolución económica y política
216
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
movimiento donde en su origen participaron los partidos comunista, socialista
y demócratacristiano, sectores políticos provenientes de los partidos blanco y
colorado, y sectores independientes. Las principales causas de la creación del
Frente Amplio derivan de los siguientes factores:
(a) En la década del sesenta se profundizaron los conictos sociales y
los enfrentamientos políticos. Es un período de crisis económica,
de estancamiento de la producción, de fuga de capitales, de crisis
nancieras y de muy elevada inacn. Esta derivaba del estancamiento
económico que generaba una fuerte puja por la distribución del
ingreso, básicamente entre sectores ganaderos y exportadores frente
a los trabajadores urbanos sindicalizados;
(b) La unidad sindical a mediados de los sesenta fue un jalón relevante
que cooperó en la unidad de la izquierda;
(c) La profunda crisis de los partidos tradicionales que no encontraban
fórmulas adecuadas para salir de la crisis económica;
(d) La propia existencia de la guerrilla urbana multiplicaba los conictos,
pero tenía su propia representación en la creación del Frente Amplio;
(e) También coadyuvaron enormemente a la creación del Frente Amplio
distinguidas guras políticas como Líber Seregni, Zelmar Michelini,
Rodney Arismendi, Juan Pablo Terra, Héctor Rodríguez y José Pedro
Cardozo, entre otros.
El Frente Amplio fue muy perseguido por la dictadura sufriendo prisiones,
torturas, muertes y exilios. Esto profundizó la unidad de la izquierda que en
1984 llega al 21% de los votos, no pudiendo ser candidato su líder principal,
ber Seregni. Tampoco pudo ser candidato en esta eleccn una gura
predominante del Partido Nacional como Wilson Ferreira Aldunate -quien
también sufrió largos años de exilio –, ni Jorge Batlle en el Partido Colorado.
En 1989, después de una división interna, el Frente Amplio vuelve a obtener
el 21% de los votos, pero gana por primera vez el gobierno departamental
de Montevideo que mantiene hasta la actualidad. En 1994 obtiene más del
30% de los votos, muy cerca del ganador, lo que trae como consecuencia la
reforma constitucional que obliga al balotaje si no se alcanza el 50% más uno
de los sufragios. En 1999 gana en la primera vuelta con el 40% de los votos,
Alberto Couriel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
pero pierde la elección en la segunda vuelta. En 2004 gana por primera vez la
elección nacional con más del 50% de los votos en la primera vuelta. También
gana ocho gobiernos departamentales.
D. Situación actual
El gobierno del Frente Amplio que se instala el de marzo de 2005
recibe un país con diversas situaciones críticas. Una deuda en moneda extranjera
muy elevada, de 100% del PBI, como consecuencia de la profunda crisis
nanciera del año 2002. Una crítica situación social con niveles de pobreza de
casi un tercio del total de la población, un 13% de desempleo abierto urbano,
con salarios reales medios de 22% por debajo del año 2000 y un fuerte proceso
emigratorio donde se van los jóvenes y los más calicados. A ello se agrega un
elevado nivel de informalidad y precariedad que se incrementó en los noventa
y se profundizó en la crisis de 2002 generando un proceso de fragmentación
social que daba por tierra con la historia del Uruguay integrado, del Uruguay
con cohesión social. La existencia de ghettos de ricos y sobre todo de ghettos
de pobres, con valores y motivaciones diferenciados, con cultura de pobreza
-que llevará mucho tiempo poder resolver- muestra un nuevo Uruguay. El
nuevo gobierno recibe un Estado muy debilitado por los gobiernos anteriores
y por la propia acción del neoliberalismo. Con personal de baja calicación, sin
capacidad de reexión ni de conducción, habiendo perdido funciones básicas
como la integración social y la redistribución del ingreso. Las empresas blicas
deterioradas, con irregularidades y engordadas por la política de clientela de
los partidos tradicionales. Una de las pocas instituciones que mantiene su
grado de profesionalismo es el Banco Central, con predominio de ideologías
provenientes de los organismos nancieros internacionales.
Las relaciones de poder marcan la inuencia de factores internacionales,
especialmente a tras de la hegemoa de los EEUU, sobre el sistema nanciero,
los medios de comunicación, las Fuerzas Armadas, las propias empresas
transnacionales instaladas en el país, e inclusive en el campo ideológico, como
aconteció en la discusión sobre un Tratado de Libre Comercio con los EEUU.
Las relaciones de fuerza marcan un primer nivel de poder del sistema nanciero
con predominio de bancos internacionales, de los propietarios de los medios
de comunicación y de las empresas transnacionales instaladas en el país y sus
Uruguay: breve evolución económica y política
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
aliados nacionales. En un segundo nivel ubicaríamos a los distintos gremios
de la producción y el comercio con limitada capacidad de inuencia, los
sindicatos de trabajadores muy afectados en la década del noventa y las propias
Fuerzas Armadas que se vienen debilitando desde la apertura democrática.
Interesa señalar la baja ponderación que se le otorga a los intelectuales y a las
universidades que han perdido capacidad de propuestas especícas para la
región y presentan limitadas posibilidades de investigación.
La crisis del año 2002 y el triunfo de la izquierda en 2004 muestran
con nitidez el alto nivel de estabilidad política del país y la fortaleza de las
instituciones democráticas. En el año electoral, donde se preveía el triunfo de la
izquierda, no hubo fuga de capitales ni procesos especulativos ni inacionarios
e inclusive se dio un alto ritmo de recuperación económica.
E. El gobierno del Frente Amplio
Los años 2005, 2006 y los tres trimestres de 2007 han sido de elevado
crecimiento económico, muy por encima de las expectativas y de la historia de
los últimos 50 años de Uruguay. El PBI aumentó 6,6% en 2005, 7% en 2006
y 6,2% en el primer semestre de 2007, cifras sucientemente signicativas.
Los factores determinantes de este crecimiento son la evolución positiva
de los precios internacionales de los productos de exportación, fruto de las
demandas provenientes del dinamismo de China e India, aumentos importantes
de inversiones en el sector de la construcción con nanciamiento externo y la
capacidad del gobierno para generar conanza y credibilidad en los agentes
económicos. Esto permite una mejora en los salarios reales, un signicativo
descenso en el desempleo abierto, que actualmente se ubica en 8,5% lo que
facilita mejoras sociales. La inación se ubica en cifras de un dígito y, si bien
la deuda sigue siendo alta, se alargaron los plazos de manera muy adecuada.
En el ámbito social retornaron las negociaciones entre empresarios y
trabajadores a través de convenios colectivos, se restablecieron los consejos
de salarios y los sindicatos de trabajadores adquirieron mayor poder de
negociación. Aumentó el grado de sindicalización y el número de sindicatos
y de esta forma se equilibraron las relaciones de fuerza entre el capital y el
trabajo. Se implementó un plan transitorio de emergencia social para atender
Alberto Couriel
219
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
especialmente la indigencia, al estilo de los programas realizados en varios
países de la región. Descendió la pobreza que todavía es de 24% de la
población –, la indigencia y la mortalidad infantil.
Un logro importante del nuevo gobierno se da en el ámbito de los
derechos humanos. Se buscaron, encontraron y se identicaron cuerpos de
detenidos-desaparecidos y se encuentran en prisión notorias guras del Ejército
que cometieron actos de violaciones a los derechos humanos.
Se iniciaron procesos de reformas estructurales. En el año 2006 se apro
una reforma tributaria con la instauración del Impuesto a la Renta de las
Personas Físicas aunque de carácter dual, diferenciando las rentas de trabajo y
las rentas de capital que pagan tasas distintas. La reforma eliminó una serie de
impuestos de alto costo administrativo y no aumentó la presión tributaria. Se
analiza actualmente en el ámbito parlamentario una importante reforma de la
salud, que mantiene un sistema mixto descentralizando los hospitales públicos
y tratando de resolver los problemas nancieros que venían caracterizando
a mutualistas del sector privado de enorme contribución histórica en el país.
En la medida que la reforma tributaria no contempló el nanciamiento de la
reforma de la salud, se instaura un sistema contributivo que tiene problemas
por el descenso de las relaciones entre activos y pasivos. Los activos se ven
afectados por la baja tasa de natalidad y la emigración, mientras que los
pasivos se incrementan por el aumento de la esperanza de vida. Por otro lado,
en los regímenes contributivos, con relevancia en la historia de la seguridad
social de Uruguay, la mayoría de los trabajadores eran formales y contribuían
al régimen correspondiente. En la actualidad más del 50% queda fuera del
régimen de seguridad social y del seguro nacional de salud por ser informales
y desocupados abiertos y solamente tienen la posibilidad de ser atendidos en
instituciones públicas.
La política económica de corto plazo mantiene rasgos de ortodoxia,
especialmente en materia monetaria y cambiaria. Esta última no se implementa
en función de los requerimientos de la competitividad y se tiende a volver a
cometer errores signicativos como lo fueron el régimen de “la tablita” de nes
de los setenta y principios de los ochenta y el atraso cambiario de la década
del noventa, que culminaron en profundas crisis nancieras.
Uruguay: breve evolución económica y política
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
F. La política internacional y el Mercosur
La política internacional se mantuvo dentro de las características
históricas de Uruguay, basada en la paz internacional y en los principios de
autodeterminación y no intervención. Se mantienen muy buenas relaciones
con los EEUU, que ayudó al país durante la crisis nanciera del año 2002
enfrentando al FMI que propugnaba un default de la deuda y transforndose
en uno de los mayores importadores de Uruguay, especialmente de carne por
los problemas de vaca loca en Canay de aftosa en Argentina y Brasil. Pero
tambn intentó generar una ca dentro del Mercosur buscando alcanzar un
Tratado de Libre Comercio bilateral con Uruguay. La realidad most diferentes
posiciones dentro del gobierno uruguayo: sectores que propugnaban por el TLC
con EEUU intentaban profundizar, con declaraciones agresivas, los problemas
del Mercosur, frente a otros sectores que no aceptaban el TLC y propugnaban
por mejorar las posibilidades que abría el proceso de integracn regional. En
los hechos no se concreel TLC con EEUU que la Unión Aduanera del
Mercosur no permitía y Uruguay se incorpo al grupo de los 20 que lideraba
Brasil en el plano comercial para enfrentar los problemas que originaban los
subsidios agrícolas de los países desarrollados.
La situación internacional obliga a la conformación de un bloque regional.
Vivimos un mundo de globalizacn nanciera, tecnogica y comunicacional, con
fuertes bloques económicos, especialmente el de América del Norte liderado por
los EEUU y el de la Unn Europea. Estados Unidos marca nítida hegemonía en
el ámbito militar, en el nanciero -dada la relevancia de las políticas de la Reserva
Federal y el centro nanciero de Nueva York y en el plano comunicacional
donde alrededor del 80% de las igenes que se ven en el mundo provienen de
los EEUU. Esto le ha dado un fuerte predominio en el campo político que se ha
visto afectado por el rechazo internacional derivado de la invasión a Irak.
Es imprescindible la necesidad de un bloque latinoamericano para
construir la integración regional con unidad de propuestas y el mayor grado
posible de cooperación política para negociar con el mundo desarrollado. Las
negociaciones pasan por los planos políticos y económicos. Entre estos se
destacan las negociaciones comerciales, nancieras y productivas.
En el plano comercial son indispensables las negociaciones para
enfrentar los subsidios agrícolas de los países desarrollados, diversas formas
Alberto Couriel
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
de protección paraarancelaria y medidas de política económica que afectan
los términos de intercambio de los países de la región. En la medida que
América Latina apenas representa alrededor del 5% del comercio internacional
se vuelve imprescindible la necesidad de aliados, como se alcanzó en el G20
incorporando a China, India y Sudáfrica.
En el plano nanciero es relevante la negociación para modicar las
condicionalidades de los organismos nancieros internacionales, para regular
los movimientos especulativos de capitales que en un 90% son de un plazo
inferior a una semana y encontrar nuevos mecanismos para resolver con mayor
ecuanimidad los problemas de la deuda externa de los países de la región.
En el campo productivo puede ser de intes la negociación colectiva con las
empresas transnacionales para conciliar sus intereses con los nacionales y regionales
y para enfrentar intentos como el Acuerdo Multilateral de Inversiones.
El proceso de integración regional presenta una serie relevante de
potencialidades económicas, entre las que se destacan:
(a) La integración energética aprovechando las reservas de petróleo y
gas que tienen Venezuela y Bolivia;
(b) Obras de infraestructura vinculadas al transporte y a los propios
procesos de integración energética;
(c) La integración nanciera que surge como un fenómeno nuevo en
la región. Los altos precios internacionales de los productos de
exportación y la mejora de los términos de intercambio para algunos
países ha signicado la posibilidad de un gran aumento de reservas
internacionales y cierto grado de autonomía frente al FMI. A ello se
agrega la existencia de instituciones nancieras ya existentes como
la CAF (Corporación Andina de Fomento) y la creación de nuevas
instituciones nancieras como el Banco del Sur, que puede atender
créditos para el desarrollo y ayudar a los países de la región a enfrentar
en mejores condiciones, eventuales crisis nancieras coyunturales;
(d) La integración productiva, basada en la complementariedad productiva,
es un elemento central del proceso de integración, donde en la
actualidad los grados de avance han sido muy limitados. En esencia se
dio una especie de integración pasiva donde se jan rebajas arancelarias
Uruguay: breve evolución económica y política
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
y el mercado y el sector privado denen las relaciones comerciales. Es
necesario pasar a una integración más activa para lo que se requiere
la existencia de lineamientos estratégicos que permitan conformar
estructuras productivas centradas en competitividad y empleo,
como parte de proyectos nacionales de los países componentes del
proceso de integración. La historia de nuestros países muestra que
la especialización productiva, y por ende la estructura productiva,
fue jada desde el exterior atendiendo a las necesidades de los
países desarrollados. Llegó la hora de que los países de la región
avancen hacia proyectos nacionales que sean determinantes en las
futuras estructuras productivas. Estos lineamientos estratégicos
deben ser coordinados y compatibilizados hasta poder alcanzar
proyectos regionales que permitirían atender las actuales asimetrías,
favoreciendo a los países de menor desarrollo relativo o de menor
tamaño. De esta forma, estos países podrían participar en procesos
productivos dinámicos, pudiendo ser favorecidos con medidas que le
permitan colocar rubros con mayor valor agregado y más contenido
tecnológico. Estas estructuras productivas deben plantearse de manera
muy exible y abierta para contemplar la velocidad de los cambios
tecnológicos que se dan en el campo internacional. Un buen ejemplo
de nuevas formas de complementariedad productiva podrían surgir
en el caso de demandas de Brasil. Este solicita regímenes especiales
o mayores aranceles para los rubros de bienes de capital, informática
e industria automovilística. Uruguay puede aceptar las necesidades
de Brasil, pero puede solicitar su participación en algún grado de
especialización en la producción y exportación de estos bienes o una
parte de la producción de los mismos.
El proceso de integración tiene problemas. Tuvo extraordinarios avances
entre 1994 y 1998 cuando Brasil, Argentina y Uruguay tenían fuertes atrasos
cambiarios lo que multiplicó el comercio entre estos países. La devaluación de
enero de 1999 desnudó los atrasos cambiarios de Uruguay y Argentina y allí
comenzaron diversas disputas y reclamos entre los países del Mercosur que
se multiplicaron con las crisis nancieras posteriores. Hay algunos conictos
políticos, como el actual entre Argentina y Uruguay por las plantas de celulosa
Alberto Couriel
223
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
instaladas en Uruguay, que afectan las potencialidades. No hay instituciones
comunitarias ni supranacionales, no se aplican decisiones de tribunales
arbitrales y hay barreras paraarancelarias, a veces estaduales, que afectan el
normal funcionamiento del proceso de integración. El punto de partida de
bajo relacionamiento comercial entre los distintos componentes afecta las
posibilidades de coordinar políticas macroeconómicas como se pudo avanzar
en la Unión Europea. Hay críticas de carácter ideológico de los que nunca
aceptaron procesos de integración, porque entendían que generaban desvíos de
comercio y propugnaron por aperturas unilaterales, especialmente con respecto
a los países desarrollados. Existen relaciones de poder que afectan también al
proceso de integración, como el peso de las grandes empresas transnacionales
cuyos intereses especícos pueden no coincidir con lo que se logre acordar
entre los países. Existen también elementos ideológicos y políticos cuando se
critica el proceso de integración porque se quiere alcanzar tratados bilaterales
de libre comercio con los EEUU muy centrados, especialmente, en los países
ubicados sobre el Océano Pacíco.
En esencia el futuro de la integración depende de los acuerdos políticos
correspondientes, pero también de la capacidad de generar emociones, valores
y motivaciones que faciliten avances hacia una conciencia regional – hoy muy
limitada – e inclusive a formas de identidad regional.
DEP
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
224
El Estado de derecho
y de justicia social
en el marco de la
Alternativa Bolivariana
para la América y el
Caribe ALBA
Isaías Rodríguez*
H
ay un periodista que conduce, en Venezuela, un programa de noticias.
Siempre lo inicia con una referencia al “planeta tierra”, como si ésta fuera una
“nave espacial”.
Esta mefora de la nave espacial es originaria de Kenneth Ewart Boulding,
economista de gran prestigio, ecologista y militante abierto del pacismo.
Como en cualquier aeronave dice Boulding la supervivencia depende
del equilibrio entre la capacidad de carga y las necesidades de los pasajeros que
* Procurador General de la República Bolivariana de Venezuela
isaiasrodriguez@scalia.gov.ve
Isaías Rodríguez
225
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
viajan dentro de la nave. Para que haya equilibrio sostiene Boulding no
basta la justicia del pistolero solitario, de las películas norteamericanas, que se
administra a tiros, sin admitir más reglas que la de ese pistolero.
En efecto, la sociedad toda y nunca ningún pistolero solitario- es quien
puede garantizar la justicia y la armonía. Es eso lo que algunos llaman equilibrio
y realmente, en el fondo, equilibrio no es otra cosa que la humanidad con la
cual se expresan nuestros actos y ella es, exactamente, lo contrario, lo opuesto,
a lo que el “pistolero solitario” conoce con el nombre de mercancía.
Tanto el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como el
Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (suscritos en San José de
Costa Rica el 22 de noviembre de 1969 y en San Salvador, el 17 de noviembre
de 1988, respectivamente) avanzaron en el derecho positivo para ofrecer una
respuesta a eso que se nombra como “mercancía”, en contra de todas las
estructuras, estatales o no, que se constituyen en dramáticas amenazas contra
los derechos humanos. Una mitología convertida en doctrina, que viene desde
el Leviatán de Hobbes, sostiene que el Estado es el único ente capaz de violar
derechos humanos.
Esta mitología, ideologizada tanto en su tiempo como ahora, ubica al
Estado como “el único órgano amenazador de la libertad individual” y es,
por ello, que “la doctrina liberal sobre derechos humanos”, desde Locke hasta
nuestros días, pretende hacernos creer que “la única” necesidad permanente
para proteger a los individuos del Estado, es hacerlo responsable, sólo a éste y
nunca a los particulares de las agresiones a sus derechos humanos individuales
y/o colectivos.
El tiempo ha transcurrido y, hoy, se plantean dos temas que no parecieran
haber estado en el pensamiento del legislador de los dos Pactos Internacionales,
anteriormente aludidos.
El primer tema y vale la pena reexionar sobre ello plantea que el
Estado (además de organismo supuestamente amenazante de los derechos
humanos) es, también, “garante de tales derechos” y el segundo que plantea
que, también, las organizaciones económicas privadas, al igual que el Estado,
pueden perfectamente ser obstructoras, provocadoras y constituirse en
amenazas serias, severas, graves y ciertas, contra los derechos humanos, hasta
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
el punto de interferir e intimidar, en todo cuanto tiene que ver con los derechos
ciudadanos contenidos en los dos citados Pactos Internacionales.
Si bien es cierta la visión liberal en la cual, los Estados violan o pueden
violar estas conquistas irrenunciables de la humanidad, no es menos cierto
que, esa eventual violación es apenas una casi insignicante porción de los
problemas que confrontan los ciudadanos, al momento de hacer ecaz el
ejercicio de sus derechos humanos.
Edgardo Lander, un venezolano estudioso de este tema, llama a estas
situaciones “expresión del Estado mínimo”, tomando en cuenta que lo que
está en juego no es el Estado como ente auspiciante de estas violaciones, sino
dicho Estado, en su carácter de intermediario de unas reglas que no siempre
emanan de sí mismo, sino de unos vasos comunicantes donde “la propiedad
privada del capital y de los medios de producción”, genera una superestructura
que lesiona esos derechos.
En consecuencia, para Edgardo Lander, esta manipulación en misma,
es, de por si, una expresa y maniesta interferencia en las políticas de Estado,
que se expresa en una clara, palpable y evidente violación de los derechos
humanos que no necesariamente se auspicia desde el Estado mismo, como
único y absoluto responsable de esas políticas.
Claro está que el pensamiento único ha sacralizado la propiedad privada
por encima de la libertad y eso ha hecho que el concepto de “propiedad” se
manieste a través de las políticas de Estado.
En efecto, con la intención de confundir o simplemente de manipular, se
ponen en un mismo plano los bienes de uso personal y “los bienes de o para la
producción”, y no es verdad que unos y otros se encuentren a un mismo nivel.
Los bienes que provienen del trabajo personal de su propietario (como
una vivienda, un televisor, un veculo o un refrigerador) son distintos,
absolutamente diferentes, a los que provienen de la acumulación de capital.
Tienen, sin lugar a dudas, un tratamiento diferente, menos privilegiado,
que el de aquellos otros bienes que provienen de la acumulación y explotación
del capital, y que aún cuando tengan, también, su causa en el trabajo, esa causa
es una labor dependiente y comprada con un salario por quien dirige el trabajo
como una acción subordinada.
Isaías Rodríguez
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
No es, en consecuencia, resultado del esfuerzo personal de quien lo produce,
sino del sudor y la energía de otros, a quienes se les explota la fatiga. Sobran
ejemplos: una empresa textil, una marca registrada que es utilizada para explotar
a otros, una industria metalmenica y la bendita “propiedad intelectual”, con la
cual, entre quienes expropian el trabajo personal, los laboratorios, por ejemplo,
empaquetan fármacos y medicamentos de los cuales depende mercantilmente
nuestra salud y, casi siempre, la vida de los más pobres.
Tal vez extrañe, a algunos teóricos del neoliberalismo (y por supuesto a
los usuarios más pragmáticos de esta práctica indiscriminada de explotación
de los trabajadores) que un Fiscal General, competente sólo para tratar los
temas delictivos, hable sobre estos temas.
En las atribuciones que le conere al Ministerio blico la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, está: “velar por la exacta observancia de la
Constitución y de las leyes”; y, como lo expresa el artículo 285 de ella, “garantizar,
en los procesos judiciales, el respeto a los derechos y garanas constitucionales,
así como el respeto a los tratados, convenios y acuerdos internacionales”.
Fue tal la sabiduría del constituyente venezolano que, para que no
sucediera lo que le ocurrió al legislador de los Pactos de Derechos Civiles,
económicos, sociales y culturales antes citados, con esclarecedora perspicacia,
intuyó que las funciones expresamente señaladas para el Ministerio Público,
podrían ser rebasadas por el tiempo, agregó, una atribución enunciativa, que
no tienen los pactos internacionales aludidos. La Constitución venezolana
agregó: “Las demás que establezcan esta Constitución y la ley”.
Es, con esa competencia con la cual, nos hemos atrevido a tocar el tema,
y con la cual invocamos, de manera expresa, la resolución 1.803 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas en 1962, en la cual se declara:
“El derecho de los pueblos, y de las naciones, a la soberanía permanente sobre sus
riquezas y recursos naturales, y el ejercicio de esa soberanía para fomentar, el mutuo
respeto entre los Estados”.
También, con la misma competencia citada, invocamos la Carta sobre
Derechos y Deberes Económicos de los Estados, publicada por la misma
Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1974, mediante la cual:
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
“Todo Estado tiene el derecho soberano, inalienable, de escoger su sistema económico
así como sus sistemas políticos, sociales y culturales, de acuerdo a la voluntad de su
pueblo, sin interferencia externa, coerción o amenazas de ningún tipo”.
Cada Estado, según expresa el artículo 2 de esta Carta:
“…tiene derecho a: 1. Regular y ejercer autoridad sobre la inversión extranjera dentro
de su jurisdicción nacional y de acuerdo a sus leyes y regulaciones en conformidad
con sus objetivos nacionales y prioridades y 2. A regular y supervisar las actividades
de las corporaciones transnacionales dentro de su jurisdicción y tomar medidas para
asegurar que tales actividades cumplan con sus leyes…”
La Carta Internacional referida declara, asimismo, que los Estados “...
tienen derecho a asociarse en organizaciones de productores de bienes, con el n de desarrollar
sus economías nacionales”.
Hoy, a un poco más de cuarenta años de estos Acuerdos o Pactos Inter-
nacionales, estamos en la obligación de visualizar y analizar todos los diferentes
universos que se desprenden del desarrollo de esas economías nacionales.
Santiago Ramentol, sociólogo español de la Universidad de Barcelona,
ubica seis de estos universos a visualizar: 1º. El globalismo; 2º. El liberalismo
planetario; 3º. El expansionismo automaticista; 4º. El postindustrialismo; 5º.
La sociedad de la información y, 6º. El llamado choque entre civilizaciones.
Hasta ahora, sólo hemos transitado uno de estos universos: el “globalismo
imperial”. Desde éste, la democracia representativa liberal ha convivido, en
una supuesta relación de tranquilidad, con el mercado.
Esto de “la tranquilidad” no es totalmente cierto. Ha habido instantes,
instantes largos, en los cuales “la libertad en nuestros países no ha existido”, ni
se ha avenido con la supuesta estructura democrática de la sociedad liberal.
Tampoco es cierto, que el imperialismo haya sido benefactor, ni que, los
mercados hayan regulado, benévolamente, el justo reparto de la riqueza.
Es lo que el profesor e investigador barcelonés ya citado, Santiago
Ramentol, llamó “el multiuniverso II”, en el cual el “globalismo imperial”
benecia, fundamental y esencialmente, a las transnacionales.
Isaías Rodríguez
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En ese multiuniverso II el poder se ejerce en una dimensión planetaria;
se menosprecia el papel de las Naciones Unidas y no se acepta la autoridad
del Tribunal Penal Internacional.
En efecto, en este multiuniverso II, se ha cambiado el ámbito de lo blico
y, también, de los derechos humanos aludidos en los Pactos Internacionales
citados; se ha transformado el derecho humano del o los ciudadanos en una
vulgar relación “cliente-empresa”, de absoluto carácter mercantil.
Es en este multiuniverso donde se ha despolitizado, casi absolutamente,
el concepto “jurídico-cultural”, de todas las nociones conocidas del derecho.
Se ha impuesto, en esa relación, la lógica del derecho mercantil, contra la lógica
de los derechos democráticos y, especialmente, contra la lógica de los derechos
humanos económicos, sociales y culturales.
El neoliberalismo o “globalismo imperial”, literalmente ha “pateado”, o
dicho en lenguaje académico, ha desvalorizado los derechos económicos, sociales
y culturales y los ha colocado, con habilidad digna de mejores causas, cticamente,
con un rango inferior a los llamados “derechos civiles y políticos”.
Ellos, los neoliberales, han creado una corriente que sostiene, que la
naturaleza de los derechos sociales es distinta a la de los derechos civiles y
políticos, y hasta reeren una clasicación de derechos de primera, segunda y
tercera generación, para ubicar los “económicos, sociales y culturales” como
derechos de “segunda”. No si de “segunda generación” o, simplemente,
de “segunda importancia”.
En todo caso, lo que se pretende sostener es que, “sólo son justiciables
los derechos civiles y políticos”, porque el Pacto que consagró los económicos,
sociales y culturales” estableció, respecto de ellos, sólo “la posibilidad” de
hacerlos cumplir “…hasta el máximo de los recursos de que disponga cada
Estado…” en otras palabras, que el Estado no está obligado a cumplirlos si
no dispone de esos recursos, mientras que para los otros debe forzosamente
disponer de tales recursos.
Lo grave es que no basta con la concepción anteriormente desarrollada,
sino que estos derechos de la gente son de cumplimiento voluntario o
facultativo, mientras que los derechos mercantiles (por cierto causados por
los pactos internacionales civiles) no sólo no son coactivamente exigibles, sino
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
que, además, se han institucionalizado a través de tratados internacionales que
pueden hacerse cumplir a través de mecanismos coercitivos.
Los instrumentos de derecho mercantil internacional, arma el citado
Edgardo Lander, “tienen, cada vez, mayor capacidad para imponer normas
de cumplimiento obligatorio en casi todos los países del mundo”.
El derecho liberal mercantil se ha venido convirtiendo, en una especie
de “derecho universal”, y hasta en una especie de “derecho constitucional
global paralelo”.
Debemos armar, con absoluta responsabilidad, que no es cierto que
los acuerdos comerciales sean convenios “donde se gana en algunas cosas
y se pierde en otras”, no, no es cierto. Estamos ante un asunto que arrastra
una parte muy signicativa de los derechos humanos de nuestros países y de
nuestros ciudadanos.
Lo realmente cierto es que, como los Estados Unidos no lograron en
la Organizacn Mundial de Comercio de las Naciones Unidas, consagrar, de
manera unime y planetaria, la prioridad de esos “derechos mercantiles” sobre
los derechos humanos, han hecho, luego, todo lo posible para lograrlo en los
niveles regionales, y, con su habilidad acostumbrada, han inventado el ALCA.
¿Y qué es el ALCA?
Son tratados comerciales, que proponen un área de libre comercio. Se
trata, con ellos, de eliminar, aparentemente, barreras arancelarias e impuestos
a las importaciones entre países.
El ALCA incluye dentro de su ámbito a la agricultura, pero la toca como
“disciplina de comercio internacional”, como comercio de bienes, y, por esa
razón, la vincula a la protección de la inversión extranjera.
El ALCA fue lanzada en 1994 y formalizada la propuesta, posteriormente,
después de la Cumbre de Presidentes en Santiago de Chile, en 1998.
¿Por qué se la formalizó en esa fecha y no antes?
Porque el presidente de los Estados Unidos necesita autorización del
Congreso de su país para la suscripción de estos tratados comerciales y el
Parlamento de ese país se la había negado al presidente Bill Clinton. Después
Isaías Rodríguez
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
de la Cumbre de Presidentes en Québec, en el año 2001, George W. Bush,
solicitó al parlamento esa autorización y le fue otorgada en el año 2002.
¿Y por qué si se formalizó en esa época no se ha puesto totalmente
en práctica?
Por la agricultura. La tranca del ALCA ha sido la agricultura. Los Estados
Unidos mantienen un sistema de subsidios internos hacia ésta, que incluye, además
de los subsidios internos, otros subsidios, los de la exportación agrícola.
Pero no sólo por esta razón.
Desde 1980, la producción mundial de cereales ha crecido con menos
rapidez que la población, por causa de las restricciones que, las grandes
potencias, han impuesto para evitar la caída de los precios de sus cereales.
Nada ha importado a esas potencias, para mantener la distribución asimétrica
de la riqueza agrícola.
Mercosur, Caricom y la Comunidad Andina de Naciones se negaron a
negociar, en esas condiciones, el tema de la agricultura, además de todos los
otros temas, mientras no se ofreciera una solución equitativa y adecuada al
asunto de los subsidios.
Mercosur ha mantenido, con algunas excepciones resultantes de presiones
políticas y económicas, su negativa a suscribir Tratados de Libre Comercio
con los EE. UU., mientras estas condiciones económicas se mantengan
desigualmente en la región. Brasil, por ejemplo, ha negociado con tacto
comercial y diplomático, privilegiando siempre la integración regional.
En este sentido, lamentamos la suscripción de TLC entre Colombia y Perú
con los EE. UU. Por cuanto los mercados de esos países serán absorbidos por
empresas norteamericanas y, forzosamente, se impondrá “la desregulación”
y ella afectará, inexorablemente, los ingresos públicos de Perú y Colombia
como Estados.
La mayoría de los liberales – arma un tratadista español – no practica
su religión. Los liberales tienen una fe muy voluble. Sus medidas de protección
chocan contra toda su retórica y su religión neoliberal. En la OMC de Cancún,
por ejemplo, en el 2003, los Estados Unidos se negaron a recortar los 3.300
millones de dólares con los cuales protegen a sus productores de algodón.
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Igual cosa hicieron Europa y Japón, en noviembre del 2005. Es sabido
que, en cada situación, los países ricos impusieron sus intereses comerciales
sobre los países pobres y que, los pequeños avances en el tema de la agricultura,
quedaron anulados por una aplanadora de servicios y aranceles industriales
que afectan y deterioran el desarrollo de los países pobres.
Europa, Japón y los EE. UU. se negaron a abrir los mercados en aquellos
sectores, donde, excepcionalmente, los países más pobres podían competir,
y convinieron “libertad de aranceles para sus productos”, en todas aquellas
situaciones donde esa competitividad no les daba ni frío ni calor. Para eso,
tenemos en Venezuela una palabra estigmatizante, “caradurismo”.
En efecto, mientras los aranceles sobre los bienes manufacturados
(manufacturados, por cierto, en países ricos) pasaron, entre 1950 y el 2001,
del 40% al 4%; los referidos a productos agrícolas de los países pobres, ellos
los han mantenido por encima del 40%.
Pero, no solamente es ésta la única problemática. Los Estados Unidos
complementan sus medidas protectoras con las llamadas “leyes anti dumping”
y sus muy conocidos “derechos compensatorios”. Pero, por si fuera poco, los
Estados Unidos, también, reclaman la facultad irrenunciable de aplicar sus
propias leyes en la jurisdicción de sus propias cortes.
Es toda una grotesca e inmoral asimetría, económica y mercantil. Y, por
si esto fuera insuciente, todos los países pobres estamos obligados a hacer
concesiones, menos los Estados Unidos.
Esto es lo que llama Héctor Moncayo: “la recolonización, a través de
los tratados de libre comercio”.
Más grave es, sin embargo, que la globalización se plantea, para asegurar
la supervivencia de los seres humanos, (8000 millones de personas en el año
2020), un sosticado y terrible plan de exterminio, que reduzca la población
a 4.000 millones de habitantes para el año 2020.
El proteccionismo a favor de ciertos productos por los países ricos, pudiera
ser una expresión de “esa sosticación”, destinada a matar a los pobres, porque,
para el neoliberalismo, “sólo el crecimiento de los pobres” pone en peligro el
futuro del planeta. Ciertamente, en el 2.050 el mundo sería incapaz de alimentar
tantos seres humanos, y la solución neoliberalista es “matar a esos pobres”.
Isaías Rodríguez
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Según datos cientícos, la supercie de tierra cultivada por persona en el
mundo, en el 2002, era de 0,26 hectáreas. En el 2050, será de 0,15 hectáreas,
con 2000 millones de personas más, con menor cantidad de agua y con esta
locura de cambios climáticos que no tiene ninguna diferencia con eso que han
dado en llamar “el invierno nuclear”.
El plan de exterminio es, para la globalización imperial, la única forma
y manera de salvar a la humanidad o, mejor dicho, “a su humanidad”.
Todo esto tiene que ver, por lo demás, con un derecho fundamental y esencial
a los pueblos: el derecho a su seguridad alimentaria, el derecho a la alimentación.
Se debe tener en cuenta que la producción, no es sólo la producción de
mercanas; también, es una forma de vida que implica, entre otras cosas, la
preservación cultural, la relación con la naturaleza y todo esto tiene que ver con
la seguridad y con la soberanía de nuestros pueblos.
Existe, en consecuencia, una grave contradicción o una gran hipocresía,
cuando los Estados Unidos elaboran una doctrina para los derechos humanos y,
paralelamente, elaboran otra doctrina para “los tratados de libre comercio”.
Esta última niega la primera.
Esa incompatibilidad, ya fue detectada en Colombia por los juristas
colombianos. Allí, el Tribunal Constitucional del hermano país estableció:
“que los tratados constitucionales, son los internacionales de derechos humanos, y no
los económicos; y que, los primeros, tienen preeminencia sobre los segundos e, incluso,
sobre cualquier otro tipo de tratado”.
Por estas razones, que no son nuestras sino de los juristas de ese país,
hemos armado que Colombia será afectada por el Tratado de Libre Comercio
que suscribió recientemente con los Estados Unidos. Pero aún más, Colombia,
según sus propios juristas, violó su Constitución al suscribirlo, tal como ya ha
sido señalado por su propio Tribunal Constitucional.
Esa decisión soberana del Tribunal Constitucional colombiano ha sido
suciente para que se lo descalique; se le llame irresponsable; se le endilgue
el remoquete de ignorante y se le acuse “de someter al Estado colombiano,
a un supuesto gasto público que no toma en cuenta las condiciones macro
económicas de ese país”.
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Todo esto no quiere decir, ni mucho menos concluir, que no se deben
rmar tratados comerciales; ni, tampoco, que debemos colocarnos en el
absurdo del aislamiento; o de separarnos del mundo; de incomunicarnos
con nuestros vecinos; o de abstraernos y retirarnos, como ermitaños, a vivir
nuestra íngrima soledad.
No, esto lo que quiere decir es que estamos obligados a rearmar el
derecho que nos otorga la Carta sobre Derechos y Deberes Económicos,
dictada por la Organización de las Naciones Unidas, en 1974 “...a ser soberanos
y a escoger nuestro sistema económico, social político y cultural, de acuerdo a la voluntad de
nuestros pueblos, sin interferencia externa, sin coerción y sin amenazas de ningún tipo...”
Venezuela ha propuesto, como alternativa contra el ALCA, el ALBA.
EL ALBA es un instrumento para atacar los obsculos a la integración: a)
la pobreza; b) las desigualdades y asimetas entre países; c) el intercambio
comercial desigual; d) el peso de una deuda externa impagable; e) la im-
posición de políticas estructurales de ajuste por el FMI, el BM y la OMC
que, sin dudas, socavan las bases de apoyo social y político de cada uno de
nuestros Estados.
EL ALBA es una estrategia para vencer los obstáculos que nos impiden
acceder a la información y a la tecnología derivada, entre otros, de acuerdos
sobre propiedad intelectual.
El ALBA nos orienta sobre como enfrentar, con decisión, la desregulación,
la privatizacn y el desmontaje del aparato institucional, supuestamente diseñado,
por los organismos internacionales incondicionales al imperio, para “un éxito
económico” que está plena y absolutamente demostrado que no es tal.
EL ALBA es una propuesta centrada en la lucha contra la exclusión
social. Es un conjunto de criterios básicos para hacer de la solidaridad una
bandera emblemática que nos sirva para defender el papel del Estado contra
las leyes de la selva, en benecio de nuestras soberanías, de nuestro desarrollo
y de nuestra integración.
Noam Chomsky lo expresó muy bien, a través de su teoría de la gra-
mática generativa transformacional: “La gramática de cualquier lengua – dijo
el lingüista está constituida por un sistema de reglas, que permite elaborar
“oraciones comprensibles”.
Isaías Rodríguez
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Esa gramática, determina su estructura profunda y su estructura supercial.
Veamos, por favor, en el ALBA la estructura profunda y olvidémonos, por
algunos momentos, de su estructura supercial.
Para Chomsky, la estructura gramatical es universal, está dentro del
cerebro humano y es hereditaria. Los niños aprenden a hablar de forma
esponnea; en ellos, hay una predisposicn natural para comunicarse.
Construyen intuitivamente sus frases. Todos comienzan diciendo “papá”,
“mamá”, “agua”, sin ninguna experiencia previa.
Comencemos, como los niños de Chomsky a decir papá”, “ma y agua
desde la integración y atrevámonos a dar una respuesta de soberanía contra un
sistema injusto, desigual, deformante, arbitrario y absurdamente hegemónico.
La lucha por la democracia es una bandera digna y debemos convertir
en realidad las nuevas formas como se nos va manifestando “el humanismo”.
La defensa de esos derechos nos obliga a conjurar el peligro de que, una elite,
supuestamente instruida, tome decisiones por nosotros y afecte nuestra libertad
y, también, nuestra soberanía.
La democracia es noble y delicada. Siempre está en peligro. Hay que
mimarla, mantenerla, fortalecerla y, sobre todo perfeccionarla, para evitar que
se convierta en refugio de quienes la quieren sólo para mantener y consolidar
un poder que no se detiene a ver mayorías y que, además, mira de reojo la paz
y, por encima del hombro, nuestros deseos de soberanía y de autodeterminar
nuestro orden jurídico, cultural, económico y político.
Norman Mailer, el gran escritor, nos ayudará a concluir estas ideas
dispersas con las cuales hemos intentado traducir nuestras inquietudes
sobre la fragilidad de nuestra democracia. Nadie mejor que él ha traducido
esas inquietudes.
En un discurso pronunciado en San Francisco exprecon una convicción
que nos llega hasta el hueso que “La verdadera democracia nace de muchas
batallas humanas, individuales y sutiles, que se libran a lo largo de décadas e
incluso de siglos; batallas que logran y consiguen construir tradiciones”.
La democracia concluye Mailer – es perecedera, y sus únicas defensas
son, precisamente, esas “tradiciones” que, social y democráticamente, ha logrado
construir con paciencia y perseverancia. Ella rearma el escritor “es un estado
El Estado de derecho y de justicia social en el marco de la Alternativa Bolivariana para la América y el Caribe ALBA
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de gracia que alcanza a los países que poseen individuos dispuestos, no sólo a
gozar de sus libertades, sino a trabajar, duramente, para mantenerla”.
Sólo le agregaría a las expresiones de Mailer que, además de trabajar
duramente para gozar y mantener nuestras libertades, es indispensable tener coraje
y alentar, con voluntad política, la unión y fraternidad de nuestros pueblos.
DEP
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Koki Ruiz
N
ací en el Interior, entre gente sencilla, gente de ocios: Carpinteros,
albañiles y agricultores. Dueños de su tiempo, soberanos de sus amenas tareas
cotidianas. Con mujeres vitales; fuertes y tiernas. Niños de casas abiertas,
amplios patios de escuela y plazas llenas de pájaros.
Banda Koygua
Koki Ruiz
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Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En mi infancia conocí a cada uno de los futuros personajes de mis
cuadros de hoy: Carpinteros espolvoreados de aserrín, manos de callo; clavo,
martillo y serrucho. Albañiles, construyendo casas pequeñas, mezcla de cal,
arena y ladrillos. Cosecheros, quemados a pleno sol, levantando cosechas en
montañas de carretas.
Músicos alegres hechos de vino y pasión en los reductos nocturnos.
Maternidades, en los colectivos o en la espera de hospitales. En el mercado o
en la misa del domingo. Rostros curtidos por la vida. Tiernos niños ahuecados
en el cálido pecho de su madre.
Rondas infantiles, algarabía de guardapolvos blancos a la salida de la
escuela. Juegos de pandorgas o pelotas a cualquier hora del día.
Con los matices de la memoria pinto el pueblo de mi infancia.
Pinto a mi pueblo de hoy con los colores de sus sueños y esperanzas”.
(Koki Ruiz)
Biografía
1957: Nació en San Ignacio, Misiones, Paraguay
1977-1978: Asistió a los Talleres de Artes Plásticas de la Universidad McKenzie
en San Pablo, Brasil, donde realizó sus primeras muestras colectivas
1985: Primera Exposición Individual, “Galería Propuesta- Asunción Paraguay.
“Galería El Viejo Galpón” - San Bernardino – Paraguay.
1986: Expone en ARCO 86”, Madrid. La más importante muestra de Arte
Contemporáneo de España.
1987: Exposición en el “ Canning House”, Londres - Inglaterra.
_____ Memorial “Juscelino Kubitschek”. Brasilia - Brasil.
_____ Fundación “Las Malvinas”, Buenos Aires - Argentina.
_____ Salón de Exposiciones “Dusseldorf Hotel” - Alemania.
1988: Exposición Itinerante en los salones de Rabo Bank – Holanda.
1990: Exposición Galería “Michelle Malingue” Asunción – Paraguay.
Koki Ruiz
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1992: Exposición Galería “Pueblo Blanco”, Punta del Este – Uruguay.
1993: Exposición “Galerie de France” . Miami – USA.
1995: Exposición Galería Montalbán.- Madrid - España
_____ Galería “Della Rovere”, Madrid - España
_____ Centro Cultural El Escorial” (Complejo Arquitecnico del
Convento), San Lorenzo del Escorial – España.
1997: Exposición Salón “Scorpio”. Punta del Este – Uruguay.
1998: Exposición “Segundo Salón de Arte Latinoamericano” Centro Cultural
Mexicano - Nueva York. USA
1999: Exposición Galerie “ Renoir” de Le Latine, Paris Francia.
_____ Exposición en el “Salón de eventos de la Municipalidad de Taipei”-
Taiwán.
2000: “Museo de la Perine” , Laval – Francia.
2001: “Galería Amal” , Punta del Este – Uruguay.
2002: “Pintores de La Copa del Mundo “– Busan, Chon Ju y Seul - Korea.
_____ Exposición “Galería Mailletz” – Paris, Francia.
Monumentos, esculturas y eventos
Tañarandy, “el arte con la gente”
Creador del proyecto “Tañarandy” que desde 1992 se viene realizando
en la comunidad Ignaciana de Tañarandy. Sin nes de lucro, es un proyecto
de desarrollo social a través del arte y cuenta con la activa participación de
la comunidad.
Tañarandy se asemeja a una galería de arte popular al aire libre. Son
reconocidos sus cartelitos pintados en los frentes de las casas simbolizando
la actividad y el nombre de la familia que ahí reside.
Aquí se realiza el “Viernes Santo de Estacioneros” una gran Instalación
Artística, conocida internacionalmente como El Barroco efímero” que conjuga
elementos de la religiosidad popular y el arte universal: El canto plañidero de los
Koki Ruiz
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estacioneros, los candiles de apepú, la música barroca y las representaciones en
vivo, por los miembros de la comunidad, de grandes obras del arte universal.
Creador del proyecto “Teatro El Molino”: Sin nes de lucro y con los
mismos objetivos fue acomodado un viejo Molino de Arroz para que así los
acionados al teatro, de todas las edades, cuenten con un espacio propio.
Monumentos
“El Reloj Solar” Se encuentra ubicado en el acceso a la ciudad de San
Ignacio Misiones – Paraguay (Primera Reducción fundada por los Jesuitas).
Es un monumento que reivindica a los indígenas que defendieron su
cultura de la invasión extranjera. Esta se simboliza con un reloj de sol y “el
buen uso del tiempo” Los indígenas rebelados miran la salida del sol como
símbolo de vida y los que condescendieron, hacia el ocaso.
“La Caballería del 70” San Ignacio Misiones – Paraguay.
“La Fuente de los Reducidos” Plaza Central de Santa Rosa Misiones
(Antigua Reducción Jesuítica). Monumento en piedra
“El Kurupi” Plaza de Santa Rosa – Paraguay.
Tallado en piedra, fue creado para un pueblo eminentemente agrícola.
El “Kurupi”, genio de la cultura guaraní, simboliza la fecundidad y la
cosecha prolíca.
“El Kurupi II”, Parque del “Arte Latinoamericano”, Seul – Korea.
Comentarios sobre sus obras
“Koki Ruiz crea obras inmersas en un postimpresionismo dibujado
con colores primarios. Sus “Maternidadesson plasmadas como mujeres
vitalísimas y están cargadas de primitivismo. Muy bien resuelta la serie de los
“Ocios”, su pintura santica el trabajo, buscando el contraste con negros y
otros tipos de obscuridades, pergeñando el cuerpo con dicción expresionista,
insinuándose apenas con un golpe de dedo o espátula, debido a que el pintor
es resguardado para delimitar las precisiones”
(Carlos García Osuna-Diario ABC Madrid-Suplemento Cultural).
Koki Ruiz
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“Los personajes del paraguayo Koki Ruiz se mueven por los lienzos con
colores isleños y juegos de inocencia cargados de ritmo entre luces y sombras
de trazos dulces, largos, atrevidos, en un entorno cargado de expectativas”
(Lidia Garrido – Revista “El Siglo” – España).
“La exposición de Koki Ruiz descubre un arte lleno de fuerza y color.
Su pintura se abre como una dimensión mas en la forma de entender el
manejo de los pinceles y como un modo distinto de interpretar la fuerza del
color para perlar el pequeño detalle olvidado entre unos y otros tonos. Sin
formas difíciles ni rebuscadas, con una precisa conjugación de la sencillez
y la luminosidad, su pintura ha traído mundos lejanos y próximos, mundos
similares y distintos por esto, y por la singularidad de sus obras, ha sido un
éxito el paso de Ruiz por San Lorenzo del Escorial”
(Margarita Martín – Diario “El Mundo – Madrid – Revista “Sierra”).
“Koki Ruiz conoce la virtud del silencio. Y este ejercicio personal, esta pausa
entre los actos del mundo, le permite captar con intuitiva nitidez la realidad.
Sus personajes aunque vivos, reconocibles y cotidianos se alejan de la
mera representación y llegan a nosotros transformados, cargados de mutación,
tras recorrer el amplio espacio de su tiempo interior.
En el territorio reciente de su experiencia, aparecen el amor secreto, la
complicidad de la madre y el niño; el desnudo de mujer cuyas formas aluden
vigorosamente a un erotismo adolescente, violento y atrevido, pugnando por
zafarse de tabúes e imposiciones
Su práctica artística honesta, y sin preocuparse por las modas culturales,
es una característica de su labor. Elige al hombre como objeto de sus
preocupaciones conceptuales y lo ubica en un ambiente propio, vivamente
armonizado con las expresiones de su cuerpo, el ritmo de sus actividades y
su universo cromático”
(Adriana Almada – Periodista – Asunción – Paraguay).
Koki Ruiz
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“Dicen que el hombre no ha cambiado en más de dos mil años y que
ya nada se puede plantear en cuanto a su condición y sus conictos, que no
haya sido planteado por los griegos.
Dicen que en las Artes, en cuanto tengan al hombre como tema, nada nuevo
puede ser dicho. Será cierto, pero se ofrece en cambio la opción de la forma en
que se plantea lo que se dice, escribe o pinta. Más denidamente, la alternativa
de renovar temas, revitalizar interrogantes, según la agudeza o el individualismo
expuesto en el discurso. Elige al hombre como objeto de sus preocupaciones
conceptuales y lo ubica en un ambiente propio, vivamente armonizado con las
expresiones de su cuerpo, el ritmo de sus actividades y su universo cromático
Esto viene a consideración en cuanto a la pintura de Koki Ruiz, a su
lenguaje esquivo para ser ubicado en el tiempo, a su concepción simplemente
clásica en su aspecto temático”
(Juan Manuel Prieto – Critico de Arte – Fotografo – Periodista –
Asunción – Paraguay).
DEP
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Construtora
Norberto Odebrecht
Lo más destacado de Odebrecht en 2007
en América del Sur
E
l compromiso de la Constructora Norberto Odebrecht con el desarrollo
socioeconómico de países sudamericanos se remonta al año 1979, cuando
comenzó el proceso de internacionalización de los negocios de la empresa.
Las primeras y exitosas obras en el exterior fueron la construcción de la
hidroeléctrica de Charcani V, en Perú, y la realización del desvío del río Maule
para el sistema hidroeléctrico de Colbún Machicura, en Chile. Estos primeros
contratos marcan el inicio de la interacción con otras naciones, culturas y
tecnologías; dinámicas que vendrían a apoyar el desarrollo de los equipos
de la empresa y generar resultados económicos para Brasil y países clientes.
Además, estas iniciativas lanzaron las bases para el establecimiento de relaciones
de conanza que Odebrecht mantiene hasta el presente con sus clientes de
América del Sur, así como también abrieron las puertas para la conquista de
sociedades y oportunidades de largo plazo para la empresa y sus asociados.
En 1987, Odebrecht inició sus actividades en Ecuador, con la
construcción del proyecto de irrigación Santa Elena, en la regn de
Guayaquil. En 1989 construyó la hidroectrica de Pichi-Picún-Leufú en la
www.odebrecht.com.br
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Patagonia argentina, primera obra en ese país. Durante la década de 1990,
Odebrecht inicia sus actividades en América del Norte y Asia, expande
su presencia en África y profundiza decisivamente su inserción en los
países de América Latina. En Perú desarrolla la segunda etapa del proyecto
Chavimochic, iniciado en 1990 para irrigación de áreas desérticas en el país.
En 1992, comenzó a operar en Venezuela con la construccn del Centro
Lago Mall; en Uruguay, donde se ejecutaron obras de saneamiento de
Montevideo; y en México con la ejecución de la represa de aprovechamiento
múltiple de Los Huites. En el año siguiente (1993), lleva sus servicios a
dos nuevos países después de ganar las licitaciones para construir la línea
rrea La Loma – Santa Marta, en Colombia, y la autopista Santa Cruz de la
Sierra – Trinidad en Bolivia.
Actualmente, Odebrecht opera proyectos en cuatro continentes,
reuniendo más de 46 mil integrantes de 20 nacionalidades diferentes, cinco
religiones, y que hablan cerca de veinte lenguas. Además, en los últimos cinco
os, ha ingresado en cuatro nuevos mercados: República Dominicana,
Emiratos Árabes Unidos, Panamá y Libia. No obstante, a pesar de su proyeccn
hacia continentes de ultra-mar, América del Sur se mantiene como nuestro
mercado principal y es fuente de lazos estrechos con clientes y comunidades
que servimos. Siguiendo la macrotendencia global de crecimiento económico
y promoción del comercio internacional, la región sudamericana demanda
progresivamente una malla de infraestructura que pueda viabilizar el aumento
de produccn y mejora de transporte. La demanda por estos factores esenciales
para integrar las cadenas productivas regionales, formar economías de escala
y mejorar las condiciones de competitividad de los productos sudamericanos,
permitió que surgieran nuevas oportunidades de crecimiento para Odebrecht
durante 2007, así como trabajo y nuevas ocasiones de reiterar su papel de líder
en el sector de ingeniería civil en América del Sur.
En 2007, Odebrecht cumplió 20 años de actuación en Ecuador. Durante
este período realizamos 10 grandes proyectos en las áreas de transporte, riego,
energía y saneamiento. En junio de 2007, el gobierno ecuatoriano recibió la
Central Hidroeléctrica de San Francisco, la más reciente obra concluida por
la Odebrecht en el país. La central aprovecha la descarga de aguas generadas
por la Hidroeléctrica de Agoyán y tiene potencia instalada de 230 MW. Desde
su inauguración, las dos turbinas están produciendo 1.446 GW/ hora año, lo
que equivale a 12% de toda la energía disponible en Ecuador.
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San Francisco impresiona ya que está compuesta casi totalmente de
túneles, galerías y cuevas subterráneas. De esta manera, es invisible para
los que pasan por la carretera que acompa el río Pastaza y que conduce
a la Amazonia ecuatoriana, pocos kilómetros al frente. En el auge de
los trabajos, aproximadamente mil trabajadores empleados eran de la
región. Los otros seiscientos vivían en dos alojamientos, uno cercano a las
obras y otro en la ciudad de Baños de Agua Santa donde residen cerca de
10 mil habitantes.
Actualmente, la generacn hidráulica responde por 52% de la matriz
energética ecuatoriana. Para suplir el restante de la demanda, Ecuador usa
centrales termoeléctricas, lo que inhibe una mayor diversicación de su
matriz energética. Sin embargo, aún recurriendo a estas fuentes alternativas,
el país necesita importar energía de Colombia y Perú. En este escenario, el
Proyecto Hidroeléctrico de San Francisco surge como un emprendimiento
de carácter estratégico para compensar el actual décit de energía eléctrica
en Ecuador.
Central Hidroeléctrica de San Francisco en Ecuador
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En el año 2000, en Brasilia, 12 jefes de Estado sudamericanos rmaron
el compromiso de construir nueve ejes de integración continentales, un
proyecto que se conoce como Iirsa (Iniciativa para la Integración de la
Infraestructura Regional Sudamericana). Cuatro de esos nueve ejes cruzan
el territorio peruano. Odebrecht participa en uno de ellos intensamente:
construye el Corredor Sur (conocido como Iirsa Sur), con 2.603 kms,
conectando Urcos a Iñapari, y el Multimodal Amazonas Norte (Iirsa Norte),
formado por una carretera de 955 kms que une el puerto de Paita, en la costa
peruana, al puerto uvial de Yurimaguas, en la región amazónica peruana,
integrándose a las vías uviales que llegan a Iquitos y Manaus.
En Perú, a lo largo de julio se le entregó a la población algunos trechos
de obras viales en curso. En el Corredor Interoceánico Sur obra que
benecia a diez departamentos peruanos (30% del territorio del país) y
6 millones de personas (20% de la población) Odebrecht entre parte
de la primera etapa del trecho 2, que inclu la pavimentación de 40 kms
de carretera y la construccn de 42 puentes, entre otros servicios, en los
distritos de Ccatca y Ocongate, en Cuzco. Entre tambn la primera
etapa del trecho 3, en el trayecto Puente Inambari-Iñapari, que comprende
la pavimentación de 60 kms de camino, 162 m de puentes y muros de
contención, entre otras obras. En el Corredor Vial Norte, fueron concluidos
los trechos 1, que hace el trayecto Yurimaguas Tarapoto, y el 5 y 6, trayecto
Paita-Piura-Olmos.
Las obras de ejecución también beneciaron a la sociedad en el ámbito
socio-ambiental. El equipo del Corredor Vial Interoceánico Sur implemen
el proyecto Estrategia Integral de Acción y Contribución Socio Ambiental y estructuró
dos planos de acción para el período de ejecución de las obras (2006-2010).
1) Plan de manejo de Asuntos Sociales, integrado por los programas “Relaciones
Comunitarias”; “Contratacn de Mano de Obra Local”; Negociación de
Terrenos” ; e “Incentivo a la Producción Local”. 2) Plano de Responsabilidad
Social, integrado por el “Programa de Formación en Hotelería y Turismo” y
“Programa Itinerante de apoyo a la Salud y Educación”. Entre los resultados,
se destacan el programa itinerante que benec 11.500 personas, más de
60% del efectivo total del contrato proveniente de la mano de obra local
y emisión de documentos de identidad para s de cuatro mil nos y
jóvenes, entre otros.
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Obras en ejecución en Iirsa SUL, Trecho 2, en Perú
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Además de otras realizaciones, la Odebrecht mantiene en marcha las
obras del Proyecto Olmos de riego y generación de energía a través de la
construcción de un sistema de transvase de aguas por el túnel Trasandino y
de la represa de Limón. Además, está la Planta de GLP de Pampa Melchorita
y el sistema de agua potable de Iquitos. Actualmente, Odebrecht es la mayor
exportadora brasileña de servicios de ingeniería para Perú donde actúa hace
casi 30 años y ya desarrolló más de 50 proyectos.
En Argentina, Odebrecht inició recientemente la construcción de las
obras de ampliación del Sistema Argentino de Transporte de Gas. Se trata
de dos nuevos contratos que incluyen la construcción de loops, o sea, nuevos
trechos de gasoductos paralelos a unos ya existentes. En el gasoducto de
Cammesa, serán ejecutados 979 kms de gasoductos y 12 plantas de compresión.
Ya el proyecto de gasoducto Albanesi tendrá 648 kms de extensión y tres
plantas de compresión. Los dos gasoductos cortarán el país desde el extremo
sur a norte y , cuando terminados, aumentarán la capacidad de transporte del
sistema argentino de gas en 15 millones de metros cúbicos/día.
En Venezuela, donde Odebrecht completa 15 años de actuación, en el
año 2007, se destacó la construcción del tercer puente sobre el río Orinoco.
Con 4,8 kms de extensión, torres que alcanzarán 137 m de altura y una vía
férrea dentro del mismo, el puente unirá los municipios de Caicara del Orinoco,
en el Estado de Bolívar, y Cabruta, en el Estado de Guaricó. La obra fue
iniciada en 2007 e incluirá dos viaductos, uno al norte de 3,5 kms y otro al sur
de 2,5 kms de extensión.
Igualmente importante fue la conquista del proyecto de construcción
de la Hidroeléctrica de Manuel Piar (Tocoma), la primera obra en el sector de
energía que la Odebrecht realiza en el país. La obra iniciada también en 2007
se sitúa en Tocoma (a 15 km de la Hidroeléctrica Simón Bolívar), en Guayana,
último punto de aprovechamiento del Complejo Hidroeléctrico de Bajo Caroní,
el segundo mayor río de Venezuela. Cuando esté nalizada, la hidroeléctrica
de Tocoma tendrá capacidad instalada de 2.160 MW.
También relevante fue el inicio de la construcción de la Línea 5 del Metro
de Caracas, que tiene una extensión prevista de 7,5 kms y seis nuevas estaciones
que deben conectarse a otras dos ya existentes. La obra posibilitará la atención
a 227 mil a 300 mil pasajeros por día y hace parte del conjunto de obras en
el sector de transportes de Venezuela que se iniciaron con la construcción de
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Obras de la Carretera El Carmén – Arroyo Concepción, Corredor Bioceánico, en Bolivia
la Línea 4 del metro de Caracas en 1998, y la construcción de la Línea 3 (que
está en marcha y tendrá 5,9 kms, 4 estaciones y servirá a 240 mil pasajeros al
día). Además de estas obras, se inició también en 2007, la extensión del Metro
de Los Teques, con la construcción de una nueva línea de 12,1 kms y seis
estaciones en el municipio de la región metropolitana de Caracas.
En Bolivia, Odebrecht construye la carretera El Carmen- Arroyo
Concepción, obra de 102 kms de extensión y que conforma el trecho 5 de la
carretera que unirá Santa Cruz de la Sierra y Puerto Suárez. En las obras, se
emplean 900 personas, de las cuales 95% son miembros de la comunidad local.
La ruta nalizará la conexión entre Bolivia y Brasil. El trecho 5, contratado
por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y nanciada por la
Corporación Andina de Fomento (CAF) por el valor de US$ 75 millones,
forma parte del Corredor Biocnico que conectará por tierra puertos
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brasileños, como el de Santos, a la costa de Perú y Chile, lo que facilitará y
hará más económico el transporte entre el Mercosur y la Comunidad Andina.
Además, la construcción conlleva una signicativa mejora en las condiciones
de transporte entre la frontera de Brasil y la provincia de Santa Cruz, recorrido
que exige actualmente por lo menos 20 horas de viaje en tren, automóvil, o
bus, pero que pasará a ser de ocho horas de locomoción cuando la carretera
esté construida a mediados de 2008.
La actividad de Odebrecht en Bolivia se extiende también a las
comunidades vecinas de sus obras. Es el caso del pueblo de Yacuces, que
recibió iluminación y reformas en la plaza principal, además de una Campaña
de Asistencia Médica Social que incluye consultas médicas sin costo. En total,
la Odebrecht atendió en acciones de carácter social más de 3 mil bolivianos.
Son acciones que van desde la retirada de toneladas de desechos de terrenos
baldíos hasta atención médica, cuando lo solicita la comunidad.
Lo anteriormente destacado sirve para ilustrar la relevancia que América
del Sur tiene para Odebrecht y como servicios de ingeniería en infraestructura
contribuyen tanto para el desarrollo de países sudamericanos como para
mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de nuestro continente. Desde que
empesu internacionalización, Odebrecht realizó más de 700 obras en cuatro
continentes en que actúa y América del Sur contribusignicativamente para
estas conquistas.
Actualmente, más de 65% de las utilidades brutas anuales de Odebrecht
provienen de obras fuera de Brasil, mientras que en 1985 las obras en el exterior
representaban no más de 30% de los contratos en la cartera de la empresa.
A nes de 2006, el número de integrantes de la empresa en el exterior superó
por primera vez el total de los empleados en Brasil: hoy, la Odebrecht tiene más
de 26 mil integrantes en tierras extranjeras y casi 20 mil en el país. Estos datos,
sumados a las conquistas y realizaciones mencionadas, muestran que el o 2007
representó otra etapa importante del actual proceso de internacionalización
de la empresa, una dinámica que nos permite disponer de mayores subsidios
para el desarrollo integrado de las naciones sudamericanas y nos incentiva a
servir siempre mejor a las comunidades en las que estamos insertos.
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Grupo
Andrade Gutierrez
América del Sur: el desafío de la infraestructura
E
n materia de política externa, el discurso del actual gobierno brasileño
da alta prioridad a América del Sur cuya integración es vista como un proyecto
político, más allá de la mera noción de asociación económica de los países de la
región. Este énfasis en nuestra vecindad geográca ciertamente no implica un
abandono del viejo ideal de solidaridad latinoamericana pero parece darle una
orientación más pragmática, en el sentido de delimitar mejor las posibilidades
en cada área.
Esta situación se maniesta más claramente al observar nuestra práctica
internacional desde el comienzo del actual gobierno que por la simple lectura
de las manifestaciones públicas de nuestras más altas autoridades durante la
campaña electoral de 2002 o justo al comienzo de la actual gestión. También,
existe un claro interés en un desarrollo de relaciones más estrechas con México
e incluso con países de América Central y del Caribe, además de una creciente
presencia de empresas brasileñas en el área. Aparentemente, por razones de
factibilidad, el gran proyecto político integracionista se limita, no obstante,
a América del Sur, ya que no sería realista extenderlo a países directamente
vinculados a Estados Unidos por lazos jurídicos de contenido económico.
www.agsa.com.br
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Sin embargo, esto no signica que no estemos desarrollando o pretendamos
desarrollar en y con estos países, una fuerte presencia brasileña.
En cierto sentido, se podría decir que en su discurso básico, el gobierno
Lula retomó, aparentemente todavía con más énfasis, parte de la visn
regional del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, a cuya iniciativa se
debe la realización de la primera cumbre de los países de América del Sur. En
ese momento, en un artículo publicado en Carta Internacional
1
, su Ministro de
Relaciones Exteriores, Luiz Felipe Lampreia, dejó claro que hubo una decisión
de no incluir países “vinculados de forma más próxima y directa a América
del Norte, en particular a Estados Unidos”, en una reunión cuyo objetivo
era un “proyecto pragmático de organización del espacio suramericano”.
A pesar de eventuales diferencias de medios y estilos, hay, pues, una cierta
continuidad en el sentido del establecimiento, en el continente, de un nuevo
regionalismo, el ‘suramericanismo’, distinto tanto de la noción monroista
de panamericanismo cuanto del ‘latinoamericanismo’ tradicional de remota
inspiración bolivariana. Este nuevo regionalismo deniría mejor los tipos de
actuación adecuados a cada región pero no excluiría, más bien reforzaría, los
lazos con otros países de América.
De esta manera, la orientación actual trataría de, sin choques o conictos
con la ‘hiperpotencia’ septentrional, superar el panamericanismo absorbente,
que tendería, por la dinámica de las fuerzas en acción, a llevar de manera más
o menos formal todos los países del continente a la órbita de Washington.
Por otro lado, según nuestro actual Ministro de Relaciones Exteriores Celso
Amorim, habría la intención de desarrollar con Estados Unidos una relación
madura, de carácter más estratégica, en la cual nuestro país sería considerado
como “socio indispensable para la estabilidad de América del Sur e incluso de
África”. Se trata, por consiguiente, de asegurar nuestra posición geopolítica
en América del Sur, al mismo tiempo que se daría un salto cualitativo en las
relaciones con Estados Unidos. También se evitaría una situación de manejo
delicado al dejar una especie de indenición constructiva a la forma de relación
concreta con aquella área ya de facto particularmente vinculada a Estados Unidos.
Simplicando, se puede decir que nuestra visión geopolítica de continente está
escalonada en círculos concéntricos: en el primero, está América del Sur, que
1 “Cúpula da América do Sul”, Carta Internacional, no. 87, año VIII, mayo de 2000.
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deseamos ver integrada en una estrecha comunidad de Estados Democráticos;
un poco más distante en términos de la denición anterior sobre nuestra
acción futura, se situarían México, América Central y el Caribe, dónde nuestra
capacidad de acción diplomática sería menos signicativa, incluso debido a
los fuertes vínculos de esa área con Estados Unidos; nalmente, los Estados
Unidos y Canadá, con quienes nuestras relaciones tendrían un carácter
claramente distinto al de las dos regiones anteriores.
En consecuencia, en vez de las opciones más amplias y algo difusas
del panamericanismo y del ‘latinoamericanismo’, que efectivamente poco
prosperaron en el pasado, Brasil se propone hoy, en su política regional, dar
énfasis a la integracn de América del Sur a partir de un proyecto de integración
ya existente, el Mercosur, a pesar de sus conocidos problemas y limitaciones.
Para esto, sería necesario fortalecer lo que existe, permitiéndole así tornarse el
núcleo de un futuro bloque integrado subcontinental. El objetivo nal es, por
Usina binacional de Itaipu (Brasil – Paraguay)
Foto: Archivo Andrade Gutierrez
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lo tanto, la integración de América Latina como un todo, siendo el Mercosur
una primera etapa – o un instrumento necesario – para alcanzar esta meta.
Se trata de un proyecto altamente positivo, tanto para Brasil como para el
resto de América del Sur, ya que la cooperación sistemática y amplia entre todos
los países de nuestro subcontinente vistos en conjunto posibilitará la utilización
de sinergias potenciales, dormidas o olvidadas hasta hoy. Y este carácter
positivo no se debe solamente al aumento de proyección política externa de
los países involucrados en este emprendimiento, pero, en sentido más estricto
y concreto, a áreas como la defensa del medio ambiente y el desarrollo de
una infraestructura regional, indispensables al desarrollo económico pleno y
sustentable del área. Queda saber si este esquema es viable, o más exactamente,
dentro de que horizonte temporal sería asequible.
Por la propia esencia del proyecto, la primera etapa para su concretización
sería el fortalecimiento de la estructura creada por el Tratado de Asunción, ya
que la piedra angular del proyecto suramericano de Brasilia sería un Mercosur
que mereciera su ambicioso título de Mercado Común del Sur. Como gran parte
de esta etapa se resumiría en el cumplimiento de compromisos ya asumidos
en aquel instrumento internacional, hay dos preguntas que se imponen de
inmediato. La primera es por qué pasados cerca de diecisiete años de la rma del
referido tratado, tan pocos de estos compromisos se cumplieron efectivamente.
La segunda es si habría hoy posibilidades de, en un plazo razonable, establecer
un mercado común y un marco institucional adecuado para su funcionamiento.
En otras palabras, si los cuatro signatarios del Tratado de Asunción consideran
que pueden realizar hoy lo que se comprometieron a hacer en 1991 pero no
pudieron concretar hasta ahora.
En términos económicos, demográcos y territoriales, Brasil y Argentina
representan cerca del 95% del Mercosur. Desde este punto de vista, los dos
países son prácticamente el Mercosur. El progreso del conjunto pasa, pues,
necesariamente por un entendimiento político profundo y estable entre los
dos grandes socios sobre lo que ambos solidariamente consideran que este
agrupamiento político-económico debe representar, en el continente y en el
mundo, para los países que lo integran. Mientras cualquiera de los dos o
ambos- perciban el Tratado de Asunción como un mero acuerdo comercial o
sólo como parte de su política subregional; mientras Brasilia y Buenos Aires
no tengan una percepción común o por lo menos percepciones convergentes
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sobre la forma en que una genuina integración de los países del Mercosur (y a
más largo plazo de toda América del Sur) afectará positivamente la proyección
internacional y el desarrollo sustentable de cada uno de los dos países, y que,
consecuentemente, se impone una actuación despierta y solidaria de ambos
en el área externa; mientras esa situación prevalezca, será imposible llegar a
efectivos compromisos políticos y a transformaciones institucionales capaces
de hacer del Mercosur algo más que una ‘Mini-Aladi’. Peor aún, existe el riesgo
de que como aparentemente ya viene ocurriendo su relevancia para los
Estados Parte disminuya en vez de aumentar.
En consecuencia, una convergencia de percepciones políticas entre Brasil
y Argentina es esencial para el avance del Mercosur pero no basta. El progreso
de un agrupamiento político-económico exige un grado de equidad en su
funcionamiento que garantice el deseo de los socios menores de contribuir
para el avance del conjunto. Sin embargo, hoy, ni paraguayos, ni uruguayos
parecen creer que el proceso de integración en el que participan asegura la
referida equidad o que el marco institucional del Mercosur, tal como existe,
sea capaz de corregir las injusticias observadas o de dirimir adecuadamente
las divergencias entre los Estados que lo integran. En el caso de Paraguay, es
ilustrativo que la señora Bianca Ovelar, candidata a la presidencia de su país en
las elecciones de abril próximo, se haya referido recientemente, en entrevista
a un diario brasileño
2
, al sentimiento dominante en su país de repudio “a
la histórica unilateralidad de Brasil cuando se trata de asuntos bilaterales”.
Aunque señaló que ese sentimiento “cambió de forma expresiva durante el
gobierno del Presidente Lula”, explicitó que “todavía tenemos que avanzar
mucho para tener una relación plenamente justa”. No interesa aquí analizar si
estas acusaciones se justican o no. Lo que se pretende subrayar es que si no
existiese en la opinión pública del país vecino una signicativa percepción de
injusticia, fundada o no, semejantes armaciones no las haría una candidata
a la presidencia de Paraguay. Con respecto a Uruguay, son notorios su interés
en concluir un acuerdo bilateral de comercio con Estados Unidos lo que
probablemente tendría incidencias negativas sobre el sistema oriundo del
Tratado de Asunción y su insatisfacción con el Mercosur tal como es hoy
en día. Paralelamente, el conicto con Argentina acerca de la construcción de
2 O Globo, 10 de febrero de 2008, p. 37.
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una fábrica de celulosa en territorio uruguayo, aunque cerca de la frontera con
el país vecino, muestra la falta de reglamentación adecuada en un área clave
como la protección del medio ambiente y la inecacia de las instituciones
del mercado común para dirimir controversias sobre cuestiones relevantes
para la integración regional.
Tales divergencias y frustraciones son comunes en todos los esquemas
de integración en los que hay grandes asimetrías materiales entre los Estados
Miembros. Resolverlas, de manera que se eviten que percepciones de injusticia,
fundadas o no, vengan a minar la estabilidad de la integración deseada, es
indispensable. El Mercosur no puede huir de esa regla.
Hay que señalar, que hasta ahora estuvimos tratando esencialmente de
problemas relacionados directamente al Mercosur, aunque ya dejamos claro
que es apenas la etapa inicial en el largo camino para el objetivo último que
es la integración de América del Sur. Los problemas mencionados a título
de ejemplo hasta aquí tenderán a multiplicarse a medida que se amplíe el
ámbito de integración, si bien con las especicaciones inherentes a cada
situación nacional.
En un área de integración amplia y caracterizada por grandes asimetrías
internas, como es el caso de América del Sur, se colocan inevitablemente
dos tipos de problemas. El primero es la necesidad de un cierto grado de
armonización de posiciones y percepciones de los socios mayores en lo que
respecta a las líneas maestras y a los objetivos centrales de integración. Tal
armonización es indispensable para que las divergencias inevitables en el
curso de las deliberaciones en los órganos decisorios comunitarios puedan
mantenerse en niveles manejables, de manera que los principales protagonistas
tengan posibilidades de actuar de forma convergente, promoviendo el avance
de un proyecto común. El ejemplo clásico es el de cooperación franco-
alemana en la construcción de la Europa actual, que permitió pasar de un
pasado de conictos sangrientos a la edicación de la Unión Europea. El
segundo es el establecimiento de un sistema cuyo funcionamiento asegure un
mínimo de equidad estructural en la distribución, entre sus integrantes, de los
benecios de la integración, de modo que hasta los socios menores sientan
que las concesiones puntuales necesarias son ampliamente compensadas
por las ventajas resultantes del avance del proyecto común. De nuevo, la
construcción de la Unión Europea es un ejemplo relevante, ya que fue
257
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
necesario crear mecanismos capaces de promover la prosperidad de regiones
menos favorecidas, sin perjuicio de la integración económico-comercial. Esos
mecanismos posibilitaron la integración de algunas de las economías más
avanzadas del mundo con otras relativamente pobres en el momento de sus
respectivas adhesiones y así, contribuyeron mucho para viabilizar la expansión
de una Europa de Seis (los signatarios del Tratado de Roma) para los veintisiete
que integran hoy la Unión Europea.
Evidentemente, situaciones mencionadas anteriormente como ejemplo
y que ilustran con relación al Mercosur, los dos tipos de dicultad indicados
en el párrafo anterior tenderán a multiplicarse y a acentuarse a medida que se
extienda el proceso de integración a toda América del Sur. Esto ya es maniesto
en los países apenas asociados o en proceso de adhesión al Mercosur. Sin
profundizar el análisis ni mucho menos entrar en el mérito de las respectivas
posiciones, es fácil notar que la orientación de la política externa y el activismo
del gobierno venezolano, por ejemplo, divergen sustancialmente de la posición
de algunos países de la región, al mismo tiempo que se aproximan de la de
otros o la inuencian. Sin embargo, esto no nos puede impedir el tener presente
que Venezuela es una pieza clave en cualquier esquema general de integración
de América del Sur. Por otro lado, es igualmente válido apuntar que ya en la
eventual negociación de una adhesn plena, un país como Bolivia, hoy asociado
al Mercosur, tendría buenos argumentos para exigir dispositivos capaces de
compensar algunas de sus actuales desventajas económicas.
El problema es particularmente complejo porque cada situación
nacional, aunque se encuadre en las categorías generales ya mencionadas,
tiene peculiaridades que tornan extremadamente difícil una solución
satisfactoria en el marco de fórmulas generales aplicables a todos los Estados
Miembros. De tal manera, puede ser relativamente simple formular principios
generales de equidad o de compensación para situaciones de obvia asimetría,
no obstante, es mucho más arduo pasar para fórmulas operacionales capaces
de compensar fallas de equidad reales o no. De ahí la extrema dicultad de
hacer operativo un instrumento tan amplio como el Tratado de Asunción
dando cumplimiento efectivo a los compromisos y buenas intenciones
contenidos en él y, todavía más, hacer lo mismo con algún hipotético
instrumento semejante que abarque toda América del Sur – si y cuando sea
posible concluir uno.
258
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En suma, tenemos una meta de política regional válida, cuya
consecución podría aumentar grandemente la proyección internacional de
los países involucrados, así como contribuir para encaminar la solución de
problemas comunes de la región y que teóricamente es aceptada por todos
los participantes potenciales ningún país suramericano es declaradamente
contrario a la integración de nuestro subcontinente. El gran problema es que
distintos países tienen, es comprensible, percepciones diferentes de lo que
dicha integración debería ser en la práctica. Conciliar tales divergencias hasta
el punto de posibilitar el establecimiento de un sistema de integración que,
al mismo tiempo, sea aceptable para todos los países de la región y vaya más
allá de una lista de buenas intenciones y de compromisos mantenidos sólo en
el papel, es sin embargo, algo que probablemente se conseguirá sólo a muy
largo plazo. Y, tomando prestada la conocida frase de Keynes, a largo plazo
estaremos todos muertos…
¿Qué hacer? ¿Abandonar un proyecto político meritorio sólo porque
no puede ser realizado en un futuro previsible? ¿Tratar de llevar adelante
la negociación prematura de algún gran esquema integracionista que puede
terminar por desacreditar un objetivo deseable? ¿O partir para proyectos menos
amplios y por eso mismo más asequibles que sin embargo puedan contribuir
concretamente para una aproximación efectiva entre países de América del
Sur y consecuentemente, de forma directa o indirecta, para el objetivo último
de la integración regional?
Teóricamente, cualquier proyecto que involucre más de un país
suramericano en la consecución de un objetivo de común interés contribuye
para desarrollar hábitos de cooperación entre ellos, y, por lo tanto, aunque
de manera modesta e indirecta, facilitará un esfuerzo mayor en el sentido de
la integración regional. No obstante, es evidente que hay áreas que deberán
ser contempladas en cualquier esquema integracionista y en las cuales, por
consiguiente, tales acciones transnacionales de ámbito limitado tendrán una
incidencia más directa sobre la meta nal. De tal manera, arreglos tendientes
a facilitar el comercio entre países vecinos, entendimientos binacionales o
plurinacionales relativos a la protección del medio ambiente o proyectos
relacionados con la infraestructura regional y hasta nacional que involucren
entidades de más de un país caerían en esa categoría. En este contexto, es la
última categoría la infraestructura regional que parece ser la más relevante,
259
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
en la medida en que es esencial para la integracn física de los países de América
del Sur, sin la cual la deseada integración político-económica será poco más
que una expresión retórica. Abundando en lo obvio, sin carreteras, ferrovías
y vías navegables ecientes, así como una red adecuada de comunicaciones, el
mejor concebido de los tratados de integración valdrá poco más que el papel
en el que fue escrito. Así, la diplomacia y la ingeniería civil tendrán que darse
las manos si queremos convertir en realidad el objetivo mayor de la integración
suramericana.
Brasil se encuentra en situación particularmente favorable para desarrollar
estas acciones. La mayor y más desarrollada economía de América del Sur, con
una población de 180 millones de habitantes, es un mercado particularmente
atractivo para países vecinos. Puede, por consiguiente, con más probabilidad
de éxito que la mayoría, promover arreglos geográcamente limitados que
aunque no tengan la amplitud sustantiva de un esquema de integración, tomen
en cuenta eventuales asimetrías y contribuyan para el desarrollo sustentable
propio y de sus socios.
Al mismo tiempo, la extensión territorial de nuestro país – que lo hace
limítrofe con casi todos los países de América Latina, con excepción de apenas
dos y lo adelantado de nuestra ingeniería civil, tornan particularmente
importante para nosotros el desarrollo de una red regional de transporte y
comunicaciones y nos habilitan para contribuir de forma destacada en su
construcción. Hay que recordar, a título ilustrativo, que en una lista de las
cincuenta mayores empresas del mundo de construcción civil, las únicas
latinoamericanas son brasileñas. Esto explica la fuerte presencia de empresas
brasileñas como Andrade Gutierrez y otras, de gran porte en su sector, en
considerable mero de países suramericanos, como Argentina, Ecuador,
Perú y Venezuela. En último análisis, la participación de la iniciativa privada
brasileña en la realización de grandes proyectos de infraestructura de interés
para nuestros vecinos, crea bitos de cooperación entre los países y contribuye
para la integracn física de América del Sur, algo indispensable para la
concretización del objetivo unánime de una integración político-económica.
La importancia que los gobiernos del subcontinente le atribuyen al
desarrollo de una infraestructura regional adecuada, está bien ilustrada y
corroborada por el lanzamiento y aprobación generalizada de la iniciativa
para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (Iirsa), hace
260
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
unos ocho años. Surgida en la primera cumbre de países de América del Sur,
realizada en Brasilia, en agosto de 2000, la Iirsa es un foro de diálogo entre las
autoridades responsables por la infraestructura de transportes, comunicaciones
y energía en los doce países suramericanos. Su objetivo es desarrollar esta
infraestructura dentro de un enfoque regional, para favorecer la integración
física de los países que participan en ella y promover un patrón de desarrollo
territorial equitativo y sustentable. El órgano central de la Iirsa es el Comité
de Dirección Ejecutiva (CDE), integrado por representantes de alto nivel de
todos los países participantes, pertenecientes a aquellas entidades nacionales
que cada gobierno juzgue competentes en la materia. Abajo de éste, el Comité
de Coordinación Técnica (CCT) está compuesto por representantes no sólo de
los gobiernos sino que también de tres entidades nancieras internacionales
directamente relacionadas a la iniciativa BID, CAF, y Fonplata. La Iirsa
elabo una Agenda de Implementacn Consensuada 2005-2010”, que
comprende un primer conjunto de treinta y un proyectos, sobre todo en el
área de transportes, ya acordados por los gobiernos participantes.
Rodovía Interoceánica (Iirsa)
Foto: Archivo Andrade Gutierrez
261
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Tal vez sea todavía temprano para analizar la contribución efectiva
de la Iirsa para el desarrollo de la integración física de América del Sur, ya
que obras de infraestructura son lentas por su propia naturaleza. El trabajo
hecho hasta ahora incluyo tanto el esfuerzo de coordinación plurinacional
como las obras concretas de grandes empresas de ingeniería como Andrade
Gutierrez – parece ilustrar y corroborar la sugerencia central de este artículo,
que es la conveniencia de concentrar esfuerzos en proyectos sustantivos y/o
geográcamente limitados pero que representan una contribución signicativa
para cualquier esquema de integración más amplio. No se trata evidentemente
de abandonar la idea más ambiciosa de integración político-económica de
países suramericanos, sino simplemente de sacar conclusiones prácticas de
hechos que parecen indiscutibles.
La primera es que, aunque deseable, aquel proyecto grandioso de
integración de toda América del Sur suscita, por su envergadura, dicultades
mucho mayores y en consecuencia su realización demanda mucho más tiempo.
En este interregno, iniciativas competidoras o conictivas ciertamente surgian,
tornando todavía s problemática la realización del gran proyecto continental.
En cierto sentido, fue lo que ocurrió con el lanzamiento de la Iniciativa para las
Américas, del Presidente Bush (padre), que terminó resultando en la propuesta
bastante más concreta del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Como mínimo, este proceso distrajo la atención de los países latinoamericanos
de la idea de una posible integración entre ellos con el espejismo de la apertura
irrestricta del inmenso mercado de Estados Unidos. En el caso de América del
Sur, hizo más que eso, seduciendo países integrantes de un sistema subregional
existente o asociados a éste, con la perspectiva de acuerdos bilaterales con
Washington, considerados más atractivos que la integración con mercados
mucho más modestos de nuestro subcontinente.
La segunda es que podemos contribuir para el éxito del proyecto nal
avanzando en áreas menos controvertidas, con proyectos cuya realización,
aunque requiriendo tiempo y esfuerzo, como en el ejemplo citado de la
construccn de una infraestructura regional, deberán, en muchos casos,
llevarse a cabo en cualquier hipótesis, antes o después de la formalización
política de la integración subcontinental.
En suma, lo que aquí se deende es mantener vivo el objetivo de la
integración suramericana, aunque de forma realista, dando prioridad a aquellas
262
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
áreas en las que tenemos una ventaja competitiva y que sean más relevantes
para el objetivo nal, como es el caso de la construcción de una red regional
de transporte y comunicaciones y aquellas en las que las dimensiones y el
desarrollo relativo de nuestra economía nos concedan una posición natural
de especial preeminencia en América del Sur.
263
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Embraer Empresa Brasileira
de Aeronáutica S.A.
La internacionalización de la Embraer
I
ntroducción
La Industria Aeroespacial, de la que la Industria Aeronáutica constituye
su apartado más expresivo, reúne una combinación de características altamente
demandantes, que la hacen especial y diferenciada.
Pocas industrias en el mundo aglutinan una combinación de desafíos
tan formidables como la industria aeronáutica: del empleo simultáneo de
múltiples tecnologías de vanguardia, pasando por la mano de obra de elevada
calicación, por las exigencias de una industria global por denición, a la
exibilidad necesaria para reaccionar a los abruptos cambios en el escenario
y los grandes volúmenes de capital exigidos en su operación.
Como fruto de la experiencia acumulada a lo largo de más tres décadas
de actuación en este mercado competitivo, agresivo y sosticado, en la
Embraer solemos armar que el negocio aeronáutico se fundamenta en
cinco grandes pilares, que tienen como base única la satisfacción de nuestros
www.embraer.com.br
264
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
clientes, fuente generadora de los resultados que permitirán el retorno de las
inversiones a nuestros accionistas y la continuidad de la Empresa a lo largo
de los tiempos:
Tecnoloas avanzadas: debido a los requisitos operacionales muy
exigentes en lo que se reere a la seguridad, a variaciones ambientales
extremas y a las restricciones de peso y volumen, la industria aeroutica
emplea una multiplicidad de tecnologías de punta y reconocidamente
constituye un laboratorio para su consolidación, antes de que sean
pasadas a otros segmentos y actividades productivas. Tecnologías
complejas y sosticadas están presentes no solamente en el producto,
sino tambn en los métodos y procesos de desarrollo y fabricacn,
siendo necesaria todavía la utilización de las mejores prácticas
disponibles en lo que concierne a la gestión nanciera y de personas.
Fuerza de trabajo de elevada calicación: para que se pueda hacer uso
eciente y productivo compatible de estas tecnologías avanzadas, es
fundamental que personas capacitadas estean disponibles, en todos
los sectores de la actividad industrial: en el proyecto apoyado con
ordenadores, en la relación con suministradores y clientes basados
en los cinco continentes, en la manufactura que tiene como base
máquinas de control numérico sosticadas, y en la construcción de
elaboradas soluciones nancieras con instituciones internacionales.
Flexibilidad: abruptos cambios de escenario afectando la economía y el
orden geopolítico a escala mundial, de los cuales el ejemplo s reciente
viene de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, han
causado impacto sobre la industria de transporte reo y, por extensión,
sobre los fabricantes de aeronaves. La exibilidad para adaptarse a estos
cambios, con mínima perdida de ecacia y de costes, constituye una
característica crucial para asegurar su supervivencia y preservación.
Intensidad de Capital: grandes inversiones se requieren para el desarrollo
de nuevos productos y mejoras de calidad y productividad, aliadas a los
largos ciclos de desarrollo y madurez, hacen de la intensidad de capital
otra característica determinante de este negocio. Apenas para dar un
ejemplo, el desarrollo de la nueva familia de aeronaves comerciales
EMBRAER 170/190 necesi inversiones del número de mil millones
de lares de Estados Unidos y el nuevo avión Airbus A350 necesitará
nada menos que quince mil millones de los mismos dólares.
265
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Legacy 600
Industria global: los bajos vomenes de producción y los costes
elevados hacen con que la industria aeronáutica sea exportadora y
global por naturaleza, tanto en lo que se reere a su base de clientes
como a la de sus suministradores o de las instituciones nancieras
e inversores que la apoyan. La misma aeronave EMBRAER 170
que opera bajo los colores de la empresa nlandesa Finnair en
el riguroso invierno escandinavo debe igualmente soportar las
condiciones de elevada humedad y temperatura del sur de los Estados
Unidos, operando bajo los colores de la United Express. En ambas
circunstancias, la Embraer debe hacerse permanentemente presente
junto a sus clientes, proveyendo apoyo técnico local y acceso inmediato
a piezas y componentes, demostrando compromiso con el éxito de
sus negocios y objetivando, siempre, la satisfaccn plena que asegura
nuevas encomiendas en el futuro. Al mismo tiempo, tiene que vivir los
diversos ambientes en que opera para percibir tendencias y cambios
en los escenarios, positivos o adversos, para así tener la capacidad de
reaccionar con rapidez.
266
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Todas esas características hacen de la industria aeronáutica un negocio,
al mismo tiempo, fascinante y de elevado riesgo. El fracaso de un nuevo
producto puede implicar la inviabilidad y consecuentemente la salida del
mercado de la empresa que lo desarrol. La desaparición de empresas
tradicionales, como la holandesa Fokker, y la salida de la sueca Saab del
mercado aeronáutico civil, entre otras, constituyen un duro testimonio de
esa realidad.
En relación con los grandes riesgos involucrados, desarrollar una
industria aeronáutica autóctona, fuerte y autónoma, ha formado parte de la
agenda estragica de muchas naciones, que a lo largo de los años invierten
pesadamente en su implantación, apoyándola de forma recurrente por medio
de varios expedientes: rmando grandes contratos de sistemas y productos
de Defensa, nanciando programas de desarrollo de nuevas aeronaves en
condiciones favorables y propiciando incentivos scales de toda clase.
La internacionalización de la Embraer
Consciente de que la conquista de nuevos mercados, fundamentales para el
crecimiento y consolidación de la empresa, solamente se dará de forma efectiva
si a su presencia física acompañan en esos mercados unidades industriales o
de prestación de servicios de posventa y apoyo al cliente, la Embraer adoptó,
a partir de su privatización, en 1994, la progresiva internacionalización de sus
operaciones como un objetivo estratégico a perseguir.
Lejos de signicar con ello la rdida de su identidad brasileña la separación
de sus orígenes, la internacionalización de la Embraer asegurará nuevos
negocios, el fortalecimiento de nuestra marca y la creación de más empleos de
alta calicación en Brasil, en proporciones siempre superiores a los empleos
generados en sus subsidiarias y controladas localizadas fuera del país.
A partir del año de 1997, ya en franca recuperación después del
lanzamiento en el mercado de la aeronave a reacción regional ERJ 145, la
Embraer dio inicio a su estrategia de internacionalización por medio de una
mezcla de acciones que envolvieron: 1) la expansión o implantación de ocinas
de ventas, de márquetin y centros de distribución de piezas de reposición; 2)
realización de “joint ventures” y; 3) adquisición de empresas especializadas en
servicios aeronáuticos tradicionales y de reputación en el mercado.
267
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Estados Unidos y Europa: presencias consolidadas
En territorio norteamericano y europeo la Embraer se encuentra
presente desde hace mucho tiempo: desde 1978 y 1983, respectivamente, por
medio de ocinas de ventas y márquetin y unidades de apoyo al cliente (piezas
y servicios).
Ambas unidades tuvieron y tienen un papel vital en la expansión de sus
negocios en los dos principales mercados de Aviación Comercial en todo el
mundo, donde vuelan hoy, incluyendo Brasil, cerca de 950 aeronaves a reacción
comerciales, que se suman a los cerca de 800 aviones turbohélices y otros tantos
aviones militares fabricados por la Empresa. Los mercados norteamericano y
europeo son responsables por cerca del 95% del total de las exportaciones.
En el caso de la unidad norteamericana, situada en Fort-Lauderdale, en
el estado de Florida, las instalaciones fueron expandidas para hacer frente al
crecimiento de los negocios de la Empresa a partir de la primera entrega de la
aeronave con turbinas regional ERJ 145, en diciembre de 1996. En noviembre
de 2006 esta unidad empleaba a 234 personas y controlaba un estoque de
piezas con más de 50 mil ítems.
Phenom 100 y Phenom 300
268
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Como resultado del aumento de sus negocios y del número de clientes
establecidos en territorio europeo, la Embraer decidió reunir en una única
sede, localizada en Villepinte, en las cercanías del aeropuerto de Roissy-Charles
de Gaulle, en París, sus unidades de ventas, márquetin y apoyo al cliente,
incluyendo importantes almacenes de piezas sobresalientes, hasta el momento
divididas entre la misma localidad de Villepinte y el aeropuerto de Le Bourget.
Las nuevas instalaciones, integradas, deberán proporcionar una mayor ecacia
operacional a una plantilla de 194 empleados, responsable por la gestión de
172 millones de euros activos y el servicio a más de 37 clientes.
China y Asia-Pacíco: mercados estratégicos
Por la importancia de su economía, que crece ininterrumpidamente
a tasas elevadas hace más de dos décadas, añadido al valor estratégico del
transporte aéreo como elemento integrador que hace viable el desarrollo en
un territorio de dimensiones continentales, China fue elegida por la Embraer
como objetivo estratégico a alcanzar, exigiendo un tratamiento propio y
diferenciado, con la cara de las características culturales propias, muy lejanas
del mundo occidental.
El establecimiento de la presencia de la Embraer en territorio chino se
dio inicialmente en mayo de 2000, con la inauguración de una ocina de ventas
y márquetin, en la ciudad de Pequín, seguida a continuación de un centro de
distribución de piezas y reposición en la misma ciudad.
En los años 2001 y 2002, la Embraer negoció con autoridades chinas
un acuerdo que le permitiera instalar una unidad industrial destinada a la
fabricación de aviones de la familia ERT 145 destinados al mercado chino.
Finalmente, en diciembre de 2002, fue rmado un acuerdo con la
Aviation Industry of China II (AVIC II), por el que se creó la Harbin Embraer
Aircraft Insdustry (HEAI), “joint venture” de la que la Embraer detenta el
control, con el 51% de las acciones con derecho a voto.
En febrero de 2004, la Embraer anunció su primera venta en China
por medio de la HEAI seis aeronaves a reacción ERJ 145 para la empresa
China Southern. Siguieron a continuación otras importantes ventas del mismo
modelo y en la misma cantidad para la China Eastern Jiangsu, en marzo de
2005, y para la China Eastern Wuhan, en enero de 2006.
269
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
En agosto de 2006, la Embraer anunció la venta de 50 aviones ERJ 145
y 50 aeronaves a reacción EMBRAER 190 al Grupo HNA, cuarta mayor
empresa aérea de China. El negocio representó el primer contacto de venta de
un E-Jet en China continental. El valor total de las encomiendas, de acuerdo
con el precio de venta, es de 2.700 millones de dólares estadounidenses. Las
entregas de los ERJ 145 comenzarán en septiembre de 2007. La aeronave a
reacción, de cincuenta plazas, será producida por la propia HEAI, en la ciudad
de Harbin, Provincia Heilongjiang.
Hasta nales de 2006 la HEAI habrá entregado 13 unidades del ERJ 145
que, sumadas a las cinco aeronaves vendidas en 2000, antes de la implantación
de su “joint venture”, para la Sichuan, sumarán 18 aeronaves a reacción en
funcionamiento en empresas aéreas chinas.
En lo que respecta a la región de Asia-Pacíco, desde diciembre de
2000, la Embraer cuenta con una ocina de ventas y márquetin localizada en
Vista aérea de la sede de Embraer, São José dos Campos
270
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Singapur, con la responsabilidad de desarrollar la estrategia comercial de la
compañía para los mercados de la región, incluyendo el subcontinente indio.
El mercado aéreo de la India pasa por un proceso de cambio de padrones
con interesantes perspectivas de crecimiento. En este escenario, la empresa
Paramount, recientemente creada, anunció el inicio de sus operaciones, con
base en dos aviones a reacción EMBRAER 170 y tres EMBRAER 175, bajo
el régimen de “leasing operativo”.
Fue también en la India, con el gobierno local, donde la Embraer r
un importante contrato de venta de cinco avionetas ejecutivas Legacy 600,
conguradas especialmente para atender demandas de comodidad y seguridad
que requieren las autoridades de aquel país.
Expandiendo la base de los servicios y el apoyo al cliente
La Embraer deberá continuar expandiendo el área de servicios, no sólo
en lo que respecta a asegurar los excelentes índices de venta de la ota de
sus aviones sino también en lo que hace relación a atender a sus clientes con
otros servicios, como el mantenimiento y la reparación, garantizando su plena
satisfacción, condición esencial para la generación de nuestros resultados y
para el crecimiento de nuestras operaciones.
Así, pues, tenemos que ades de consolidar la base de atención en Brasil,
con la transferencia del Centro de Servicios para la Unidad Gavião Peixoto,
fueron expandidas su participación en los Estados Unidos, con la adición de
nuevas instalaciones de la Embraer Aircraft Maintenance Services (EAMS),
en Nashville, Estado de Tennessee, y también en Europa, con la adquisición
de la OGMA (Indústria Aeronáutica de Portugal S.A.), en Alverca, Portugal,
anunciada en diciembre de 2004, al nal del proceso de privatización.
En el comienzo de 2005, la EAMS expandió sus instalaciones en el
Aeropuerto Internacional de Nashville para aumentar la capacidad de realización
de servicios de mantenimiento, dada la creciente ota de aviones de la Embraer en
operación en los Estados Unidos. Como consecuencia de esa importante decisión,
a partir de 2005, nuevos empleados fueron progresivamente contratados por la
EAMS, cuya plantilla contaba, en noviembre de 2006, con 277 empleados.
La OGMA, fundada en 1918, desde entonces se ha dedicado al
mantenimiento aeronáutico, siendo hoy un importante representante de la
industria aeronáutica europea, ofreciendo servicios de mantenimiento y reparacn
271
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
de aeronaves civiles y militares, motores y componentes, modicaciones y
montajes de componentes estructurales y soporte de ingeniería.
Entre sus principales clientes militares se encuentran la Fuerza Aérea
Portuguesa, la Fuerza Aérea Francesa, la Fuerza rea y la Marina de los Estados
Unidos, la Agencia de Mantenimiento y Suplemento de la OTAN y las Marinas
de Noruega y de Holanda, entre otros. En el apartado comercial, la OGMA viene
prestando servicios a empresas aéreas como la TAP, Portugalia, British Midland
y Luxair, y también a compañías como la Embraer y la Rolls-Royce.
Además de los trabajos en el área de mantenimiento, la OGMA fabrica
componentes estructurales y materiales compuestos para la Boeing, Airbus, Lookheed
Martin, Dessault y Pilatus. En noviembre de 2006 contaba con 1.606 empleados,
constituyéndose en la mayor de las unidades y subsidiaria de la Embraer.
La preservación de la cultura, valores y actitud:
desafío permanente
La velocidad de la expansión de la Embraer a partir de 1996, año que
marcó la entrada en operación de la aeronave ERJ 145, trajo consigo enormes
Familia EMBRAER 170/190
272
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
desafíos bajo los enfoques de la preservación de la cultura, valores y actitudes
que dirigen y deberán continuar orientando sus acciones.
Apenas para ejemplicar la dimensión de este desafío, vasta con citar
que, en abril de 1997, la Empresa contaba con tan sólo 3.200 empleados
distribuidos en un total de cinco unidades operacionales, siendo tres en Brasil
y dos en el exterior. Hoy, transcurridos nueve años, son 18.670 empleados
distribuidos en trece unidades operacionales, siendo cinco en Brasil y ocho en
el exterior. En apenas una de sus unidades, situada en Francia, existen cerca
de 26 nacionalidades y 19 lenguas distintas entre los 194 empleados.
Saber reconocer la rica diversidad étnica y cultural de sus empleados y
los diferentes ambientes en que desarrollan sus actividades, incluyendo ahí las
leyes laborales especícas, y, al mismo tiempo, desarrollar su máximo potencial
creativo, canalizando sus energías para los objetivos del negocio, en perfecta
armonía con los valores éticos y morales de la compañía, constituye una de
las grandes prioridades de sus administradores.
El principal elemento para llegar a ese objetivo es la llamada Metodología
de Gestión por el Plan de Acción. Anualmente, la Embraer elabora un Plan
de Acción con una visión de cinco años y sigue un modelo de planicación
estragica considerando mercados, competidores, competencias de la Empresa,
oportunidades y riesgos, prioridades y resultados, entre otros factores.
El Plan de Acción de la Compañía es el resultado del desdoblamiento
interno de los planos equivalentes en cada área corporativa, funcional y de
negocio, llegando al nivel del suelo de la fábrica, a partir de la divulgación, en la
estructura organizativa, de directrices generales emitidas por la administración
superior para la Empresa. La política de remuneración variable de la Compañía,
que se extiende a todos los empleados, tiene en cuenta las metas pactadas entre
los líderes y liderados a lo largo de toda la cadena de comando. Siendo así, el
Plan de Acción pasa a constituir el instrumento central de la asimilación de la
empresa del negocio, la armonía y compromiso de todos los empleados con
las metas y resultados planicados.
Juntamente con la Metodología del Plan de Acción, la Embraer practica
una fuerte cultura de Comunicación Interna que busca la integración entre
los empleados y de sus familiares para así diseminar los principales valores y
conceptos de la Embraer.
273
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
La Comunicación Interna de la Embraer actúa de forma global e integrada,
utilizando herramientas modernas y de gran atractivo para los empleados:
El Director-Presidente de la Embraer dispone de una herramienta
propia de comunicación con los empleados, denominada Em Tempo,
producida simultáneamente en los idiomas portugués e inglés. Pero,
recientemente, pasaron a ser producidas ediciones especiales de Em
Tempo grabadas en vídeo;
La Intranet Embraer constituye hoy una herramienta de alcance
corporativo y es la principal fuente de informaciones de nuestros
empleados. Con una media de 24,5 mil accesos diarios;
Cerca de 600 comunicados internos son producidos anualmente y
disponibles a los empleados vía Intranet y en tablones de avisos,
siendo el 25% de estos comunicados de alcance corporativo.
El informativo Embraer Noticias divulga temas esenciales a la
cultura Embraer: la Metodología de Gestión por el Plan de Acción,
la importancia de discernimiento y contención de costes, el combate
al desperdicio, la integración entre equipos en torno a los grandes
objetivos empresariales de la Embraer, etc.;
Entrevistas concedidas por los principales ejecutivos de la Empresa
son traducidas y enviadas a las unidades situadas fuera del país. Por
tratar, invariablemente, de evaluaciones de mercado, así como de
estrategias y de objetivos de la Compía, son muy apreciadas por los
empleados;
Artículos publicados en los medios de comunicación nacionales e
internacionales, abordando temas de interés para los negocios de la
Embraer, son traducidos y disponibles para los empleados.
Con esa visn y determinación, centrada en valores éticos y morales, y
teniendo la integridad como base del desarrollo de las acciones, la Embraer se
lanza al mercado empresarial de un negocio global, extremadamente desaante y
competitivo. Y lo hace llevando a los diversos mercados la imagen de una empresa
brasileña eciente, ágil y con productos de calidad y actualidad tecnológica.
Traducción: Pedro Delgado.
275
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Número 7 Julio / Septiembre 2007
7
26
49
83
96
119
Indice
La recuperación de la economía argentina
Aldo Ferrer
Economía de Bolivia: diagnóstico y planos para el 2008
Luís Alberto Arce Catacora
Un enfoque cualitativo de la economía brasileña
João Paulo de Almeida Magalhães
La economía chilena y los desafíos del desarrollo
Mauricio Jelvez M.
Economía colombiana en la coyuntura:
una aproximación crítica
Darío Germán Umaña Mendoza
La economía del Ecuador:
un balance y una nueva noción de desarrollo
Fander Falconí Benítez
276
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
150
165
182
204
218
231
251
La economía de Guyana, examen y prospectos
Rajendra Rampersaud
Paraguay, una marcha lenta: situación y perspectiva
económica
Dionisio Borda
La economía peruana y el desafío del crecimiento
con inclusión social
Enrique Cornejo Ramírez
Suriname: evolución macroeconómica
André E. Telting
La economía del Uruguay: una perspectiva empresarial
Jorge Abuchalja
La actual fase de crecimiento de la economía
venezolana
Nelson Merentes
Philip Moore: un alma antigua enun cuerpo moderno
Agnes Jones
277
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Número 6 Abril / Junio 2007
5
15
35
49
61
76
91
Indice
Realidad de Argentina y de la región
Cristina Fernández de Kirchner
Diplomacia para la vida
Pablo Solón
Brasil 2007: listo para crecer nuevamente
Guido Mantega
La integración regional: factor de desarrollo sostenible
Emílio Odebrecht
En busca del crecimiento con equidad
Ricardo Ffrench-Davis
Colombia: retos hasta 2010
Álvaro Uribe Vélez
Un plan para Ecuador
Rafael Correa Delgado
278
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
Identidad cultural y criollización en Guyana
Prem Misir
Paraguay: Estado patrimonial y clientelismo
Milda Rivarola
Colonialidad del poder, globalización y democracia
Aníbal Quijano
Combate al narcotráco en Surinam
Subhaas Punwasi
Mercosur: proyecto y perspectivas
Luis Alberto Lacalle de Herrera
Acerca de la grandísima importancia de un partido
Hugo Chávez
Guayasamín por él mismo
98
110
133
182
196
205
235
279
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
5
26
36
40
57
80
89
Indice
Ideas, ideologias y política exterior en Argentina
José Paradiso
La integración de la infraestructura en América
del Sur: un impulso al desarrollo sostenible y la
integración regional
Enrique García
Paciencia y elecciones
Antônio Delm Netto
Perspectivas de las relaciones entre Chile y Bolivia
Luis Maira
Fortalezas de Colombia
Fernando Cepeda Ulloa
Política exterior y seguridad democrática y humana
Diego Ribadeneira Espinosa
El nuevo orden global de Cheddi Jagan
Ralph Ramkharan
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Número 5 Enero / Marzo 2007
280
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
95
111
132
148
186
195
Situación económica y perspectivas en el Paraguay
Dionisio Borda
Visión estratégica regional de la política exterior
del Perú
José Antonio García Belaunde
Surinam por sus autores
Jerome Egger
Mercosur: ¿quo vadis?
Gerardo Caetano
Plena Soberanía Petrolera
Rafael Ramírez
Silvano Cuéllar – Alegoría de la Nación
María Victoria de Robayo
281
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
5
17
29
46
68
88
103
Indice
Objetivos y desafíos de la política exterior argentina
Jorge Taiana
Bolivia, factor de integración
Evo Morales
Desafíos y perspectivas de la economía brasileña
Paulo Skaf
Programa de gobierno (2006-2010)
Michelle Bachelet
La trampa del bilateralismo
Germán Umaña Mendoza
La Organización del Tratado de Cooperación
Amazónica (Otca): un desafío permanente
Rosalía Arteaga Serrano
Guyana – uniendo a Brasil con el Caribe:
el potencial se encuentra con la oportunidad
Peter R. Ramsaroop
Eric M. Phillips
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Número 4 Abril / Junio 2006
282
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
122
136
157
171
208
234
La encrucijada política paraguaya
Pedro Fadul
La gran transformación
Ollanta Humala
Surinam, visión macroeconómica: desafíos
y prospectivas
André E. Telting
La inserción externa del Uruguay: una visión política
y estratégica
Sergio Abreu
“Hay otro mundo, y está en éste”
José Vicente Rangel
Pedro Lira
Milan Ivelic
283
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Año I Número 3 Abril / Junio 2005
284
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
285
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Año I Número 2 Enero / Marzo 2005
286
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
287
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
D E P
DIPLOMACIA ESTRATÉGIA POLÍTICA
Año I Número 1 Octubre / Diciembre 2004
288
Di p l o m a c i a , Es t r a t E g i a y po l í t i c a oc t u b r E /Di c i E m b r E 2007
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